El primer homenaje que recibió Fidel al morir fue una consigna de hoy, una invención de jóvenes que hizo suya todo el pueblo de Cuba: yo soy Fidel
. Así se demostró que Fidel es del siglo XXI, y que cuando el pueblo entero se moviliza con conciencia revolucionaria es invencible.
En esos días del duelo Fidel libró su primera batalla póstuma, y volvió a mostrarle a todos, como en 1953, el camino verdadero.
Hoy, cuando vamos a compartir acerca de los caminos de las luchas –porque lo verdadero son las luchas – , es natural comenzar con la ayuda de Fidel, y emular con sus ideas y sus actos para sacarles provecho, no imitándolos, sino traduciéndolos a nuestras necesidades, situaciones y acciones.
Para sacarle provecho a Fidel, tenemos que evitar repetir una y otra vez lugares comunes y consignas. Conocer más las creaciones y las razones que lo condujeron a sus victorias, las dificultades y los reveses que Fidel enfrentó, lo que pensó sobre los problemas, sus acciones concretas, puede aportarnos mucho, y de esa manera será más grande su legado.
En el tiempo de su vida pueden distinguirse tres aspectos: Fidel, joven revolucionario; el líder de la Revolución cubana y el líder latinoamericano, del Tercer Mundo y mundial Fidel brinda un gran número de enseñanzas, tanto para el individuo como para las luchas políticas y sociales. Quisiera enumerar muy brevemente algunas de las características de su legado que me parecen importantes para nuestros objetivos:
- Partir de lo imposible y de lo impensable, para convertirlos en posibilidades mediante la práctica consciente y organizada y el pensamiento crítico, conducir esas posibilidades actuantes hacia la victoria al mismo tiempo que se forman y educan factores humanos y sociales para poder enfrentar situaciones futuras, y mediante las luchas, los triunfos y las consolidaciones convertir las posibilidades en nuevas realidades.
- No aceptar jamás la derrota. Fidel nunca se quedó conviviendo con la derrota, sino que peleó sin cesar contra ella. Me detengo en cinco casos importantes en su vida en que esto sucedió: 1953, 1956, 1970, el proceso de rectificación y la batalla de ideas. En 1953 respondió a la derrota del Moncada con un análisis acertado de la situación para guiar la acción. Cuando todos creían que era un iluso, se reveló como un verdadero visionario. En 1956, cuando el desastre del Granma, respondió con una formidable determinación personal y una fe inextinguible en mantener siempre la lucha elegida, por saber que era la acertada.En 1970, comprobó que lograr el despegue económico del país era extremadamente difícil, pero entonces apeló a los protagonistas, mediante una consigna revolucionaria:
el poder del pueblo, ese sí es poder
.En1985, fue prácticamente el primero que se dio cuenta de lo que iba a hacer la URSS, que le traería a Cuba soledad, desastre económico y más grave peligro de ser víctima del imperialismo, pero su respuesta fue ratificar que el socialismo es la única solución para los pueblos, la única vía eficaz y la única bandera popular, que lo necesario es asumirlo bien y profundizarlo. Entonces movilizó al pueblo y acendró su conciencia, y sostuvo firmemente el poder revolucionario. En el 2000, ante la ofensiva mundial capitalista y los retrocesos internos de la Revolución cubana en la lucha para sobrevivir, lanzó y protagonizó la batalla de ideas, con sus acciones en defensa de la justicia social, su movilización popular permanente y su exaltación del papel de la conciencia.
En1985, fue prácticamente el primero que se dio cuenta de lo que iba a hacer la URSS, que le traería a Cuba soledad, desastre económico y más grave peligro de ser víctima del imperialismo, pero su respuesta fue ratificar que el socialismo es la única solución para los pueblos, la única vía eficaz y la única bandera popular, que lo necesario es asumirlo bien y profundizarlo. Entonces movilizó al pueblo y acendró su conciencia, y sostuvo firmemente el poder revolucionario. En el 2000, ante la ofensiva mundial capitalista y los retrocesos internos de la Revolución cubana en la lucha para sobrevivir, lanzó y protagonizó la batalla de ideas, con sus acciones en defensa de la justicia social, su movilización popular permanente y su exaltación del papel de la conciencia.
No me va a dar tiempo a exponer cada punto, aunque fuera brevemente, así es que me limitaré a mencionarlos, con la intención de estimular el interés en el estudio de Fidel.
- La determinación de luchar en todas las situaciones. Sería muy conveniente considerar como concepto a la determinación personal, en el estudio de los que se lanzan a lograr transformaciones sociales. La praxis es decisiva.
- Organizar, fue una constante, una fiebre de Fidel. Ojalá que este sea uno de los temas principales de este taller.
- La comunicación siempre, con cada ser humano y con las masas, en lo cotidiano y en lo trascendente, es una de las dimensiones fundamentales de su grandeza y es uno de los requisitos básicos del liderazgo.
- Utilizar tácticas muy creativas, y estrategias impensables, y sin embargo factibles.
- Luchar por el poder y conquistarlo. Mantener, defender y expandir el poder. Se puede discutir casi eternamente acerca el poder en términos abstractos, pero solo las prácticas revolucionarias logran convertir al poder en un problema que pueda resolverse.
- Crear los instrumentos y los protagonistas. Tomar las instituciones para ponerlas a nuestro servicio, no para ponernos al servicio de ellas.
- Ser más decidido, más consciente y organizado, y más agresivo que los enemigos.
- Enseñar y aprender al mismo tiempo con los sectores del pueblo que participan o que simpatizan, y después con todo el pueblo. Avanzar hacia formas de poder popular.
- El gran logro cubano, unir la liberación nacional a la revolución socialista.
- Ser siempre un educador. Hacer educación a escala del pueblo. Que el pueblo se levante espiritualmente y moralmente, para que se vuelva participante consciente y capaz de todo, complejice sus ideas y sus sentimientos y enriquezca sus vidas.
- Que la concientización esté en el centro del trabajo político, no solo para avanzar y ser mejores, sino para que la política llegue a convertirse en una propiedad de todos.
Siento que la mayor lección que le brinda Fidel a los luchadores de América Latina actual es lo que pensó y lo que hizo entre 1953 y 1962.