Apenas ha pasado un mes desde que en el marco del Dia da Patria Galega y junto a otras organizaciones y colectivos revolucionarios del Estado español y de Portugal, firmamos el Manifiesto Internacionalista de Compostela.
La lectura de dicho manifiesto no deja lugar a dudas. El Estado español es un Estado opresor, una cárcel de pueblos y solo liberándonos de dichas cadenas nuestras naciones pueden ser libres, ejercer el derecho de autodeterminación y avanzar en nuestras respectivas liberaciones nacionales, de género y sociales. En ese sentido se planteaba la crítica a la fase polica actual, la llamada del régimen del 78 y su urgente ruptura, que para nosotros es el comienzo en el camino a la liberación, para seguido avanzar en la crítica de la base de ese régimen, es decir en la explotación del trabajo por el capital. No pensamos que la salida sea un nuevo proceso constituyente, eso haría que nos quedáramos en el reformismo, tan de moda hoy en día, sino que, tal como dice Iñaki Gil de San Vicente, tenemos que «elaborar una estrategia de largo alcance basada en el internacionalismo y en la certidumbre de que ninguna opresión será superada mientras perdure la propiedad privada de las fuerzas productivas, mientras que el bloque de clases dominante se crea propietario de las clases y naciones explotadas».
También planteamos en la capital galega, que el reformismo, el electoralismo, la socialdemocracia y el ciudadanismo nada podría aportar en nuestros objetivos de liberación. Solo la apuesta por la movilización, la activación de los diferentes movimientos populares, ganarnos la calle y sobre todo organizarnos podría desembocar en la tan anhelada libertad. Confrontar con los medios a nuestro alcance con los Estados que nos oprimen teniendo en cuenta como decía Karl Marx que: «ante derechos iguales y contrarios decide la fuerza». Actualmente el Estado español además de la fuerza de las armas de guerra, tiene las armas económicas, de propaganda y de manipulación, de cerco económico y financiero, etc. Debemos de ser conscientes de esta situación para saber analizar cuáles son nuestra fuerzas, nuestras armas, y plantar cara a todas las maniobras del Estado español.
Por ello planteábamos la necesidad del internacionalismo. El internacionalismo no es una bonita palabra para pronunciar y sobre la que escribir bonitos textos e intervenciones. Es una actitud revolucionaria que si no se posee, cae la deslegitimidad para quienes la pronuncian pero no la practican. En ese sentido, las organizaciones y colectivos firmantes teníamos claro que debemos coordinar nuestras luchas, apoyarnos en nuestras peleas cotidianas. Tener claro que para un andaluz o un vasco, lo que ocurre en Castilla o en Catalunya, por ejemplo, le importa y debe implicarse… Como hemos dicho, una actitud revolucionaria, heredada de las mejores tradiciones de las luchas revolucionarias de la historia. Sirva como ejemplo el Che Guevara de quien se cumplen cincuenta años de su asesinato por el imperialismo.
Tuvimos que demostrar esa actitud y la demostramos solidarizándonos con el pueblo trabajador catalán que sufrió el abominable ataque de Estado Islámico. Respondimos a eso pero también a la islamofobia y al racismo que no surgen tras un hecho como el de Barcelona y Cambrils. Son fenómenos instalados en nuestra cotidianidad en esta Europa capitalista y cada vez más cercana al fascismo.
Estamos a las puertas de la Diada y no hace falta explicar la importancia que tiene. Los colectivos firmantes del Manifiesto debemos estar a la altura del momento histórico.
De nuevo nos veremos, esta vez en Catalunya y ahora para respaldar con nuestra presencia y actitud revolucionaria el derecho del pueblo catalán a ejercer su derecho a la independencia, a poder constituirse en república catalana. Estaremos en Barcelona apoyando a la CUP como herramienta del pueblo trabajador para la construcción de la patria socialista y feminista, tanto si avanza el procés en su fase actual burguesa como si el Estado español decide actuar por la fuerza, ya sea retirando las urnas el 1 de octubre o reprimiendo a la CUP, parte más consciente que puede asegurar unos Països Catalans socialistas y feministas. Por internacionalismo y porque sabemos que los avances del pueblo trabajador catalán, son los avances del pueblo trabajador vasco, portugués, castellano y de todos los pueblos que luchan por su libertad.
Boltxe estará allí en Barcelona. Por coherencia revolucionaria, por internacionalismo y por lealtad a un proyecto, recién nacido pero que tiene que desarrollarse y ser una herramienta de nuestros pueblos en el camino de la construcción de patrias feministas, liberadas y socialistas.
Ese es el camino y lo vamos a recorrer.
Boltxe Kolektiboa
6 de septiembre de 2017
[wpdm_package id=“93576”]