Me voy a abstener. Por enésima vez, desde hace algunos años. Por segunda vez en este último mes. No es cosa que haya decidido en los últimos días. Lo tenía claro hace mucho tiempo.
Las primeras veces que no voté costó trabajo dar el paso. La verdad que no soy abstencionista vocacional, he votado muchas veces, he estado en la mesa electoral de interventor y en sus años, cuando era más joven, incluso he participado en pegadas de cárteles, ido a mítines y demás actividades de campaña.
No soy anarquista, les respeto por su tenacidad y coherencia pero no participo de su ideología, o filosofía. Creo incluso oportuno recordar que CNT participo del Frente Popular cuando la izquierda (la de verdad) estuvo cerca de asaltar los cielos en el Estado español. Pero el sueño eterno como vino se fue como cantara Victor Manuel y desde entonces la izquierda estatal se ha dedicado a reconciliarse con sus asesinos o se ha enredado en luchas cainitas que la han llevado al desastre.
También la izquierda de mi país, la mayoritaria (no les agrada que les digan la oficial, así que emplearé el termino mayoritaria) se está dedicando a reconciliarse con quienes nos machacaron. Y si no se han reconciliado más no ha sido por falta de ganas, sino porque nuestros históricos enemigos les han rechazado por activa y por pasiva. Si fuese por la izquierda mayoritaria vasca estaríamos de picnic con el gremio de empresarios, con la burguesía regionalista y si fuese necesario hasta con la derechona madrileña. Prefieren humillarnos hasta el decir basta y tenernos detrás, como un niño (o niña…) arrepentido de lo malo (o mala…) que ha sido.
Esa es la actitud y el motivo que me lleva a abstenerme. Yo no he sido malo. En todo caso mi maldad ha sido soñar y actuar dentro de mis posibilidades físicas (cada vez más escasas) y psíquicas (tampoco debo andar sobrado…) en pos de ver cumplido mi sueño. Vivir como ser humano libre, en una patria libre y socialista. Y feminista, por supuesto.
Conozco muchas personas que se presentan en las listas electorales, no solo de mi pueblo, de más pueblos de mi país. Pongo la mano en el fuego por ellas y me consta que son honestas. Pero no les voy a votar. Tengo claro que quienes de ellos salgan concejales, al final tendrán que asumir la disciplina del grupo municipal y actuar de manera que les indique los dirigentes locales o nacionales.
Como la línea política es la que me ocasiona discrepancia y como no se vota en realidad a personas sino a proyectos políticos es lo que me obliga a no acudir a las urnas. Este año ha sido duro en ese sentido y hemos sido testigos de nefastas actuaciones en Iruña con el caso de Maravillas Gaztetxea, Errenteria… y muchos más que no es preciso mentar. La línea política, puede ser independentista, no lo niego, pero dentro del sistema capitalista, sin cuestionar la propiedad y en línea de reconciliarse con quienes ayer calificábamos de enemigos.
Los dos ejemplos no han sido casualidad. Por eso no voy a ir a las urnas. Por eso me voy a abstener. NI a las municipales, ni a las diputaciones ni a la Unión Europea… (No voy a aburrir al personal que tenga a bien leerme de calificar y describir a la Unión Europea, brazo político de la banda criminal OTAN…)
Sin más… abstenzioa!
Andoni Baserrigorri
18 de mayo de 2019
Un comentario