Tuong-dai

Dien Bien Phu, ¿una derro­ta del Esta­do fran­cés, una vic­to­ria del pue­blo francés?

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La derrota militar del Estado colonial francés en Dien Bien Phu el 7 de mayo de 1954 es uno de esos momentos históricos que marcan el paso de una época histórica a otra. Sin embargo, la caída del campo francés tras 56 días de sangrientos combates no se puede analizar en un plano únicamente militar. Esta primera victoria de una lucha de liberación nacional en el Imperio francés pone en marcha un proceso de emancipación nacional que anuncia el final de dicho Imperio. Para comprender las causas, retos y consecuencias de esta victoria vietnamita que los indígenas de las demás colonias francesas inmediatamente consideraron como propia, les propongo un recorrido en tres etapas. En una primera se tratará de situar el acontecimiento en la secuencia histórica que se inicia en 1945. En una segunda etapa recordaremos los efectos inmediatos de Dien Bien Phu en los demás pueblos colonizados, pero también en la renovación de la estrategia colonial francesa. Una tercera etapa se dedicará a la pregunta planteada en el título de esta intervención: ¿quién ganó y quién perdió en Dien Bien Phu?

La fisu­ra de la base colonial

La Segun­da Gue­rra Mun­dial actúa como pode­ro­so ger­men de las aspi­ra­cio­nes anti­co­lo­nia­les. Res­que­bra­ja pro­fun­da­men­te la base colo­nial. Las pri­me­ras fisu­ras no son mili­ta­res, sino ideo­ló­gi­cas, cul­tu­ra­les y psi­co­ló­gi­cas. En el plano ideo­ló­gi­co el racis­mo bio­ló­gi­co que pre­do­mi­na­ba has­ta enton­ces ya no es defen­di­ble a los pro­pios ojos de los euro­peos. La expe­rien­cia del nazis­mo cam­bia pro­fun­da­men­te la situa­ción. Con el «nazis­mo» unos blan­cos apli­can por pri­me­ra vez a otros blan­cos una jerar­qui­za­ción racis­ta que has­ta enton­ces se reser­va­ba a los colo­ni­za­dos. Unos paí­ses euro­peos son colo­ni­za­dos y sus pue­blos sufren lo que sus paí­ses hacen vivir a millo­nes de per­so­nas colo­ni­za­das des­de hace siglos. El mis­mo año de Dien Bien Phu Aimé Césai­re resu­me de la siguien­te mane­ra esta conmoción:

Cuan­do Hitler voci­fe­ró por pri­me­ra vez sus abo­mi­na­cio­nes sobre la raza supe­rior, pue­de que los pue­blos de Euro­pa se sor­pren­die­ran. Noso­tros, los pue­blos colo­nia­les, ape­nas nos sor­pren­di­mos por­que ya había­mos oído ese len­gua­je, no en boca de Hitler, sino en boca de nues­tros amos, en las de los gran­des colo­ni­za­do­res […] ; pue­de que la gran ori­gi­na­li­dad de Hitler haya sido apli­car a los pue­blos euro­peos los méto­dos colo­nia­les que has­ta enton­ces Euro­pa había apli­ca­do, sin pes­ta­ñear, para su mayor bene­fi­cio, a nacio­nes no euro­peas. (Aimé Césai­re: Le colo­nia­lis­me n’est pas mort.)

En el lado de los colo­ni­za­dos la par­ti­ci­pa­ción masi­va en los com­ba­tes con­tra el nazis­mo cons­ti­tu­ye una expe­rien­cia que mina uno de los mitos esen­cia­les de la colo­ni­za­ción, el de «la inven­ci­bi­li­dad del hom­bre blan­co». Las orga­ni­za­cio­nes nacio­na­lis­tas de las dife­ren­tes colo­nias recuer­dan enton­ces al colo­ni­za­dor los idea­les expues­tos en la Car­ta Atlán­ti­ca de 1941, la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das de 1945 y la Decla­ra­ción Uni­ver­sal de los Dere­chos Huma­nos en 1948. La res­pues­ta fran­ce­sa a estas exi­gen­cias de los colo­ni­za­dos será la vio­len­cia mili­tar y la masa­cre: en Arge­lia con las masa­cres de mayo de 1945, en Indo­chi­na con la gue­rra de recon­quis­ta en 1946 y en Mada­gas­car con otra masa­cre en 1947.

La vic­to­ria de la Revo­lu­ción chi­na en 1949 y el final de la gue­rra de de Corea en 1953 com­ple­tan la reu­nión de los fac­to­res que lle­van a la vic­to­ria de Dien Bien Phu. El Esta­do fran­cés ha cali­bra­do bien lo que se jue­ga en Viet­nam. No se tra­ta­ba sim­ple­men­te de la inde­pen­den­cia de una colo­nia sino del futu­ro del Impe­rio colo­nial fran­cés. Tes­ti­mo­nio de ello es la mag­ni­tud de las fuer­zas mili­ta­res impli­ca­das en la bata­lla (el cuer­po expe­di­cio­na­rio fran­cés cuen­ta con más de 100.000 hombres).

El ejér­ci­to fran­cés es un refle­jo de su Impe­rio. Los fran­ce­ses solo repre­sen­tan el 25 % de los efec­ti­vos y los demás sol­da­dos pro­ve­nían de 17 colo­nias. La acti­tud de estas tro­pas duran­te el con­flic­to será otro indi­ca­dor de las muta­cio­nes que sufren las colo­nias tras la expe­rien­cia de la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Una par­te impor­tan­te de los tira­do­res arge­li­nos y marro­quíes deser­ta y algu­nos de ellos se unen a los com­ba­tien­tes viet­na­mi­tas en res­pues­ta al lla­ma­mien­to de los viet­na­mi­tas que en sus pan­fle­tos y men­sa­jes de radio des­ta­can la comu­ni­dad de opre­so­res y tam­bién en res­pues­ta al lla­ma­mien­to del líder nacio­na­lis­ta rife­ño Abdel­krim El Kha­ta­bi, que declara:

¡Sol­da­dos marro­quíes! Sabed que la ayu­da que pres­táis a las fuer­zas del impe­ria­lis­mo en Indo­chi­na, ade­más de su carác­ter con­tra­rio a la reli­gión y a la moral, pro­lon­ga la pre­sen­cia fran­ce­sa en vues­tras patrias […] Debéis inten­tar pasar a las filas de los viet­na­mi­tas para ayu­dar­les a ven­cer a los impe­ria­lis­tas fran­ce­ses por­que su derro­ta será tam­bién una vic­to­ria para la cau­sa de la liber­tad y la inde­pen­den­cia del Magreb.(Diario egip­cio Sawt al Oum­ma del 21 de mar­zo de 1948.)

El impac­to sísmico

Si la vic­to­ria viet­na­mi­ta de Dien Bien Phu es un resul­ta­do de la nue­va secuen­cia que se ini­cia en 1945 tam­bién es un ace­le­ra­dor de unas muta­cio­nes pro­fun­das que carac­te­ri­zan esta nue­va épo­ca. Tes­ti­mo­nio de ello son las reac­cio­nes de los colo­ni­za­dos. Vea­mos algu­nas citas de mili­tan­tes nacio­na­lis­tas de la época:

  • Feh­rat Abbas des­ta­ca que Dien Bien Phu adquie­re inme­dia­ta­men­te un carác­ter de sím­bo­lo: «Dien Bien Phu no fue solo una vic­to­ria mili­tar. Esta bata­lla sigue sien­do un sím­bo­lo. Es el Valmy de los pue­blos colo­ni­za­dos. Es la afir­ma­ción del hom­bre asiá­ti­co y afri­cano fren­te al hom­bre de Euro­pa. Es la con­fir­ma­ción de los dere­chos huma­nos a esca­la uni­ver­sal. En Dien Bien Phu Fran­cia per­dió la úni­ca legi­ti­ma­ción de su pre­sen­cia, esto es, la ley del más fuer­te». (Feh­rat Abbas: Gue­rre et révo­lu­tion d’Algérie: la nuit colo­nia­le, p. 16.) 
  • Yous­sef BenKhe­da recuer­da el impac­to que tuvo Dien Bien Phu en la deci­sión de pasar a la lucha arma­da en Arge­lia: «El humi­llan­te desas­tre de Dien Bien Phu» para el cuer­po expe­di­cio­na­rio fran­cés actuó «como un pode­ro­so deto­na­dor en todas aque­llas per­so­nas que creen que la opción de la insu­rrec­ción a cor­to pla­zo es aho­ra el úni­co reme­dio, la úni­ca estra­te­gia posi­ble para supe­rar la cri­sis […]» . Dien Bien Phu «dupli­ca la deter­mi­na­ción de los mili­tan­tes que tie­ne pri­sa por avan­zar. La acción direc­ta se impo­ne a todas las demás con­si­de­ra­cio­nes y se con­vier­te en la prio­ri­dad de prio­ri­da­des». (Les ori­gi­nes du 1er novem­bre 1954, p. 245.) 
  • Ruben Um Nyo­bè, por su par­te, con­si­de­ra que la vic­to­ria viet­na­mi­ta «debe ser­vir de lec­ción a quie­nes creen que el hecho de calum­niar al adver­sa­rio es una solu­ción efi­caz». (Com­ment fai­re pour gag­ner la batai­lle du réfé­ren­dum pour l’unification du Came­roun.)

Hubié­ra­mos podi­do citar a Nkru­mah o a Man­de­la, Nye­re­re o Fanon, Man­de­la o Sékou Tou­ré, etc., todos los acto­res mili­tan­tes nacio­na­lis­tas de las inde­pen­den­cias afri­ca­nas men­cio­nan la vic­to­ria viet­na­mi­ta como pro­me­sa de una pró­xi­ma independencia.

La reac­ción es idén­ti­ca en el lado de los pue­blos. «La caí­da de Dien Bien Phu el 7 de mayo de 1954 no pasa des­aper­ci­bi­da en Túnez; se cele­bra en los barrios popu­la­res por medio de la con­fec­ción de un pla­to que se lla­ma «taji­ne Dîen Bîen Phu»», recuer­da la his­to­ria­do­ra Juliet­te Bes­sis (Mou­ve­ment ouvrier, com­mu­nis­me et natio­na­lis­me dans le mon­de ara­be, p. 272). «Los colo­ni­za­dos, por su par­te, no se enga­ña­ron. Diver­sos tes­ti­mo­nios ates­ti­guan que en las demás colo­nias enton­ces domi­na­das por Fran­cia esta­lló la ale­gría», com­ple­ta el his­to­ria­dor Alain Rus­cio («Dîen Bîen Phu, le Valmy des peu­ples colo­ni­sés», L’humanité, 9 de mayo de 2014).

Tam­bién las auto­ri­da­des colo­nia­les cons­ta­tan estos efec­tos en las rela­cio­nes con los colo­ni­za­do­res. Así, por ejem­plo el pre­fec­to de Bat­na decla­ra que Dien Bien Phu tuvo como con­se­cuen­cia «una impor­tan­te modi­fi­ca­ción del esta­do de espí­ri­tu musul­mán de Aurés […] Los chaouia ya no con­si­de­ra­ban jefes a los fran­ce­ses pues­to que habían sido ven­ci­dos» (cita­do en Daniel Gué­rin, Ci-git le colo­nia­lis­me, p. 25).

La ace­le­ra­ción de la his­to­ria que sim­bo­li­za Dien Bien Phu se tra­du­ce rápi­da­men­te en hechos e ini­cia­ti­vas con­cre­tas. Cuan­do la bata­lla toda­vía no está total­men­te cerra­da aun­que ya se cono­ce su resul­ta­do, se reúne del 28 de abril al 2 de mayo la Con­fe­ren­cia de Colom­bo en la que cin­co paí­ses recién inde­pen­dien­tes de Asia deci­den orga­ni­zar en Ban­dung una con­fe­ren­cia de los paí­ses inde­pen­dien­tes de Áfri­ca y Asia. Unos meses des­pués comien­za la gue­rra de libe­ra­ción de Arge­lia en la que par­ti­ci­pa­rán muchos tira­do­res arge­li­nos que habían par­ti­ci­pa­do en la gue­rra de Indo­chi­na, des­pués se cele­bra la Con­fe­ren­cia de Ban­dung en 1955 en la que los dele­ga­dos viet­na­mi­tas son reci­bi­dos como héroes y en 1956 se pro­du­ce la nacio­na­li­za­ción del Canal de Suez, en la que la soli­da­ri­dad pro­cla­ma­da en Ban­dung encuen­tra su pri­me­ra con­cre­ti­za­ción. Esta suce­sión de hechos dan tes­ti­mo­nio del impac­to sís­mi­co de la vic­to­ria viet­na­mi­ta. En efec­to, lo que entra en cri­sis mor­tal en Dien Bien Phu es la épo­ca colonial.

El Esta­do fran­cés, por su par­te, se ve obli­ga­do a cam­biar de estra­te­gia. El temor al con­ta­gio del «virus viet­na­mi­ta» le lle­va a acep­tar la inde­pen­den­cia de sus colo­nias asiá­ti­cas en la lógi­ca de «sol­tar Asia para con­ser­var Áfri­ca». Las gue­rras de Arge­lia y Came­rún serán las tra­duc­cio­nes con­cre­tas de esta estra­te­gia. Con­ser­var el con­trol colo­nial de Áfri­ca es la preo­cu­pa­ción prin­ci­pal des­pués de Dien Bien Phu. El exmi­nis­tro de las colo­nias, un tal Fra­nçois Mit­te­rrand, resu­me esta preo­cu­pa­ción de la siguien­te mane­ra: «Sin Áfri­ca no habrá his­to­ria de Fran­cia en el siglo XXI» (F. Mit­te­rand: Pré­sen­ce fra­nçai­se et aban­don, 1957, p. 237).

Pero el impac­to acu­mu­la­do de Dien Bien Phu, de Ban­dung y de Suez, y el temor de que se des­en­ca­de­nen nue­vas luchas arma­das en el Áfri­ca sub­saha­ria­na lle­va rápi­da­men­te a un nue­vo cam­bio de estra­te­gia. «No per­mi­ta­mos que se pien­se que Fran­cia solo empren­de refor­mas cuan­do se ha derra­ma­do la san­gre», afir­ma el minis­tro de Ultra­mar Gas­ton Defe­rre en su inter­ven­ción ante el Con­se­jo de la Repú­bli­ca en 1957 para jus­ti­fi­car la ley mar­co de 1956. La aspi­ra­ción a la inde­pen­den­cia inme­dia­ta se ha vuel­to tan fuer­te que esta ley, que se con­ten­ta con con­ce­der una amplia auto­no­mía, que­da supe­ra­da nada más pro­mul­gar­se. Como el Esta­do fran­cés ya no se podía opo­ner a las inde­pen­den­cias, las ace­le­ró enmar­cán­do­las por medio de los acuer­dos de coope­ra­ción, los acuer­dos mone­ta­rios y los acuer­dos de defen­sa que vacia­ban la nue­va sobe­ra­nía nacio­nal de su esen­cia. Comien­za el tiem­po del colo­nia­lis­mo y de la Fra­nça­fri­que El tér­mino Fra­nça­fri­que es un neo­lo­gis­mo for­ma­do con las pala­bras Fran­ce (Fran­cia) y Afri­que (Áfri­ca) que desig­na el con­jun­to de las rela­cio­nes entre Fran­cia y sus anti­guas colo­nias afri­ca­nas para denun­ciar el carác­ter ambi­guo y opa­co de la rela­ción. Fra­nça­fri­que esta­ría cons­ti­tui­do de redes de influen­cia y de lobbys de acto­res fran­ce­ses y afri­ca­nos que inter­vie­nen en los domi­nios eco­nó­mi­cos, polí­ti­co y eco­nó­mi­co para apro­piar­se tan­to de las rique­zas rela­cio­na­das con las mate­rias pri­mas como de la ayu­da públi­ca al desa­rro­llo (N. de la t., toma­do de la intere­san­te defi­ni­ción del tér­mino en http://​www​.tou​pie​.org/​D​i​c​t​i​o​n​n​a​i​r​e​/​F​r​a​n​c​e​_​a​f​r​i​q​u​e​.​htm )..

Ven­ce­do­res y perdedores

Dien Bien Phu tuvo tan­to impac­to sís­mi­co que se tam­ba­leó el con­jun­to del Impe­rio colo­nial fran­cés. El Esta­do fran­cés se vio obli­ga­do a trans­for­mar su colo­nia­lis­mo en neo­co­lo­nia­lis­mo. Esta cons­ta­ta­ción pone de relie­ve que un sis­te­ma de domi­na­ción nun­ca des­apa­re­ce­rá ni se trans­for­ma­rá por sí mis­mo. Solo se trans­for­ma por medio de una rela­ción de fuer­zas que deter­mi­ne o bien su des­apa­ri­ción o bien su trans­for­ma­ción bajo un nue­vo ros­tro. En ese sen­ti­do las inde­pen­den­cias de la déca­da de 1960 son a la vez un avan­ce his­tó­ri­co indu­da­ble y el signo del man­te­ni­mien­to de la dominación.

La cues­tión de los ven­ce­do­res y per­de­do­res de Dien Bien Phu revis­te un carác­ter de fal­sa evi­den­cia. Plan­tea­do de mane­ra esen­cia­lis­ta y bina­ria, lle­va a una res­pues­ta en apa­rien­cia evi­den­te: ganó Viet­nam, per­dió Fran­cia. En el lado viet­na­mi­ta la res­pues­ta pue­de ser con­si­de­ra­da glo­bal­men­te como satis­fac­to­ria tenien­do en cuen­ta el sacri­fi­co colec­ti­vo que se nece­si­tó para ven­cer mili­tar­men­te al ejér­ci­to fran­cés. Seme­jan­te vic­to­ria supo­ne la movi­li­za­ción de todo un pue­blo, movi­li­za­ción que el gene­ral Giap resu­me así solo para la bata­lla de Dien Bien Phu:

Para lle­var un kilo de arroz a los sol­da­dos que están en el fren­te ¿aca­so no se nece­si­ta con­su­mir cua­tro duran­te el trans­por­te? ¡Se dan cuen­ta! Uti­li­za­mos 200.000 por­tea­do­res, más de 20.000 bici­cle­tas, 11.800 bal­sas, 400 camio­nes y 500 caba­llos. Por lo demás, los caño­nes serán iza­dos en bra­zos de los hom­bres. (Le Mon­de, 4 de octu­bre de 2013.) 

Seme­jan­te esfuer­zo y sacri­fi­cio ates­ti­gua una enor­me movi­li­za­ción popu­lar por la inde­pen­den­cia y la con­vier­te en una vic­to­ria indu­da­ble para el pue­blo viet­na­mi­ta. La ace­le­ra­ción de la his­to­ria anti­co­lo­nial bajo el efec­to de Dien Bien Phu hizo que los demás pue­blos colo­ni­za­dos del Impe­rio fran­cés se bene­fi­cia­ran de la vic­to­ria del pue­blo vietnamita.

Menos evi­den­te es la pre­gun­ta de quién es el per­de­dor. Las res­pues­tas apor­ta­das por los dife­ren­tes acto­res de la épo­ca son sig­ni­fi­ca­ti­vas. El soció­lo­go y geó­gra­fo André Sieg­fried expli­ca en 1950, es decir, en el momen­to de las pri­me­ras derro­tas mili­ta­res de la gue­rra de Indo­chi­na, los retos de esta: «Lo que está en jue­go no es tan­to el pro­pio esta­tu­to colo­nial como el des­tino de la raza blan­ca en el mun­do y con ella de la civi­li­za­ción occi­den­tal de la que es garan­te, el úni­co garan­te» (Le Figa­ro, 3 de enero de 1950). 34 años des­pués, en el tri­gé­si­mo ani­ver­sa­rio de Dien Bien Phu, Bigeard resu­me de for­ma lapi­da­ria: «Quien ha per­di­do es la raza blan­ca» (Libé­ra­tion, 7 de mayo de 1984). Entre los ven­ci­dos de Dien Bien Phu están sin lugar a dudas los supre­ma­cis­tas blan­cos que se exhi­bie­ron abier­ta­men­te duran­te toda la épo­ca colonial.

Los impac­tos sís­mi­cos de Dien Bien Phu des­ta­can un segun­do per­de­dor: el pro­pio Esta­do fran­cés y las cla­ses socia­les cuyos intere­ses defien­de. Des­de el prin­ci­pio al final la cober­tu­ra mediá­ti­ca de la gue­rra de Indo­chi­na da tes­ti­mo­nio de la impor­tan­cia que esta colo­nia tenía para el Esta­do fran­cés. Tan­to la pren­sa escri­ta y radio­fó­ni­ca como los «noti­cie­ros» del cine tra­ta­ron duran­te toda la gue­rra de for­jar un con­sen­so res­pec­to a la gue­rra con el doble leit­mo­tiv de la lucha con­tra el «peli­gro rojo» y de la defen­sa del Impe­rio francés.

El pue­blo fran­cés, por su par­te, nun­ca apo­yó esta gue­rra, que nun­ca fue popu­lar. El movi­mien­to con­tra la gue­rra de Viet­nam fue impor­tan­te y en par­ti­cu­lar hubo una fuer­te movi­li­za­ción de la revis­ta «Temps moder­nes», del Par­ti­do Comu­nis­ta Fran­cés y de los gru­pos de extre­ma izquier­da, hubo varios cen­te­na­res de deser­to­res que se unie­ron a las tro­pas viet­na­mi­tas, la nega­ti­va de los esti­ba­do­res y de los ferro­via­rios a car­gar y trans­por­tar el mate­rial des­ti­na­do a Viet­nam, mani­fes­ta­cio­nes con­tra la gue­rra con fre­cuen­tes enfren­ta­mien­tos con las fuer­zas de poli­cía, etc. El infor­me del gene­ral Revers cal­cu­la, por ejem­plo, que el 40 % del mate­rial que lle­vó a Indo­chi­na en 1949 había sido sabo­tea­do. Igual­men­te, en febre­ro de 1954 solo el 8 % de los fran­ce­ses afir­ma apro­bar la gue­rra (Alain Rus­cio: «L’opinion fra­nçai­se et la gue­rre d’Indochine (1945−1954)», His­to­ire n° 29, p. 40). La impor­tan­cia pro­gre­si­va de estos hechos ates­ti­gua que no se pue­de con­si­de­rar al pue­blo fran­cés per­de­dor en Dien Bien Phu.

Aún así, ¿se pue­de con­si­de­rar Dien Bien Phu una vic­to­ria del pue­blo fran­cés? Si tene­mos en cuen­ta que el ima­gi­na­rio colo­nial pro­du­ci­do, repro­du­ci­do y difun­di­do des­de la III Repú­bli­ca fun­cio­na como freno para la con­cien­cia­ción de las divi­sio­nes de cla­se de la socie­dad fran­ce­sa, todos los fac­to­res que rom­pen este espa­cio men­tal colo­nial son, de hecho, una vic­to­ria del pue­blo fran­cés. La cues­tión no es aquí qué cos­te supu­so la gue­rra al pue­blo fran­cés sino en pri­mer lugar la cues­tión del las­tre ideo­ló­gi­co colo­nial que impi­de una ver­da­de­ra pers­pec­ti­va pro­gre­sis­ta. «Un pue­blo que opri­me a otro no pue­de ser libre» des­ta­ca­ba ya Marx.

Con­tra­ria­men­te a lo que se afir­ma con dema­sia­da fre­cuen­cia, el Esta­do fran­cés apren­dió de su derro­ta. El acom­pa­ña­mien­to ideo­ló­gi­co de la gue­rra de Arge­lia fue aún más fuer­te que duran­te la gue­rra de Indo­chi­na y el envío de con­tin­gen­te se esta­ble­ció para impli­car a la mayor can­ti­dad posi­ble de fran­ce­ses. Por des­gra­cia, la opo­si­ción a esta segun­da gue­rra colo­nial de la épo­ca no fue com­pa­ra­ble a la de la primera.

Este retro­ce­so no mer­ma en abso­lu­to la carac­te­rís­ti­ca de la bata­lla de Dien Bien Phu: ser una derro­ta del colo­nia­lis­mo, del racis­mo y del Esta­do fran­cés, y simul­tá­nea­men­te una vic­to­ria de los pue­blos fran­cés y viet­na­mi­ta. Final­men­te, que­re­mos des­ta­car una lec­ción de esta pági­na de la his­to­ria: la nece­si­dad de un movi­mien­to con­tra la gue­rra que se opon­ga a todas las aven­tu­ras neo­co­lo­nia­les que se mul­ti­pli­can hoy en día.

Inter­ven­ción de Saïd Boua­ma­ma en la Con­fe­ren­cia Ban­dung del Nor­te, el día 6 de mayo de 2018 (véa­se el Lla­ma­mien­to del Ban­dung del Nor­te)

[Tra­du­ci­do del fran­cés para Rebe­lión por Bea­triz Mora­les Bastos.]

Fuen­te: http://​boua​ma​mas​.word​press​.com/​2​0​1​8​/​0​5​/​0​8​/​d​i​e​n​-​b​i​e​n​-​p​h​u​-​u​n​e​-​d​e​f​a​i​t​e​-​d​e​-​l​e​t​a​t​-​f​r​a​n​c​a​i​s​-​u​n​e​-​v​i​c​t​o​i​r​e​-​d​u​-​p​e​u​p​l​e​-​f​r​a​n​c​a​is/

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