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La irre­le­van­cia del refor­mis­mo y de EH Bildu

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En el ante­rior artícu­lo sobre la Ertzain­tza –https://​boltxe​.eus/​2​0​2​4​/​0​3​/​s​o​b​r​e​-​l​a​-​e​r​t​z​a​i​n​t​za/– expli­cá­ba­mos que no tuvi­mos más reme­dio que sus­pen­der el orden de publi­ca­ción del siguien­te por­que era nece­sa­rio refle­xio­nar sobre el endu­re­ci­mien­to repre­si­vo que esta­ba lle­van­do a cabo esta fuer­za poli­cial. Tam­bién decía­mos que la pro­xi­mi­dad de las elec­cio­nes en Cata­lun­ya nos obli­ga­ba a variar un poco la secuen­cia de publi­ca­cio­nes. La ver­dad es que para verano de 2024 habrá ter­mi­na­do un ciclo elec­to­ral glo­bal, euro­peo, esta­tal y vas­co, que solo pue­de inter­pre­tar­se como par­te de otro más amplio, mun­dial, que con­clui­rá con las elec­cio­nes nor­te­ame­ri­ca­nas a fina­les de año; en este ciclo debe­mos intro­du­cir las elec­cio­nes en Rusia, la prohi­bi­ción de elec­cio­nes en la dic­ta­du­ra ota­nis­ta de Ucra­nia y, por no exten­der­nos, la tri­ful­ca sobre las elec­cio­nes en el geno­ci­da ente sio­na­zi lla­ma­do Israel.

Nos hemos refe­ri­do solo a las que tie­nen una inci­den­cia polí­ti­ca super­fi­cial en Eus­kal Herria, por­que debie­ra saber­se que la ver­da­de­ra direc­ción y man­da­to polí­ti­co-eco­nó­mi­co y mili­tar que sufri­mos a dia­rio no vie­ne del cir­co par­la­men­ta­rio, sea cual fue­re su ran­go y alcan­ce local o inter­na­cio­nal. En reali­dad vie­ne del inte­rior pro­fun­do de la alian­za impe­ria­lis­ta hege­mo­ni­za­da polí­ti­co-mili­tar­men­te por Esta­dos Uni­dos y socio­eco­nó­mi­ca­men­te por el capi­tal finan­cie­ro-espe­cu­la­ti­vo que tie­ne su «cuna» deci­si­va en Walt Street y en otros ancla­jes secun­da­rios, pero impor­tan­tes, como Lon­dres, Bru­se­las, Tel Aviv… No nega­mos el poder explo­ta­dor de París y Madrid sobre Eus­kal Herria por­que lo sufri­mos a dia­rio, pero sí debe­mos rela­ti­vi­zar­lo y ubi­car­lo en sus lími­tes actua­les, cada vez más redu­ci­dos a esca­la occi­den­tal y mucho más a esca­la mundial.

Debe­mos saber que el capi­ta­lis­mo actual, y por tan­to toda su tra­mo­ya par­la­men­ta­rio-elec­to­ra­lis­ta, es muy dife­ren­te al de los años 1978 – 1990. Esa fase capi­ta­lis­ta ya ter­mi­nó y no vol­ve­rá. Creer que, en 2024, sigue vigen­te la estruc­tu­ra par­la­men­ta­rio-elec­to­ra­lis­ta de un capi­ta­lis­mo fran­co-espa­ñol ya extin­to es un cra­so error de con­se­cuen­cias nefas­tas para la libe­ra­ción nacio­nal de cla­se de nues­tro pue­blo y para la lucha de cla­ses en gene­ral. Apa­ren­te­men­te es la mis­ma, asien­tos, edi­fi­cios y leyes; en reali­dad es una cás­ca­ra hue­ca que solo sir­ve para enga­ñar por­que el poder efec­ti­vo está fue­ra de esa cás­ca­ra: solo la inde­pen­den­cia polí­ti­ca del pue­blo tra­ba­ja­dor orga­ni­za­do fue­ra de los apa­ra­tos del capi­tal pue­de hacer del par­la­men­ta­ris­mo un ins­tru­men­to tác­ti­co de lucha.

Pre­ci­sa­men­te es des­de esta pers­pec­ti­va que debe­mos dar dos res­pues­tas con­tra­rias a las siguien­tes pre­gun­tas: ¿Cómo pode­mos hablar de irre­le­van­cia de EH Bil­du des­pués de los resul­ta­dos obte­ni­dos en las recien­tes elec­cio­nes auto­nó­mi­cas vas­con­ga­das? ¿Aca­so no es EH Bil­du la pri­me­ra fuer­za elec­to­ral en muchos ayun­ta­mien­tos e ins­ti­tu­cio­nes vas­con­ga­das, y tam­bién en Nafa­rroa, con lazos estra­té­gi­cos con fuer­zas polí­ti­co-elec­to­ra­les y cul­tu­ra­les en Ipa­rral­de? ¿No tie­ne EH Bil­du una alian­za estra­té­gi­ca con par­ti­dos con asen­ta­mien­to elec­to­ral con­si­de­ra­ble como ERC, BNG y otros, de tal modo que pue­de hacer pre­sión en par­la­men­tos e ins­ti­tu­cio­nes bur­gue­sas? ¿No ha dicho EH Bil­du por acti­va y por pasi­va que asu­me como úni­co mar­co de «jue­go polí­ti­co» el impues­to por los Prin­ci­pios Mit­chell? ¿No aumen­tan gra­dual­men­te las feli­ci­ta­cio­nes a EH Bil­du pro­ve­nien­tes del cen­tro en gene­ral por su «con­ver­sión democrática»?

Estas y otras pre­gun­tas del mis­mo esti­lo tie­nen dos res­pues­tas uni­das pero anta­gó­ni­cas según la posi­ción refor­mis­ta o revo­lu­cio­na­ria des­de la que se reali­cen. Des­de la refor­mis­ta, la res­pues­ta es nega­ti­va: EH Bil­du no es una fuer­za irre­le­van­te, al con­tra­rio; jun­to al BNG, a ERC, a Sumar, a Pode­mos, etc., al mar­gen de sus ubi­ca­cio­nes regio­na­les y/​o nacio­na­les, EH Bil­du es una fuer­za muy rele­van­te para el for­ta­le­ci­mien­to de la lla­ma­da «demo­cra­cia» fren­te al avan­ce del fas­cis­mo para pre­sio­nar pací­fi­ca­men­te para que no sigan los recor­tes en dere­chos y liber­ta­des bur­gue­sas e inclu­so en algún caso excep­cio­nal para recu­pe­rar uno o dos dere­chos ante­rio­res anu­la­dos hace tiem­po. El refor­mis­mo en gene­ral y el de EH Bil­du en con­cre­to es muy rele­van­te y nece­sa­rio para el capi­ta­lis­mo euro­peo en estos momen­tos. Le apor­tan una base social que no quie­re la lucha de cla­ses revo­lu­cio­na­ria sino la inte­gra­da en la lega­li­dad; que solo pro­tes­ta con­tra el geno­ci­dio sio­na­zi en Pales­ti­na y algo con­tra el ota­nis­mo ucro­na­zi, pero que no exi­ge una rup­tu­ra radi­cal con el euro­im­pe­ria­lis­mo a las órde­nes del Pen­tá­gono y de Tel Aviv; que rumo­rea con­tra el fas­cis­mo, pero que no se movi­li­za en com­ba­te dia­rio con­tra la bes­tia par­da… y así en todo. Una base social «nor­ma­li­za­da», «prag­má­ti­ca» y «posi­bi­lis­ta» res­ca­tan­do los tér­mi­nos del refor­mis­mo yan­qui y euro­peo de fina­les del siglo XIX y comien­zos del XX.

¿Has­ta cuán­do segui­rán sien­do nece­sa­rios estos refor­mis­mos al capi­tal? La pre­gun­ta se basa en la expe­rien­cia his­tó­ri­ca según la cual lle­gan situa­cio­nes en las que la bur­gue­sía, como uni­dad de cla­se, deci­de que nece­si­ta cam­biar de sier­vo, echa por la bor­da o a la cune­ta, a la cár­cel o al des­tie­rro a los refor­mis­tas tras exter­mi­nar a los y las revo­lu­cio­na­rias, y reci­be con los bra­zos abier­tos al fas­cis­mo, al que ha ali­men­ta­do en la som­bra has­ta el momen­to en que ha nece­si­ta­do su fero­ci­dad. Dicho esto, sigue en pie la pre­gun­ta ante­rior, así que, de entra­da, la res­pues­ta inme­dia­ta es que serán nece­sa­rios mien­tras se man­ten­gan las actua­les corre­la­cio­nes de fuer­za en la lucha de cla­ses mun­dial. Pero esta res­pues­ta en muy abstracta.

Para res­pon­der más con­cre­ta­men­te, antes debe­mos ana­li­zar no solo los resul­ta­dos polí­ti­co-elec­to­ra­les de las elec­cio­nes que se ave­ci­nan, sino sobre todo, deci­si­va­men­te, el deve­nir de la lucha de cla­ses mun­dial en al menos tres cues­tio­nes: uno, la cri­sis socio­eco­nó­mi­ca en todas sus expre­sio­nes y, en pri­mer lugar, la del capi­ta­lis­mo ver­te­bra­do por la tasa media de ganan­cia que nece­si­ta la dic­ta­du­ra del dólar; dos, la evo­lu­ción de las tres gran­des gue­rras loca­les en las que aho­ra está invo­lu­cra­do el euro­im­pe­ria­lis­mo fiel a Esta­dos Uni­dos: la gue­rra ucro­na­zi con­tra Rusia, el exter­mi­nio geno­ci­da sio­na­zi con­tra Pales­ti­na y la gue­rra que ya se está for­man­do en el nor­te de Áfri­ca y sur de la Unión Euro­pea en la que están en jue­go vita­les reser­vas y encla­ves mili­ta­res estra­té­gi­cos; y tres, la evo­lu­ción de la lucha de cla­ses den­tro de la Unión Euro­pea. Las tres, ade­más de otras, inter­ac­túan de muchas for­mas que no pode­mos ana­li­zar aquí.

Mien­tras no lle­gue este futu­ro, la social­de­mo­cra­cia sobe­ra­nis­ta sigue sien­do rele­van­te para la «demo­cra­cia espa­ño­la» en su cuá­dru­ple angus­tia actual: aumen­tar la pro­duc­ti­vi­dad y la base indus­trial en retro­ce­so del Esta­do; fre­nar y, si es posi­ble, hacer retro­ce­der al cen­tro-dere­cha y al fas­cis­mo; con­te­ner o hacer retro­ce­der las rei­vin­di­ca­cio­nes de las nacio­nes opri­mi­das enjau­lán­do­las en la tram­pa de la cons­ti­tu­ción monár­qui­ca, legi­ti­mán­do­la; y con ello legi­ti­mar direc­ta o indi­rec­ta­men­te el domi­nio de la OTAN en el Esta­do espa­ñol. Las recien­tes decla­ra­cio­nes de una repre­sen­tan­te del sobe­ra­nis­mo refor­mis­ta vas­co en el Par­la­men­to espa­ñol apo­yan­do con ojos cerra­dos la pro­me­sa del pre­si­den­te del Gobierno de ini­ciar la cam­pa­ña defi­ni­ti­va de «rege­ne­ra­ción demo­crá­ti­ca» así lo con­fir­ma. Y eso que solo cita­mos un ejem­plo cono­ci­do, por­que si entrá­se­mos a otros casos silen­cia­dos y ocul­ta­dos, inclu­so a sus bases más fie­les, vería­mos cosas inaceptables.

El ascen­so elec­to­ral de EH Bil­du era espe­ra­ble, venía ava­la­do por muchos son­deos y pre­ce­di­do por el aumen­to en elec­cio­nes pre­ce­den­tes. No ha sido una sor­pre­sa, y tam­po­co sería otra sor­pre­sa que Bil­du incre­men­ta­se su por­cen­ta­je de voto en las pró­xi­mas elec­cio­nes euro­peas si todo sigue igual. Las ten­den­cias de voto son cla­ras y es difí­cil que varíen en pocos meses, pero la socio­lo­gía bur­gue­sa está estruc­tu­ra­da para ocul­tar la lucha de cla­ses y la de los pue­blos. Deci­mos esto para adver­tir que las cifras que vamos a dar sobre los gru­pos de edad y los gru­pos socia­les que han vota­do a los par­ti­dos polí­ti­cos tie­ne erro­res cua­li­ta­ti­vos por­que la uni­dad de medi­da uti­li­za­da es el muni­ci­pio y la ren­ta, con sus cla­ras limi­ta­cio­nes que no pode­mos ana­li­zar ahora.

El voto muy joven ha ido en un 41,8% a Bil­du; en un 37,8% al PNV; en un 8,7% al PSE; en un 4,8% al PP; en un 2,6% a Sumar; en un 2,0% a Podemos.

El voto joven en un 32,7% a Bil­du; en un 29,4% al PNV; en un 15,6% al PSE; en un 12,2% al PP; en un 3,4% a Sumar; en un 2,4% a Podemos.

El voto mediano en un 34,5% a Bil­du; en un 35,6% al PNV; en un 15,6% al PSE; en un 3,5% a Sumar; en un 2,3% a Podemos.

El voto enve­je­ci­do en un 28,9% a Bil­du; en un 34,0% al PNV; en un 15,1% al PSE; en un 13,0% al PP; en un 3,5% a Sumar; en un 2,2% a Podemos.

El voto muy enve­je­ci­do en un 25,8% a Bil­du; en un 38,3% a PNV; en un 15,8% al PSE; en un 3,7% a Sumar; en un 3,7% a Podemos.

Los votos en estas fran­jas de edad obte­ni­dos por el espa­ño­lis­mo son cla­ra­men­te infe­rio­res, lo que indi­ca que, si la ten­den­cia sigue así, el blo­que for­ma­do por diver­sos nive­les de vas­quis­mo va al alza, aun­que con una cla­ra divi­sión social entre el cen­tro-dere­cha neo­li­be­ral del PNV y el cen­tro-refor­mis­ta tar­do neo­key­ne­siano y de coope­ra­ti­vis­mo capi­ta­lis­ta de Bil­du, excep­tuan­do las gen­tes de izquier­da que le han vota­do con la resig­na­ción del mal-menor.

El voto de los gru­pos socia­les, por defi­nir­los así, ha sido:

Del gru­po de 20% más rico el 33,5% ha vota­do a Bil­du el 36,4% al PNV; el 11,4% al PSE; el 10,9% al PP; el 3,0% a Sumar; el 1,9% a Podemos.

Del gru­po del 20 – 40% más rico, el 42,1% ha ido a Bil­du; el 37,1% al PNV; 9,5% al PSE; el 4,4% al PP; el 3,5% al PSE; el 2,6% de Sumar; al 2,1% de Podemos.

Del gru­po mediano el 27,6% a Bil­du; el 38,9% al PNV; el 14,1% al PSE; el 10,3% al PP; el 3,5% a Sumar; el 2,3% a Podemos.

Del gru­po del 20 – 40% más pobre el 30,5% a Bil­du; el 27,4% al PNV; el 17,7% al PSE; el 13,3% al PP; el 3,8% a Sumar; el 2,5% a Podemos.

Del de gru­po del 20% más pobre, el 29,4% a Bil­du; el 35,7% al PNV; el 18,6% al PSE; el 7,0% al PP; el 3,8% a Sumar; el 2,4% a Podemos.

Inclu­so uti­li­zan­do pun­tual­men­te las abs­trac­cio­nes tram­po­sas de la socio­lo­gía bur­gue­sa, que­da con­fir­ma­do que el grue­so de la base de Bil­du es de voto «rico» y «mediano», con un peso «pobre» menor. El ascen­so elec­to­ral de Bil­du ha sido debi­do en par­te al des­cen­so de la abs­ten­ción, pero fun­da­men­tal­men­te tie­ne que ver con su paso a la social­de­mo­cra­cia más prag­má­ti­ca: el dis­cur­so tar­do neo­key­ne­siano y el coope­ra­ti­vis­mo capi­ta­lis­ta; la acep­ta­ción del «orden demo­crá­ti­co»; el recha­zo del «pasa­do» en todos los sen­ti­dos; la dema­go­gia pro­gre que con­ten­ta a sec­to­res ideo­ló­gi­ca­men­te débi­les y opor­tu­nis­tas: voto a quien me pro­me­ta mejor sala­rio; el aban­dono del inde­pen­den­tis­mo y el abra­zo de un sobe­ra­nis­mo meli­fluo, por no hablar del «olvi­do» de cual­quier con­cre­ción socialista.

Pues bien, lle­ga­dos a este pun­to es cuan­do debe­mos dar la otra par­te de la res­pues­ta, la que expli­ca por qué EH Bil­du, y el refor­mis­mo, es irre­le­van­te en defi­ni­ti­va en la tota­li­dad de la lucha de cla­ses y de la libe­ra­ción nacio­nal. La res­pues­ta no es otra que la dia­léc­ti­ca entre la rele­van­cia y la irre­le­van­cia, es decir, el capi­tal usa al refor­mis­mo en lo que le con­vie­ne y duran­te ese tiem­po es rele­van­te al poder en esas cues­tio­nes; pero es irre­le­van­te en lo deci­si­vo, en todo aque­llo que la «Espa­ña» capi­ta­lis­ta mono­po­li­za para sí, solo para ella mis­ma, aque­llo que le es fun­da­men­tal: la pro­pie­dad capi­ta­lis­ta, el «Esta­do nacio­nal» y su ejér­ci­to, su «cul­tu­ra espa­ño­la» sea la de los inte­lec­tua­les del PSOE, la de los tri­den­ti­nos del PP o la de los tro­glo­di­tas de VOX.

Por ejem­plo, el PCE al prin­ci­pio, el euro­co­mu­nis­mo en su tiem­po, o Pode­mos des­pués o aho­ra mis­mo Sumar, apa­re­cie­ron como un «peli­gro», lo mis­mo que ERC en Cata­lun­ya, Com­pro­mís en Valen­cia, el BNG en Gali­za, Eus­ka­di­ko Ezke­rra, el Par­ti­do Anda­lu­cis­ta, etc., eran «enemi­gos» has­ta con­ver­tir­se en legi­ti­ma­do­res de la «demo­cra­cia», rele­van­tes para apla­car el males­tar social antes de disol­ver­se algu­nos de ellos tras los ser­vi­cios cum­pli­dos al capi­tal y a la Coro­na. Sin estos rele­van­tes apo­yos prác­ti­cos el mal lla­ma­do «régi­men del 78» no hubie­ra dura­do mucho tiempo.

Pero vis­to his­tó­ri­ca­men­te el asun­to, todos ellos fue­ron irre­le­van­tes para el capi­ta­lis­mo de sus épo­cas como lo son para el actual y el futu­ro, por­que habían renun­cia­do a ser enemi­gos incon­ci­lia­bles del poder. Y no lo deci­mos con la ven­ta­ja de las lec­cio­nes del ayer, a toro pasa­do, sino apo­ya­dos en una masa impre­sio­nan­te de rigu­ro­sa ela­bo­ra­ción teó­ri­ca que anti­ci­pó lo que suce­de­ría. La social­de­mo­cra­cia fue revo­lu­cio­na­ria has­ta fina­les del siglo XIX, empe­zó a inte­grar­se en el capi­ta­lis­mo a comien­zos del siglo XX y des­de 1945 es uno de sus pila­res impres­cin­di­bles que rezu­ma san­gre por todas sus costuras.

En un tex­to ante­rior nos refe­ri­mos a la rigu­ro­sa inves­ti­ga­ción de T. Piketty sobre el impa­ra­ble empo­bre­ci­mien­to de las cla­ses tra­ba­ja­do­ras en la his­to­ria capi­ta­lis­ta. Diji­mos que aun­que Piketty no domi­na la teo­ría mar­xis­ta sí acier­ta en la evo­lu­ción cuan­ti­ta­ti­va de la caí­da sala­rial: la cla­se obre­ra es hoy más pobre que ayer pero menos que maña­na. Piketty no lo sabe, pero el aumen­to con­ti­nua­do de las ganan­cias bur­gue­sas, así como el des­cen­so con­ti­nua­do de los sala­rios obre­ros es debi­do al accio­nar de la ley gene­ral de la acu­mu­la­ción capi­ta­lis­ta que sola­men­te pue­de ser con­tra­rres­ta­da y anu­la­da median­te la lucha de cla­ses revo­lu­cio­na­ria, jamás median­te jacu­la­to­rias reformistas.

La irre­le­van­cia de EH Bil­du con­sis­te en que su renun­cia a la revo­lu­ción le con­vier­te en una nuli­dad his­tó­ri­ca aun­que, de vez en cuan­do, con­si­ga endul­zar por unos segun­dos el retro­ce­so de las con­di­cio­nes de mal­vi­ven­cia del pue­blo tra­ba­ja­dor. Otro tan­to debe­mos decir de ERC como vere­mos tras las elec­cio­nes auto­nó­mi­cas cata­la­nas del pró­xi­mo 12 de mayo, y del refor­mis­mo en su tota­li­dad tras las elec­cio­nes euro­peas del 9 de junio.

Petri Reka­ba­rren

11 de mayo de 2024

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