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Jazar­pe­na­ri bidea itxi dina­mi­ka: «En el área de Bil­bao se ha pues­to en mar­cha una cam­pa­ña con­tra el abu­so policial»

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En estos días se cum­ple, casi mes y medio de con­fi­na­mien­to y esta­do de alar­ma a cau­sa de la pan­de­mia mun­dial pro­vo­ca­da por el covid-19, este hecho ha tras­to­ca­do total­men­te la «nor­ma­li­dad» en la que nos hallá­ba­mos inmer­sos. Esta­mos en una excep­cio­na­li­dad en la que una de las nue­vas reali­da­des es la cons­tan­te pre­sen­cia poli­cial y mili­tar en una Eus­kal Herria que ya se encon­tra­ba ocu­pa­da. A raíz de esto en el área de Bil­bao se ha pues­to en mar­cha una cam­pa­ña con­tra el abu­so poli­cial de la que nos hemos hecho eco y a la que nos hemos adhe­ri­do des­de el colec­ti­vo Boltxe. Para cono­cer mejor esta diná­mi­ca habla­mos hoy con sus representantes.

Boltxe: ¿Expli­cad­nos por favor bre­ve­men­te en qué con­sis­te la cam­pa­ña que habéis pues­to en marcha?

Jazar­pe­na­ri bidea itxi dina­mi­ka: Esta cam­pa­ña quie­re seña­lar el esta­do de excep­ción, hacien­do fren­te a una de sus expre­sio­nes más visi­bles. El con­trol y la pre­sen­cia poli­cial se ha inten­si­fi­ca­do estos días y, ade­más, esta­mos sien­do tes­ti­gos de mul­ti­tud de abu­sos de camino al tra­ba­jo, o a casa de un fami­liar que nece­si­ta ayu­da. Pero tam­bién hemos podi­do ver abu­sos sis­te­má­ti­cos por par­te de las fuer­zas repre­si­vas, mayor­men­te con­tra per­so­nas migran­tes. El ejem­plo más cla­ro lo tene­mos en los barrios de Bil­bi y San Fran­cis­co, don­de el pasa­do 29 de mar­zo varios zipa­yos gol­pea­ron a un joven autis­ta y a su madre; y por si fue­ra poco, han pues­to mul­tas a los veci­nos que denun­cia­ron la terri­ble actua­ción polícial.

Ante esta situa­ción que, por des­gra­cia, ha toma­do una gran dimen­sión en Bil­bo, varios colec­ti­vos loca­les y nacio­na­les nos hemos jun­ta­do para hacer­le fren­te de mane­ra uni­ta­ria, en una diná­mi­ca que dura­rá de momen­to, mien­tras duren las medi­das que se han toma­do en el con­fi­na­mien­to. Como expli­ca­mos en el comu­ni­ca­do de pre­sen­ta­ción, los obje­ti­vos que que­re­mos con­se­guir median­te la diná­mi­ca son los siguien­tes: denun­ciar el abu­so poli­cial, ofre­cer herra­mien­tas para defen­der­se de él a los sec­to­res más des­pro­te­gi­dos median­te apo­yo y asis­ten­cia jurí­di­ca, y hacer una peque­ña apor­ta­ción en la con­se­cu­ción de las liber­ta­des polí­ti­cas nece­sa­rias para la orga­ni­za­ción, que en esta situa­ción se han vis­to más redu­ci­das aún si cabe.

De momen­to, hemos comen­za­do hacien­do públi­ca nues­tra diná­mi­ca en las redes socia­les (@jazarpenari_ez), pero ya hemos empe­za­do con lo que va a ser nues­tro siguien­te reto: ofre­cer asis­ten­cia jurí­di­ca inten­tan­do orga­ni­zar la soli­da­ri­dad hacia los sec­to­res más gol­pea­dos de la cla­se obre­ra. Para ello, hemos hemos habi­li­ta­do un telé­fono (632506041) y un correo jazarpenari.​ez@​gmail.​com de con­tac­to para la denun­cia de dife­ren­tes abusos.

Comen­táis en el comu­ni­ca­do que esta ini­cia­ti­va par­te de otra más gene­ral impul­sa­da por GKS. ¿En qué con­sis­te esa diná­mi­ca de GKS de la que habláis?

La diná­mi­ca o cam­pa­ña polí­ti­ca de denun­cia tie­ne como obje­ti­vo prin­ci­pal, visi­bi­li­zar que el esta­do de alar­ma que han decre­ta­do como res­pues­ta a la expan­sión del Covid-19, no es más que un inten­to de camu­flar el cada vez más evi­den­te esta­do de excep­ción, mili­tar y poli­cial. Median­te esta for­ma de con­trol extre­mo, pre­ten­den agu­di­zar la ofen­si­va polí­ti­ca con­tra la cla­se tra­ba­ja­do­ra, blo­quean­do toda posi­bi­li­dad de orga­ni­za­ción, y así posi­bi­li­tar las medi­das eco­nó­mi­cas y socia­les que ahon­da­rán en el pro­ce­so de proletarización.

Con­si­de­ra­mos que es una cam­pa­ña impres­cin­di­ble en esta coyun­tu­ra, en la que la mayo­ría de los agen­tes polí­ti­cos y socia­les se han subi­do al bar­co de la gran bur­gue­sía, para sacar a la luz el carác­ter de cla­se de las medi­das adop­ta­das. En ese sen­ti­do, GKS ha hecho hin­ca­pié en cua­tro pun­tos, nece­sa­rios para abor­dar el con­tex­to des­de una ópti­ca pro­le­ta­ria. El pri­me­ro, la urgen­cia de rei­vin­di­car las liber­ta­des polí­ti­cas, ya que mien­tras nues­tra acti­vi­dad polí­ti­ca ha sido anu­la­da, la acti­vi­dad esen­cial de la socie­dad capi­ta­lis­ta (la pro­duc­ción de plus­va­lía) sigue en mar­cha, y ade­más el esta­do bur­gués ha des­ple­ga­do toda su orga­ni­za­ción polí­ti­ca, lle­gan­do a sacar al ejér­ci­to a ocu­par pue­blos y barrios de Eus­kal Herria. El segun­do pun­to pone sobre la mesa la nece­si­dad de exi­gir la ver­dad sobre las cau­sas y desa­rro­llo del virus, y el carác­ter de las medi­das que se han toma­do ante él, por­que el bom­bar­deo de datos cuan­ti­ta­ti­vos escon­de el ver­da­de­ro carác­ter de todo esto. El ter­cer pun­to plan­tea la orga­ni­za­ción obre­ra inde­pen­dien­te como vía para hacer fren­te a esta ofen­si­va y defen­der de ella a la cla­se tra­ba­ja­do­ra. En ese sen­ti­do den­tro de la mis­ma cam­pa­ña se han arti­cu­la­do a esca­la nacio­nal nues­tras capa­ci­da­des orga­ni­za­ti­vas para ofre­cer recur­sos diri­gi­dos a la defen­sa de las con­di­cio­nes de la cla­se tra­ba­ja­do­ra en los ámbi­tos de vivien­da, labo­ral y abu­sos poli­cia­les. El cuar­to pun­to habla de prio­ri­zar real­men­te la salud uni­ver­sal a los intere­ses par­ti­cu­la­res, de la burguesía.

En estos días nos ente­ra­mos de que se han adqui­ri­do miles de pis­to­las eléc­tri­cas y que las deten­cio­nes y pali­zas por par­te de los diver­sos cuer­pos poli­cia­les van en aumen­to, los videos en las redes socia­les así lo ates­ti­guan ¿Cómo enten­déis que con­tra esta pan­de­mia se hallan pues­to más mul­tas que test rea­li­za­dos? ¿Cómo enten­déis la acción de los diver­sos gobier­nos tan­to espa­ñol y fran­cés como vas­co y nava­rro res­pec­to a la pandemia?

Para empe­zar, es evi­den­te que las medi­das adop­ta­das para fre­nar la expan­sión del virus no han sido efec­ti­vas. En los paí­ses don­de mejor se está con­tro­lan­do la pan­de­mia, las medi­das han sido muy dife­ren­tes a las de los Esta­dos espa­ñol y fran­cés: entre otras cosas, se ha impul­sa­do un uso gene­ra­li­za­do de los equi­pos de pro­tec­ción y se han efec­tua­do test a gran par­te de la pobla­ción para con­tro­lar los con­ta­gios y los focos de infec­ción. Aun así, no debe­mos con­si­de­rar que las medi­das aquí adop­ta­das son solo con­se­cuen­cia de la negli­gen­cia o la mala volun­tad de los gobier­nos. En el sis­te­ma capi­ta­lis­ta, la diná­mi­ca de acu­mu­la­ción del capi­tal (la nece­si­dad de repro­du­cir capi­tal en esca­la amplia­da) es quien mar­ca los estre­chos lími­tes de las deci­sio­nes guber­na­men­ta­les. Por ejem­plo, si aquí no se ha gene­ra­li­za­do el uso de mas­ca­ri­llas (has­ta el pun­to de que la con­se­je­ra de Salud del Gobierno Vas­co dije­ra públi­ca­men­te que «no sir­ven») es por­que no hay sufi­cien­tes pro­vi­sio­nes. Y no las hay, por­que en el capi­ta­lis­mo lo que no gene­ra ganan­cias no se pro­du­ce, y pro­du­cir mas­ca­ri­llas en masa antes de esta pan­de­mia no las gene­ra­ba. Hay que enten­der de la mis­ma mane­ra que aho­ra varias empre­sas, la Coope­ra­ti­va Mon­dra­gon entre una de las más des­ta­ca­das, hayan empe­za­do a pro­du­cir mas­ca­ri­llas en gran­des can­ti­da­des: tam­po­co es un ges­to de bue­na volun­tad, sino una deci­sión para explo­tar un nicho de mer­ca­do que se abre en esta crisis.

Dicho esto, y res­pon­dien­do a la pre­gun­ta, la impo­si­bi­li­dad de los esta­dos de tomar cier­tas medi­das pre­ven­ti­vas ante­rio­res (test, equi­pos de pro­tec­ción…) los ha con­du­ci­do a impo­ner un autén­ti­co esta­do de excep­ción. Las dos prio­ri­da­des de la bur­gue­sía en estos momen­tos de excep­cio­na­li­dad son: tra­tar deses­pe­ra­da­men­te de man­te­ner la pro­duc­ción de plus­va­lía y evi­tar la con­flic­ti­vi­dad social. Para ello han impues­to un con­fi­na­mien­to casi total que de momen­to solo nos per­mi­te salir de casa para ir a tra­ba­jar o para tareas de super­vi­ven­cia. Ade­más, el esta­do de excep­ción impli­ca la mili­ta­ri­za­ción de las calles, la nor­ma­li­za­ción de las fuer­zas repre­si­vas, un aumen­to del con­trol social y la anu­la­ción de las ya esca­sas liber­ta­des polí­ti­cas. Estas medi­das las paga la cla­se tra­ba­ja­do­ra que ade­más, a fal­ta de orga­ni­za­ción, está des­pro­te­gi­da ante la que enten­de­mos que es una autén­ti­ca ofen­si­va de la burguesía.

En cuan­to a la segun­da pre­gun­ta, vemos que las medi­das adop­ta­das por el gobierno espa­ñol y el fran­cés son lige­ra­men­te dife­ren­tes. En el Esta­do espa­ñol se está apli­can­do un con­fi­na­mien­to algo más res­tric­ti­vo que en el Esta­do fran­cés, don­de por ejem­plo está per­mi­ti­do hacer depor­te o pasear duran­te una hora al día. Como hemos dicho antes, no enten­de­mos estas dife­ren­cias como con­se­cuen­cia de la mera volun­tad de este o aquel gobierno, sino como con­se­cuen­cia de la mayor o menor sol­ven­cia eco­nó­mi­ca actual de los Esta­dos que impul­sa a impo­ner medi­das más o menos coer­ci­ti­vas a la cla­se obre­ra de cada país: esto es, a impo­ner la «paz social» de mane­ra más o menos direc­ta. En lo que res­pec­ta a los gobier­nos auto­nó­mi­cos vas­co y nava­rro, en esta situa­ción excep­cio­nal que­da aún más en evi­den­cia que son sucur­sa­les del gobierno espa­ñol, meros apén­di­ces del Esta­do espa­ñol en Hego Eus­kal Herria. Cada vez que ha sido nece­sa­rio sus­pen­der las com­pe­ten­cias auto­nó­mi­cas para apli­car las medi­das esta­ta­les, se han sus­pen­di­do sin gran difi­cul­tad; demos­tran­do que el «auto­go­bierno vas­co» no es tal cosa. El PNV está mos­tran­do cier­ta opo­si­ción dis­cur­si­va a las deci­sio­nes adop­ta­das por el gobierno espa­ñol ya que requie­re de medi­das menos res­tric­ti­vas que las actua­les para aumen­tar la pro­duc­ción. Pero aun­que pue­da haber dispu­tas entre las dife­ren­tes frac­cio­nes de la bur­gue­sía, su uni­dad resi­de en tra­tar de con­se­guir las mejo­res con­di­cio­nes para la explo­ta­ción de la cla­se obre­ra en el esce­na­rio que se abre. En esa línea debe­mos enten­der los pac­tos de Esta­do que se pue­dan dar a cor­to o medio pla­zo y de los cua­les el PNV no quie­re que­dar­se exclui­do. Tam­bién es escla­re­ce­dor el papel de la «izquier­da sobe­ra­nis­ta vas­ca» repre­sen­ta­da por EH bil­du, que cri­ti­ca las medi­das del gobierno al tiem­po que no quie­re ver­se exclui­do de sus deci­sio­nes y que ha habla­do inclu­so de la nece­si­dad de «coor­di­na­ción» y «leal­tad» con el gobierno espa­ñol mien­tras se res­pe­te su papel.

Vemos cómo des­pués del parón «total» de los últi­mos días, se vuel­ve a impo­ner la dis­ci­pli­na del bene­fi­cio antes que la salud de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Esto pasa sema­nas des­pués de los suce­sos de Zal­di­bar en los que resul­ta­ron sepul­ta­dos dos tra­ba­ja­do­res, la acti­tud del gobierno vas­con­ga­do y del lehen­da­ka­ri Urku­llu ha sido la de prio­ri­zar en todos los casos la lógi­ca del bene­fi­cio y los intere­ses de la bur­gue­sía que le apo­ya. El Esta­do poli­cial es el que va a for­zar esto y no se entien­de que los sin­di­ca­tos no plan­teen algún tipo de acción efec­ti­va para defen­der a la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Ante esto ¿qué pode­mos hacer?

En estos momen­tos debe­mos reco­no­cer que la orga­ni­za­ción obre­ra es débil y que por ello la gran bur­gue­sía está impo­nien­do sus medi­das sin ape­nas opo­si­ción. Aun así, debe­mos tomar­nos muy en serio algu­nas tareas actua­les, por­que pue­den mar­car la dife­ren­cia el día de maña­na. Por un lado, debe­mos gene­rar y socia­li­zar todo un mar­co para com­pren­der lo que está suce­dien­do: iden­ti­fi­car las cau­sas de las medi­das que nos impo­nen, pre­ver las con­se­cuen­cias que ten­drán en las con­di­cio­nes de la cla­se tra­ba­ja­do­ra, y ave­ri­guar qué posi­bi­li­da­des de lucha tene­mos tan­to hoy como en los posi­bles esce­na­rios futu­ros. La cla­se media está total­men­te inca­pa­ci­ta­da para plan­tear un pro­gra­ma que mejo­re las con­di­cio­nes de la cla­se obre­ra, ya que for­ta­le­ce el sis­te­ma a tra­vés de limi­tar­se a peti­cio­nes de mayor inter­ven­ción del esta­do en la eco­no­mía. Más aún, cuan­do en esta situa­ción de cri­sis, vemos cómo la bur­gue­sía ade­lan­ta por la izquier­da en muchas oca­sio­nes a la social­de­mo­cra­cia, con medi­das inter­ven­cio­nis­tas que adop­ta para pos­ter­gar la pre­vi­si­ble catás­tro­fe eco­nó­mi­ca. A noso­tros y noso­tras, en cam­bio, en estas con­di­cio­nes tam­bién nos toca impul­sar la orga­ni­za­ción inde­pen­dien­te del pro­le­ta­ria­do. Debe­mos, por un lado, poner todos los medios que ten­ga­mos a dis­po­si­ción de los sec­to­res más gol­pea­dos de la cla­se tra­ba­ja­do­ra para defen­der nues­tras con­di­cio­nes de vida y de tra­ba­jo; y con­jun­ta­men­te, debe­mos apor­tar en la con­se­cu­ción de las liber­ta­des polí­ti­cas nece­sa­rias para la orga­ni­za­ción obre­ra. En estos momen­tos don­de la mili­ta­ri­za­ción, la repre­sión y el con­trol social van en aumen­to, es fun­da­men­tal con­se­guir con­di­cio­nes favo­ra­bles para la orga­ni­za­ción polí­ti­ca, que dicho sea de paso, solo con­se­gui­re­mos a tra­vés de la pro­pia organización.

En esta cam­pa­ña que ponéis en mar­cha, ¿quié­nes for­man par­te y cómo pue­den sumar­se nue­vos apoyos?

Ade­más de Gaz­te Koor­di­na­do­ra Sozia­lis­ta, for­man par­te de la diná­mi­ca, varios colec­ti­vos juve­ni­les y Gaz­tetxes de Bil­bao, como la Gaz­te Asan­bla­da de Bil­bi, San Inazio y el Gaz­tetxe de Erre­kal­de (Etxa­rri); ade­más de otros gru­pos y orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas: Bul­tza Herri Eki­me­na, Boltxe, Erai­ki, Bil­bo­ko Ami­nis­tia­ren Alde­ko Mugi­men­dua y Biz­kai­ko Herri­tar Batasuna.

Res­pec­to a nue­vos par­ti­ci­pan­tes, tene­mos las puer­tas abier­tas, pero con­si­de­ra­mos que es nece­sa­rio que se adhie­ran colec­ti­vos o gru­pos que com­par­tan la ópti­ca del aná­li­sis, la pro­pues­ta polí­ti­ca y los obje­ti­vos con­cre­tos que nos hemos mar­ca­do. De ser así, pue­den poner­se en con­tac­to con noso­tras a tra­vés de las vías que hemos hecho públi­co en las redes sociales.

De todas for­mas, cree­mos que es impor­tan­te remar­car que en este momen­to, tam­bién son bien­ve­ni­das las mues­tras de soli­da­ri­dad con la cam­pa­ña que esta­mos reci­bien­do por par­te de algu­nos colec­ti­vos y per­so­nas, así como la ayu­da en la difu­sión por las redes socia­les u otros medios.

Y ¿cua­les son los pasos con­cre­tos que van a ver­te­brar la campaña?

De momen­to, cree­mos que tene­mos sufi­cien­te tra­ba­jo inten­tan­do dar­nos a cono­cer como espa­cio de refe­ren­cia para la denun­cia de cual­quier signo de abu­so poli­cial en Bil­bao, por lo que el tra­ba­jo que esta­mos hacien­do tan­to en las redes como en la calle nos pare­ce muy impor­tan­te. Por otro lado, nues­tro siguien­te reto más pró­xi­mo sería tam­bién, poner en mar­cha de mane­ra efec­ti­va la asis­ten­cia jurí­di­ca en lo que res­pec­ta a la repre­sión poli­cial. Como hemos men­cio­na­do pre­via­men­te, hemos abier­to cana­les de con­tac­to con noso­tras ante cual­quier duda o pro­ble­má­ti­ca sur­gi­da a raíz de las medi­das toma­das en el con­fi­na­mien­to, inten­tan­do, ade­más del tra­ba­jo ideo­ló­gi­co, ser una herra­mien­ta efi­caz de apo­yo mutuo para con los sec­to­res más golpeados.

Final­men­te, cree­mos tam­bién que una de nues­tras tareas a rea­li­zar a cor­to pla­zo, y que esta­mos lle­van­do a cabo, es seña­lar la esen­cia real de lo que la bur­gue­sía lla­ma Esta­do de Alar­ma, denun­cian­do su carác­ter de domi­na­ción de cla­se y sus expre­sio­nes con­cre­tas como par­te de un pro­ce­so de ofen­si­va polí­ti­ca más general.

Muchas gra­cias por este tiem­po que nos habéis dedi­ca­do. Ánimo.

24 de abril de 2020

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