Lud­mi­la Ulíts­ka­ya y el femi­nis­mo a la rusa… – La Voz de Rusia

Las femi­nis­tas plas­man la idea de la equi­dad de hem­bras y varo­nes, por regla gene­ral, con su pro­pio ejem­plo. Y lo hacen en oca­sio­nes de una mane­ra impac­tan­te, como Simo­ne de Beau­voir, ami­ga del famo­so escri­tor y filó­so­fo fran­cés Jean-Paul Sar­tre, la que, en aras de sus cre­dos, se negó a con­cien­cia a tener hijos.

«… Y deci­die­ron matar­la» – AmecoPress

¿Qué auto­ri­dad moral ava­la al fis­cal para asu­mir una ver­dad que inten­ta des­pres­ti­giar la memo­ria de una acti­vis­ta de dere­chos huma­nos, des­pués de lo que han sufri­do las fami­lias de esta enti­dad por feminicidio?.

Nepal: Salud mater­na se gana de puer­ta en puer­ta – IPS

(IPS) – Duran­te los últi­mos 17 años, Kesha­ri Mahar­jan se dedi­có a ir casa por casa en las afue­ras de la capi­tal nepa­lí para expli­car a la gen­te cómo pre­ve­nir cier­tas enfer­me­da­des e info­mar­la de los ser­vi­cios que pres­tan los cen­tros de salud de sus comu­ni­da­des. No siem­pre fue fácil para Mahar­jan y otros volun­ta­rios de salud comu­ni­ta­rios. De […]

Boli­via: la mine­ría, un ofi­cio de mujer

El tra­ba­jo en los yaci­mien­tos no es sólo para hom­bres. Des­de hace tiem­po, en la Mina San José, en Oru­ro, los cami­nos oscu­ros que con­du­cen a los mine­ra­les no son reco­rri­dos exclu­si­va­men­te por hom­bres. Dia­ria­men­te, dece­nas de muje­res bus­can ganar­se el res­pe­to de sus com­pa­ñe­ros rea­li­zan­do a la par sus obli­ga­cio­nes. «Noso­tras pode­mos hacer las mis­mas cosas, […]

Muje­res en Esta­do de Excep­ción – Amecopress

Has­ta hace muy poco, creía­mos que lo que suce­de en la inti­mi­dad de los hoga­res era un asun­to pri­va­do, don­de el Esta­do no debía inter­ve­nir. Hay quie­nes siguen cre­yen­do eso.

Fue crea­da la Uni­dad de Des­pa­triar­ca­li­za­ción en el Vice­mi­nis­te­rio de Des­co­lo­ni­za­ción (Minis­te­rio de Cul­tu­ras del Esta­do Plu­ri­na­cio­nal de Boli­via) – Gobierno de Bolivia

“El Esta­do Plu­ri­na­cio­nal no pue­de vivir con el patriar­ca­do a cues­tas, no pue­de car­gar esa heren­cia colo­nial, no pue­de ser cóm­pli­ce de un pro­gra­ma de repro­duc­ción del capi­ta­lis­mo glo­bal, no pue­de admi­tir un pro­gra­ma de dis­ci­pli­na­mien­to social don­de se cas­tra la crea­ti­vi­dad social.