Una vez más nos llaman a las urnas. En esta ocasión para elegir qué partido gestionará durante cuatro años –se supone– la opresión nacional, social y de género en Euskal Herria y en las diferentes naciones que estamos encorsetadas en esta cárcel de pueblos que se hace llamar España.
Si la Izquierda Abertzale desde su nacimiento hasta al menos hace nueve años sostenía que estábamos ante un Estado fascista enmascarado en democrático, los acontecimientos en los últimos dos o tres años vienen a darle la razón y a corroborar por la vía de los hechos lo que no es sino una realidad. El actual Estado español (lo que erróneamente algunos denominan «régimen del 78») tan solo es la continuidad del Estado nacido en 1939 que se ha ido adaptando a las realidades que se han dado en estos ochenta años y que le exigía el capitalismo mundial y europeo para poder homologarse. Por lo que sería más exacto llamarlo «régimen del 39».
Sus sucesivos gobiernos se han llenado la boca diciendo al pueblo vasco que en ausencia de violencia todo era posible. Que incorporarse al sistema «democrático» español, aceptando sus leyes, abriría las puertas a todas las posibilidades.
El PNV nos decía que sin la violencia revolucionaria, todas las abertzales podrían unirse y todos juntos avanzar hacia la independencia de nuestra patria.
Lo que sí vemos es el ejemplo catalán, donde en ausencia absoluta de violencia, por parte del pueblo catalán, y usando únicamente las vías parlamentarias y democráticas no solo no ha sido posible, ni parece que vaya a serlo, la autodeterminación sino que el Estado ha usado la violencia opresiva para ahogar las ansias de libertad del pueblo trabajador catalán.
También hemos podido comprobar, en Euskal Herria, que en este escenario con ausencia de violencia revolucionaria el PNV se muestra más derechoso, neoliberal y regionalista de los últimos cuarenta años.
Nos han tratado de engañar. Pero las comunistas vascas sabemos que tan solo se trataba de que la lucha por una Euskal Herria socialista, independiente, feminista desapareciera, para lo cual era imprescindible que también desapareciera la organización revolucionaria, para así incorporarnos a su «juego democrático».
Los hay que sí han optado por la participación en esta farsa de democracia sabiendo que no pueden lograr los objetivos históricos de la Izquierda Abertzale en este circo electoral. Pero se unen conscientemente a ella. Paradójicamente nos dicen que lo hacen para frenar al fascismo, pero gratis querían, y quieren, dar su apoyo a Pedro Sánchez y al PSOE, olvidando el GAL, la represión salvaje contra el pueblo vasco, las torturas, la dispersión… la aplicación de las medidas más salvajes del capitalismo contra el pueblo trabajador vasco. Ellos, EH Bildu y sus nuevos aliados socialdemócratas de ERC.
Boltxe kolektiboa junto a un buen número de militantes y colectivos nos sentimos huérfanos de organización política referencial. Pensamos que en el actual panorama político vasco ninguna nos representa ni es referencial de la histórica lucha por la patria socialista y feminista que fue el MLNV.
Por eso nos vamos a abstener. Por esas razones pedimos la abstención activa y revolucionaria.
Creemos que la tarea es otra. Crear espacios de poder, crear complicidades e ir tejiendo afinidades con otros sectores y colectivos que desemboque en la creacion de un nuevo movimiento que sea, en las nuevas condiciones que existen en Euskal Herria, la continuidad de la histórica lucha del MLNV.
Boltxe kolektiboa
4 de noviembre de 2019