La pro­yec­ción del poder sim­bó­li­co de los Esta­dos Unidos


Se acer­can gue­rras jamás vis­tas por la huma­ni­dad; no pre­ci­sa­men­te por ser mili­ta­res, sino por ser cul­tu­ra­les, lo cual las hace mucho peores.

– Gian­ni Vat­ti­mo, 11 de sep­tiem­bre de 2001, mien­tras pre­sen­cia­ba por tele­vi­sión las imá­ge­nes de los avio­nes impac­tan­do las Torres Gemelas.

El escri­tor esta­dou­ni­den­se Nor­man Mai­ler hizo un diag­nós­ti­co muy intere­san­te de su país en la obra Armies of the Night, al decir: «La enfer­me­dad polí­ti­ca más seria de los Esta­dos Uni­dos es ser una nación que se cree supe­rior». Sin embar­go, la cla­ve del pro­ble­ma está en que a par­tir de esa valo­ra­ción se tra­ta de impo­ner cáno­nes al res­to de los paí­ses del mun­do, pero uno se podría pre­gun­tar ¿qué impe­rio no lo ha hecho antes?

Con la lle­ga­da de los emi­gran­tes bri­tá­ni­cos a la cos­ta este de Nor­te­amé­ri­ca en el siglo XVII, arri­bó tam­bién el sen­ti­mien­to de excep­cio­na­li­dad de ese gru­po humano. Súme­se­le a esto que se encon­tra­ron con un terri­to­rio vas­to que no fue tan codi­cia­do por las otras poten­cias de la épo­ca. Estas con­di­cio­nes faci­li­ta­ron que se desa­rro­lla­ra ese sen­ti­mien­to. Los Padres Fun­da­do­res al cons­ti­tuir la nue­va repú­bli­ca, y pos­te­rior­men­te sus pri­me­ros pre­si­den­tes, poten­cia­ron esa idea como for­ma de garan­ti­zar la futu­ra expan­sión y con­for­ma­ción del país. El inves­ti­ga­dor cubano Jor­ge Her­nán­dez lo ilus­tra de la siguien­te for­ma1: «Los com­po­nen­tes que ensam­blan como pie­dra angu­lar del “ame­ri­ca­nis­mo” inclu­yen prin­ci­pios, valo­res, defi­ni­cio­nes, que des­de el pro­ce­so de for­ma­ción de la nación se expre­san en el pen­sa­mien­to de los padres fun­da­do­res y en los docu­men­tos his­tó­ri­cos que sim­bo­li­zan la inde­pen­den­cia y el sur­gi­mien­to de los Esta­dos Uni­dos: el rol mesiá­ni­co, la voca­ción expan­sio­nis­ta, la con­vic­ción de ser un pue­blo ele­gi­do, el fun­da­men­ta­lis­mo puri­tano, la éti­ca pro­tes­tan­te, el des­tino mani­fies­to, la con­sa­gra­ción de la pro­pie­dad pri­va­da, la armo­ni­za­ción entre los intere­ses indi­vi­dua­les y el inte­rés gene­ral, el mito sobre la igual­dad de opor­tu­ni­da­des, la cer­te­za en el papel del mer­ca­do y la com­pe­ten­cia como regu­la­do­res de todas las rela­cio­nes socia­les, la com­ple­men­ta­ción entre libe­ra­lis­mo y con­ser­va­du­ris­mo, el etno­cen­tris­mo y la con­vic­ción de que el Esta­do reque­ría cier­tos lími­tes en su acción social».

Una vez que los Esta­dos Uni­dos lle­ga­ron a la adul­tez, y con ella debu­ta­ron como poten­cia impe­rial, la uti­li­za­ción del poder sim­bó­li­co no los aban­do­nó más y han logra­do un nivel de sofis­ti­ca­ción tal en su uso que en oca­sio­nes ha hecho inne­ce­sa­rio el uso del poder mili­tar para lograr sus fines. Ese afán de supe­rio­ri­dad nece­si­tó un anda­mia­je teó­ri­co que lo jus­ti­fi­ca­ra. El his­to­ria­dor esta­dou­ni­den­se Howard Zinn lo ejem­pli­fi­ca de la siguien­te for­ma2: «En el verano de 1845, John O´Sullivan, direc­tor de Demo­cra­tic Review, usó una fra­se que se hizo famo­sa, dicien­do que era “nues­tro des­tino mani­fies­to lle­nar el con­ti­nen­te otor­ga­do por la Pro­vi­den­cia para el libre desa­rro­llo de nues­tra cada vez más nume­ro­sa gente”».

Un ejem­plo bien cono­ci­do de la pro­yec­ción del poder sim­bó­li­co de los Esta­dos Uni­dos se dio en 1898 cuan­do se pro­du­jo el hun­di­mien­to, toda­vía no com­ple­ta­men­te escla­re­ci­do, del aco­ra­za­do Mai­ne en la bahía de La Haba­na. En ese momen­to el mag­na­te de la pren­sa neo­yor­kino William Ran­dolph Hearst – ¡qué casua­li­dad que tie­ne la mis­ma nacio­na­li­dad chi­ca que el Mag­na­te Pre­si­den­te de ese país en la actua­li­dad!- expre­só al his­to­rie­tis­ta Fre­de­ric Reming­ton, quien se encon­tra­ba labo­ra­do en La Haba­na para los perió­di­cos de Hearst: «Reming­ton. La Haba­na, Rué­go­le se que­de. Pro­por­cio­ne ilus­tra­cio­nes, yo pro­por­cio­na­ré la gue­rra». Si se quie­re obser­var la vigen­cia de tal prác­ti­ca, hága­se el ejer­ci­cio de cam­biar el nom­bre de la capi­tal cuba­na por las de Viet­nam, Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na, Gra­na­da, Afga­nis­tán, Irak, Libia, Siria, Ucra­nia, Vene­zue­la, entre otras, y se per­ca­ta­rá de su com­ple­ta vigencia.

Para lograr sus fines, la cúpu­la diri­gen­te de los Esta­dos Uni­dos ha acu­di­do a cual­quier ardid, por poco éti­co que este sea, para lograr sus fines. El inves­ti­ga­dor cubano Ale­jan­dro Cas­tro Espín apor­ta un ele­men­to intere­san­te al res­pec­to3: «Geor­ge Ken­nan, a fina­les de los años 40, al fren­te de la sec­ción de Pla­ni­fi­ca­ción Polí­ti­ca del Depar­ta­men­to de Esta­do, intro­du­ci­ría el con­cep­to de “men­ti­ra nece­sa­ria” como recur­so “legí­ti­mo” y com­po­nen­te esen­cial de la nue­va diplo­ma­cia esta­dou­ni­den­se en su viru­len­to enfren­ta­mien­to con­tra sus adver­sa­rios». Siguien­do una prác­ti­ca muy holly­woo­den­se de facts, no words, vea­mos algu­nos hechos con­ta­dos por Howard Zinn4: «El pre­si­den­te McKin­ley dijo que la con­tien­da con los rebel­des fili­pi­nos empe­zó cuan­do los insur­gen­tes ata­ca­ron a tro­pas ame­ri­ca­nas. Pero, más tar­de, sol­da­dos (norte)americanos tes­ti­fi­ca­ron que Esta­dos Uni­dos fue quien abrió fue­go pri­me­ro. Des­pués de la gue­rra, un ofi­cial del ejér­ci­to que habló en el Funeuil Hall de Bos­ton, dijo que su coro­nel le había orde­na­do pro­vo­car un con­flic­to con los insur­gen­tes». El pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se Lyn­don B. John­son jus­ti­fi­có ante el Con­gre­so de su país la esca­la­da en la gue­rra de Viet­nam con el argu­men­to de que la fra­ga­ta de la Arma­da esta­dou­ni­den­se USS Mad­dox había sido ata­ca­da por lan­chas patru­lle­ras viet­na­mi­tas en el Gol­fo de Ton­kin. Muchos años des­pués docu­men­tos des­cla­si­fi­ca­dos demos­tra­ron que el hecho fue una ope­ra­ción de ban­de­ra fal­sa de la inte­li­gen­cia nor­te­ame­ri­ca­na, pero ya habían muer­to cua­tro millo­nes de viet­na­mi­tas y 55 mil esta­dou­ni­den­ses. El mis­mo pre­si­den­te John­son dijo en 1965, para jus­ti­fi­car la inter­ven­ción mili­tar en Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na, que en las calles de la capi­tal domi­ni­ca­na había miles de cuer­pos deca­pi­ta­dos y que las cabe­zas eran pasea­das en pun­tas de lan­zas, pero nadie pudo pre­sen­tar siquie­ra la foto­gra­fía de una cabe­za cor­ta­da; sin embar­go, las tro­pas del Tío Sam des­em­bar­ca­ron en San­to Domin­go. El actor pre­si­den­te Ronald Reagan macha­có ince­san­te­men­te ante los medios de pren­sa que, en Gra­na­da, Cuba cons­truía un aero­puer­to mili­tar para uso sovié­ti­co, y en octu­bre de 1983 la 82 Divi­sión Aero­trans­por­ta­da de los Esta­dos Uni­dos inva­día el país, en esa ope­ra­ción mili­tar se derra­mó san­gre cuba­na. En 1998 el pre­si­den­te William Clin­ton bom­bar­dea una fábri­ca de medi­ca­men­tos en Sudán con el argu­men­to de que allí se fabri­ca­ban com­po­nen­tes para armas quí­mi­cas. El pre­si­den­te Geor­ge Wal­ker Bush inva­de a Irak en el 2003 debi­do a la pre­sen­cia y posi­ble uti­li­za­ción por par­te del pre­si­den­te ira­quí Sad­dan Husein de armas de exter­mi­nio en masa, las que, por cier­to, nun­ca fue­ron encon­tra­das. La OTAN bom­bar­dea des­pia­da­da­men­te a Libia en el 2011, faci­li­tan­do final­men­te el ase­si­na­to del pre­si­den­te del país, con la jus­ti­fi­ca­ción de que avio­nes de com­ba­te libios habían bom­bar­dea­do a la pobla­ción civil, cosa que nun­ca ocu­rrió. Me deten­go para no abu­rrir, pero es evi­den­te que el poder sim­bó­li­co esta­dou­ni­den­se cum­ple el papel de pre­pa­ra­ción arti­lle­ra pre­via a las inva­sio­nes impe­ria­les, se apre­cia que los medios, los medios de comu­ni­ca­ción, jus­ti­fi­can los fines, como diría Eduar­do Galeano.

Howard Zinn aler­ta­ba sobre esa situa­ción5: «Quie­ro hacer hin­ca­pié en que toda­vía nos acom­pa­ña la cos­tum­bre de acep­tar las atro­ci­da­des como el pre­cio deplo­ra­ble pero nece­sa­rio que hay que pagar por el pro­gre­so (Hiroshi­ma y Viet­nam por la sal­va­ción occi­den­tal; Krons­tad y Hun­gría por la del socia­lis­mo; la pro­li­fe­ra­ción nuclear para sal­var­nos a todos). Una de las razo­nes que expli­can por qué nos mero­dean toda­vía estas atro­ci­da­des es que hemos apren­di­do a ente­rrar­las en una masa de datos para­le­los, de la mis­ma mane­ra que entie­rran los resi­duos nuclea­res en con­te­ne­do­res de tierra».

Es intere­san­te como los gran­des medios de comu­ni­ca­ción pre­sen­tan a la OTAN y, en espe­cial, al ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se como una orga­ni­za­ción liber­ta­do­ra. Pero lo que no dicen esos medios es que esa orga­ni­za­ción en su obje­ti­vo por silen­ciar otras voces toma como obje­ti­vo mili­tar a los medios de comu­ni­ca­ción de los paí­ses que inva­de o que tie­nen un dis­cur­so dis­cor­dan­te con el de los Esta­dos Uni­dos, los misi­les diri­gi­dos hacia esta­cio­nes de tele­vi­sión son fre­cuen­tes cuan­do empie­za una agre­sión, que­dan­do la «Ver­dad Ota­nia­na» como absoluta.

El inte­lec­tual y pre­si­den­te domi­ni­cano en el año 1963, Juan Bosch fue meri­diano en una valo­ra­ción6: «Poner al pre­si­den­te de los Esta­dos Uni­dos a decir men­ti­ras es degra­dar al país ante el mun­do, y eso ha hecho el pen­ta­go­nis­mo; poner a los más altos fun­cio­na­rios de la nación a decir hoy lo con­tra­rio de lo que dije­ron ayer es colo­car al gobierno en una posi­ción ridí­cu­la y de mal gus­to, y eso lo hace cons­tan­te­men­te el pentagonismo».

En los años 60 Juan Bosch plan­tea­ba7: «una vez con­so­li­da­do el domi­nio de la tele­vi­sión como ven­de­do­ra de cual­quier pro­duc­to, se dio el toque final a la socie­dad de masas como mer­ca­do com­pra­dor. En pocos años el pue­blo nor­te­ame­ri­cano fue con­ver­ti­do en una huma­ni­dad adqui­rien­te, en un ente múl­ti­ple – en tér­mi­nos de millo­nes y millo­nes de seres- pasi­vo, expec­tan­te, que depen­de del apa­ra­to tele­vi­sor para qué tipo de ropa va a com­prar, qué lugar debe esco­ger para su fin de sema­na, qué país visi­ta­rá si hace turis­mo, qué cer­ve­za le con­vie­ne beber, qué tiem­po habrá al día siguien­te. La tele­vi­sión libró al nor­te­ame­ri­cano medio del tra­ba­jo de esco­ger; le acos­tum­bró a obe­de­cer, en el sen­ti­do de moti­va­cio­nes pro­fun­das, y por tan­to le acos­tum­bró a no plan­tear­se dile­mas», qué decir hoy cuan­do Inter­net y sus apli­ca­cio­nes son omni­pre­sen­tes y multicanales.

Según Blan­che Wie­sen Cook en The Declas­si­fied Eisenho­wer, el Coman­dan­te Supre­mo de las tro­pas alia­das en el fren­te occi­den­tal y 34to Pre­si­den­te de los Esta­dos Uni­dos (1953 – 1961) Dwight David Eisenho­wer plan­teó que «nues­tro obje­ti­vo en la Gue­rra Fría no es con­quis­tar o some­ter por la fuer­za un terri­to­rio. Nues­tro obje­ti­vo es más sutil, más pene­tran­te, más com­ple­to. Esta­mos inten­tan­do, por medios pací­fi­cos que el mun­do crea la ver­dad. La ver­dad es que los ame­ri­ca­nos que­re­mos un mun­do en paz, un mun­do en el que todas las per­so­nas ten­gan la opor­tu­ni­dad del máxi­mo desa­rro­llo indi­vi­dual. A los medios que vamos a emplear para exten­der esta ver­dad se le sue­le lla­mar “gue­rra psi­co­ló­gi­ca“. No se asus­ten del tér­mino por­que sea una pala­bra de cin­co sila­bas. La “gue­rra psi­co­ló­gi­ca” es la lucha por ganar las men­tes y las volun­ta­des de los hom­bres», vuel­ve a esta­ble­cer­se la prio­ri­dad del poder simbólico.

Otra aris­ta de la uti­li­za­ción de los medios de comu­ni­ca­ción por par­te de los Esta­dos Uni­dos es la de des­viar la aten­ción nacio­nal e, inclu­so, mun­dial de los acon­te­ci­mien­tos impor­tan­tes en un momen­to dado, a otros intras­cen­den­tes. Así lo seña­la­ba Howard Zinn8: «Un pers­pi­caz comen­ta­ris­ta esta­dou­ni­den­se se refe­ría así a las elec­cio­nes de 1884: “aquí esta­mos sumer­gi­dos en una polí­ti­ca diver­ti­dí­si­ma. Están en jue­go cues­tio­nes muy impor­tan­tes, pero lo gra­cio­so es que nadie habla sobre esos temas rele­van­tes. De común acuer­do, se dejan de lado. En vez de tra­tar­los la pren­sa se ocu­pa de una con­tro­ver­sia de lo más diver­ti­da en torno a si el Sr. Cle­ve­land tuvo un hijo ile­gí­ti­mo y si vivía o no con una amante”».

El domi­ni­cano Juan Bosch daba otra vis­ta del mis­mo asun­to9: «[…]la par­te de la ver­dad que sir­ve para ocul­tar la ver­dad fun­da­men­tal es a su vez un ins­tru­men­to de pro­pa­gan­da para pro­se­guir la carre­ra del pen­ta­go­nis­mo. Los jóve­nes incor­po­ra­dos al ejér­ci­to se con­ven­cen fácil­men­te de que su país no es impe­ria­lis­ta, de que no está gue­rrean­do para con­quis­tar un terri­to­rio colo­nial, es más, se les hace creer que están yen­do a la muer­te para bene­fi­ciar al país ata­ca­do, con el fin de sal­var­lo de un mal. Y esto es muy impor­tan­te, por­que para lle­var a los hom­bres a morir y a matar hay que ofre­cer­les siem­pre una ban­de­ra moral que endu­rez­ca sus con­cien­cias y los jus­ti­fi­que ante sí mismos».

En la deba­cle del socia­lis­mo del Este euro­peo jugó un impor­tan­te papel des­de los años 50 del siglo XX la pro­yec­ción del poder sim­bó­li­co de los Esta­dos Uni­dos. El inte­lec­tual cubano Elía­des Acos­ta lo seña­la de la siguien­te for­ma10: «El líder sin­di­cal pola­co y pos­te­rior­men­te pre­si­den­te del país, Lech Wale­sa, plan­teó sobre las esta­cio­nes de radio, Radio Euro­pa Libre y Radio Liber­tad “el papel de estas emi­so­ras fue simi­lar al que jue­ga el Sol con rela­ción a la Tierra”».

Uno de los líde­res inte­lec­tua­les del movi­mien­to neo­con­ser­va­dor esta­dou­ni­den­se Irving Kris­toll, ha dicho: «Nues­tros misio­ne­ros están en Holly­wood»; Elía­des Acos­ta lo ilus­tra muy bien11: «El impac­to de la serie tele­vi­si­va esta­dou­ni­den­se Dallas nos recuer­da que la cul­tu­ra popu­lar, que muchos cali­fi­can de vul­gar, cons­ti­tu­ye un impor­tan­te impul­so para fomen­tar cam­bios en la reali­dad. De la mis­ma mane­ra que la músi­ca de una ban­da de rock for­ma­da por jun­kies, como Vel­vet Under­ground, ins­pi­ró a los disi­den­tes anti­co­mu­nis­tas de Pra­ga, o la pelí­cu­la Tita­nic pro­vo­có una moda de cor­tes de cabe­llo nada orto­do­xos en el Afga­nis­tán de los tali­ba­nes, es impo­si­ble pre­de­cir o con­tro­lar sus efec­tos cul­tu­ra­les a lar­go plazo».

Sin embar­go, debe seña­lar­se que los sím­bo­los que hacen peli­grar la hege­mo­nía mediá­ti­ca nor­te­ame­ri­ca­na no son admi­ti­dos por «El Gran Her­mano». Un ejem­plo ilus­tra­ti­vo de eso es que el pre­si­den­te Geor­ge Wal­ker Busch lle­gó a prohi­bir que apa­re­cie­ran en los medios de pren­sa esta­dou­ni­den­ses, imá­ge­nes de los ataú­des en que venían los sol­da­dos nor­te­ame­ri­ca­nos caí­dos en com­ba­te en Afga­nis­tán e Irak, evi­den­te­men­te con esto se resen­tía la inmor­ta­li­dad de Rambo.

En el caso de Cuba, es har­to cono­ci­da la uti­li­za­ción de las armas sim­bó­li­cas, ade­más de las reales, con­tra la Revo­lu­ción: Radio Swan en el año 61, la emi­sión de miles de horas de radio sema­na­les con men­sa­jes con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios duran­te dece­nas de años con el obje­ti­vo de mellar la resis­ten­cia del pue­blo cubano. En los años 80 del pasa­do siglo la admi­nis­tra­ción Reagan inten­si­fi­có la gue­rra mediá­ti­ca con­tra la Isla con el esta­ble­ci­mien­to de los pro­yec­tos, fra­ca­sa­dos por cier­to, de Radio y Tele­vi­sión Mar­tí, ésta últi­ma con el tris­te record de ser la úni­ca esta­ción de tele­vi­sión que trans­mi­te una pro­gra­ma­ción que no se ve. Esta agre­sión ha sido con­de­na­da en varios foros inter­na­cio­na­les y por la máxi­ma auto­ri­dad de la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das (ONU) en esa área, la Unión Inter­na­cio­nal de Tele­co­mu­ni­ca­cio­nes, (UIT) los ser­vi­cios espe­cia­les nor­te­ame­ri­ca­nos y sus alia­dos de la OTAN no han limi­ta­do su crea­ti­vi­dad en la tarea de ata­car a la Revo­lu­ción Cuba­na con las armas más suti­les y a veces apa­ren­te­men­te ino­cen­tes de su pano­plia. Hoy día todo ese poten­cial se vuel­ca a Inter­net y sus pla­ta­for­mas, omni­pre­sen­tes en la socie­dad con­tem­po­rá­nea. El perió­di­co Gran­ma seña­la­ba al res­pon­sa­ble de uno de los pro­yec­tos con­tra Cuba más sona­dos de los últi­mos años, que fue opor­tu­na­men­te denun­cia­do por el país12: «La USAID esta­ble­ció Zun­zu­neo, una pla­ta­for­ma de men­sa­je­ría simi­lar a Twit­ter que pre­ten­día enviar men­sa­jes apa­ren­te­men­te ino­cen­tes a los celu­la­res, crear una pla­ta­for­ma polí­ti­ca entre los jóve­nes cubanos».

Como botón de mues­tra de los pro­yec­tos crea­dos para dañar a la Revo­lu­ción Cuba­na, Gran­ma seña­la13: «20 millo­nes es el pre­su­pues­to pro­me­dio que aprue­ba anual­men­te el Con­gre­so de los Esta­dos Uni­dos para acti­vi­da­des sub­ver­si­vas en Cuba. Entre el 2009 y el 2016 el gobierno esta­dou­ni­den­se des­ti­nó 139.3 millo­nes de dóla­res a ese objetivo.«Se ha uti­li­za­do a con­tra­tis­tas para esta­ble­cer sis­te­mas de comu­ni­ca­cio­nes ile­ga­les y encu­bier­tos con tec­no­lo­gía no comer­cial.» «Se apro­ba­ron becas para cur­sos de verano, World Lear­ning, otor­ga­das de mane­ra subrep­ti­cia y al mar­gen de las auto­ri­da­des cuba­nas, que tenían como obje­ti­vo la for­ma­ción de líde­res que soca­va­ran el orden interno del país.» «30 millo­nes de dóla­res son los gas­tos anua­les pro­me­dio de la Ofi­ci­na de Trans­mi­sio­nes para Cuba, OCB, que tie­ne bajo su man­do a Radio y Tele­vi­sión Mar­tí. Entre el 2009 y el 2016, un total de 193.9 millo­nes de dóla­res se han des­ti­na­do a ese fin.» «En la pági­na digi­tal del Depar­ta­men­to de Esta­do se dio a cono­cer en octu­bre del 2016 una con­vo­ca­to­ria del Buró para la Demo­cra­cia, los Dere­chos Huma­nos y Labo­ra­les (DRL) para pro­mo­ver supues­tos “cam­bios demo­crá­ti­cos” en mate­ria de dere­chos civi­les, polí­ti­cos y labo­ra­les en Cuba. El pre­su­pues­to asig­na­do es de 5.6 millo­nes de dólares.»

Pero estos pla­nes, como se men­cio­nó ante­rior­men­te, se rea­li­zan con­tra todo país, movi­mien­to social o par­ti­do que diver­ja de la línea esta­ble­ci­da por el Gran Poder14: «La Fun­da­ción Nacio­nal para la Demo­cra­cia (NED) par­ti­ci­pa acti­va­men­te tam­bién en los pro­gra­mas inje­ren­cis­tas. Duran­te los pri­me­ros diez años de su exis­ten­cia dis­tri­bu­yó unos 200 millo­nes de dóla­res a tra­vés de 1500 pro­yec­tos para sos­te­ner “a los ami­gos de Amé­ri­ca”, en la déca­da del 90, el mon­to del dine­ro entre­ga­do por la NED a esca­la glo­bal ascen­dió a la cifra de 267 millo­nes de dólares».

Es de seña­lar que el res­ta­ble­ci­mien­to de rela­cio­nes diplo­má­ti­cas entre los dos paí­ses no ha dete­ni­do el flu­jo de dine­ro y recur­sos con­tra Cuba. Mien­tras los Esta­dos Uni­dos man­ten­gan su carác­ter impe­rial, es de espe­rar que esa situa­ción no cam­bie, por lo que la situa­ción que se le pre­sen­ta al país es de vida o muer­te, y no que­da más reme­dio que enfren­tar­los en su pro­pio cam­po, aquí muy bien se pudie­ra recor­dar al Che Gue­va­ra cuan­do decía15: «[…]ana­li­zar exac­ta­men­te cuál es el valor de un tan­que en una lucha de este tipo, cuál el de un avión, ana­li­zar cuá­les son las armas del enemi­go… Si hay posi­bi­li­dad de elec­ción, debe pre­fe­rir el mis­mo tipo que el usa­do por éste, pues el más gran­de enemi­go de la gue­rri­lla es la fal­ta de par­que, que debe pro­veer el con­trin­can­te». No hay otra alter­na­ti­va posi­ble que enfren­tar a la muy efi­cien­te maqui­na­ria sim­bó­li­ca esta­dou­ni­den­se, y en esa tarea vuel­ve José Mar­tí a ser­vir como Estre­lla Polar: «Una ver­dad des­de el fon­do de una cue­va vale más que un ejército».

Hoy en las ciu­da­des cuba­nas se ven ban­de­ras esta­dou­ni­den­ses y, ya menos, pero aún apa­re­ce la «Union Jack» de la pér­fi­da Albión estam­pa­das en pullo­vers, pañue­los, shorts y cuan­ta pren­da de ves­tir se pue­da usar; la man­za­na con un mor­dis­co, sím­bo­lo de Apple, pulu­la en las ven­ta­ni­llas delan­te­ras de autos, inclu­so de muchos que per­te­ne­cen a enti­da­des esta­ta­les cuba­nas; la cán­di­da y «tier­na» cone­ji­ta de Play­boy hace de las suyas en ropa y pega­ti­nas y así muchí­si­mos otros sím­bo­los que traen implí­ci­to el Ame­ri­can Way of Dream. Cla­ro está que cada cual se vis­te o uti­li­za los sím­bo­los que con­si­de­re per­ti­nen­tes, pero no se debe olvi­dar a Allen Welsh Dulles, quien fue­ra el pri­mer direc­tor civil de la Agen­cia Cen­tral de Inte­li­gen­cia (CIA) de los Esta­dos Uni­dos cuan­do expre­só: «Debe­mos lograr que los agre­di­dos nos reci­ban con los bra­zos abier­tos, pero esta­mos hablan­do de cien­cia, de una cien­cia para ganar en un nue­vo esce­na­rio, a la men­te de los hom­bres. Antes de los por­ta­vio­nes y los misi­les lle­ga­rán los sím­bo­los, los que ven­de­re­mos como uni­ver­sa­les, gla­mo­ro­sos, moder­nos, heral­dos de la eter­na juven­tud y la feli­ci­dad ili­mi­ta­da». Y con esto ter­mino por hoy.

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  1. J. Her­nán­dez Mar­tí­nez: «Ame­ri­ca­nis­mo: iden­ti­dad nacio­nal y legi­ti­mi­dad inter­na», Esta­dos Uni­dos hege­mo­nía, segu­ri­dad nacio­nal y cul­tu­ra polí­ti­ca, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2010, p. 86.
  2. H. Zinn: «No toma­mos nada por con­quis­ta, gra­cias a Dios» en La otra his­to­ria de los Esta­dos Uni­dos, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2004, p. 107.
  3. A. Cas­tro Espín: «La Doc­tri­na de segu­ri­dad nacio­nal» en Impe­rio del terror, Edi­to­rial capi­tán San Luis, La Haba­na 2009, p. 47.
  4. H. Zinn: «El impe­rio y la gen­te» en La otra his­to­ria de los Esta­dos Uni­dos, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2004, p. 225.
  5. H. Zinn: «Colón, los indí­ge­nas y el pro­gre­so humano» en La otra his­to­ria de los Esta­dos Uni­dos, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2004, p. 9.
  6. J. Bosch: «Doc­tri­na moral y pen­ta­go­nis­mo» en El Pen­ta­go­nis­mo sus­ti­tu­to del impe­ria­lis­mo, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2007, p. 98.
  7. J. Bosch: «La socie­dad pen­ta­go­ni­za­da» en El Pen­ta­go­nis­mo sus­ti­tu­to del impe­ria­lis­mo, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2007, p. 70.
  8. H. Zinn: «Los baro­nes ladro­nes y los rebel­des» en La otra his­to­ria de los Esta­dos Uni­dos, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2004, p. 186.
  9. J. Bosch: «Qué es el pen­ta­go­nis­mo» en El Pen­ta­go­nis­mo sus­ti­tu­to del impe­ria­lis­mo, Edi­to­rial de Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2007, p. 43.
  10. E. Acos­ta Matos: «Gue­rras con gla­mour impe­rial» en Impe­ria­lis­mo del siglo XXI: las gue­rras cul­tu­ra­les, Casa edi­to­ra Abril: La Haba­na, 2009, p. 290.
  11. E. Acos­ta Matos: «Gue­rras con gla­mour impe­rial» en Impe­ria­lis­mo del siglo XXI: las gue­rras cul­tu­ra­les, Casa edi­to­ra Abril, La Haba­na 2009, p. 300.
  12. «Las con­tra­dic­cio­nes de la emba­ja­do­ra Power», 3 de noviem­bre de 2016, Gran­ma [papel], p. 7.
  13. «Diez pre­gun­tas cla­ves», 20 de octu­bre de 2016, Gran­ma [papel], p. 6.
  14. «Impe­dir el triun­fo de la Revo­lu­ción Socia­lis­ta» en El gigan­te de las sie­te leguas, Edi­to­rial capi­tán San Luis, La Haba­na 2010, p. 183.
  15. E. Che Gue­va­ra: La Gue­rra de Gue­rri­llas, revi­sa­do el 19 de enero de 2017 (http://www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/Ernesto%20Guevara%20-%20La%20Guerra%20de%20Guerrillas.pdf.

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