Al hilo de la entrevista mantenida recientemente con Iñaki Gil de San Vicente, charlando de las mismas cuestiones, hemos mantenido una conversación con Jon Iurrebaso persona que ciertamente no precisa presentación.
Expreso político de ETA, independentista, comunista y últimamente ligado al Movimiento por la Amnistía y contra la Represión, ha contemplado de primera mano la reconversión de la Izquierda Abertzale desde el nacionalismo revolucionario a un mero movimiento socialdemócrata…
Andoni Baserrigorri: Jon, eskerrik asko por esta entrevista, va a ser dura para ti, es sabida tu amplia implicación en la lucha de Euskal Herria por su independencia, el socialismo, la lucha antipatriarcal… la primera pregunta…
¿Cómo ha podido ser que un movimiento, el MLNV, haya pasado de ser un movimiento insobornable e inclaudicable en su proyecto de libertad, a convertirse en lo que es hoy, un mero movimiento socialdemócrata, como le hemos definido?
Jon Iurrebaso Atutxa En primer lugar hay que señalar que esta transformación no se ha dado únicamente en los últimos años, es decir, con el «cambio de estrategia». La cuestión de la lucha y estrategia político-militar se empezó a cuestionar hace mucho tiempo, principalmente por parte de sectores reformistas, burócratas y de la pequeña burguesía de la Izquierda Abertzale.
Esto es, el proceso de liberación nacional y social se alarga, no se vislumbra una solución a corto plazo y se prevé que la represión va a alcanzar personalmente a militantes de estructuras de todo el MLNV, como al final ocurrió. Esto puede haber afectado a todos los sectores o posiciones ideológicas del Movimiento, pero sobre todo a las que vengo de aludir. Esta gente comienza a pensar que la lucha ya no es rentable pues la represión alcanza a todos y todas, sean de ETA o no. Imagino que al mismo tiempo piensan que esa situación no la podrá aguantar la Izquierda Abertzale…
De ahí en adelante, y también porque la posición política e ideológica de esta gente no ha sido nunca estratégicamente revolucionaria, comienza un largo camino que tiene su culmen público a finales de 2009 con el cambio de estrategia decidido por la dirigencia de esos sectores. Después, es cuestión de hacer asumir al conjunto de la Izquierda Abertzale lo decidido por unos pocos y este trabajo se hace con mano de hierro. Puede ser el debate, la discusión, el proceso menos democrático que ha desarrollado la Izquierda Abertzale en su historia. Se abandona toda posición revolucionaria y se profundiza en el lenguaje, en la pedagogía, en lo que se hace y se deja de hacer bajo un paraguas de términos políticos y filosofía totalmente burgués.
Dicho de una manera muy breve, me atrevería a decir que el asesinato de Argala en 1978 no fue uno más, y marcó un antes y un después, en tanto que Argala representaba en ese momento las tesis de la V y VI Asambleas de ETA. Eso significaba que el proceso de liberación de Euskal Herria contaba con la revolución socialista vasca y que ese pensamiento estaba ungido por una praxis político-militar, flexible en las formas pero contundente en el contenido y en los objetivos.
En ese camino hacia la derecha, hasta la integración de la Izquierda Abertzale en el sistema, en lo táctico, en lo ideológico y en lo estratégico ha habido ciertos hitos.
Uno es la estrategia de la negociación. La negociación entre Estados y movimientos revolucionarios de liberación es un error empíricamente demostrado en toda regla por parte de la insurgencia. Y lo es porque el Estado tiene poder para desvirtuarla, incumplir acuerdos, obligar a la insurgencia a no levantarse de la mesa pase lo que pase, pues el que se levanta pierde, porque tiene los medios de comunicación para dominar la opinión pública según le convenga, porque cuenta con la no ingerencia y, en todo caso, el apoyo internacional y un largo etcétera. Sin llegar casi a los diez años del asesinato de Argala, comienza el primer ensayo de negociación con el Estado español en Argel (1989) y termina (2013) en Noruega sin nadie al otro lado de la mesa. La parte española se niega a acudir a la mesa de negociación con ETA en Noruega pues es público que esta entregará sus armas, se disolverá y disolverá, además, su teoría.
Haciendo un somero repaso acerca del tema de la negociación entre movimientos de liberación y Estados, basta con ver algunos ejemplos. Así, el de Eelam Tamil y sus Tigres de Liberación que no se rindió ante Sri Lanka y en consecuencia arrasaron el Elam-Tamil, asesinaron a los tigres, a decenas de millares de civiles, internaron a otros tantos en campos de concentración… O el caso de las negociaciones de las guerrillas de El Salvador y Guatemala con sus respectivos Estados, donde no hubo cambios en las estructuras económicas, políticas o militares. Así están los acuerdos de Oslo de los años 92 y 93 entre los sionistas y parte de la resistencia Palestina que a día de hoy los palestinos siguen pagando con sangre. El caso de Sudáfrica donde lo más reseñable que ocurrió es que no estalló una revolución social pues se encargaron de desactivarla antes dando un final formal al apartheid racial, continuando con el apartheid social, reservando el poder económico para la misma elite, construyendo una clase media negra… El caso del Norte de Irlanda donde nada ha cambiado sustancialmente… El ejemplo más reciente lo tenemos en Colombia. Nadie con sentido común pensaba que los poderes reales de Colombia iban a aceptar ningún cambio estructural que afectase al estatus quo actual. Hoy en día los asesinatos de luchadores y luchadoras y exguerrilleros y exguerrilleras continúan. Cientos de estos exguerrilleros y exguerrilleras están volviendo a empuñar las armas.
Hablando de negociaciones en Euskal Herria, hay que mencionar el caso de «Lizarra Garazi» por lo que significó posteriormente. El PNV jugó bien sus bazas. También los reformistas, burócratas y la pequeña burguesía de la Izquierda Abertzale. Al constatar reiteradamente la falta de voluntad política por parte del resto, ETA decide retirarse de la mesa y poner fin al alto el fuego. El caso del último proceso de negociación, en 2005⁄2007, es el definitivo y, en cierta medida, ocurre algo parecido. Una vez que los acuerdos tomados en la mesa son incumplidos una y otra vez por parte del Estado español, ETA decide acabar con el alto el fuego. Más tarde, y constatando la dirigencia de la parte reformista y pequeño burguesa de la Izquierda Abertzale que ETA no iba a rendirse, deciden dar un golpe de mano. Así, dan comienzo públicamente a finales del 2009, y bajo los «principios Michel», el cambio de estrategia en la Izquierda Abertzale. ETA en un mes ratifica en un comunicado la decisión tomada por la Izquierda Abertzale. En un mes. Reseñar que el abandono de la lucha armada iba a sustituirse de alguna manera por una dinámica de desobediencia que nunca se implementó.
Otro hito. Sin entrar en este espacio a valorar las diferentes cambios que tiene la Alternativa KAS, y sus faltas en cuanto a contenido, sí que hay un cambio de raíz al caracterizar a esta en 1995 como la «Alternativa Democrática». De ahí vienen otros lodos como el «Proceso democrático», el «Marco Democrático», «paz» a secas, «pacificación», etc. Una obsesión por utilizar los mismos términos de los que nos ocupan y explotan que se hace enfermiza. ¿Cómo vamos a desarrollar un «Proceso Democrático» en dos Estados que no nos reconocen ni respetan como nación? ¿Cómo crear un «Marco Democrático» en dos Estados que no lo son? Y así hemos acabado, en su democracia y en su sistema.
Y siguiendo con tu pregunta apunto otros factores y situaciones que también han contribuido, a un nivel u otro, para llegar a la situación actual.
Otro momento a señalar es el mitin de Anoeta de finales de 2004 donde se anuncia lo que va a venir y a lo que los sectores que menciono no están dispuestos a renunciar. Es decir, «vamos a sacar el conflicto de las calles para llevarlo a una mesa…». Ese fue el lema central del acto. Esa decisión, en términos políticos y sin marcha atrás, sentenciando que en una mesa se puede negociar algo definitivo para Euskal Herria, cuando hablamos de ETA o del MLNV frente a España y Francia, es hablar de rendición. Por cierto, que durante el ultimo proceso de negociación entre ETA y el Estado español, la dirigencia de la Izquierda Abertzale en vez de movilizar al conjunto de la misma por una salida a favor de Euskal Herria se dedicó a hacer de árbitro (en ocasiones pitando a favor del de fuera) y a preparar su negociación de Loyola con el PNV y PSOE.
Un factor que a menudo no se juzga en su medida es la tremenda diferencia que se da entre todo el potencial político-militar de los Estados que nos ocupan ante ETA en concreto y ante el MLNV en general. No solamente en cuanto a inmensos aparatos coercitivos, de represión o anulación del enemigo, sino al desgaste desproporcionado que la lucha genera en la parte vasca y que los Estados apenas la sienten.
Tampoco hay que despreciar la situación de erosión que desde el inicio de la Reforma (transición que efectúa el franquismo con el visto bueno de casi todo el entramado político vasco y español, por resumir) se va generando machaconamente año tras año buscando la normalidad democrática española y vasco-española burguesa y cipaya dentro del estatuto español para vascongadas.
Igualmente se debe considerar lo que significa el apoyo inestimable que el cipayismo político y coercitivo vasco (PNV, sobre todo) otorga a nuestros ocupantes. Continuamente ofreciendo la mano y amenazando y golpeando sin piedad al MLNV en general. Es de primer orden la acción política y social del PNV para lograr que la reforma penetre en Euskal Herria. Es evidente que el capital no tiene patria y en el caso vasco no hemos tenido una burguesía que buscara la independencia. A la burguesía vasco-española no le interesa la independencia porque no le hace falta pues ya tiene suficiente poder político y económico en el marco en el que se encuentra.
De obligado cumplimiento es también señalar el constante desgaste que los reformistas, burócratas y la pequeña burguesía de la Izquierda Abertzale y cercanías han mantenido a través de los años. El chantaje ha sido permanente. De una manera sibilina de actuación, se pasa por «hay que negociar como sea»… «conseguís una negociación ya o de lo contrario…», y se termina por entregar todo, teoría y práctica.
Hay otra cuestión muy importante a tener en cuenta, la falta de formación política que hemos practicado durante demasiados años a todos los niveles y estructuras. Evidentemente esto va acompañado de la falta de debate político e ideológico. Así, ya tenemos la obediencia debida encima de la mesa y más cuando estaba vigente la lucha político-militar. De por sí, esa situación no podía desembocar en buen puerto. Aún menos con los sectores mencionados incrustados en las estructuras de dirección de diversas organizaciones políticas legales de la Izquierda Abertzale que hace años (demasiados) intentaban crear las condiciones para, si el Estado español no aflojaba (y sabían que no iba a aflojar), dar el golpe que al final dieron, de una manera pública, en el 2009.
Es claro que el MLNV en general y ETA en particular, a partir de la década de los 80, no han sabido o no han podido asegurar una posición socialista revolucionaria hegemónica en la Izquierda Abertzale ante una posición reformista y pequeño burguesa que ha terminado haciéndose con la dirección del MLNV para llevarlo a la situación actual. Visto lo visto, y con el paso del tiempo, pienso que se cuidó demasiado llevar adelante a todos los vagones del tren sin modelar una locomotora de clase blindada cara a los objetivos finales de liberación nacional y social.
Ante todo eso, una pregunta recurrente ¿y las bases? Desde fuera quizá sea difícil entender esta cuestión, pero no en Euskal Herria. La falta de formación/debate y demás condicionantes que mencionaba antes, más la confianza absoluta que se tenía sobre todo en ETA, pero por derivada en las estructuras de dirección del MLNV, llevaron a una situación en la que todo estaba dispuesto para el desastre. Aún así, a unos y a otros, les ha costado no menos de quince años desmontar el MLNV. Y no hablo de atacarlo sino de desmontarlo, pues esto último se hace desde dentro.
Además hay que tener en cuenta que el cambio ha sido tan profundo que estamos asistiendo a escenas dolorosas, ver en TV a quienes fueron dirigentes abertzales bailando con Ortuzar o confraternizando con quienes estuvieron en el GAL y asesinaban a nuestra gente…
En estos casos donde se abandonan las posiciones revolucionarias y los objetivos porque los que se han luchado los últimos sesenta años dando un giro de 180 grados, una cosa lleva a la otra y nadie conoce los límites salvo los que han tramado todo esto.
Como cuando el Alcalde de Orereta quitó la placa del militante de ETA Egoitz Gurrutxuga Gogorza y posteriormente pretende hacerle un homenaje a escondidas mientras trae a Orereta con todos los honores a un familiar de un policía muerto por ETA.
O como cuando EHBildu envía a Trump una nota en la que da su «enhorabuena por las democráticas y vibrantes elecciones» en las que salió elegido presidente de Estados Unidos. Al mismo tiempo le muestra su «absoluta disposición, tal y como lo hemos hecho durante estos últimos años, a seguir cooperando y trabajando con el nuevo Gobierno de Estados Unidos…». Es decir, en tiempos de Obama, Estados Unidos invadió seis países soberanos y sembró muerte, enfermedades, hambre, desplazamientos, contaminación, destrucción, asesinatos difíciles de calcular en número… ¿Y resulta que EHBildu ya colaboraba con Estados Unidos? De Trump no digo nada porque parece que se presenta él solo. Hemos pasado de combatir (en teoría al menos) al imperialismo a estar dispuestos a colaborar con él. Y muchos nos preguntamos ¿colaborar en qué?
O cuando el presidente de EHBildu, y referencia principal de Sortu, se incomoda porque la patronal vascongada no les invita a un acto en homenaje a los empresarios muertos por ETA, consiguiendo meses después una cita con CONFESBASK (patronal vascongada) siempre con el objetivo de normalizar las relaciones… ¿Cómo se puede normalizar una situación con la patronal desde una perspectiva de izquierda? Solo tiene una explicación, y es desde la perspectiva de la socialdemocracia. Y la socialdemocracia, como ya está comprobado fehacientemente en la vieja Europa, es una prolongación más de los diferentes instrumentos del sistema.
El hecho de apoyar a las fuerzas represivas catalanas o del Estado español por defender la «democracia» ante los ataques yijadistas en Cataluña… Esto es lo que firmó EHBildu con el resto de formaciones políticas del parlamento español. Sellar con una firma en el parlamento de España que quien ilegítimamente nos ocupa y explota tiene un carácter democrático, nos muestra el grado de sumisión al mismo.
Nos estamos acostumbrando, quizá, a oír utilizar los términos de «reconciliación» (¿con quien nos ocupa y explota?), «relato» (España tendrá el suyo y nosotros el nuestro), «paz» (no hay paz sin justicia nacional y social), «víctima» (la primera víctima es Euskal Herria y mientras no reconozcan eso no hay trato alguno), «personas presas» (presos y presas políticas vascas), «consecuencias del conflicto» (el conflicto sigue sin resolverse) y un largo etcétera. Todo eso es utilizar los expresiones y esquemas de nuestro enemigo. La razón es bien sencilla, sumisión. Porque si entendemos que Euskal Herria sigue ocupada y el pueblo trabajador vasco explotado no podemos, de ningún modo, utilizar esos términos.
En cuanto a la firma del preambulo de un nuevo estatuto con la burguesia vasco-española, partiendo desde la partición de Euskal Herria efectuada por España y Francia, no es sino consecuencia logica del viraje de 180 grados y una aceptación tardia de la reforma española del 78. ¿Es creible el planteamiento de tres procesos (Vascongadas, Nafarroa garaia e Iparralde) que tendrán sus propios ritmos, donde cada uno por su lado lograra la soberanía para luego construir la República Confederal Vasca y encima para dentro de ocho años? ¿Teniendo como aliado al PNV que sin lugar a dudas no es independentista? ¿Y cuando a la primera de cambio el PNV diga no? Y cuando el Estado español y francés digan no ¿Cuál es el planteamiento de respuesta, la dinámica a seguir? Ahí está el quid de la cuestión, pues plantear una fórmula es fácil. El asunto es a qué estamos dispuestos y con qué compañeros de viaje vamos.
En cuanto a los bailables y confraternizar… No hace falta que opine porque me parece más que evidente.
¿No crees que se ha dado al reformismo mucha cancha y que hace tiempo se debería haber reaccionado reivindicando las señas de identidad del MLNV?
No soy el único que piensa que antes de llegar a la década de los 80, o en sus inicios a mucho tardar, habría que haber desarrollado una estructura de clase revolucionaria que hubiera sido capaz de ser el referente principal del MLNV. El contenido, actualizado a la época, hubiera sido el de la V y VI asambleas de ETA.
Solamente una organización podría haber realizado esa labor con garantías positivas a corto, medio y largo plazo. No hubiera sido fácil, cierto, pero pasado el tiempo es evidente que habría sido imprescindible. Esa labor solo la podría haber realizado ETA. Y precisamente es cuando asesinan a Argala, si bien es cierto que ser referente no es sinónimo de imprescindible.
Se dice que mucha militancia e incluso dirigentes de Sortu son muy críticos con esta deriva al reformismo… ¿Por qué piensas que siguen diciéndolo «en privado» y no «a los cuatro vientos»?
No tengo datos concretos. Desde luego es lógico pensar que habrá gente, que no está en estructuras de dirección, que no estará de acuerdo con la praxis de Sortu. Igual que en el EPPK cuando dieron la cifra de que alrededor de 121 presos y presas políticas vascas no votaron sí a la decisión colectiva de que individualmente cada uno haga lo que le parezca conveniente para conseguir su puesta en libertad con el tope o línea roja del arrepentimiento y la delación.
Otra cosa es qué hace cada cual y por qué, después de nueve años como los que hemos pasado y con el futuro cercano que todos y todas podemos preveer.
Son ya bastantes los colectivos distanciados de la deriva de la que estamos hablando, bastante militancia… ¿No crees que se debería crear desde ya un nuevo colectivo, movimiento o partido que empiece a trabajar y reilusionar en lo que han sido los históricos objetivos del MLNV? Se habla de la V asamblea, de sus aportaciones ideológicas, del nacionalismo revolucionario como adaptación vasca del marxismo-leninismo… ¿No temes que esa riqueza ideológica se pierda, se suavice por los dirigentes reformistas o caiga en manos de oportunistas o «gurús»? ¿Qué piensas que se debería hacer para que no se dé ninguno de estos casos?
Sobre la primera parte de tu pregunta, en cuanto a que se debería crear desde ya un nuevo colectivo, movimiento o partido que empiece a trabajar y vuelva a ilusionar en lo que han sido los objetivos históricos del MLNV, decir que hace unos dos años que existe Herritar Batasuna en el conjunto de Euskal Herria y que, por cierto, es sistemáticamente ninguneada.
En todo caso, en nuestras manos está la responsabilidad de situarse en la coyuntura actual y venidera y comenzar a conformar una posición revolucionaria dentro de los parámetros del nacionalismo revolucionario de la V y VI asambleas de ETA hasta las aportaciones de Argala.
Eso quiere decir contextualizar dicho pensamiento y dotarlo de la estructura adecuada. ¿Cómo se hace? Pienso que, de alguna manera, deberá recoger lo que ya tenemos (pues lo suyo habrá avanzado a pesar del escaso tiempo recorrido) y reunir similares que nunca serán iguales. Creo que no hay que olvidar que los instrumentos para luchar, en este caso las estructuras revolucionarias están sujetas a la dialéctica de la lucha en movimiento. Por lo tanto, en mi opinión, sin miedos, lo que hay que tener claro es que hay construir la estructura más adecuada para cada momento y dotarla de la táctica y estrategia revolucionaria que acordemos teniendo en cuenta los principios o bases ideológicas que venimos de mencionar. No se puede perder ni media hora en la tarea de ponerse en marcha.
En cuanto a que se pierda ese pensamiento, que acaba en la revolución socialista vasca, no pienso que lo haga mientras exista la nación vasca pues es la única posibilidad de sobrevivir que tiene el Pueblo Trabajador vasco. O al revés. Mientras el pueblo trabajador vasco tenga el poder es sus manos, Euskal Herria sobrevivirá. No hay otra garantía. Lo digo con total convencimiento.
Sobre lo de apropiarse del pensamiento… El reformismo vasco de última hora, efectivamente, se ha apropiado de ciertas posiciones y lenguaje de nuestro enemigo nacional y de clase. Paz a secas, marco y proceso «democráticos», etc. Pero nadie que practique una dinámica y línea reformistas puede apropiarse del nacionalismo revolucionario, ni de los Etxebarrieta, ni de Txikia, ni de Argala. Para ello la praxis que practiquen habrá de ser revolucionaria. Es una condición sine qua non salvo correr el riesgo de hacer el ridículo incluso ante tus propios.
En conversación telefónica me comentaste que veías el marxismo, las ideas comunistas más actuales que nunca… ¿Podrías detallarlo?
Pienso que haber tocado fondo ha ayudado a revisar lo que hemos hecho. Bien, mal, peor, lo que hemos dejado de hacer… A nueve años de aquel 2009 parece que las posiciones de clase revolucionarias debieran estar más desarrolladas en cuanto a análisis, concreción organizativa, nivel de expansión, etc. Pero los que diseñaron el cambio de ciclo/estrategia lo han hecho con todas las consecuencias. En estos nueve años sobre todo se han dedicado a desmontar el MLNV, contentar al enemigo nacional y de clase del pueblo trabajador vasco y a penetrar al cuerpo social de la Izquierda Abertzale Oficial y Reformista con una práctica filosófica totalmente burguesa y, además, pretendiendo hacer algo novedoso.
Aparte de la coyuntura económica peninsular, continental, mundial, de la crisis general del capitalismo y de que no han hecho sino aumentar las razones de toda índole para construir un mundo diferente, en Euskal Herria hemos visto de primera mano de qué es capaz la burguesía cipaya y, sobre todo, la pequeña burguesía, los burócratas y los reformistas de la Izquierda Abertzale.
Vista toda esa situación, los y las que pretendemos mantener una posición socialista revolucionaria vasca tenemos claro que el sujeto revolucionario ha de ser el pueblo trabajador vasco, si lo que queremos es la construcción de una Euskal Herria independiente, socialista y antipatriarcal. Y en ese difícil camino, que no tiene tiempo ni descanso salvo el ritmo que nosotros y nosotras le impongamos, los más desposeídos y concienciados serán quienes tengan la responsabilidad principal del proceso integral de liberación. Esto es, la clase trabajadora y capas populares.
Y una vez que se ha concretado quién es el sujeto revolucionario es evidente que la burguesía vasco-española no puede ser parte del motor ni sujeto del proceso de liberación. En la Izquierda Abertzale está bastante extendido que sin el PNV nada serio se puede hacer «en clave de país», como a algunos les gusta decir. A este respecto, vuelvo a recordar una frase de Jon Idigoras Gerrikabeitia: «sin el PNV va a ser difícil pero con el PNV imposible».
Ni que decir tiene la importancia estratégica que tienen las dinámicas de lucha que escapan del control partidario ubicado en el sistema. Sean centros autogestionados, lugares ocupados y otras dinámicas que se están desarrollando poco a poco en el amplio movimiento popular vasco.
Lo mismo hay que decir de la herramienta global, sectorial, parcial, táctica y estratégica de la desobediencia. Somos conscientes que es un tema difícil de llevar a la práctica por varias razones. Por una parte conlleva siempre un nivel de choque, de enfrentamiento, de desgaste. Por otra es y será difícil rentabilizar lo ensayado en el campo de la desobediencia en clave de avance. Es difícil, precisamente, porque al capital y a sus servidores (el Estado español, francés y todos sus añadidos), se les va la vida con el tema de la desobediencia. Aún y todo es un debate a desarrollar permanentemente y que, aún siendo conscientes de que es un tema prioritario, no sé si le damos la importancia necesaria en cuanto instrumento táctico y estratégico.
Esa es la conclusión que poco a poco se va abriendo ante el desolador panorama que, de momento, tenemos. Esa preocupación, ese análisis de quién es el sujeto revolucionario, qué es lo que seguro que ya no haremos, con quien nos aliamos tácticamente y/o estratégicamente, visualizar y poner hoy en nuestras dinámicas un poco del futuro que pretendemos, saber a ciencia cierta que habremos de hacer la revolución socialista vasca… Es la parte positiva de la debacle del MLNV. Con el tiempo estoy convencido que se conformará un Movimiento socialista revolucionario vasco de liberación nacional. En nuestras manos está.
7 de enero de 2019