Este este 9 de octubre se cumple el 50 aniversario del asesinato de Ernesto «Che» Gevara, asesinato orquestado por el ejercito boliviano, ordenado por la CIA, crimen del imperialismo, que dando muerte al Che, daban muerte a uno de los más grandes revolucionarios del siglo XX y ejemplo de lo que las y los comunistas venimos a llamar «el ser humano nuevo».
El imperialismo no solo lo asesinó sino que trató de desvirtuar su figura y su rostro, lo hemos visto en multitud de objetos de merchandising, vendiéndose incluso en centros comerciales de propiedad capitalista.
El reformismo tampoco ha tenido ningún escrúpulo a la hora de usar su figura. Nos tratan de presentar al Che, como si se tratase de un simple «progre», o una figura decorativa que con la utilización de su imagen puedan tapar sus vergüenzas y poder enganchar así a un sector joven o con escasa formación política, sector que ya «madurará», se olvidará de las enseñanzas de Guevara y terminará aceptando el reformismo y el interclasismo.
El Che no hubiese tenido piedad con este tipo de sinvergüenzas. El Che hubiese tirado al suelo las mesas de los centros comerciales que venden camisetas con su imagen y se hubiese burlado del reformismo con su dialéctica implacable. Porque el Che, por encima de todas las cosas era comunista.
Comunista de verdad. De los que entiende el internacionalismo como lo que es: implicación y compromiso con las luchas de otros pueblos. Por eso aunque argentino de nacimiento, lucho y venció en Cuba, pero enseguida marcho a luchar a África, y después a Bolivia donde cayó en la lucha.
Siguiendo los pasos del Che es imprescindible que practiquemos el internacionalismo revolucionario, que estemos junto a todos los pueblos que luchan. En estos momentos el pueblo trabajador catalán está luchando y enfrentándose al Estado español para conseguir la independencia de Catalunya como un paso para la independencia de los Països Catalans y para llegar a una República catalana, feminista, socialista. Nuestra responsabilidad es apoyar totalmente esta lucha y expresar nuestra solidaridad con el pueblo catalán, no para copiar el camino que han escogido, sino como expesión de solidaridad internacionalista del pueblo trabajador vasco hacia el pueblo trabajador catalán.
Comunista de los que no renuncia a ninguna forma de lucha. Entendió perfectamente que la burguesía ha empleado, emplea y empleará la violencia para defender sus intereses de clase. Por eso no vaciló a la hora de tomar un fusil.
Este aspecto de la militancia comunista del Che lo hemos de estudiar y comprender. No hay ningún método de lucha que debamos dejar de lado. Es posible que en un momento concreto no se esté en condiciones de utilizar la violencia revolucionaria, pero nunca, en ningún momento, hemos de dejar de lado la posibilidad de utilizarla. Por eso hemos de ser conscientes y asumir que en un momento u otro la violencia ejercida por los opresores nos llevará a plantearnos la resistencia a todos los niveles y para ello hemos de ser conscientes de esta posibilidad y asumirla.
Comunista de los exigentes consigo mismo y con sus camaradas de armas y militancia. De ahí que castigase con la mayor contundencia a los guerrilleros que en la lucha revolucionaria cometieron faltas impropias de un revolucionario, tal y como se detalla en Pasajes de la guerra revolucionaria.
Exigencia que mostró también a la hora de criticar desde la lealtad, errores y desviaciones que vio en la propia revolución cubana y en países que visitó como Checoslovaquia o la propia URSS. El Che, era un enemigo implacable del burocratismo y otros males que padeció el socialismo, todo ello sin dejar de hacerlo desde una óptica marxista-leninista.
Por ello hemos de saber criticar las políticas erróneas que apartan al pueblo trabajador vasco de su camino hacia el socialismo y la independencia. No debemos callarnos ante las políticas reformistas que la izquierda abertzale oficial está llevando a cabo. Nuestro deber es criticar, desde la teoría y la praxis, estas políticas y avanzar en la reorganización del pueblo trabajador vasco.
El Che era un intelectual y un teórico de primera magnitud, pero que siempre continuó estudiando. ¡Cuan necesarias serian ahora sus reflexiones y análisis en esta época de confusión y oportunismo que asola el movimiento comunista y revolucionario en Euskal Herria y en todo el mundo!
Pero no olvidemos que tenemos sus obras, que deberíamos leer y estudiar. No basta con decir que el Che nos gusta, hemos de estudiar su escritos y ver cómo aplicar en Euskal Herria todo lo que el Che nos enseña. Una de sus enseñanzas era que si queremos conquistar la soberanía de nuestro país, tenemos que arrebatárselo a los que lo oprimen y que esto no es tan fácil. Los opresores no dan nada, se resisten y hay que saber utilizar todos los métodos que tengamos a mano para conseguir nuestros objetivos.
Era un militante de la praxis. Lo mismo estaba en el despacho del Ministerio de Economía Cubano que en la calle en una manifestación anti-imperialista o recogiendo caña de azúcar.
Che unió la teoría con la praxis, aprendió, y nosotros debemos seguir sus pasos, que solamente con la teoría no se consigue nada, que es nuestra unión con el pueblo trabajador, trabajando unido con él, como podemos llegar a comprender realmente todo lo que hemos estudiado con la experiencia de la praxis. Para poder aplicar el marxismo a una situación concreta hemos de ser capaces de analizar esa situación y eso solo se consigue con la práctica revolucionaria.
Cincuenta años hace de su asesinato, decíamos al principio. Estas cinco décadas no han hecho sino engrandecer su figura. Muchas y muchos se sumaran estos días a recordar al guerrillero heroico. Pero que no olviden que Che Guevara era un militante comunista que desarrolló básicamente su militancia en la calle, pegado al barro, como decía nuestro Periko Solabarria, que era un enemigo acérrimo del oportunismo y el reformismo y sobre todo que no olviden que, como Pakito Arriarán, el Che murió con un fusil en la mano.
Boltxe Kolektiboa
6 de octubre de 2017
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