[nextpage title=«Propiedad privada del espacio-tiempo y poder del capital»]
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[alert]Texto que forma parte de las reflexiones y debates surgidos en 2015 a raíz de la Capitalidad Cultural Europea en 2016.[/alert]
«En cuanto forma de capital, la ciudad-mercancía es lugar de especulación inmobiliaria: la tierra como capital ficticio […] El derecho a la ciudad surge como necesidad radical de un espacio en función de la forma natural, como un movimiento contra la alienación del espacio urbano; tiene carácter directamente anticapitalista, pues sus reivindicaciones implican romper con la lógica de la ciudad-mercancía.»
Propiedad privada del espacio-tiempo y poder del capital
- El desarrollo de la vida orgánica y la antropogenia han sido inseparables de las condiciones naturales, geográficas, espaciales. La razón no es otra que la objetividad de la ley del ahorro de energía o del mínimo esfuerzo, después de la ley de la productividad del trabajo y por último y en la actualidad capitalista, de la ley del valor. Existe una continuidad interna entre ellas basada en última instancia en el problema del gasto de la energía, la materia y el tiempo como recursos finitos en un espacio cerrado. El problema irresoluble surge cuando la ley del valor atenta directamente contra la ley del mínimo esfuerzo y de la productividad, supeditándolas a los intereses irracionales del capitalismo. Esto es lo que sucede en Euskal Herria, y en concreto lo que la burguesía está haciendo con Donostialdea, o sea la zona de pueblos que circunvalan la capital y dependen de ella en todos los sentidos.
- La ley del valor exige para su optimización la mayor rapidez de flujo posible por los canales en los que circula, desde la producción hasta la realización del beneficio. El capitalismo se caracteriza por su necesidad férrea de ampliar e intensificar lo más posible la explotación de la fuerza de trabajo para multiplicar el beneficio, por revolucionar las fuerzas productivas haciendo de la ciencia parte del capital constante, por crear nuevas ramas económicas que suplantes a las obsoletas, por reducir las distancias y los tiempos ya que el capitalismo es la economía del tiempo en cuanto peligro para la valoración. Esto exige crear vías rápidas y seguras para que el transporte de mercancías requiera el menor tiempo posible, para que fluya el valor: el capital no solo transforma y destruye la naturaleza sino que sobre todo la crea en cuanto mercancía que debe transustanciarse en beneficio.
- Los canales de transporte adquieren por eso decisiva importancia económica, social, política, militar, etc., lo que obliga a destruir la naturaleza: son necesidades y problemas estratégicos crecientes desde que la ley del valor apareció embrionariamente hace alrededor de 6000 años, y decisivos desde que el capitalismo es el modo de producción dominante. Dado que el valor está unido a la lucha de clases entre el capital y el trabajo, ocurre que la geografía social es el producto de esta dialéctica de lucha de contrarios, en la que el Estado juega un papel central. Por tanto, la historia y el futuro de Donostia y de Euskal Herria depende de la lucha de clases.
- Centrándonos solo en el presente inmediato, las exigencias de fracciones del capital mundial en lo que toca a la reducción del tiempo-espacio, así como la exigencia ciega de contener la caída tendencial de la tasa medio de ganancia, hace que la clase dominante en Europa se encuentre en la encrucijada de tener que lidiar con el problema de resolver el punto de choque de, al menos, tres grandes ejes que vehiculan flujos de valor y que responden a contradicciones interimperialistas: el que está formándose con el nombre de «nueva ruta de la seda», desde el Pacífico hasta Irán y Siria por ahora, con sus ramales; el que potencia Euroalemania hacia el centro de Europa y Rusia con un ramal al norte de África para garantizar el saqueo de este continente; y el que va de Estados Unidos a países fieles del Este europeo pasando por Gran Bretaña.
- Estos ejes y sus ramales conectan, como se ve, fracciones burguesas que intereses similares en los Estados, agudizando diferencias que pueden llegar a ser oposiciones pero nunca contradicciones, y menos aún antagónicas. No olvidemos que lo determinante es la lógica capitalista que los conecta objetivamente en el fondo: pueden tener diferencias más o menos destacadas por siempre termina imponiéndose la objetividad del capital: Syriza, Podemos, etc., son un ejemplo de estas diferencias superficiales en su expresión política de reformismo tibio, lo mismo que sucede entre partidos de derecha y extrema derecha por el otro lado. Las discusiones socioeconómicas entre fracciones burguesas europeas, el peso creciente de los lobbys y grupos de presión, el poder absoluto del BCE… indican cómo en la mayoría inmensa de los casos es la gran burguesía la que se impone, y cómo siempre salen perdiendo los pueblos trabajadores, sobre todo los que padecemos opresión nacional.
- La mundialización de la ley del valor, históricamente efectiva desde el siglo XVII y política y culturalmente dominante desde comienzos del siglo XVIII genera ahora contradicciones más agudas que nunca antes. La remilitarización de la Unión Europea y de los Estados que nos oprimen como pueblo –Macron va a reinstaurar el servicio militar obligatorio y el Estado español va a aumentar en un 80% sus gastos oficiales en armamento, al margen de otros aumentos silenciados – . Recordemos que el capital salió de la depresión de 1873 con la guerra mundial de 1914 – 1918, y de la depresión de 1929 con la guerra de 1939 – 1945, según la cronología occidental. Recordemos que la crisis –no confundir depresión con crisis– de 1968 – 1973 provocó la respuesta neoliberal del imperialismo, y que fue en 1983 la reina Isabel II de Inglaterra estuvo a punto de leer un comunicado oficial sobre el estallido de la guerra con la URSS.
- La depresión de 2007 aún se mantiene y, repitiendo las lecciones del pasado, el rearme del imperialismo es salvaje: Gran Bretaña ha llamado a nuevas levas de soldados, lo mismo que Alemania, y Suecia traslada tropas a la frontera con Rusia siguiendo la estrategia de la OTAN de militarizar esa frontera que recorre Europa del norte al Mediterráneo y al Mar Negro. Estados Unidos se ha lanzado a una irracional carrera armamentista con un gasto oficial de 639.000 millones de dólares estadounidenses para 2018, con la ayuda del renacido nacionalismo expansionista japonés. El cerco a Irán, Rusia y China Popular por parte del imperialismo se está endureciendo día a día en lo que ya es una soga al cuello de estas potencias que el imperialismo intentará cerrar aprovechando el deshielo del Océano Polar Ártico. Todo esto está logrando que la cotización media en las Bolsas mundiales de la industria militar haya subido un 27%, repitiendo los pasos de las dos depresiones y de las grandes crisis anteriores.
[nextpage title=«Explotación, violencias, insurrecciones y represiones»]
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Explotación, violencias, insurrecciones y represiones
- La dictadura del capital crea su propia naturaleza como mercancía con sus vías de transporte para acelerar los flujos de valor. La militarización es una fuerza innegable en ese proceso: las calzadas romanas lo demuestran, pero bajo el capital lo prioritario de las vías no son los ejércitos en sí sino éstos en cuanto parte de la reproducción ampliada, o sea, las vías como los canales que facilitan que la violencia se desarrolle como lo que es, como potencia económica. O sea, los canales por los que la violencia global del capital golpea en todos los aspectos al trabajo para maximizar el beneficio: los flujos de la violencia inherente a la ley del valor inciden directamente en la lucha de clases y son a su vez incididos por esta porque forman una unidad en autonomía relativa de cada parte.
- No solo la violencia física en sus múltiples expresiones sino que también la psicológica, afectiva, cultural, simbólica, sexual, informativa… circulan por los canales, y éstos mismos son diseñados en función de esas violencias, no solo para que se muevan más rápidamente sino sobre todo para que formen una red que materialice la omnipotencia, omnipresencia y pluridimensionalidad del capital y de sus reproducción ampliada en lo objetivo y en lo subjetivo. Las contradicciones del sistema, entre las que destaca la ley de la caída tendencia del beneficio, le obligan a crear ramas mediante las que aumentar la ganancia media y la alienación de masas como las industrias culturales, sexuales, afectivas, turísticas, deportivas, etc., legales e ilegales.
- La naturaleza, la geografía, la planificación urbana… todo queda subsumido en la lógica del beneficio. Sobre todo si son naciones pequeñas como la vasca, desaparece la separación entre campo y ciudad porque se acorta el espacio-tiempo y el turismo, el deporte, la industria cultural, los servicios, la industria del sexo, el narcocapitalismo, el ecologismo reformista y la sutil trampa burguesa de la llamada economía social y solidaria, etcétera, tienen el mercado integrado a sus pies. La aparentemente inagotable multidiversidad de oferta que tiene el mercado integrado hace que, formalmente, desaparezca la lucha de clases, la lógica de la explotación nacional y de la mujer trabajadora surgiendo el reino eterno del ciudadano individualizado o en todo caso del reformismo de toda la vida.
- La superficie impide ver el fondo y la democracia ciudadana legitima la violencia del capital. Pero la imagen de normalidad empieza a resquebrajarse cuando las resistencias aisladas en un barrio, escuela, taller, comuna, hospital, mercado, casa ocupada, biblioteca, fábrica, espacio liberado, domicilio. transporte, gaztetxe, paseo o plaza pública, son síntomas de malestar que dificultan la rapidez de los flujos de valor y de realización del beneficio. Si las resistencias aisladas se coordinan y crecen, si se dotan de una estrategia que englobe a las múltiples tácticas de lucha y sus objetivos específicos, según se asciende a la conciencia política revolucionaria, el espacio-tiempo y la ciudad demuestran abiertamente, sin ideologías mixtificadoras, que son un campo de guerra social, más aún en un pueblo oprimido nacionalmente.
- Una de las causas más frecuentes que motivan la reaparición de las protestas del pueblo son los problemas relacionados con el espacio-tiempo: las huelgas de 1951 en Iruña y Barcelona contra el aumento del precio de transporte. Es la imposición tramposa o descarada de la geografía capitalista que destroza barriadas populares con sus formas de vida colectiva e individual. Además de asociaciones de vecinos con su accionar, se suman otros colectivos de modo que del malestar cuantitativo se salta al proyecto cualitativo: la lucha contra la autovía Irurtzun-Andoain en Euskal Herria, contra Renfe en Murcia, contra el Metro en Donostia y una lista casi inacabable en la que también incluimos las movilizaciones contra la ubicación de cuarteles y comisarías, contra fábricas contaminantes, contra grandes centros comerciales que arruinan las pequeñas tiendas familiares, contra el ruido y el tráfico, por la instalación de centro educativos, culturales, sanitarios…
- Sabedora desde al menos el siglo XIV en las rebeliones populares en las ciudades del norte de Italia que el espacio-tiempo es un activo más en la guerra social, la violencia burguesa fue mejorando sus estrategias: por ejemplo separar los centros de tortura para que el pueblo no oyera los escalofriante gritos de las víctimas. En el siglo XVI el urbanismo y la arquitectura militar iban unidos. Con la revolución industrial de finales del siglo XVIII y el surgimiento de las violencias defensivas del pueblo trabajador, la burguesía sintió la urgencia de destruir el espacio medieval y crear otro abierto a su poder en todos los sentidos. Un modelo básico de espacio-tiempo muy apto para la rapidez de movimientos, el ahorro de energía y tiempo y la omnipresencia de la disciplina, lo encontró en la técnica estándar de los acuartelamientos militares romanos que, además, eran nudos de una red densa muy racionalmente planificada para ahorrar energía y tiempo bajo las presiones ciegas de la economía mercantil sustentada en el esclavismo.
- El paradigma del urbanismo militar oculto tras la opulenta estética democrático-burguesa lo tenemos en la transformación de París realizada por Haussmann en1853-1869 para permitir ametrallar a placer al pueblo insurrecto que no podía protegerse en las callejas medievales como en 1789, 1830 y 1848. El imperialismo francés sufrió la efectividad defensiva de las callejuelas precapitalistas en Argelia y Cochinchina. La rapidez de las balas de fusilería y artillería por las grandes avenidas rectilíneas es otra forma de expresión de la rapidez de circulación de la mercancía y realización del beneficio. La Comuna de París de 1871 demostró que la inventiva popular tarde o temprano supera las barreras y represiones: tras 1871 la burguesía parisina adaptó sus sistemas de violencia para abortar otra posible Comuna. Pero París se sublevó contra los nazis y la burguesía colaboracionista en verano de 1944, volvería a hacerlo en mayo de 1968, y después ha sido escenario de grandes manifestaciones que podrían haber terminado en batalla defensivas contra la violencia del capital que no podemos analizar aquí.
- París no es la excepción, sino una de tantas experiencias que confirman las tesis de la izquierda revolucionaria entre finales del siglo XIX y 1905: ni las barricadas ni las insurrecciones han dejado de ser posibles, efectivas y necesarias debido a los cambios espacio-temporales introducidos por el capital. La socialdemocracia manipuló y censuró durante cuarenta años las ideas de Engels de 1895 sobre la valía incuestionable de esos métodos siempre que se adaptasen a las innovaciones casi permanentes que hace la burguesía en su sistema represivo dentro del espacio urbano. La oleada revolucionaria de 1917 lo confirmó de nuevo, y desde entonces y hasta ahora sigue siendo esencialmente válido el brillante texto La insurrección armada publicado por la Internacional Comunista en 1928.
- Si en algún sitio aparece crudamente la esencia de poder de la planificación espacio-temporal es en las invasiones colonialistas e imperialistas que sufren los pueblos: se les impone una geografía diseñada para el saqueo sistemático, para romper la unidad endógena prexistente, para aplastar con rapidez sus resistencias, para hacerlos dependientes del colonizador… Sus luchas aprovechan lo que queda de la geografía tradicional cercando la ciudad por el campo, pero también simultanean frecuentemente las guerrillas con las insurrecciones, etcétera. La expansión inhumana del capitalismo en estos pueblos ha creado conurbaciones explosivas en las que las resistencias inventan tácticas defensivas que, una vez adecuadas, sirven también para las ciudades empobrecidas de las sociedades imperialistas, o «del norte».
- La desestructuración social impuesta por el neoliberalismo ha generado como respuesta una ascendente reestructuración del trabajado globalmente explotable. La alienación, reformismo y desunión, recortes, despidos y violencias que derrotaron la oleada de luchas de 1968 – 1988 son superados gradualmente por las nuevas respuestas del trabajo o por la recuperación de las tradicionales. Revueltas de 2005 huelgas masivas como la de 2010 y otras posteriores en el Estado francés. Gran huelga de los servicios públicos británicos en 2011; huelga general europea de 2012, huelga general de 2014 en Italia, el 15‑M de 2011 en el Estado español… son algunos ejemplos de lucha de clases en el actual espacio-tiempo del capital europeo, sin olvidarnos de Grecia y de las manifestaciones en Hamburgo de 2017, por citar un solo caso. La CEOE reconoce que la lucha obrera y popular crece en el estado español sobre todo desde verano de 2017, mientras que millones de mujeres trabajadoras salen a la calle a finales de enero de 2018 protestando contra las violencias que sufren.
- La respuesta burguesa es fulminante: A finales de 2004 Gran Bretaña aplicó un sofisticado método represivo que integraba las más modernas tecnociencias en esta problemática. La tensión social creciente en el Estado desde los motines de 2005 francés ha servido de excusa para instaurar una «sociedad de vigilancia generalizada». La Cumbre de Lisboa de 2010 ampliaba las atribuciones de control político-militar de la OTAN dentro de la Unión Europea. La Ley Mordaza española de 2015 es simultánea a la propuesta británica de restringir derechos de huelga y manifestación. La petición alemana de 2017 de crear un archivo policial único sobre la izquierda revolucionaria antecede en muy poco al proyecto griego de reducir los derechos sindicales.
- A la vez, Trump hace apología de la tortura y Canadá acepta las declaraciones arrancadas con este tormento inhumano. Se aprieta el cerco con la libertad en internet, y el estado español aplica el artículo 155 contra Catalunya. La derecha mundial se organiza y contraataca para acabar con las conquistas de la mujer trabajadora reduciendo drásticamente los fondos públicos que le ayudan, suavizando mediáticamente el terrorismo machista, incrementando la explotación global de la mujer. La sexualización del marketing, de la cultura, de la política, de la vida cotidiana en suma busca crear nuevas cadenas de dominación y aumentar la tasa media de beneficio.
[nextpage title=«Comuna de Donostia: lucha nacional de clase en la ciudad»]
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Comuna de Donostia: lucha nacional de clase en la ciudad
- El espacio-tiempo capitalista, supeditado al desarrollo irracional de la ley del valor, destruye el espacio-tiempo medieval excepto aquellas partes subsumibles en su lógica del beneficio rápido sin reparar en sus efectos destructivos. En la medida en que el espacio-tiempo medieval seguía aún hablando en euskara, a pesar de su retroceso, su suplantación por el espacio-tiempo del protocapitalismo significaba el retroceso de la lengua vasca. Para el siglo XII la producción y exportación de mineral de hierro creaba la nueva geografía vasca. Donostia fue fundada por el Estado de Nafarroa a finales del siglo XII como salida a la mar para impulsar el comercio, pero a los muy pocos años la incipiente burguesía donostiarra pactó su unión con los invasores castellanos y su ruptura con el Estado de Nafarroa imponiendo definitivamente la lógica mercantil sobre cualquier posible seña de identidad lingüístico-cultural y etno-nacional tardomedieval.
- En el siglo XVI esta burguesía fue vital en la liquidación de la independencia navarra. Desde entonces y hasta ahora, la burguesía donostiarra ha sido fiel como clase al Estado español, excepto breves momentos de coqueteo con la revolución burguesa francesa, en los que un sector pensó en asociarse de alguna forma a nuevo poder porque le era económicamente mucho más rentable. La industria del hierro aceleró el retroceso de la lengua vasca porque el español y el francés eran más rentables al capital comercial no solo en la producción económica sino también en su dominación político-cultural interna y en sus relaciones exteriores.
- No podemos resumir aquí la historia de sus sucesivas inserciones de Euskal Herria y Donostia en los flujos de producción y circulación de valor porque tendríamos que analizar las transformaciones globales de varios siglos y las correspondientes acciones de los Estados ocupantes durante las tres primeras reordenaciones europeas anteriores a la actual y cuarta, la de Maastrich de 1992. Sí debemos decir que la imposición de la lengua francesa y española así como el retroceso y desaparición de la lengua vasca guarda, dicho a grandes rasgos, estrecha relación con las evoluciones de la opresión nacional al son de esas reordenaciones.
- Las reordenaciones legalizan la concentración y centralización de capitales mediante salvajes guerras que terminan en victorias políticas de unos Estados hegemónicos sobre otros vencidos –Tratado de Westfalia de 1648, Congreso de Viena de 1815 y Pactos de Yalta-Postdam de 1945 – , abriendo fases socioeconómicas que generan nuevas contradicciones. En las tres reordenaciones Donostialdea fue un centro comercial pero sobre todo fue una zona militar importante en el sistema español, lo que facilitó el surgimiento del turismo por el trasiego de oficiales y sus familias, por la extensión de la fama de la ciudad y de su entorno, por la creación de una infraestructura adecuada. Tengamos en cuenta que turismo y control político-militar y cultural del territorio siempre han ido unidos.
- Sobre esta base, la burguesía comercial empezó a especializarse en el turismo en la segunda mitad del siglo XIX para compensar el auge de Bilbo. El aumento del turismo cada vez más selecto impuso cambios en la economía de Donostialdea. Por ejemplo, se hundió la producción de vino local por las importaciones de vinos de mejor calidad, sobre todo desde que a comienzos del siglo XX se generalizó el turismo de alto consumo. El euskara fue quedando reducido a la lengua de las limpiadoras de hoteles… Para entonces, la industria turística absorb��a cada vez más capitales excedentarios e improductivos, mostrando la corrección de la ley de perecuación que dice que los capitales abandonar las ramas menos rentables pare invertir en las más rentables.
- Donostialdea tenía industrias de varias clases, pesca, agricultura, etc., y por eso gozaba de una excelente lucha de clases con una conciencia nacional en ascenso, como se demostró sobre todo durante la Comuna antifascista del 18 de julio al 13 de septiembre de 1936. La invasión militar extranjera fue a la vez lucha de clases en tierra vasca. El pueblo trabajador tomó el poder en varios ayuntamientos, se organizó en pueblo en armas, y centralizó su puesto de mando en Donostia. Se tomó al asalto el cuartel de Loiola y se derrotó al fascismo en una feroz batalla urbana. Surgieron consejos y comités de fábrica, se recuperaron locales, se requisaron coches y camiones, se planificó la producción de armas, se racionaron los alimentos, se socializó la sanidad, se crearon cupones de pago, se organizó la defensa de un amplio territorio sin apenas armas y municiones, se aplicó la justicia revolucionaria… pero se cometieron los mismos errores de la Comuna de París 65 años antes: no se recuperó el capital depositado en los bancos, sobre todo en el Guipuzcoano, y no se actuó con la suficiente radicalidad revolucionaria.
- La represión franquista fue implacable. La memoria de la Comuna fue barrida en la historiografía oficial y en la versión nacionalista burguesa interesada en negar tanto su existencia como la realidad de la lucha de clases entre vascas y vascos. La burguesía como clase impulsó la invasión y si tuvo la mala suerte de quedarse en territorio controlado por el Gobierno Vasco actuó como espía y saboteadora al servicio de Franco, pero sectores de la mediana y pequeña burguesía nacionalista se dividieron entre los pocos que resistieron hasta el final y la mayoría que esperaba cualquier oportunidad para negociar la rendición.
- Exceptuando heroicidades individuales, generalmente de la pequeña burguesía, la clase como tal se mantuvo pasiva o fiel a la dictadura por los beneficios que suponía para Donostia. Mientras iba al alza la tendencia de la lucha obrera y popular, la industria turística siguió creciendo en su gama alta y media. Para la dictadura y para la burguesía era importante dar una imagen de ciudad atrayente, pacífica e incluso «abierta a Europa» por su cercanía a la frontera con el Estado francés. Las cada vez más duras luchas obreras y populares y su síntesis en la lucha de liberación suponían un peligro para esa alianza de clase.
- Desde finales de los años 60 se había multiplicado la represión con los Consejos de Guerra de Burgos, estados de excepción, etc., y a principios de los años 70 la droga ilegal comenzó a inundar la ciudad como arma de exterminio psicofísico de la juventud vasca. Pero las movilizaciones aumentaron en la clandestinidad y en los espacios semipúblicos surgieron gaueskolas, ikastolas, movimientos culturales, sociales, deportivos, sindicatos…, el pueblo trabajador se autoorganizaba al margen de las instituciones de la dictadura.
- De ahí surgiría tras muchos debates y rupturas lo que sería la izquierda abertzale que se implantaría con fuerza en el pueblo trabajador donostiarra: el 20,09% de votos en las primeras elecciones municipales en 1979, la segunda fuerza de la ciudad. Desde ese momento la historia política de la ciudad está condicionada por la obsesión de la burguesía y del reformismo, con la permanente intervención rectora del Estado español, por reducir lo más posible la implantación popular de la izquierda abertzale.
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Financiarizacion del capital e industria turística
- La segunda mitad de la década de 1980 fue testigo de dos grandes cambios que determinaron el auge actual de la industria del turismo en el capitalismo desarrollado y en Donostialdea: uno, y el menos importante a la larga, fue la política de desertización industrial y deslocalización que en Euskal Herria impuso el Estado español con la ayuda de las burguesías locales, lo que abrió espacios a otras industrias y negocios; y el decisivo y segundo fue la liberalización de capitales impuesta primero por Estados Unidos y Gran Bretaña lo que facilitó que la industria turística recibiera más capitales excedentarios procedentes de las industrias abandonadas por su baja rentabilidad.
- A estas nuevas condiciones estructurales al sistema capitalista se le sumaron al menos otras cuatro «nuevas»: una, la implosión de la URSS y a los pocos años la inundación de turistas multimillonarios procedentes de la muy corrupta nueva burguesía del Este; dos, la intensificación del capitalismo corrupto inseparable del auge incontrolable del capital ficticio y de la especulación de alto riesgo; tres, el auge de la industria cultural alienadora que tiene en la industria del deporte uno de sus pilares. Y cuatro, el poder del capitalismo mafioso, narcocapitalismo, etc., que generaba ingentes masas de dinero en papel que debía ser «limpiado» para integrarlo en el proceso legal de valoración ampliada del capital. La industria turística es inseparable de estos nuevos mercados que sustituyen a los ya improductivos. Un ejemplo, en la medición del PIB español se contabilizan los «beneficios» de la prostitución, un componente clásico de la industria turística.
- Tales cambios explican que según datos de comienzos de 2017 el turismo es una rama económica en imparable crecimiento: si en 1995 hubo en el mundo un total 525 millones de turistas, en 2016 han sido 1235 millones, y la tendencia sigue para arriba de entre el 3% y el 4%. Según estas fuentes y a la espera de completar el estudio mundial de 2016, se calcula que la industria supone ya alrededor del 10% del PIB mundial, el 7% del comercio mundial y el 30% de las exportaciones de servicios, y se calcula que 1 de cada 11 empleos depende de la industria turística. Otros estudios aseguran que en 2014 la industria turística suponía el 9,8% del PIB mundial mientras que la química el 8,6%, la agricultura el 8,5%, la educación el 8,4%, y la automovilística el 7%, y la banca el 5,9%.
- La burguesía del Estado español sabe que esta industria es una de sus muy pocas tablas de salvación que tiene para no ahogarse en el huracán de la crisis mundial que persiste a pesar de la ligera reactivación actual en muy pocos países. En 2017 el Estado español fue el segundo del mundo en el número de turistas, después del francés y por delante del norteamericano: 2017 es el quinto año de aumento sostenido, en gran parte por la baratura de precios gracias a la inhumana sobre explotación en esa industria –en 2017 el 97% de los contratos en hostelería han sido precarios – , por sus gangas en prostitución y drogadicción y por el contexto de caos e inseguridad en otras zonas turísticas provocado por las agresiones imperialistas.
- En 2015 el turismo aportaba 119.011 millones de euros, el equivalente al 11,1% del PIB, con 2,49 millones de puestos de trabajo, el 13% del total. Estimaciones empresariales sostienen que en 2016 la aportación al PIB fue del 11,2% con un ingreso de 125.000 millones y que en 2017 ha llegado al 11,5% del PIB con un aumento del 9% más de turistas que en 2016. Sin embargo, es un turismo pobre, que deja poco dinero por visitante. La burguesía lo sabe e intenta mejorar la oferta en calidad: el presidente autonómico de Galiza dijo que la juventud debía aprender inglés para ser mejores camareros. Lo tiene difícil porque la media estatal de comprensión de lectura está por debajo de la media de 24 países de la OCDE estudiados: 528 puntos frente a 540.
- El impulso al turismo busca compensar en parte el desplome de la industria en general, incluida la construcción, etc., que en 2007 significaba el 29,40% del PIB y en 2015 el 23,63%, según qué métodos se utilicen. Pese a la recuperación de los últimos tiempos, la industria manufacturera no llegaba al 13% del PIB en 2016. Comparemos: la industria turística el 11,5% y la manufacturera menos del 13% en 2016. La dependencia creciente del capitalismo español hacia el exterior se confirma en el retroceso de dos puestos en la competitividad mundial, cayendo al 34 en una lista de 138 países; también en que el capital extranjero posee ya en 43,1% de las acciones españolas, y con respecto a la cada vez más decisiva industria del turismo en que la inversión exterior en ella ha llegado en 2017 al 60% del total.
- La periferización del capitalismo estatal, su creciente dependencia del exterior, va unida al aumento del peso del turismo y a la debilidad de la manufactura, además de a otros factores que deben ser comprendidos estudiando cómo la cuarta reordenación del capitalismo europeo oficializada en Maastricht en 1992 impone restricciones que endurecen los ya aceptados por la burguesía estatal a comienzos de los ’80 para ser aceptada en Europa. La Europa de las tres velocidades –Alemania, Benelux, Estado francés, norte de Italia, etc.; este de Europa; y la periferia del sur – , impone a esta última área unas tareas muy precisas, siendo el turismo una de ellas.
[nextpage title=«Turistificación e inertebración nacional vasca»]
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Turistificación e inertebración nacional vasca
- La burguesía de Hegoalde en general y la donostiarra en particular están dentro de este agujero negro estatal aunque con algunas diferencias. Efectivamente, en abril de 2016 según el Círculo de Empresarios, el sector industrial representaba el 24,4% del PIB de la CAV mientras que el de Madrid era el 9,7% y el del Estado español 15,5%. Según la contabilidad del PIB del Gobierno Foral de Nafarroa, en 2017 el sector industrial aportaba el 31,68% del PIB navarro, 14 punto por arriba del Estatal que era del 17% y 12 puntos por arriba del 19,1% europeo. Estas diferencias tan notables entre el capitalismo vasco y la media estatal corresponden a la especificidad vasca de la dialéctica entre la producción de valor y la lucha de clases en un marco de opresión nacional, tema que no podemos desarrollar ahora.
- Sin embargo y también por estas mismas razones la burguesía vasca es parte sustantiva del capitalismo español. Esto mismo, más la presión objetiva de las exigencias impuestas por la Unión Europea arriba vistas, y la férrea lógica del capitalismo mundial, hace que la burguesía vasca se lance también a potenciar la industria turística para incentivar la industria en general: quiere subir de ese 24,4% industrial del PIB al 25% en el 2020. Por ejemplo el gobiernillo vascongado ha elaborado un ambicioso plan turístico para subir su aportación al PIB del actual 10,56%, con la explotación de 96.500 trabajadoras y trabajadores, nada menos que al 12% en 2020.
- Se trata de un muy duro plan de incentivación entregado al capital privado ya que de los 2457 millones de euros estimados por ahora solo 357 serán públicos dejando 2100 a la burguesía. Recordemos lo arriba dicho de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo en la industria turística en general: una de sus ramas más feroces es la de la hostelería. Pues bien, la hostelería supone el 3,17% del PIB de la CAV con la explotación directa de 2300 trabajadoras y trabajadores.
- Ha sido necesario resumir estas tendencias para comprender la opción estratégica que el capital está designando para Donostia y Gipuzkoa. Según datos de verano de 2017, el turismo supone el 12,5% del PIB de la ciudad, la industria de la salud el 12% y el comercio y la educación el 11% respectivamente. En la actualidad uno de cada tres puestos de trabajo depende del turismo. En 2016 la hostelería aumentó un 5,2% con respecto a 2015 entre otras cosas gracias a que ese año fue el de la Capitalidad Europea de la Cultura. Donostia aparecía en 2015 además como el centro motor del herrialde de la CAV en el que el turismo tiene más peso con un 7,4%, seguido por el 5,2% de Bizkaia y el 5,1% de Araba.
- Esta hegemonía guipuzcoana en lo turístico hace surgir diferencias competitivas entre las burguesías de cada herrialde para no quedarse rezagadas en la carrera por la superioridad en una rama industrial muy importante, lo que les lleva a presionar a sus respectivos aliados económicos y políticos en la CAV pero sobre todo en el Estado español, en el gobierno central, etc. Por ejemplo, la burguesía donostiarra obtuvo un gran triunfo en 2016 con la Capitalidad Cultural euroimperialista, pero en 2017 la vizcaína ha respondido con un sofisticado plan turístico destinado a desplazar a Gipuzkoa, pero la respuesta donostiarra es ser sede en mayo de 2018 de la reunión de la Organización Mundial del Turismo. En el fondo, parte de las diferencias internas en los partidos de orden vienen de estas disputas económicas entre fracciones del capital.
- Ahora bien, como enclave fronterizo histórico, Gipuzkoa y Donostia pueden ser uno de los puntos centrales del proyecto autonómico y regionalista que proponen sectores de la burguesía en Ipar y Hego Euskal Herria: uno de los nudos fundamentales de conexión del eje de Galiza a Catalunya con el eje de Madrid a París, insertos a su vez en ejes más amplios oeste-este y sur-norte. Vemos así la importancia económica y política que adquieren las vías de comunicación y transporte para la aceleración de los flujos de valor a su paso por lo que llevan años definiendo como región transfronteriza según una visión de la Unión Europea anterior a la crisis de 2007, que ha obligado a sucesivas reflexiones y adecuaciones como la de 2014 y la muy reciente de septiembre de 2017, por citar algunas.
- La importancia del Estado español aparece aquí manifiestamente además de por la recentralización que lleva imponiendo desde hace tiempo, también por su papel de juez y parte, de árbitro y de jugador en la planificación de los ejes que canalizan los flujos de valor creando vías espacio-temporales más adecuadas a la necesidad del capital estatal. Pero también se ve la importancia del Estado francés porque sus decisiones facilitan o no los proyectos españoles para acelerar el flujo de valor con el norte europeo. Por ejemplo, el Tren de Alta Velocidad o TAV español tiene el cuello de botella de la red francesa que desde Hendaia hasta Burdeos va a paso de burro. Para Francia Euskal Herria tiene menos importancia económica que Andalucía para España y similar a Extremadura, lo que explica sus continuas posposiciones para construir el TGV.
- La burguesía de la parte vasca bajo control español sabe que los intereses del capital francés miran al norte y no al sur, pero insiste en construir el TAV por tres razones: abrir negocios que generen beneficios inmediatos al margen de su viabilidad posterior; crear infraestructura para la circulación de mercancías y de turistas aunque no se terminen del todo; y hacer propaganda ideológica y política a su favor hinchando el globo de «construir país» dentro de lo permitido por el Estado ocupante. Lo fundamental siempre es «mover el dinero» porque el capital inmovilizado es una ruina, y a la vez extraer ganancia política de ese movimiento de dinero mediante la manipulación propagandística. Otro ejemplo lo tenemos en el irracional Metro de Donostia, que repite a escala reducida las tres características del TAV.
- El TAV sus ramales con el superpuerto de Bilbo, su aptitud para llevar o no llevar mercancías, su conexión con Irunea, etc., es otro ejemplo más –otro es el de la LOMCE por su impacto a medio plazo en la economía e identidad nacional, etc.- de que la planificación estratégica depende de los intereses del nacionalismo español que tiene un poderoso instrumento social y político en las fuerzas españolistas en Hegoalde. Es España la que decide qué se hace y qué no se hace en las cuestiones decisivas en la trozo de Euskal Herria que ocupa. Fue España la que dio el visto bueno e impulsó que, por ejemplo, Donostia fuera elegida como sede de la Capitalidad Cultural en 2016. Otras fracciones locales del capital sintieron envida y celos por ese favor español a la burguesía donostiarra.
- Los sectores burgueses rechazan una vertebración autocentrada y endógena, nacional, de Euskal Herria: asumen la partición inicialmente impuesta por la Roma esclavista y luego reforzada por el feudalismo y el capitalismo. Aceptan el troceamiento impuesto durante siglos por París y Madrid con el apoyo de las clases dominantes vascas, discrepando solo en las porciones de la tarta que consigue cada una de ellas, en la importancia del poder local delegado que consigue. En lo sustantivo, en lo referente al poder de clase, su identidad y unión en incuestionable. Como también lo es derrotar definitivamente la conciencia nacional de clase del pueblo trabajador, empezando por el donostiarra porque ahora hablamos de él.
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Capitalismo militarizado y propiedad comunal de la ciudad
- Donostialdea está repleta de fuerzas represivas. En abril de 2017 la CAV tenía 7.640 ertzainas y el Gobierno Vasco negociaba con el estatal ampliarlos hasta 8000. Sumando todas las fuerzas policiales, la CAV sufría entonces la ratio más alta de la Unión Europea de policía por habitante: 6,9÷100.000 frente a los 3,7 de Bélgica, 3,5 de Francia, 2,9 de Alemania… En Nafarroa no hay Ertzaintza pero en esas fechas sufría la presencia de 2.168 guardia civiles y policías españoles para 641.345 habitantes, y la CAV tenía 3.738 para una población de 2.168.254. O sea, y sin contar otras fuerzas, Hegoalde aguantaba 13.546 personas armadas especializadas en el control, vigilancia y represión de 2.809.599 personas, lo que corresponde a 207,41 personas por agente del orden.
- Otro informe oficial decía que en octubre 2017 había en la CAV 1.317 policías españoles, 1.481 militares y 2.369 guardia civiles, es decir, 5.167 agentes armados a las órdenes de Madrid, más los ertzainas indirectamente a sus órdenes, o sea, 12.807 para 2.168.254 habitantes, sin tener en cuenta la ligera variación habida en ocho meses. Quiere esto decir que en la CAV había en esa fecha había un defensor armado del orden capitalista por cada 169,30 personas. Hego Euskal Herria es un territorio militarizado al máximo. No nos extendemos en la cifra correspondiente a Donostialdea porque en caso de necesidad las fuerzas represivas pueden ser multiplicadas en muy poco tiempo con la llegada de otros contingentes próximos. Hay que decir que pocas ciudades del mundo tienen una proporción tan alta de perseguidxs, exiliadxs, detenidxs, torturadxs, encarceladxs y muertxs por las fuerzas armadas del capital como Donostia.
- La explotación nacional de clase y patriarcal que vertebra objetivamente al capitalismo vasco tiene su sostén decisivo y último –el terror armado que interviene cuando fallan los otros medios de orden– en la muy significativa militarización. Pero el capitalismo militarizado no lo es solo por la cantidad de las fuerzas armadas que lo sostienen sino también por el imprescindible papel que ha jugado la violencia española en la victoria político-militar del capitalismo en Hegoalde y en las derrotas militares del pueblo trabajador, y por la importancia de su industria de armas exportan bienes de destrucción por un valor de 800 millones de euros con una ganancia de sangre de 150 millones de euros.
- La burguesía en Hegoalde tiene lógicas diferencias y celos fraternales por ganarse la atención del Estado: hermanos peleando por los favores del padre. Acepta de muy buen grado la altísima densidad de fuerzas represivas porque sabe que su presencia intimidatoria, junto a otras leyes socioeconómicas y político-culturales, le garantiza lo fundamental: su propiedad privada de las fuerzas productivas. El último informe de Gobierno de la CAV sobre perspectivas económicas reconoce que en 2018 aumentarán las ganancias empresariales y a la vez empeorarán aún más las condiciones de vida y trabajo del pueblo al crecer el paro y el desempleo, y es indudable que por eso implora a España más fuerzas represivas.
- Este análisis marxista de las contradicciones nos permite comprender todavía más radicalmente el sentido y los objetivos de la Capitalidad Cultural donostiarra tal cual criticamos en Donostia, capital cultural de Europa de 23 de octubre de 2015, Durango y la culturilla donostiarra de 7 de diciembre de 2015, Cultura y rebelión. Crítica de la Capitalidad donostiarra de la cultura de 31 de mayo de 2016, La memoria, el tormento y la cárcel como cultura de 1de septiembre de 2016 y Gara y la guerra cultural de 9 de febrero de 2017. Resumiendo: tenía como principal objetivo reforzar la cultura de la sumisión en un herrialde especialmente combativo para facilitar el desarrollo de los planes estratégicos generales, que no solo los de la burguesía donostiarra.
- Pero solo lograron una fugaz victoria mientras el grueso de la izquierda abertzale bostezaba. Ahora es ilusionante para cualquier persona de bien ver la irascibilidad y enfado que carcome al poder por el fracaso de toda la alienación que bombardeó Donostia de finales de 2015 a comienzos de 2017: asistimos al reinicio de las movilizaciones de sectores juveniles, sociales, populares, sindicales y políticos contra la turistificación, contra el irracional Metro donostiarra, contra la barbaridad de la incineradora, contra el silenciamiento creciente de las decisiones municipales, contra los salarios de miseria, contra el terrorismo machista, por la amnistía y las libertades, por la cultura vasca, etcétera. O sea, por ir preparando otra futura Comuna donostiarra que no repita los errores de 1936.
- Pero estamos en el comienzo, estamos cuestionando solo la superficie de los problemas, porque su fondo no es otro que el de las formas que adquiere la propiedad capitalista en Donostia, y la inserción de las relaciones sociales de explotación funcionales a esas formas de propiedad privada en la lógica del beneficio a escala del Estado español y de la Unión Europea. Y es que, de nuevo las contradicciones objetivas del capitalismo agudizadas desde 2007 confirman las leyes de acumulación, concentración y centralización, perecuación, caída tendencial del beneficio y otras, que le fuerzan a crear nuevas áreas de explotación de la fuerza de trabajo.
- Por ejemplo y citando algunas ciudades conocidas, Berlín y Nueva York son escenarios de las mismas tensiones que existen en Barcelona, Madrid, Lisboa, Donostia, etc., sobre la política municipal de los alquileres privados de pisos turísticos, la aparición de empresas locales, estatales e internacionales y de fondos buitre, especializadas en traficar ilegalmente con los alquileres y la compra de viviendas e inmuebles para obtener ingentes beneficios desestructurando la vida popular. La gentrificación se está multiplicando con la industria turística, lo que agudiza la interrogante decisiva: ¿de quién es el suelo, del pueblo donostiarra autoorganizado en poder comunal, o del capital inmobiliario y turístico?
- Lo que está en juego en estas y otras problemáticas es el modelo urbanístico de una pequeña ciudad como Donostia en un pequeño herrialde como Gipuzkoa que es parte de una pequeña nación oprimidas por dos grandes Estados, lo cual es cierto, pero también y sobre todo que luchamos ya por otro modelo espacio-temporal adecuado para una nación trabajadora libre en un contexto europeo que avance al socialismo. Aquí nos vale el ejemplo de la victoria popular sobre la nuclearización de Euskal Herria, logrando que no funcionasen ninguna de las cuatro centrales nucleares inicialmente proyectadas: fue una lucha nacional e internacional a la vez.
- La mundialización de la ley del valor, ese proceso criminal que se quiere ocultar bajo lo que llaman mundialización del mercado, es lo que hace que todo lo relacionado con la lucha entre modelos espacio-temporales antagónicos en cualquier barriada, pueblo o nación por pequeña que sea, repercuta rápidamente en la lucha de clases entre el capital y el trabajo a escala mundial. El proyecto de hacer de Donostia y de Euskal Herria un nudo importante en la red de flujos de valor en el capitalismo europeo es a la vez condenar al pueblo trabajador a la explotación, opresión y dominación necesarias para acelerar lo máximo posible la acumulación ampliada de capital. Por esto es más necesario y urgente que nunca antes, elaborar una estrategia de liberación nacional en Donostia inserta en la lucha por el socialismo y el comunismo.
Iñaki Gil de San Vicente
Euskal Herria, 23 de enero de 2018