2. Cambios político-militares
Michael T. Klare indicó en 2018 que los métodos imperialistas actuales para acaparar recursos pugnando con otras potencias son «muy parecidos»1 a los de fines del siglo XIX e inicios del XX. Un año antes Klare había denunciado cómo la burguesía utilizaba el cambio climático para militarizar el control policial, dinámica expansiva a la que volveremos al estudiar cómo la pandemia ha sido utilizada como campo de pruebas para mejorar el paradigma represivo en cuanto tal, preparando la militarización definitiva de la población adulta2. Willian I. Robinson analizó en detalle qué es y por qué se desarrolla el «Estado policíaco global»3 integrando, coordinando y dirigiendo una totalidad represiva en lo económico, político, cultural, policíaco-militar, etc.; autor que en mayo de 2021 ha estudiado la sinergia entre la industria militar, el largo estancamiento del capitalismo y las sobre ganancias gigantescas que obtiene el sistema provocando situaciones críticas de preguerra y con matanzas militares4. La sociedad burguesa entera es parte de esa totalidad, funcional a ella y no a la inversa, y lo es tanto para facilitar la ductilidad del paradigma represivo en los cuasi infinitos vericuetos de la explotación social, como para legitimarla y a la vez ayudar al Estado a crear aterradoras fuerzas represivas encubiertas que golpean en el propio país como en el extranjero.
Los más importantes Estados imperialistas tienen estas fuerzas encubiertas sin las cuales el paradigma represivo perdería mucha efectividad, destacando las de Estados Unidos5. Cuando pierden capacidad a pesar de todos los aumentos de efectivos e innovaciones tecnocientíficas invertidas en su mejora, es que han perdido eficacia partes importantes del paradigma represivo o en su totalidad, como contra Cuba, Vietnam, Nicaragua, Venezuela, Siria, Afganistán, etc. Aunque cada derrota imperialista exige un análisis concreto, todas ellas tienen en común el fracaso más o menos estruendoso del paradigma represivo en sus puntos básicos: las fuerzas productivas, que ya no son propiedad directa de Estados Unidos y sus aliados, y de su monopolio de la violencia porque ahora estas naciones son propietarias de sus armas. La historia muestra que un pueblo desarmado es un pueblo vencido.
La prensa burguesa achaca sus sucesivas derrotas desde 1945 a que no estaba preparado para vencer a guerrillas6 en las guerras irregulares, pero en realidad no ha triunfado definitivamente en la guerra de clases mundial, no ha derrotado a pueblos dignos, la implosión de la URSS no fue debida a la superioridad imperialista sino a las contradicciones de la casta burocrática exsoviética, no ha impedido el ascenso de un poderoso enemigo euroasiático, y ve furioso cómo vuelve el fantasma del comunismo7, ya que la tarea central del paradigma imperialista en sí mismo, y al margen de expresiones particulares, es la de liquidarlo para siempre. Una de las razones del fracaso imperialista es la incapacidad estructural de su Inteligencia8 para conocer en profundidad las fuerzas y debilidades de las clases y pueblos trabajadores que quiere explotar, a pesar de la sistemática intervención de las llamadas «ciencias sociales» como la antropología, sociología, etc., integradas en el paradigma represivo.
Es obvio que sí se ha impuesto en algunos conflictos, pero no ha convencido definitivamente y para siempre en ninguno de ellos, y tampoco ha logrado imponer la legitimidad alienante que acabe con la lucha de clases que es el objetivo vital de la burguesía. Las lecciones de Irak y otros pueblos son concluyentes. La experiencia vasca también enseña que las victorias parciales no logran una victoria definitiva, que no impiden que se (re)construya la izquierda independentista9. Tal incapacidad responde en el fondo, y además de todo lo visto, al hecho objetivo de que la lucha de clases nunca se extingue incluso aunque parezca que sí, que ya ha desaparecido para siempre, incluso entonces late en el fondo del malestar popular que se autoorganiza en silencio para emerger con estallidos volcánicos.
Una de las tareas de la Inteligencia como parte esencial del paradigma es captar e interpretar los leves movimientos tectónicos para desactivarlos antes de que erupcionen. La permanencia de la guerra social con sus altibajos invisibles o visibles, con sus derrotas parciales, también explica lo opuesto, por qué las victorias parciales del proletariado mundial difícilmente dan el salto cualitativo a victorias revolucionarias10. Pero desde al menos 2007 – 2010 en adelante, sus fracasos han llevado al imperialismo a dar un paso que puede ser suicida para él o que puede desencadenar el holocausto, el Armagedón. Para ese 2010 las principales potencias imperialistas disponían ya de prospectivas suficientemente serias sobre la nueva «decadencia de Occidente».
Sin embargo, ese inquietante «descubrimiento» no era nuevo, como veremos luego, y menos aún para el marxismo que, basándose en su teoría de la crisis confirmada de nuevo en 2007, no se sorprendía por lo que pasaba. Por citar un solo ejemplo entre cientos: en 2010, F. Cobarrubia Gómez escribió un texto premonitor publicado en 2011 sobre el ocaso del dólar11 como símbolo del retroceso yanqui, y después se sucedieron todos los acontecimientos conocidos de sobra, lo que explica por qué Estados Unidos, desde 2014, declaró definitivamente a China el enemigo a batir y comenzó la propaganda sistemática según las reglas de la manipulación psicopolítica, emocional, egoísta y machista con las que la burguesía intenta cambiar la mentalidad del proletariado para que acepte ser carne de cañón sumisa en las guerras injustas que el capital lanza en su exclusivo beneficio12. Veremos cómo la Unión Europea recurre al mismo método.
Con Obama, Premio Nobel de la Paz, en la Casa Blanca, el Pentágono decidió concentrar nada menos que el 60% de su fuerza aéreo-naval en el Indo-Pacífico para 2020 y desde 2018 comenzó a retirar tropas de tierra de bases que ya no tenían tanta importancia estratégica según los cambios que se estaban introduciendo en el área político-militar del paradigma represivo en remodelación. Muy recientemente, Estados Unidos baraja el plazo de dos años para atacar a China13, cuando anteriormente se hablaba de seis años. Washington está apretando la soga alrededor de China para medir hasta dónde llegaría su decisión de lucha o rendición, siguiendo la misma estrategia de tensión creciente que empleó contra Japón antes de la Segunda Guerra Mundial, hasta llevarle a la guerra para destruirla como potencia competidora. Estados Unidos sabía que, en respuesta desesperada, Japón atacaría Pearl Harbor y lo preparó todo para presentarse como víctima14. Mientras tanto y hasta el presente Estados Unidos refuerza la obediencia de sus Estados súbditos para que no solo le apoyen en el cambio de paradigma represivo, sino que a la vez le imploren mayor dureza nuclear contra China y Rusia15.
Ante tantas amenazas, Rusia ha advertido muy seriamente a la OTAN por sus crecientes presiones económicas, políticas y sobre todo militares y por las declaraciones de la ministra alemana de Defensa sobre la utilización de armas nucleares contra Rusia16. Al margen de que sean factibles esas amenazas que bordean el límite17 del caos, lo cierto es que su mera posibilidad confirma la rapidez con la que el imperialismo está adaptando su paradigma represivo, cambiando su doctrina político-militar y cultural, mejorando sus sistemas tecnocientíficos y armamentísticos, precisando sus estrategias para cada área del choque global y creando las tácticas acordes con todo ello. Lo hace porque su situación interna es cada vez más inestable no solo en Estados Unidos como lo reconoce su propia burguesía18 que urge a Biden que incumpla el grueso de las promesas electorales que hizo para multiplicar la explotación social, recuperar la economía productiva y el rearme intensivo para volver así a dominar el mundo.
Los síntomas de agravamiento de la crisis son mundiales: ya a finales de 2020 una institución alemana advertía de la proximidad de la mayor crisis financiera de la historia capitalista19, tendencia que se confirma a finales de 202120 entre otras causas porque el imperialismo permanece pasivo ante el avance de la pandemia21, pudiendo desencadenarse la «tormenta perfecta»22. Y la historia del capital muestra que la guerra imperialista y el fascismo son las dos salidas preferidas por el imperialismo en las situaciones críticas. La ralentización económica de China y sus problemas de fondo refuerzan esta tendencia, problemas que le han llevado a medidas que se asemejan a una «economía de guerra»23.
Las alarmas llevan tiempo sonando en la Unión Europea que muy recientemente ha tocado a rebato: para 2025 tiene que existir un efectivo núcleo de ejército europeo que defienda a la Unión Europea en sus fronteras y en los intereses exteriores porque «los europeos no siempre son conscientes»24 de los peligros que acechan a la Unión Europea. Para que seamos siempre conscientes de los «peligros», la Unión Europea nos alecciona con el mismo método que Estados Unidos y otras burguesías emplean para idiotizar a sus clases explotadas alienándolas como soldadesca fanática que pudiera asesinar en masa y dejarse matar defendiendo el fascismo en Ucrania25 y en otras zonas del Este europeo. Las primeras maniobras militares «europeas», es decir, vigiladas desde dentro por Estados Unidos, están programadas para 2023 muy cerca de esa espada de Damocles que es el plazo de dos años para una posible guerra imperialista contra China.
Alemania sabe mucho de esto: antes de que los nazis llegaran al poder en 1933, la «democrática» República de Weimar empezó a reorganizar en secreto su ejército reducido casi a la nada en el Tratado de Versalles. Weimar no se enfrentó decididamente al ascenso nazi, como ahora tampoco la hace el gobierno alemán, abriéndole la puerta del Reichstag sin luchar. La Gestapo aplicó la represión más salvaje y el terror difuso en las fábricas para multiplicar exponencialmente la producción de armas sobre todo desde 1943 al ver próxima su derrota a manos del Ejército Rojo, pero aún incluso bajo aquella esclavización moderna el proletariado se las arregló para hacer huelgas y sabotear la producción26. Ahora la burguesía imperialista en su conjunto empieza a sentir ese miedo que atenazó al nazi-fascismo cuando su Inteligencia les avisaba de la desafección de las masas. Incluso sectores progres del social-liberalismo no tienen más remedio que reconocer que ni Estados Unidos ni la Unión Europea «son democracias reales»27.
2. Cambios político-militares
- https://www.fuhem.es/2018/09/23/entrevista-a-michael-t-klare/
- https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/07/06/estado-espanol-una-ley-mas-que-polemica-todos-los-mayores-de-edad-podran-ser-movilizados-en-caso-de-crisis/
- https://rebelion.org/estado-policiaco-global/
- https://rebelion.org/crisis-capitalista-y-control-social/
- https://mpr21.info/el-pentagono-ha-creado-la-mayor-fuerza-militar-encubierta-que-ha-conocido-el-mundo/
- https://elpais.com/internacional/2021 – 08-02/por-que-estados-unidos-ya-no-gana-las-guerras.html
- https://elpais.com/cultura/2012/06/05/actualidad/1338919715_886491.html
- https://www.jornada.com.mx/2017/03/10/opinion/002a1edi
- https://www.boltxe.eus/2021/10/22/prologo-a-la-edicion-de-2021-de-lenin-txabi-argala/
- https://katz.lahaine.org/derrotas-del-imperialismo-sin-victorias-progresistas/
- Faustino Cobarrubia Gómez: «El ocaso del dólar: ¿la hora de las guerras o de los pueblos?», Pensar a Contra Corriente, Ciencias Sociales, La Habana 2011, pp. 250 – 277.
- https://www.cronicapopular.es/2017/02/como-nos-enganan-antes-de-cada-guerra-decalogo-de-pedagogia-politica-pre-belica/
- https://www.wsws.org/es/articles/2021/11/08/usch-n08.html
- James d’Angelo: «El mito de Pearl Harbor ¿Un cebo para entrar en guerra?», Pearl Harbor, Desperta Ferro, Madrid, nº 48, noviembre-diciembre 2021, pp. 48 – 52.
- https://insurgente.org/ee-uu-recibe-la-peticion-de-sus-aliados-de-no-descartar-un-ataque-nuclear-preventivo-contra-rusia-y-china/
- https://mundo.sputniknews.com/20211026/rusia-cuestiona-a-la-ministra-de-defensa-de-alemania-que-amenaza-con-usar-armas-nucleares-1117515609.html
- https://canarias-semanal.org/art/31571/la-otan-a-un-paso-de-la-guerra-contra-rusia
- https://canarias-semanal.org/art/31531/Estados Unidos-se-derrumba-asegura-el-influyente-periodico-the-new-york-times
- https://www.eleconomista.es/opinion-blogs/noticias/10828169/10/20/La-crisis-financiera-que-se-avecina.html
- https://www.wsws.org/es/articles/2021/11/10/glob-n10.html
- https://www.wsws.org/es/articles/2021/11/08/pers-n08.html y https://www.wsws.org/es/articles/2021/11/11/rese-n11.html
- https://rebelion.org/economia-mundial-el-riesgo-de-una-tormenta-perfecta/
- https://mpr21.info/economia-de-guerra-china-raciona-el-suministro-de-gasoil/
- https://elpais.com/internacional/2021 – 11-10/josep-borrell-europa-esta-en-peligro-y-los-europeos-no-siempre-son-conscientes-de-ello.html
- https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/11/13/ucrania-interes-por-elevar-la-tension/ y https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/11/14/ucrania-que-pretende-estados-unidos/
- K.H. Roth y Angelina Ebbinghaus: El «otro» movimiento obrero y la represión capitalista en Alemania (1880−1973), Traficantes de Sueños, Madrid 2011, pp. 234 y ss.
- https://elpais.com/ideas/2021 – 11-07/estados-unidos-y-la-ue-no-son-democracias-reales.html