[Entrevista de Stefano Mauro con el secretario general del FPLP, encarcelado en Israel, en colaboración con el diario italiano Il Manifesto y la red de presos y presas de dicha organización palestina.]
Encarcelado en Jericó por la Autoridad Palestina tras el asesinato de un ministro israelí como represalia al de Abou Ali Mustafa, entonces secretario general del FPLP, Ahmed Saadat fue secuestrado por las tropas israelíes en 2006 y condenado a treinta años de prisión. Una campaña internacional demanda su liberación.
¿Cómo evalúa usted la situación actual en los territorios ocupados o la actitud de la administración Trump?
Vemos a los Estados Unidos y a la administración Trump como una potencia peligrosa, no solo para el pueblo palestino, sino para todos los pueblos del mundo. La única diferencia entre Trump y las administraciones precedentes es que Trump muestra claramente el verdadero rostro del capitalismo y del imperialismo. La decisión de Trump de reconocer Jerusalén como capital del Estado israelí y de transferir la embajada de Tel-Aviv es la continuación natural de los cien años de colonización en Palestina, tras la declaración Balfour (1917), con el objetivo de suprimir los derechos de las y los palestinos y de acelerar la limpieza étnica de nuestro pueblo, en particular en lo que se refiere a Jerusalén. Toda la gente palestina rechaza y lucha contra las tentativas de Trump para eliminar la cuestión palestina. Nuestro pueblo resiste a esta tentativa no solo con palabras, sino con hechos como la «Gran Marcha del Retorno» de Gaza, una verdadera revuelta popular, en la que participa el FPLP, similar al espíritu de la primera Intifada.
¿Qué estrategia permitiría hoy la reconstrucción de un poderoso movimiento de liberación palestino?
El deber principal es la reconstrucción y la reunificación del movimiento de liberación nacional de Palestina. El objetivo es poner Palestina, por enésima vez, en la vía de la liberación reafirmando la esencia misma de la lucha palestina. Esto concierne principalmente al retorno de las personas refugiadas y la construcción de un único Estado libre, democrático y laico en Palestina ‑no el de las fronteras de 1967- en el que todo ciudadano o ciudadana pueda vivir en paz sin distinción de religión o de raza.
Una ruptura profunda en el movimiento palestino, a un nivel histórico, fue ciertamente la de los acuerdos de Oslo en 1993: deformó el verdadero sentido de nuestra lucha y la verdadera esencia del conflicto. Una generación entera de personas palestinas nació y creció en la ilusión, tras la firma de ese documento catastrófico, que no ha llevado más que a la división y al fragmentación del movimiento de liberación palestino.
En este espíritu, nuestro compromiso está en reconstruir el frente de liberación nacional, es decir la OLP (Organización de Liberación de Palestina): nos vemos entre el Fatah y Hamás para crear un equilibrio y preservar la unidad nacional, aportando nuestra idea progresista de izquierdas y a favor de una representación popular. Todas las clases palestinas deben formar parte de este proceso de unidad. Las clases populares no deberían ser excluidas de la dirección del movimiento, como lo son desde hace cuarenta años.
¿Qué alternativa política sugiere el FPLP?
El principio fundamental del cambio es la participación popular de las y los palestinos en la lucha ‑y en la toma de decisiones políticas- de forma eficaz y significativa. Esto necesita no solo un combate contra la ocupación, sino también una lucha por recuperar el derecho a la participación de todas las personas palestinas, estén en Jordania, Líbano, Siria u otras partes. La participación y el liderazgo populares son necesarios para la reconstrucción del movimiento de resistencia contra el sionismo y para la puesta en marcha de una estrategia unificada de liberación de Palestina. Esto debe evidentemente desarrollarse tanto en Palestina como en otras partes del mundo. Si nuestras comunidades siguen estando amenazadas por todo tipo de crímenes, leyes represivas y ataques por parte de la derecha, nuestros objetivos serán más difíciles de alcanzar. El punto fundamental de nuestra visión es el derecho de las personas a participar en el desarrollo de su futuro. Es el proceso democrático de representación por el que luchamos.
El FPLP fue creado en 1967. ¿Cómo evalúa usted su papel actual?
Estos últimos años, el FPLP se ha confrontado a enormes dificultades en términos de represión política y financiera. Las persecuciones, las detenciones masivas y los asesinatos de nuestros cuadros son un ejemplo claro de ello. A pesar de todo, hemos mejorado nuestras capacidades militares en Gaza, pues no estamos en las mismas condiciones que en Cisjordania, donde sufrimos a la vez la ocupación y la coordinación en los asuntos de seguridad de la Autoridad Palestina con el ocupante; numerosos camaradas, como yo, están encarcelados precisamente a causa de esto. Sin embargo estamos presentes en todas las formas de lucha (militar, política, cultural, social) y hemos progresado en términos de participación popular de la juventud, pero sigue siendo difícil obtener resultados y una visibilidad (en relación a Fatah y Hamas NDLR) debido a la situación actual. A pesar de las dificultades, seguimos comprometidos con un proceso de construcción y de crecimiento de nuestro partido.
¿Hasta qué punto el FPLP ha cambiado desde su fundación hasta ahora?
Hemos llegado a la conclusión, desde 1992 a nuestros días, de que a causa de las fuerzas de las derechas palestinas y de la inexorable agresión israelí sobre nuestras tierras y contra nuestro derecho a existir, nuestro partido, igual que nuestro pueblo, atraviesa una crisis general: teórica, política, económica y pensamos que esta crisis no puede ser superada más que por la resistencia y la lucha popular a todos los niveles.
¿Cuál es el papel del movimiento de las personas presas en las prisiones israelíes en la lucha de liberación palestina?
El movimiento de las personas presas en el interior de las prisiones israelíes ha jugado siempre un papel central en la lucha contra la opresión sionista. No solo en nuestra confrontación cotidiana entre ocupantes y personas presas, en tanto que «línea de frente», sino igualmente en nuestro papel en la escena política de Palestina. El acuerdo de unidad nacional palestina, llamado «Documento de las y los presos», fue elaborado en el seno de las prisiones y constituye la base de todas las discusiones sobre la resistencia palestina. El movimiento de las personas presas ha conocido diversas experiencias de lucha, de huelga de hambre. Numerosas personas presas han muerto bajo la tortura. Las personas presas palestinas encarceladas en las prisiones americanas y francesas forman parte de nuestro movimiento. En particular Georges Ibrahim Abdalá, encarcelado en Francia desde hace más de treinta y cuatro años.
(Artículo publicado en colaboración con Il Manifesto, en L´Humanité del 28 de noviembre de 2018.)
Traducción: Faustino Eguberri para vientosur