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La cegue­ra y el ser­vi­lis­mo de la izquier­da ni-ni con res­pec­to al impe­ria­lis­mo, y aho­ra con Ucrania

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En refe­ren­cia al artícu­lo Eus­kal Herria, la corrup­ción del anti­im­pe­ria­lis­mo al ser­vi­cio de Rusia de Aitor Aspu­ru y Omar Lopez, publi­ca­do en Naiz hacia el 11 de abril de este año.

Un artícu­lo que, pla­ga­do de insul­tos, cri­ti­ca a la mani­fes­ta­ción anti­OTAN y anti­im­pe­ria­lis­ta del 11 de mar­zo en Bil­bao y a sus con­vo­can­tes, rea­li­za­da en el 37 ani­ver­sa­rio del No a la OTAN de Eus­kal Herria con oca­sión del Refe­rén­dum sobre la per­ma­nen­cia en este orga­nis­mo. Todo en base a una para­noia anti­rru­sa y a un des­co­no­ci­mien­to abso­lu­to de lo que es el impe­ria­lis­mo y de lo que está supo­nien­do para los pue­blos de Euro­pa y del mundo.

Un artícu­lo, que se pue­de ubi­car en la sen­da que ha teni­do la izquier­da ni-ni des­de hace años, des­de una supues­ta neu­tra­li­dad (ni Gad­da­fi ni OTAN, ni Assad ni OTAN, aho­ra ni OTAN ni Putin), de apo­yar de hecho las inter­ven­cio­nes, ame­na­zas, chan­ta­jes, revo­lu­cio­nes de colo­res y bru­ta­les agre­sio­nes del impe­ria­lis­mo, tan­to en Libia, como en Siria, como en Yemen, como en Afga­nis­tán, como en Irán, como en Líbano, como en Vene­zue­la, como en Nica­ra­gua, como en gran par­te del mun­do. Y todo supues­ta­men­te bajo el para­guas de su pre­ten­di­do antiimperialismo.

Empie­za dicien­do que la (mani­fes­ta­ción) «se tra­ta­ba más de una adhe­sión por omi­sión a la agre­sión de Rusia con­tra Ucra­nia y una vali­da­ción de su narra­ti­va béli­ca supues­ta­men­te anti­fas­cis­ta, que de una denun­cia de las nefas­tas con­se­cuen­cias del imperialismo»

En esa denun­cia del impe­ria­lis­mo por par­te de los con­vo­can­tes se hacía de entra­da un aná­li­sis –cosa que en nin­gún caso hacen los auto­res- de la gra­ve cri­sis que está tenien­do el capi­ta­lis­mo y el impe­ria­lis­mo por la baja ten­den­cial de la tasa de bene­fi­cios, por la sobre­acu­mu­la­ción de capi­ta­les que no saben don­de inver­tir para ren­ta­bi­li­zar­los, apar­te de en el mun­do de las finan­zas ‑que es el pez que se muer­de la cola- sin gene­rar ni valor ni rique­za, para lo cual nece­si­tan «rees­truc­tu­rar­se», ampliar los mer­ca­dos y el acce­so a los recur­sos y a la ener­gía, y por tan­to, rea­li­zar un nue­vo repar­to del mun­do. Y Rusia siem­pre ha esta­do entre los obje­ti­vos. Jun­to con el res­to del mun­do, por supuesto.

Haga­mos un peque­ño reco­rri­do his­tó­ri­co del impe­ria­lis­mo para ver más cla­ras las cosas

Ya antes de la caí­da de la URSS, el impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano hizo suya la teo­ría del geó­gra­fo ingles Harold Mac­kin­der de hacer­se con el con­trol de Eura­sia como mane­ra de con­tro­lar el mun­do, idea que fue reco­gi­da des­pués por el Con­se­je­ro de Segu­ri­dad Nacio­nal de Car­ter, Zbig­niew Brze­zins­ki, que fue el que pro­mo­vió la pri­me­ra gue­rra con­tra Afga­nis­tán de 1979 – 1992, con­tra su gobierno de izquier­das y como tram­pa con­tra la URSS y por ven­gan­za de la gran derro­ta en Vietnam.

Tras la caí­da de la URSS el impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano vio su gran opor­tu­ni­dad para expan­dir­se hacia el este euro­peo, hacia la mis­ma Rusia y hacia el mun­do. Como decía Ati­lio Boron, en refe­ren­cia a altos fun­cio­na­rios nor­te­ame­ri­ca­nos que expre­sa­ban que no impor­ta­ba que Rusia fue­ra capi­ta­lis­ta, socia­lis­ta o comu­nis­ta, que lo impor­tan­te era que tenía mucho petró­leo, mucho gas, muchos recur­sos, mucho terri­to­rio, mucha pobla­ción y gran pode­río mili­tar y que por tan­to había que domi­nar­la y tro­cear­la. De la mano de Yel­tsin, el impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano y sus saté­li­tes orga­ni­za­ron un autén­ti­co des­man­te­la­mien­to de la eco­no­mía y de la socie­dad rusa (indus­tria, ser­vi­cios, ense­ñan­za, sani­dad, ban­ca, etc) y de sus estruc­tu­ras polí­ti­cas, con unos impac­tos socia­les bru­ta­les en la socie­dad rusa –con seis millo­nes de muer­tos- has­ta que lle­gó Putin en 1999, que les paró los pies.

Para­le­la­men­te, la OTAN, sin disol­ver­se, a pesar de la diso­lu­ción del Pac­to de Var­so­via, su supues­to enemi­go, par­ti­ci­pó acti­va­men­te en la des­truc­ción de Yugos­la­via en los años 90, y tra­tó de debi­li­tar a Irak en la pri­me­ra gue­rra del Gol­fo de 1991, a quien ya había uti­li­za­do en la gue­rra de 1980 – 1988 para enfren­tar­se al Irán que había derro­ca­do al Sha y here­da­do su arma­men­to y «matar dos pája­ros de un tiro» debi­li­tán­do­los a ambos países.

Con la caí­da de la URSS se pro­du­jo tam­bién una explo­sión de teo­rías por par­te del impe­ria­lis­mo para ver cómo seguir domi­nan­do el mun­do. Apa­re­ció el con­cep­to de «Nue­vo Orden Mun­dial» de Bush padre, en 1991, la doc­tri­na Wol­fo­witz de la Defen­se Policy Gui­dan­de sobre la hege­mo­nía USA, la teo­ría del «Caos cons­truc­tor» de Leo Strauss en 1996, el Pro­yec­to para un Nue­vo Siglo Esta­dou­ni­den­se (PNAC) de 1997, y el «Dere­cho de inter­ven­ción» esta­ble­ci­do en la cum­bre de la OTAN de 1999. Tras el auto­aten­ta­do del 11‑S de 2001 orques­ta­do por Esta­dos Uni­dos en cola­bo­ra­ción con el ISI (Ser­vi­cio de inte­li­gen­cia) de Pakis­tán y Ara­bia Sau­di­ta, se pro­du­jo una vuel­ta de tuer­ca en la domi­na­ción impe­ria­lis­ta mundial.

Tras ello se ini­cia la «Gue­rra con­tra el Terror» dise­ña­da por el almi­ran­te Cebrowsky que se plas­ma en la inva­sión de Afga­nis­tán en 2001 y de Irak en 2003. Pero las pre­ten­sio­nes eran mayo­res. Tal como reve­ló el Gene­ral Wes­ley Clark, exco­man­dan­te de la OTAN, tras el 11‑S se pla­ni­fi­có inva­dir y des­truir 7 pai­ses en cin­co años: Irak, Siria, Líbano, Libia, Sudán, Soma­lia e Irán. Pro­yec­tos que prác­ti­ca­men­te se plas­ma­ron sal­vo el de Irán.

Para­le­la­men­te se fue pro­du­cien­do como aco­so a Rusia la expan­sión de la OTAN hacia el Este, con­tra­vi­nien­do la pro­me­sa de no hacer­lo a cam­bio de la diso­lu­ción del Pac­to de Var­so­via. De die­ci­séis paí­ses de la OTAN en 1962 se pasó a trein­ta en 2017, amplián­do­se en cator­ce paí­ses de la ex Unión Soviética.

Lue­go vinie­ron las gue­rras de colo­res orques­ta­das por el impe­ria­lis­mo para tum­bar gobier­nos no ami­gos: Ser­bia 2000, Geor­gia 2003, Ucra­nia 2004, Líbano 2005, Ucra­nia 2014 y un lar­go etcé­te­ra. Asi­mis­mo el Plan de Remo­de­la­ción del Orien­te Medio de 2004 para frac­cio­nar y debi­li­tar los paí­ses de Orien­te Medio, que se qui­so ini­ciar con la gue­rra de Israel con­tra Hez­bo­llah en Líbano en 2006, pero que ante la tre­men­da derro­ta sufri­da por los sio­nis­tas ten­drán que retra­sar­la. Y vol­ve­rán a la car­ga con las Pri­ma­ve­ras ára­bes de 2011, otra gran far­sa, al esti­lo de las revo­lu­cio­nes de colo­res, para poner en el poder a la sec­ta proim­pe­ria­lis­ta siem­pre fiel de los Her­ma­nos Musul­ma­nes. Las Pri­ma­ve­ras ára­bes desem­bo­ca­ron en el ascen­so y des­pués caí­da de los Her­ma­nos Musul­ma­nes en Egip­to y Túnez, y en las gue­rras de agre­sión de la OTAN y alia­dos con­tra Libia, Siria y Yemen entre otras. Es de men­cio­nar tam­bién el Impe­ria­lis­mo «huma­ni­ta­rio» o la lla­ma­da «Res­pon­sa­bi­li­dad de pro­te­ger» (RP2) en 2005, es decir el «dere­cho» a inter­ve­nir en cual­quier país bajo el pre­tex­to de defen­der los dere­chos humanos.

La gue­rra de Ucrania

Dicen e insis­ten como idea cen­tral, en toda la pro­pa­gan­da de gue­rra de la OTAN, todos los medios de comu­ni­ca­ción al uní­sono, la Unión Euro­pea, las ins­ti­tu­cio­nes occi­den­ta­les y todo el coro de la izquier­da ni-ni, inclui­dos los auto­res del artícu­lo, que ha sido Rusia el agre­sor, y que Ucra­nia es la agre­di­da. Pero eso no es así, por­que Rusia no ha hecho más que reac­cio­nar ante un aco­so letal y exis­ten­cial por par­te de la OTAN y la Unión Euro­pea, para des­tro­zar el país, lle­var­lo a la rui­na, tro­cear­lo y expo­liar sus recur­sos y sus fuen­tes energéticas.

Como hemos dicho, des­de la caí­da de la URSS se está pro­du­cien­do un avan­ce con­ti­nuo e inin­te­rrum­pi­do de la OTAN, median­te sobor­nos, chan­ta­jes, pre­sio­nes y pro­me­sas, hacia el este, hacia las mis­mas fron­te­ras de Rusia, amplián­do­se a paí­ses de la anti­gua Unión Sovié­ti­ca. Todo ello apo­ya­do por una polí­ti­ca de la OTAN tre­men­da­men­te pro­vo­ca­do­ra, del incre­men­to sin cesar de pre­su­pues­tos mili­ta­res, arma­men­to sofis­ti­ca­do, pesa­do y de avia­ción, y arma­men­to nuclear (pre­sen­te ya en paí­ses como Bél­gi­ca, Ita­lia, Ale­ma­nia, Ruma­nia y Tur­quía) y de gran can­ti­dad de tro­pas en todos los paí­ses fron­te­ri­zos con Rusia. A lo cual se aña­de una polí­ti­ca de espio­na­je constante.

La agre­sión y los pre­pa­ra­ti­vos de gue­rra con­tra Rusia vie­nen de muy lejos. La gue­rra con­tra Rusia era inmi­nen­te. Antes fue con­tra la URSS. El nazis­mo de Hitler cre­ció en par­te gra­cias al apo­yo occi­den­tal, la Segun­da Gue­rra Mun­dial fue un enfren­ta­mien­to entre la URSS y el nazis­mo, en el que Occi­den­te se situó detrás de las barre­ras dejan­do que se mata­ran, Cuan­do la URSS ya había gana­do la gue­rra –con 30 millo­nes de muer­tos y gran­des des­truc­cio­nes- vino el pari­pé del des­em­bar­co de Nor­man­día. Y fina­li­za­da la gue­rra, la mayor preo­cu­pa­ción de Occi­den­te fue fre­nar a la URSS para lo que reclu­ta­ron a gran can­ti­dad de nazis que los inclu­ye­ron como cua­dros de la OTAN y como miem­bros de la red terro­ris­ta Gla­dio. Occi­den­te nun­ca ha roto con el nazis­mo. Lo ha uti­li­za­do y lo sigue uti­li­zan­do como fuer­za de cho­que con­tra la URSS al prin­ci­pio, con­tra el comu­nis­mo y con­tra Rusia aho­ra, al igual que ha crea­do y uti­li­za­do a Al Qae­da y/​o al ISIS con­tra Afga­nis­tán pri­me­ro, lue­go en Yugos­la­via, Siria, con­tra Irak, con­tra Yemen, y para des­es­ta­bi­li­zar paí­ses en Afri­ca y Asia, y jus­ti­fi­car inter­ven­cio­nes militares.

Así, el gol­pe de Esta­do de febre­ro de 2014 del Mai­dan, impul­sa­do por la OTAN y Esta­dos Uni­dos se ha rea­li­za­do con la impor­tan­te ayu­da de nazis ucra­nia­nos y euro­peos, con gran­des capi­ta­les occi­den­ta­les y arma­men­to tam­bién occi­den­tal, para con­ver­tir Ucra­nia en una pla­ta­for­ma para una gue­rra a muer­te con­tra Rusia. Para con­ver­tir Ucra­nia en un régi­men nazi den­tro de la OTAN, con arma­men­to nuclear y sofis­ti­ca­do, con arma­men­to quí­mi­co y bio­ló­gi­co –como lo han demos­tra­do la gran can­ti­dad de labo­ra­to­rios encontrados‑, con gran can­ti­dad de bases mili­ta­res y en una base de lan­za­mien­to de misi­les a ocho minu­tos de Moscú.

La prin­ci­pal resis­ten­cia pro­du­ci­da en Ucra­nia fren­te el gol­pe de Esta­do del Mai­dan han sido el Don­bass y las zonas de habla rusa del este de Ucra­nia. Lo cual les ha supues­to con­ver­tir­se en el blan­co de gran­des y con­ti­nua­das matan­zas con­tra ellos, con toda una serie de dis­cri­mi­na­cio­nes prohi­bién­do­les el uso de su idio­ma, su cul­tu­ra, el poseer escue­las en su idio­ma, etc. En los enfren­ta­mien­tos pro­du­ci­dos entre Ucra­nia y el Don­bass, se pro­du­je­ron los Acuer­dos de Minsk que ade­más de esta­ble­cer en prin­ci­pio altos el fue­go abrían la pers­pec­ti­va de lle­gar a poseer algún tipo de auto­no­mía en Ucra­nia. Pero ni se cum­plie­ron ni hubo inten­ción de hacer­lo por par­te de Ucra­nia, y como lo han reco­no­ci­do pos­te­rior­men­te, en reali­dad fue una estra­ta­ge­ma para ganar tiem­po y armar­se para los ata­ques pre­vis­tos con­tra el Don­bass y con­tra Rusia. En este pro­ce­so las regio­nes del Don­bass opta­ron, apli­can­do el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción, pri­me­ro en con­ver­tir­se en Repú­bli­cas autó­no­mas y des­pués, de soli­ci­tar su incor­po­ra­ción a Rusia. Cosa que fue acep­ta­da por Rusia. Lo cual supo­ne por otra par­te, que estas regio­nes son par­te inte­gral de Rusia.

Rusia antes de lan­zar su Ope­ra­ción Espe­cial en febre­ro de 2022, qui­so nego­ciar con la OTAN y con los Esta­dos Uni­dos, en diciem­bre de 2021, unos acuer­dos de segu­ri­dad mutuos de sus fron­te­ras, recla­man­do como es muy lógi­co, la neu­tra­li­dad de Ucra­nia, y su no inte­gra­ción en la OTAN, como garan­tías míni­mas de segu­ri­dad para Rusia. Pero la res­pues­ta de la OTAN y Esta­dos Uni­dos fue nega­ti­va, dicien­do que Ucra­nia tenía todo el dere­cho a adop­tar las alian­zas que qui­sie­ra. Es decir que la OTAN seguía con sus pla­nes de gue­rra y agre­sión con­tra Rusia. Y ante los pla­nes de agre­sión con­tra el Don­bass y con­tra la mis­ma Rusia, y el des­am­pa­ro de esta región fren­te al nazis­mo ucra­niano, es cuan­do se pro­du­jo el ata­que ruso antes de que fue­ran masa­cra­dos los habi­tan­tes del Don­bass y antes de que se con­su­ma­ra la inte­gra­ción de Ucra­nia en la OTAN, pro­du­cién­do­se un des­equi­li­brio estra­té­gi­co letal en con­tra de Rusia, ponién­do­se en cues­tión la pro­pia super­vi­ven­cia de Rusia.

La pro­pa­gan­da de gue­rra de la OTAN ha sido una into­xi­ca­ción gigan­tes­ca y per­ma­nen­te sobre las supues­tas «bar­ba­ri­da­des» rusas –que casi siem­pre eran de los ucra­nia­nos pero atri­bui­das a los rusos. Así, las supues­tas matan­zas de Bucha, y otras que eran rea­li­za­das por los pro­pios ucra­nia­nos. Men­ti­ras sobre las cifras de bajas, men­ti­ras sobre los supues­tos erro­res o incom­pe­ten­cias rusos. Lo que se ha vis­to cla­ra­men­te es el carác­ter nazi del régi­men ucra­niano, que mal­tra­ta­ba o mata­ba a sus pro­pios ciu­da­da­nos por cola­bo­rar o pen­sar a favor de los rusos, prohi­bien­do los par­ti­dos de izquier­da, las prac­ti­cas orto­do­xas, el 1 de mayo, ata­can­do la cen­tral nuclear de Zapo­ri­yia con los ries­gos que eso supo­nía, y uti­li­zan­do a los civi­les como escu­dos huma­nos al ins­ta­lar cuar­te­les y armas pesa­das en los recin­tos de vivien­das, escue­las u hos­pi­ta­les y uti­li­zan­do a sus sol­da­dos como car­ne de cañón, cuan­do muchas veces eran reclu­ta­dos a la fuer­za en autén­ti­cos epi­so­dios de cace­ría. Todas las gue­rras supo­nen siem­pre vio­len­cia y muer­te, pero en el caso ruso se han cui­da­do muy mucho de pro­du­cir el míni­mo de víc­ti­mas civi­les, ata­can­do infra­es­truc­tu­ras estra­té­gi­cas y cui­dan­do tam­bién mucho la segu­ri­dad de sus pro­pios soldados.

Esta no es una gue­rra de Rusia con­tra Ucra­nia, sino que es una gue­rra de la OTAN con­tra Rusia uti­li­zan­do a la Ucra­nia nazi como sopor­te y como pla­ta­for­ma con­tra Rusia. Toda la gue­rra ha sido diri­gi­da en todo momen­to por la OTAN, por los cua­dros y la inte­li­gen­cia de la OTAN, impor­tán­do­les un ble­do los sol­da­dos ucra­nia­nos. Has­ta que no que­de nin­gún sol­da­do ucra­niano. Es increí­ble cómo la OTAN se ha iden­ti­fi­ca­do con el régi­men nazi de Ucra­nia en con­tra de Rusia has­ta el pun­to de decir que si Ucra­nia pier­de la gue­rra, la pier­den tam­bién ellos. Es nor­mal por­que la Ucra­nia nazi es una pie­za fun­da­men­tal de la estra­te­gia de la OTAN con­tra Rusia. Y con ello es de des­ta­car el gigan­tes­co apo­yo eco­nó­mi­co y mili­tar que están dis­pen­san­do la OTAN y la Unión Euro­pea, con enor­mes can­ti­da­des de arma­men­to cada vez más pesa­do y sofis­ti­ca­do y con cien­tos de miles de millo­nes de dóla­res para sos­te­ner la gue­rra y el pro­pio Esta­do ucra­niano. Con la gue­rra en Ucra­nia con­tra Rusia la OTAN pre­ten­de reac­ti­var el nazis­mo, no solo en Ucra­nia, tam­bién en toda Euro­pa, así como acti­var a la OTAN en esa diná­mi­ca anti­rru­sa, que en cual­quier momen­to pue­de esta­llar en for­ma de gue­rra mundial.

Y ¿qué decir de la cla­se obre­ra ucra­nia­na y de la cla­se obre­ra rusa incor­po­ra­das a la gue­rra? Pues que están en situa­cio­nes muy dis­tin­tas. La cla­se obre­ra rusa incor­po­ra­da a la gue­rra está defen­dien­do en defi­ni­ti­va la sobe­ra­nía de Rusia, de su país, un país ame­na­za­do de des­truc­ción por el impe­ria­lis­mo, un país capi­ta­lis­ta sí, pero que tie­ne al menos cier­tas liber­ta­des y en el que el Par­ti­do Comu­nis­ta y otros par­ti­dos de izquier­da están lega­li­za­dos. Pero ¿a quién defien­de la cla­se obre­ra ucra­nia­na incor­po­ra­da a la gue­rra? Defien­de a un régi­men nazi y sobre todo a la OTAN, el bra­zo arma­do del impe­ria­lis­mo, en unas con­di­cio­nes tre­men­das de ame­na­za, con­trol y repre­sión diri­gi­dos por todas las sal­va­jes mili­cias nazis que son las que eje­cu­tan las orde­nes de la OTAN ‑no hay más que ver cómo son caza­dos como ratas los insu­mi­sos para lle­var­los a la gue­rra o al mata­de­ro de Baj­mut como car­ne de cañón o cómo son reen­via­dos de los paí­ses alia­dos de Ucra­nia, de los paí­ses de la OTAN a los que se habían fuga­do, a Ucra­nia para ir a la gue­rra. La cla­se obre­ra ucra­nia­na –tan­to la mili­ta­ri­za­da como la no mili­ta­ri­za­da- se encuen­tra bajo un régi­men que repri­me, tor­tu­ra y mata a todo el que sea filo­rru­so, a todo el que no apo­ye al nazis­mo y a todo el que sea de izquier­das, sean sol­da­dos o civi­les, y defen­dien­do a un país don­de los par­ti­dos de izquier­da están prohi­bi­dos y don­de los per­so­na­jes nazis como Ste­pan Ban­de­ra son con­si­de­ra­dos como héroes nacio­na­les. Defien­den a un régi­men que tor­tu­ra, deni­gra y mata tam­bién a los sol­da­dos enemi­gos, a los sol­da­dos rusos una vez apre­sa­dos, a dife­ren­cia del tra­to de res­pe­to que dan los sol­da­dos rusos a los pri­sio­ne­ros ucra­nia­nos, apli­can­do los Tra­ta­dos de Gine­bra de res­pe­to a los presos.

Por otra par­te, la OTAN no quie­re, no ha que­ri­do en nin­gún momen­to la paz, quie­re con­ti­nuar la gue­rra con­tra Rusia, y más cuan­do es una gue­rra en que los que mue­ren son los sol­da­dos ucra­nia­nos, no sol­da­dos de la OTAN. A dife­ren­cia, una vez más, de Rusia, que pone sus pro­pios sol­da­dos en la gue­rra. Hubo algún inten­to de acuer­do de paz al prin­ci­pio, pero la OTAN rápi­da­men­te se echó para atrás y apa­re­ció muer­to uno de los nego­cia­do­res ucra­nia­nos más pro­cli­ves a la paz. Y pre­ci­sa­men­te por­que no quie­ren la paz, es por lo que la OTAN –y la Unión Euro­pea- están azu­zan­do cons­tan­te­men­te la gue­rra con el envío cons­tan­te de gran­des can­ti­da­des de armas y de dine­ro. Rusia no quie­re con­quis­tar Ucra­nia, ni ane­xio­nar­se Ucra­nia. Nun­ca lo ha pre­ten­di­do. Lo que Rusia soli­ci­ta­ba y soli­ci­ta, son dos cosas muy sen­ci­llas en reali­dad, es que Ucra­nia sea neu­tral y no entre en la OTAN, como con­di­ción de segu­ri­dad de las fron­te­ras y de Rusia, lo que impli­ca evi­den­te­men­te que Ucra­nia no se mili­ta­ri­ce o se des­mi­li­ta­ri­ce y que los cri­mi­na­les nazis que­den apar­ta­dos y mino­ri­za­dos, y que se res­pe­te a la pobla­ción de habla rusa y de cul­tu­ra rusa, la de Don­bass y regio­nes ane­xas. Con ello no hubie­ra habi­do gue­rra, pero la OTAN y el régi­men nazi de Ucra­nia se nega­ron y se nie­gan. Y así estamos.

Y hablan­do de gue­rra, habría que acla­rar sobre todo para todos estos voci­fe­ran­tes del NO a la GUERRA, no a cual­quier gue­rra, ni-nis casi siem­pre, que todas las gue­rras no son igua­les. Como defien­de el mar­xis­mo y lo hacía Lenin, hay que estu­diar cada gue­rra en con­cre­to. Por­que no es lo mis­mo una gue­rra de agre­sión, que una gue­rra de defen­sa, no tie­ne la mis­ma legi­ti­mi­dad una gue­rra pro­vo­ca­da por poten­cias agre­so­ras con­tra un país para ane­xio­nar­se el país, para des­truir­lo o para pro­vo­car un cam­bio de régi­men, que una gue­rra de auto­de­fen­sa, impul­sa­da por las fuer­zas demo­crá­ti­cas y popu­la­res del país, para defen­der­se de una agre­sión exter­na (casos de Siria, Libia, Yemen…y este de Ucra­nia por par­te de Rusia) Y a este caso se pue­de asi­mi­lar una gue­rra de auto­de­fen­sa por par­te de las cla­ses opri­mi­das de un país con­tra las explo­ta­do­ras que recu­rren a la vio­len­cia para ins­ta­lar el orden bur­gués, lo que sería una gue­rra civil.

Otro de los obje­ti­vos de la gue­rra de la OTAN con­tra Rusia en Ucra­nia y de sus deri­va­dos, como las san­cio­nes eco­nó­mi­cas impues­tas a Rusia, y la exi­gen­cia por la OTAN a sus socios de no sumi­nis­trar­se de ener­gía rusa, ha sido, la de dis­ci­pli­nar a la Unión Euro­pea a las orde­nes de Esta­dos Uni­dos, la de debi­li­tar­la, la de que rom­pa sus rela­cio­nes con Rusia, por­que una alian­za de la Unión Euro­pea, más bien de Euro­pa occi­den­tal con Rusia, podría crear una poten­cia eco­nó­mi­ca, que se con­ver­ti­ría en otro enemi­go, en otro obs­tácu­lo para la hege­mo­nía de los Esta­dos Uni­dos. Toda la cri­sis eco­nó­mi­ca sur­gi­da como con­se­cuen­cia de las san­cio­nes impues­tas a Rusia, ha sido un efec­to boo­me­rang de las san­cio­nes con­tra Rusia que ha afec­ta­do a la pro­pia Unión Euro­pea, a todos los paí­ses de Euro­pa occi­den­tal y sobre todo a las cla­ses tra­ba­ja­do­ras euro­peas y a los pue­blos euro­peos, que son los que más están sufrien­do en sus pro­pias car­nes las consecuencias.

¿Es Rusia imperialista?

Los auto­res del artícu­lo insis­ten todo el rato en que algu­nos anti­im­pe­ria­lis­tas nos hemos equi­vo­ca­do, nos hemos inclu­so «corrom­pi­do» por acu­sar sola­men­te a la OTAN y a la Unión Euro­pea de la gue­rra y por «defen­der» a Rusia. Una de las mejo­res for­mas de acla­rar el tema es com­pa­rar el impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano y sus prác­ti­cas con el supues­to impe­ria­lis­mo ruso y las suyas.

Por una par­te, los Esta­dos Uni­dos y sus subal­ter­nos en el esca­la­fón del impe­ria­lis­mo (Gran Bre­ta­ña y Unión Euro­pea, Aus­tra­lia, Cana­da, Japón e Israel), cum­plen de pe a pa, todas las con­di­cio­nes que ana­li­za­ba Lenin como con­di­cio­nes deter­mi­nan­tes del impe­ria­lis­mo como eran que: 1) la con­cen­tra­ción de la pro­duc­ción y del capi­tal que se ha desa­rro­lla­do has­ta tal pun­to que ha crea­do mono­po­lios que desem­pe­ñan un papel deci­si­vo en la vida eco­nó­mi­ca; 2) los ban­cos y su nue­vo papel; 3) la fusión del capi­tal ban­ca­rio con el capi­tal indus­trial y la crea­ción, sobre la base de este «capi­tal finan­cie­ro» de una oli­gar­quía finan­cie­ra; 4) la expor­ta­ción de capi­tal, a dife­ren­cia de la expor­ta­ción de mer­can­cías, adquie­re una impor­tan­cia rele­van­te; y 5) los gran­des mono­po­lios capi­ta­lis­tas inter­na­cio­na­les se repar­ten el mundo.

Esta­dos Uni­dos des­de la Segun­da Gue­rra Mun­dial en que suce­dió a Gran Bre­ta­ña en la hege­mo­nía mun­dial, y creó las gran­des ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras mun­dia­les y la OTAN, y mas tar­de la Unión Euro­pea, ha sido una lar­ga his­to­ria de cien­tos de gue­rras y matan­zas con­tra paí­ses sobe­ra­nos, con­tra colo­nias y exco­lo­nias, en Amé­ri­ca, en Áfri­ca, en Asia, en Orien­te Medio y en Euro­pa; una his­to­ria de gol­pes de Esta­do, de ase­si­na­tos de lide­res polí­ti­cos, de ocu­pa­cio­nes de paí­ses, de gue­rras de colo­res para derro­car gobier­nos, de Pri­ma­ve­ras ára­bes con el mis­mo obje­to, de crea­ción de orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas como Al Qae­da y el ISIS tam­bién para des­truir paí­ses, derro­car gobier­nos o en su caso des­es­ta­bi­li­zar­los para jus­ti­fi­car su pre­sen­cia mili­tar en ellos y su con­trol, de uti­li­za­ción del nazis­mo con­tra el comu­nis­mo y Rusia, de crea­ción de la Red terro­ris­ta Gla­dio; una his­to­ria de la uti­li­za­ción de las gran­des ins­ti­tu­cio­nes eco­nó­mi­cas inter­na­cio­na­les con­tro­la­das por ellos para extor­sio­nar a los paí­ses del Sur Glo­bal y asfi­xiar­los y chan­ta­jear­los con la deuda.

Esta­dos Uni­dos tie­ne un pre­su­pues­to mili­tar (800.000 millo­nes de dóla­res esta­dou­ni­den­ses, 1 billón con­tan­do el de la OTAN), la mitad casi de la del res­to del mun­do, con 800 o 1000 bases mili­ta­res exten­di­das por todos los con­ti­nen­tes, con arma­men­to nuclear en paí­ses de Euro­pa, el con­trol de los mares y océa­nos, de las rutas marí­ti­mas y prin­ci­pa­les estre­chos, del espa­cio, miles de ONG finan­cia­das con su pre­su­pues­to, para mani­pu­lar, com­prar y des­truir a sus no ami­gos, con sis­te­mas de con­trol social y de espio­na­je sobre todo el mun­do inclui­dos sus alia­dos, y todo con el obje­to de man­te­ner su hege­mo­nía mun­dial, de hacer­se con todos los recur­sos, las fuen­tes ener­gé­ti­cas y mer­ca­dos, rodean­do mili­tar­men­te a sus gran­des opo­si­to­res como son Rusia y China.

Fren­te a ello se encuen­tra Rusia que no cum­ple nin­gu­na de esas con­di­cio­nes del impe­ria­lis­mo. El peso de los mono­po­lios en Rusia es prác­ti­ca­men­te nulo: según los datos de For­bes, Rusia tie­ne solo 4 en el top 100, solo 6 en el top 600 y 25 en el top 500. Las ven­tas de las 25 cor­po­ra­cio­nes rusas tota­li­zan 5.568 millo­nes, solo el 1,45% del total. Sus acti­vos finan­cie­ros repre­sen­tan el 1% del total. La pro­duc­ti­vi­dad labo­ral de Rusia, es menos de la mitad de la tasa pro­me­dio de la Union Euro­pea (25,4 fren­te a 53,4). La pro­duc­ti­vi­dad labo­ral de Rusia es el 36% del nivel de Esta­dos Uni­dos que es de 69,9.

En cuan­to a la pro­duc­ción manu­fac­tu­re­ra en tér­mi­nos de dóla­res, Rusia ocu­pa el núme­ro 15 del mun­do detrás de la India, Tai­wan, Méxi­co y Bra­sil. En cuan­to a las expor­ta­cio­nes de Rusia se basan prin­ci­pal­men­te, como las de los paí­ses del Ter­cer Mun­do, en expor­ta­ción de mate­rias pri­mas (petró­leo, gas y meta­les) y no en pro­duc­tos de alto valor aña­di­do o ser­vi­cios téc­ni­cos inten­si­vos de cono­ci­mien­tos o ser­vi­cios finan­cie­ros como Esta­dos Uni­dos y la Unión Euro­pea, tenien­do que impor­tar bue­na par­te de la maquinaria.

En cuan­to a expor­ta­ción de pro­duc­tos de alta tec­no­lo­gía Rusia ocu­po en pues­to nume­ro 31, muy lejos de las prin­ci­pa­les poten­cias indus­tria­les. En cuan­to al peso del capi­tal ban­ca­rio y finan­cie­ro inter­na­cio­nal, entre 100 prin­ci­pa­les ban­cos del mun­do, Ruuia solo tie­ne uno, en el pues­to 66. Rusia no expor­ta prác­ti­ca­men­te capi­ta­les des­ti­na­dos a la inver­sión, lo que si tie­ne es una has­ta cier­to pun­to impor­tan­te fugas de capi­tal a paraí­sos fis­ca­les como Chi­pre y las Islas Vír­ge­nes, por par­te de la oli­gar­quía cuya crea­ción fue pro­pi­cia­da por Esta­dos Uni­dos cuan­do el des­man­te­la­mien­to de la eco­no­mía rusa tras la caí­da de la URSS, apro­pián­do­se de las ven­tas a saldos.

En cuan­to a la rique­za finan­cie­ra media anual cal­cu­la­da por Cre­dit Suis­se, es de 38.110 dóla­res y la de Rusia es de 8.843, muy baja, lo que equi­va­le a 2,6% de la rique­za finan­cie­ra pro­me­dio de los adul­tos en com­pa­ra­ción con los Esta­dos Uni­dos. En lo que si adquie­re Rusia cier­ta impor­tan­cia es en el tema mili­tar, basa­do en nece­si­da­des de auto­de­fen­sa y con una indus­tria here­da­da fun­da­men­tal­men­te de la URSS. Pero este fac­tor solo, no lo con­vier­te para nada en impe­ria­lis­ta. Rusia tie­ne solo 12 bases en el extran­je­ro, y solo dos fue­ra de la anti­gua Unión Sovié­ti­ca, en Siria y Viet­nam, fren­te a los 800 o 1000 de Esta­dos Uni­dos. El pre­su­pues­to mili­tar de Rusia para 2022 es solo de 61.700 millo­nes de dóla­res esta­dou­ni­den­ses fren­te al de 860.000 millo­nes de dóla­res de Esta­dos Uni­dos, lo que repre­sen­ta menos del 10% del de Esta­dos Uni­dos y y poco más del 5% del de la OTAN.

Rusia ha inter­ve­ni­do en otros paí­ses (Yugos­la­via, Geor­gia, Ucra­nia, Siria) pero no a la mane­ra de los paí­ses impe­ria­lis­tas, que están moti­va­dos para apo­de­rar­se de los recur­sos natu­ra­les y la rique­za. Rusia tam­po­co ha orga­ni­za­do gol­pes de Esta­do en otros paí­ses, como lo hacen cons­tan­te­men­te los paí­ses impe­ria­lis­tas. Rusia tuvo una inter­ven­ción muy limi­ta­da en la anti­gua Yugos­la­via cuan­do lasa fuer­zas rusas actua­ron como poli­cías blan­dos para la OTAN. Rusia inter­vino en Geor­gia a favor de la Ose­tia del Sur y Abja­sia pro­rru­sas fren­te a los ata­ques de Geor­gia de 2008 impul­sa­dos por los Esta­dos Unidos.

En cuan­to a la inter­ven­ción de Rusia en Siria a par­tir de 2015, lo fue a ins­tan­cias de las deman­das del gobierno sirio que esta­ba ago­bia­do fren­te al aco­so impe­ria­lis­ta de las poten­cias de Occi­den­te que se valían de los terro­ris­tas de Al Qae­da y el ISIS para des­truir Siria. Rusia (y la URSS), siem­pre ha teni­do impor­tan­tes rela­cio­nes con Siria entre paí­ses socia­lis­tas y des­pués como paí­ses her­ma­na­dos por la his­to­ria y por ele­men­tos reli­gio­sos. Por otra par­te Rusia, inter­vino tam­bién para tra­tar de extir­par un cán­cer (el del terro­ris­mo islá­mi­co) des­ti­na­do tam­bién a des­es­ta­bi­li­zar Rusia a tra­vés de las zonas más isla­mis­tas del Cáu­ca­so. Así que pode­mos con­cluir cla­ra­men­te que Rusia no es un país impe­ria­lis­ta y que la lucha entre Rusia y la OTAN no es un con­flic­to inter­im­pe­ria­lis­ta, sino una gue­rra del impe­ria­lis­mo, basa­do en la OTAN, con­tra Rusia, en el terri­to­rio de Ucrania.

Y aquí mere­ce la pena seña­lar el papel abso­lu­ta­men­te reac­cio­na­rio juga­do por los kur­dos del YPG y con el «cons­truc­to» de Roja­va. Los kur­dos del YPG, mer­ce­na­rios a suel­do de los Esta­dos Uni­dos, arma­dos por los Esta­dos Uni­dos, están ocu­pan­do de la mano de los Esta­dos Uni­dos un ter­cio del terri­to­rio al este del Éufra­tes, al que lla­man Roja­va, un terri­to­rio que jamás ha sido kur­do ni remo­ta­men­te, en que está tam­bién la pre­sen­cia físi­ca de los Esta­dos Uni­dos con nume­ro­sas bases mili­ta­res, y en don­de se encuen­tran los prin­ci­pa­les pozos de petró­leo y la prin­ci­pal rique­za cerea­le­ra de Siria. Los Esta­dos Uni­dos con la cola­bo­ra­ción de los kur­dos del YPG, están roban­do can­ti­da­des inmen­sas de petró­leo y cerea­les, que son sirios, cons­tan­te­men­te, para ven­der­los en el exte­rior. Suce­de que la comu­ni­dad kur­da de Siria es bási­ca­men­te pro­ce­den­te de inmi­gra­cio­nes pro­ce­den­tes de Tur­quia e Irak, esca­pan­do de la repre­sión, al igual que un mon­tón de pue­blos que exis­ten en Siria, como son los arme­nios, turk­me­nos, asi­rios, y otros muchos. Los kur­dos no poseen un terri­to­rio pro­pio con con­ti­nui­dad terri­to­rial como para cons­ti­tuir­se en nación den­tro de Siria, nun­ca lo han poseí­do, sino que han esta­do mez­cla­dos de for­ma abi­ga­rra­da con otros pue­blos pro­ce­den­tes al igual que ellos de inmi­gra­cio­nes y con otros pue­blos que vivían antes de tales inmi­gra­cio­nes en dichos territorios.

De la mano de Esta­dos Uni­dos en la para­dó­ji­ca gue­rra con­tra el ISIS crea­do por los mis­mos Esta­dos Uni­dos para des­truir Siria, fue­ron ocu­pan­do gran­des terri­to­rios de Siria –has­ta el ter­cio actual- des­pla­zan­do al ISIS, para impo­ner a un nue­vo colono, tam­bién alia­do de los Esta­dos Uni­dos al fin y al cabo, los kur­dos del YPG, a quie­nes los Esta­dos Uni­dos pro­me­tie­ron auto­no­mía. De mane­ra que han crea­do eso que lla­man Roja­va, como un terri­to­rio en el que los kur­dos del YPG impo­nen por la fuer­za y al repre­sión su len­gua y sus leyes a la inmen­sa mayor par­te de la pobla­ción de este terri­to­rio, que es ára­be ade­más de la gran can­ti­dad de pue­blos, cul­tu­ras y len­guas a las que los kur­dos del YPG impo­nen su cul­tu­ra y su ley, impi­dien­do la par­ti­ci­pa­ción en las elec­cio­nes del terri­to­rio. Y lo peor es que toda esta tro­pe­lía y ocu­pa­ción, de todo este jue­go mon­ta­do por los Esta­dos Uni­dos para debi­li­tar y frac­cio­nar Siria, para robar­le sus recur­sos, en con­ti­nui­dad con su gue­rra, lo hacen los kur­dos del YPG bajo la supues­ta idea del «Con­fe­de­ra­lis­mo demo­crá­ti­co», que no deja de ser un bar­niz sin con­te­ni­do alguno.

Lo del mun­do mul­ti­po­lar o el nue­vo mul­ti­po­la­ris­mo, par­te del hecho de que fren­te al impe­ria­lis­mo de los Esta­dos Uni­dos y sus saté­li­tes, el úni­co impe­ria­lis­mo, se encuen­tra el res­to del mun­do, el cual es obje­to de aco­so por este impe­ria­lis­mo. Y ahí está la barre­ra o fron­te­ra que seña­la quién es el enemi­go fun­da­men­tal al que hay que batir, y con­tra el que deben luchar el res­to de pue­blos y paí­ses. El mun­do mul­ti­po­lar par­te de la con­vic­ción de que hay que esca­par­se de las garras del impe­ria­lis­mo, de que hay que fre­nar al impe­ria­lis­mo, poner­le barre­ras, para que los pue­blos, con todas sus con­tra­dic­cio­nes inter­nas, ten­gan opcio­nes para ir libe­rán­do­se y emancipándose.

Este nue­vo mul­ti­po­la­ris­mo, está basa­do no en cam­bios polí­ti­cos, y mucho menos ideo­ló­gi­cos, sino en la sobe­ra­nía e inde­pen­den­cia de sus Esta­dos y pue­blos fren­te al impe­ria­lis­mo. Es evi­den­te que la rela­ti­va libe­ra­ción de la bota impe­ria­lis­ta res­ta­ble­ce nue­vas corre­la­cio­nes de fuer­za a esca­la inter­na­cio­nal que no se deben ignorar.

En todos estos paí­ses, inclui­dos por supues­to Rusia y Chi­na, la lucha de cla­ses sigue y con­ti­nua­rá. El papel de las orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias no debe ser otro que apo­yar las luchas de la cla­se obre­ra en los mis­mos y posi­bles revo­lu­cio­nes que, si son legí­ti­mas y no «revo­lu­cio­nes de colo­res» pro­mo­vi­das por la OTAN, ten­drán una iden­ti­dad tam­bién níti­da­men­te antiimperialista.

Iña­ki Urrestarazu

21 de abril de 2023

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