Jal­día Abu­ba­kra: «No es acep­ta­ble pedir a los pales­ti­nos que no par­ti­ci­pen en la lucha armada»

La his­to­ria de Jal­día Abu­ba­kra (Gaza, 1967) es la his­to­ria de los ocho millo­nes de pales­ti­nos que hay en todo el mun­do. Nació en una fami­lia que en 1948 fue expul­sa­da de las tie­rras del sur de Pales­ti­na. Se refu­gia­ron en Gaza, lue­go se fue­ron a Egip­to y des­de allí a don­de viven actual­men­te, Madrid. Abu­ba­kra es la fun­da­do­ra del movi­mien­to Alka­ra­ma femi­nis­ta y anti­co­lo­nia­lis­ta, tam­bién del movi­mien­to Masar Badil (Ruta Revo­lu­cio­na­ria Alter­na­ti­va). De izquier­das y lai­cos, se tra­ta de movi­mien­tos que tra­ba­jan para unir a los pales­ti­nos de la diás­po­ra. Abu­ba­ka­ra estu­vo recien­te­men­te en Eus­kal Herria, de la mano de la Casa de Muje­res de Zumaia, es en este mar­co que se dio esta con­ver­sa­ción. Días des­pués de la entre­vis­ta, sol­da­dos israe­líes mata­ban a dos de sus sobri­nas y dos de sus tías que vivían en Gaza, ade­más, hirie­ron a su her­ma­na y a otra sobrina.

En la vís­pe­ra de su inter­ven­ción, un ami­go me dijo que no enten­día bien lo que ocu­rre en Pales­ti­na, por­que los temas geo­po­lí­ti­cos son muy difíciles.

Sí, la geo­po­lí­ti­ca da un poco de mie­do, pero en Pales­ti­na viven los colo­nos extran­je­ros que ocu­pan el pue­blo pales­tino y nues­tras tie­rras. El gobierno de la ocu­pa­ción es ayu­da­do por las gran­des poten­cias inter­na­cio­na­les, por los intere­ses polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos que tie­ne Occi­den­te. Hay un pue­blo ocu­pa­do, que nun­ca se ha incli­na­do y que lle­va luchan­do 100 años. No han logra­do borrar­nos, ni hacer­nos peque­ños, por­que cada día somos más. De aquí vie­ne el mie­do que tie­ne Israel a la demo­gra­fía. Gol­da Meir (la pri­me­ra minis­tra en fir­mar la crea­ción del Esta­do de Israel) en 1948 dijo (sobre los pales­ti­nos). «Se mori­rán los mayo­res y los jóve­nes olvi­da­rán». Pero, actual­men­te, los jóve­nes pelean más que sus pro­ge­ni­to­res o abue­las y abuelos.

Cuan­do habla­mos de pales­ti­nos, la mira­da, por supues­to, se nos va a Pales­ti­na. Pero la mayo­ría del pue­blo pales­tino vive en la diás­po­ra, como usted.

En la Nak­ba, en 1948, dos ter­cios de los pales­ti­nos fue­ron expul­sa­dos de sus pue­blos. Aho­ra mis­mo, más de la mitad de los pales­ti­nos vivi­mos en al diás­po­ra. El mun­do ente­ro mira a dos auto­ri­da­des. Por una lado, a Hamas en Gaza, nadie ha habla­do con ellos. Por otro lado, Mah­moud Abbas de la Auto­ri­dad Pales­ti­na, a quien la comu­ni­dad inter­na­cio­nal tie­ne como ami­go en Cis­jor­da­nia, y que acep­ta todo lo que le piden. Eso es lo que el mun­do reco­no­ce como Pales­ti­na. Los que esta­mos fue­ra de esta ecua­ción no exis­ti­mos. No tene­mos voz, a con­se­cuen­cia de los Acuer­dos de Oslo. Ahí deci­die­ron excluir a los pales­ti­nos de la diás­po­ra. Estos acuer­dos rom­pie­ron las orga­ni­za­cio­nes cons­ti­tui­das por el pue­blo pales­tino en el extran­je­ro: el sin­di­ca­to de tra­ba­ja­do­res, estu­dian­tes, muje­res, per­te­ne­cien­tes a la Orga­ni­za­ción para la Libe­ra­ción de Pales­ti­na (OLP)… era una orga­ni­za­ción al esti­lo de un Esta­do que se ocu­pa­ba de los pro­ble­mas de todos los pales­ti­nos, tan­to de la Pales­ti­na his­tó­ri­ca como de los resi­den­tes en el extran­je­ro. Todo eso ha sido destruido.

¿Por eso se están organizando?

Sí, hemos crea­do el movi­mien­to Masar Badil, el Movi­mien­to Ruta Revo­lu­cio­na­ria Alter­na­ti­va Pales­ti­na. Que­re­mos recu­pe­rar nues­tra voz. La diás­po­ra pales­ti­na se está reor­ga­ni­zan­do, sobre todo la juven­tud. La juven­tud naci­da fue­ra de Pales­ti­na, que no cono­ce Pales­ti­na, que no habla ára­be, tie­ne cada una su len­gua, pero está orga­ni­za­da para defen­der a Pales­ti­na, sobre todo «en el cora­zón de la bes­tia», en Occi­den­te. Aquí mis­mo, en el Esta­do espa­ñol, hay un movi­mien­to de la juven­tud pales­ti­na: Al-yuddur.

Habla de los Acuer­dos de Oslo, lide­ra­dos por Yas­sir Ara­fat. Ara­fat fue un sím­bo­lo mun­dial de la resis­ten­cia pales­ti­na, pero hoy en día son muchos los que dicen que su par­ti­do, Al-Fatah, «es el guar­dián de Israel en Cisjordania».

Para noso­tros tam­bién era un icono, repre­sen­tan­te de la lucha del pue­blo pales­tino. Era muy caris­má­ti­co, conec­ta­ba con la gen­te y era muy mediá­ti­co. Pero para muchos pales­ti­nos Ara­fat nos trai­cio­nó cuan­do empe­zó a nego­ciar con Israel, cuan­do la situa­ción de los pales­ti­nos era débil. Y así, para­ron la Pri­me­ra Inti­fa­da, enga­ña­ron a la gen­te y a cam­bio le die­ron miga­jas. Leyen­do los Acuer­dos de Oslo, pron­to se dará cuen­ta de que no hay nada a favor de los pales­ti­nos. Des­pués de los acuer­dos dije­ron: «más ade­lan­te ire­mos nego­cian­do los pun­tos», pero sobre el papel no había nada, ni siquie­ra el final de las colo­nias. Es más, estos acuer­dos dicen que el 20% de la tie­rra es para los pales­ti­nos y que todo lo demás hay que entre­gár­se­lo a los sio­nis­tas. Evi­den­te­men­te, la mayo­ría no está de acuer­do. No hemos olvi­da­do el dere­cho de retorno de los refu­gia­dos, ni los pales­ti­nos que viven en tie­rras de 1948, ni Jerusalén…

Para muchos Ara­fat se equi­vo­có, el ego se le subió a la cabe­za. No escu­cha­ba a los demás. Más tar­de, cuan­do vol­vió a Cis­jor­da­nia y se mos­tró de acuer­do con que la resis­ten­cia reto­ma­ra la lucha, Israel le ence­rró en su sede, le sitió y murió o fue ase­si­na­do poco des­pués. Toda­vía no se ha demos­tra­do, pero hay indi­cios de asesinato.

Qui­zás se habla poco de la lucha de cla­ses en Palestina.

Cla­ro. Más allá de lo dicho sobre Ara­fat, como en todo el mun­do, en Pales­ti­na tam­bién hay eli­tes y bur­gue­sía. Estos agen­tes del capi­ta­lis­mo solo quie­ren tran­qui­li­dad para hacer nego­cios y seguir ganan­do dine­ro. Este mode­lo vie­ne de lejos. Los diri­gen­tes de Pales­ti­na para­li­za­ron la rebe­lión de 1936, una huel­ga gene­ral de seis meses, por­que las eli­tes pales­ti­nas lle­ga­ron a un acuer­do con las auto­ri­da­des de los paí­ses ára­bes, pues empe­za­ron a per­der dine­ro. Y medio siglo des­pués, al fir­mar los Acuer­dos de Oslo, lo mis­mo. Des­de enton­ces este mode­lo está vigen­te. Por supues­to, toda­vía hay una auto­ri­dad que habla de «paz económica».

Mien­tras la gen­te vive en los gue­tos, algu­nas empre­sas cis­jor­da­nas siguen ven­dien­do, com­pran­do, ganan­do… ade­más, muchas de ellas hacen nego­cio ¿Y con quién? con el ocu­pan­te. Uno de los miem­bros del gobierno de Abbas es Husein Al-Sheikh. Este hom­bre sue­le ir a Tel Aviv a nego­ciar con los israe­líes los per­mi­sos de tra­ba­jo para que los pales­ti­nos de Cis­jor­da­nia pue­dan tra­ba­jar en los asen­ta­mien­tos. Lo hace a cam­bio de dine­ro, por­que esos per­mi­sos los ven­de a las fami­lias de los tra­ba­ja­do­res que lo necesitan.

El gobierno de Abbas impo­ne «tran­qui­li­dad» en Cis­jor­da­nia. Detie­ne y cas­ti­ga a jóve­nes que se orga­ni­zan y mani­fies­tan polí­ti­ca­men­te en las uni­ver­si­da­des. Los perio­dis­tas que hablan de la corrup­ción de la Auto­ri­dad Nacio­nal Pales­ti­na (ANP) tam­bién son encar­ce­la­dos, tor­tu­ra­dos y algu­nos ase­si­na­dos. Recor­de­mos el caso de Nizar Banat. Era you­tu­ber, habla­ba de la red de corrup­ción de la ANP. Fue encar­ce­la­do varias veces y final­men­te fue ase­si­na­do en su pro­pia casa. 25 agen­tes de segu­ri­dad de la ANP lo gol­pea­ron y mataron.

Algu­nos creen que es mejor no hablar de las mise­rias y con­tra­dic­cio­nes pro­pias, en nom­bre de la unión, por­que el «obje­ti­vo prin­ci­pal» es la libe­ra­ción de Pales­ti­na. Es decir, hablar de lo que ocu­rre entre los pales­ti­nos ¿favo­re­ce la causa?

¡Por supues­to! El hecho de no hacer­lo nos ha lle­va­do a la mala situa­ción en la que nos encon­tra­mos. La ANP silen­cia las voces de la resis­ten­cia, pisa a los pales­ti­nos. El caso del acti­vis­ta Basel Al Araj en Cis­jor­da­nia. Él escri­bía, impar­tía con­fe­ren­cias y rea­li­za­ba reco­rri­dos por su ciu­dad para difun­dir la his­to­ria de Pales­ti­na. Pri­me­ro fue dete­ni­do por la ANP y duran­te mucho tiem­po fue encar­ce­la­do. Pos­te­rior­men­te, el ejér­ci­to sio­nis­ta lo per­si­guió y final­men­te fue ase­si­na­do en Cis­jor­da­nia por los israe­líes. Algu­nos paí­ses dicen reco­no­cer al Esta­do pales­tino. ¿Pero qué Esta­do? El ejér­ci­to israe­lí entra y sale de Cis­jor­da­nia, encar­ce­la, mata y tor­tu­ra a los pales­ti­nos. Hace lo que quie­re, como quiere.

Los Acuer­dos de Oslo, la corrup­ción y el cola­bo­ra­cio­nis­mo. ¿Son las cla­ves para enten­der la actual hege­mo­nía de Hamas?

¿Qué hace el pue­blo cuan­do ve que la izquier­da pales­ti­na ha des­apa­re­ci­do, que no tie­ne influen­cia y que la dere­chis­ta y libe­ral Auto­ri­dad Pales­ti­na de Fatah es corrup­ta, opri­me a su pro­pio pue­blo y cola­bo­ra con el enemi­go sio­nis­ta? Para muchos Hamas es sinó­ni­mo de resis­ten­cia, son los defen­so­res de nues­tros dere­chos. Por eso cuen­ta con el apo­yo de tan­ta gen­te. Los jóve­nes se unen a Hamas y a la Jihad Islá­mi­ca por­que quie­ren luchar por la libe­ra­ción de Pales­ti­na. Por­que los que están al otro lado no solo no hacen nada, sino que dañan la cau­sa palestina.

Hable­mos de la izquier­da Palestina.

La izquier­da inter­na­cio­na­lis­ta man­te­nía una fuer­te rela­ción con la izquier­da pales­ti­na en la déca­da de 1970, pero con los años ha dis­mi­nui­do en la mis­ma medi­da en que la fuer­za de la izquier­da ha des­cen­di­do a nivel inter­na­cio­nal. Me gus­ta­ría que la izquier­da enca­be­za­ra la lucha de mi pue­blo, pero no es así. La lucha del pue­blo pales­tino es una lucha por la libe­ra­ción nacio­nal y no hay que inten­tar impo­ner mode­los de nadie. Cuan­do Pales­ti­na sea libre, yo quie­ro una Pales­ti­na socia­lis­ta. Pero los que aho­ra luchan, los que están mejor orga­ni­za­dos, los que están dán­do­lo todo y los que están logran­do el apo­yo de la gen­te son los par­ti­dos islá­mi­cos. Y no vie­nen de Mar­te. For­man par­te del pue­blo pales­tino. Yo no pue­do estar en con­tra de ellos. Cuan­do Al-Fatah lucha­ba en los años 70, tenía toda el apo­yo del pue­blo, más que la izquier­da pales­ti­na que tam­bién lucha­ba. El lide­raz­go de los par­ti­dos de izquier­da es deca­den­te, lo que impi­de la eman­ci­pa­ción de sus jóve­nes militantes.

El auge del islam es evi­den­te en toda la región.

Nos afec­ta todo lo que ocu­rre a nues­tro alre­de­dor, y por supues­to el auge del islam. Los par­ti­dos isla­mis­tas han ido ganan­do apo­yo y poder con la ayu­da de los par­ti­dos isla­mis­tas de los paí­ses veci­nos. La izquier­da no tie­ne apo­yo de nadie, y mucho menos si no se está hacien­do nada. Hez­bo­llah e Irán pro­te­gen la resis­ten­cia pales­ti­na, más allá de las dife­ren­cias reli­gio­sas, que son chií­tas y los pales­ti­nos son suni­tas. Tam­bién pro­te­gen al Fren­te Popu­lar (FPLP, o PFLP en inglés), pero el FPLP no está orga­ni­za­do para tener una base amplia que se sume a la lucha. Sin embar­go, las bri­ga­das Abu Ali Mus­ta­fa, bra­zo arma­do del Fren­te Popu­lar, par­ti­ci­pan en la lucha en Gaza, como siem­pre lo hacen en todas las con­fron­ta­cio­nes con los sio­nis­tas. Tam­bién par­ti­ci­pan algu­nos ele­men­tos de Fatah. Es gen­te que quie­re luchar.

Se habla de Hamas como una «dic­ta­du­ra islá­mi­ca», que repri­me a las muje­res, que son como el ISIS… Y de ahí el mar­co gene­ral que Occi­den­te uti­li­za para jus­ti­fi­car el geno­ci­dio: la gue­rra entre Israel y Hamas. Cla­ro. Eso no es nuevo.

Como con­se­cuen­cia de esta maqui­na­ria difa­ma­do­ra, la isla­mo­fo­bia ha ido cre­cien­do año tras año, sobre todo en Occi­den­te. Y así todo lo que tie­ne que ver con el islam es peli­gro­so y nos recuer­da el 11 de sep­tiem­bre, el 11 de mar­zo… La gen­te de Hamas o de la Yihad Islá­mi­ca ya no son los que eran al prin­ci­pio. Son mucho más abier­tos. Estu­ve en Gaza hace dos años, y ya no ves a todas las muje­res con el velo. Los chi­cos y chi­cas se sien­tan jun­tos en las cafe­te­rías, hablan, van jun­tos… El gobierno de un par­ti­do islá­mi­co tie­ne más liber­tad de la que creen en Occidente.

Por un lado, demo­ni­zan a Hamas, a los par­ti­dos isla­mis­tas, en el ima­gi­na­rio públi­co, y por otro, tie­nes un Israel que ha cons­trui­do una ima­gen de esti­lo euro­peo, des­de Occi­den­te se ve que unos son de los «nues­tros» y los otros son la antí­te­sis de nues­tra socie­dad. ¿Con quién empa­ti­za­rá la gen­te de Occi­den­te? Esta es una de las bases para jus­ti­fi­car el geno­ci­dio. Por eso dicen los medios que los pales­ti­nos mue­ren y los israe­líes son ase­si­na­dos. Al pare­cer, los pales­ti­nos no son ase­si­na­dos, y en Israel no hay colo­nos arma­dos has­ta los dientes.

La lis­ta de horro­res es gran­de. Por ejem­plo, que­ma­ron todo un pue­blo: Huwa­ra, en Cis­jor­da­nia, cer­ca de Nablus. O cuan­do que­ma­ron la casa de los Dawabsha de la loca­li­dad de Duma, cuan­do todos esta­ban den­tro, sal­ván­do­se solo a un niño. O en Al Kha­lil, un joven heri­do en la tie­rra que fue rema­ta­do con un dis­pa­ro… Estos casos no lle­gan has­ta aquí, si la víc­ti­ma no es israe­lí. Pero lue­go nos dicen que esos colo­nos son «civi­les». Unos se pare­cen a los euro­peos y otros, de piel más oscu­ra, son terro­ris­tas islá­mi­cos. A pesar de ser alguien de izquier­das, da igual, a las de izquier­das lai­cas tam­bién nos con­si­de­ran terro­ris­tas. Todo se mete en el mis­mo saco.

Más allá de las dis­cre­pan­cias, exis­te, por tan­to, una coor­di­na­ción entre las fac­cio­nes que cons­ti­tu­yen la resistencia.

Des­de el comien­zo del blo­queo en Gaza y des­de que gobier­na Hamas, con los años han crea­do un gabi­ne­te de orga­ni­za­ción. Los once par­ti­dos con repre­sen­ta­ción en Gaza se reúnen cada mes para tra­tar temas polí­ti­cos y admi­nis­tra­ti­vos. Cla­ro, Hamas tie­ne más peso, por­que tie­ne mayo­ría. Pero tam­bién está par­ti­ci­pan­do la Yihad Islá­mi­ca, el Fren­te Popu­lar, el Fren­te de Libe­ra­ción, etc… Y cuan­do hay ata­ques mili­ta­res, los bra­zos arma­dos se unen para orga­ni­zar la resis­ten­cia. De los par­ti­dos polí­ti­cos, cin­co o seis tie­nen bra­zo arma­do y, ade­más, par­ti­ci­pan mili­cias que no tie­nen nada que ver con Hamas.

Más de una vez te habrán pre­gun­ta­do sobre el ata­que del 7 de octu­bre y si lo con­de­nas. Te voy a plan­tear de otra mane­ra: ¿el fin jus­ti­fi­ca los medios?

Lan­zan miles de tone­la­das de bom­bas a hos­pi­ta­les, cen­tros edu­ca­ti­vos, a una cár­cel al aire libre sitia­da duran­te 17 años, nos exter­mi­nan… ¿Qué obje­ti­vo jus­ti­fi­ca estos medios? ¿«Aca­bar con las mili­cias de Hamas»? Hay más de 6.000 per­so­nas encar­ce­la­das en Israel, muchas de ellas enfer­mas. Por ejem­plo, Walid Daq­qah, líder de la izquier­da pales­ti­na, tie­ne un cán­cer ter­mi­nal y nece­si­ta aten­ción médi­ca espe­cia­li­za­da. Aun­que la pena está cum­pli­da, se lo nie­gan. Tie­nen niños encar­ce­la­dos, es una tor­tu­ra sis­te­má­ti­ca, siguen cons­tru­yen­do asen­ta­mien­tos, ata­ques en la mez­qui­ta de Al-Aqsa, y con­tra los cris­tia­nos de Jerusalén…

La resis­ten­cia advir­tió hace tiem­po de que la situa­ción era insos­te­ni­ble y ten­dría con­se­cuen­cias. El resul­ta­do es un ata­que a unas colo­nias cer­ca­nas a Gaza el 7 de octu­bre. Y no olvi­de­mos que estas tie­rras, al otro lado de la valla de Gaza son las tie­rras de los refu­gia­dos que sobre­vi­ven en la Fran­ja de Gaza. Estos colo­nos viven des­preo­cu­pa­dos, tenien­do a la par dos millo­nes y medio de per­so­nas ence­rra­das en con­di­cio­nes infrahumanas.

Fue una sor­pre­sa para todos.

El obje­ti­vo de la resis­ten­cia en este ata­que ines­pe­ra­do era entrar y cap­tu­rar a mili­ta­res y colo­nos para uti­li­zar­los como mone­da de cam­bio para libe­rar a los pri­sio­ne­ros pales­ti­nos. Pero la reac­ción de los mili­ta­res israe­líes fue mucho más len­ta de lo que espe­ra­ban, y se lle­va­ron a mucha gen­te. Hay que des­ta­car tam­bién, que muchos de los que murie­ron en esta acción arma­da de las colo­nias fue­ron ase­si­na­dos por el pro­pio ejér­ci­to israe­lí, dis­pa­ran­do a todo lo que se movía des­de el cie­lo. Pero más allá de ese caso con­cre­to, una cono­ci­da reso­lu­ción de las Nacio­nes Uni­das dice que los pue­blos ocu­pa­dos tie­nen dere­cho a la defen­sa, inclui­da la vio­len­cia arma­da. Este dere­cho va más allá de la posi­bi­li­dad de defen­der­se ante los ata­ques de los ocu­pan­tes: los pue­blos ocu­pa­dos pue­den tomar ini­cia­ti­vas y ata­car al ocu­pan­te. Eso es lo que hace la resis­ten­cia palestina.

Ade­más de Pales­ti­na, Israel ha inva­di­do tres de los cua­tro paí­ses limí­tro­fes: Siria, Líbano y Egip­to. Ante el geno­ci­dio, ¿dón­de están los paí­ses ára­bes, los paí­ses vecinos?

Euro­pa colo­ni­zó la región ára­be-musul­ma­na del Medi­te­rrá­neo orien­tal y del nor­te de Áfri­ca. Tras la des­co­lo­ni­za­ción, el Rei­no Uni­do y Fran­cia impu­sie­ron a las auto­ri­da­des, las cua­les les debían leal­tad para defen­der sus intere­ses mutuos. Las fami­lias reales de Jor­da­nia y Ara­bia Sau­dí son un buen ejem­plo. Gen­te muy rica, con nego­cios en Occi­den­te, que envía a sus hijos a los inter­na­dos del Rei­no Uni­do des­de la infan­cia para pre­pa­rar el rei­na­do del futu­ro. Occi­den­te des­co­lo­ni­zó la zona de for­ma invo­lun­ta­ria, pero no se fue­ron del todo. El canal de Suez, el petró­leo, el gas… Estos intere­ses son la cau­sa de la crea­ción del Esta­do de Israel en el cora­zón de Orien­te Medio.

Los pue­blos de nues­tra región no han podi­do ejer­cer el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción. Las repú­bli­cas y las que tie­nen elec­cio­nes tam­po­co son trans­pa­ren­tes, ni fia­bles, ni demo­crá­ti­cas, y más aún con la opo­si­ción encar­ce­la­da. En Egip­to, el pre­si­den­te Al-Sisi tie­ne pre­sos a 60.000 egip­cios por moti­vos polí­ti­cos. Las auto­ri­da­des jor­da­nas temen este tema, ya que el 70% de la pobla­ción es pales­ti­na. Se com­por­tan siem­pre con mucha mode­ra­ción, con expre­sio­nes «polí­ti­ca­men­te correc­tas». La excu­sa de estos paí­ses son los Acuer­dos de Oslo y la «nor­ma­li­za­ción» de las rela­cio­nes de ANP con Israel. Es decir, «si lo han hecho ellos, ¿por qué no noso­tros?», dicen. Chi­na no acep­tó Israel has­ta 1991, has­ta la con­fe­ren­cia de paz en Madrid. Las con­se­cuen­cias de los Acuer­dos de Oslo han bene­fi­cia­do a Israel. Para ellos ha sido un acuer­do exce­len­te. Para los pales­ti­nos el resul­ta­do es evi­den­te. Nada bueno.

Fren­te a la posi­bi­li­dad de que los pales­ti­nos vayan a sus tie­rras, Jor­da­nia y Egip­to dicen «no podéis entrar»

Sí, por sus intere­ses. No quie­ren que los pales­ti­nos entren, pues eso pon­dría en peli­gro el con­trol sobre su pobla­ción. Temen la per­tur­ba­ción que cau­sa­ría la entra­da de los pales­ti­nos, por­que la gen­te de Gaza es muy rebel­de, y podrían levan­tar al pue­blo y cae­rían estos gobier­nos. Auto­ri­zar una segun­da Nak­ba es un peli­gro ante la opi­nión de sus pue­blos. Tam­bién pue­den sur­gir pre­gun­tas incó­mo­das. Por ejem­plo, si un peque­ño gru­po arma­do de 1.300 per­so­nas ha gol­pea­do tan­to al ejér­ci­to israe­lí y a los todo­po­de­ro­sos ser­vi­cios de inte­li­gen­cia, ¿por qué no pue­den hacer nada nues­tros ejér­ci­tos, mucho más arma­dos y pre­pa­ra­dos que la resis­ten­cia palestina?

Una de las razo­nes por las que la resis­ten­cia pales­ti­na ata­có el 7 de octu­bre podría ser la para­li­za­ción del pro­ce­so de nor­ma­li­za­ción pro­mo­vi­do por Israel en los últi­mos años con paí­ses ára­bes como Bah­rain, Egip­to, Marrue­cos, Ara­bia Saudí…

Ha sido la fecha ele­gi­da. En pri­mer lugar, la situa­ción de la Pales­ti­na Ocu­pa­da ha empeo­ra­do expo­nen­cial­men­te en los últi­mos años y la resis­ten­cia había adver­ti­do que res­pon­de­ría si Israel no para­ba. Así ha ocu­rri­do. En segun­do lugar, que­rían poner el blo­queo de Gaza sobre la mesa. El blo­queo lle­va 17 años y nadie habla­ba de ello. Y, en ter­cer lugar, como usted dice, han con­se­gui­do dete­ner el pro­ce­so de nor­ma­li­za­ción que Ara­bia Sau­dí esta­ba a pun­to de fir­mar con Israel.

Ara­bia Sau­dí tie­ne una gran impor­tan­cia no solo en toda la región ára­be, sino tam­bién en el mun­do musul­mán. Mira la reac­ción del Gobierno de Tur­quía. Se tra­ta de un país ple­na­men­te nor­ma­li­za­do por las rela­cio­nes diplo­má­ti­cas y eco­nó­mi­cas con la enti­dad sio­nis­ta, que tam­bién rea­li­za manio­bras mili­ta­res con­jun­tas. Es un mero cálcu­lo e inte­rés polí­ti­co, Erdo­gan sabe que la mayo­ría de su pobla­ción está total­men­te en con­tra de la masa­cre de Gaza. Bah­rain ha fir­ma­do acuer­dos de nor­ma­li­za­ción con Israel, pero aho­ra ha reti­ra­do al emba­ja­dor. En Marrue­cos tam­bién hay mani­fes­ta­cio­nes masi­vas. El úni­co que sigue cola­bo­ran­do direc­ta­men­te con Israel, y por supues­to con EE UU, son los Emi­ra­tos Ára­bes. Los nego­cios son una prio­ri­dad allí. El ata­que de la resis­ten­cia y la pos­te­rior masa­cre israe­lí han revo­lu­cio­na­do el pro­ce­so de estos acuerdos.

Esta­dos Uni­dos, Fran­cia, Ale­ma­nia, Gran Bre­ta­ña… Los prin­ci­pa­les pro­mo­to­res y jus­ti­fi­ca­do­res del geno­ci­dio israe­lí son los mis­mos que pro­po­nen una y otra vez la solu­ción de dos Estados.

Entre los par­ti­dos polí­ti­cos de Eus­kal Herria tam­bién es este el camino pre­do­mi­nan­te. Por­que es la pos­tu­ra más fácil. Es una for­ma de eli­mi­nar la res­pon­sa­bi­li­dad: «Que hablen pales­ti­nos e israe­líes y que se arre­glen». Yo he esta­do en con­tra de esa solu­ción y lo sigo estan­do. Ellos saben que no es via­ble. Lle­va­mos 30 años espe­ran­do estos dos Esta­dos. No quie­ren renun­ciar a que Israel esté en terri­to­rio pales­tino por­que Israel for­ma par­te de Occi­den­te y segui­rá defen­dien­do sus intere­ses. Ni siquie­ra quie­ren escu­char hablar de la descolonización.

La colo­ni­za­ción de Pales­ti­na se pro­gra­mó y orga­ni­zó des­de Occi­den­te. No se preo­cu­pa­ron del geno­ci­dio con­tra los judíos, no les die­ron dere­chos, apo­yos y faci­li­da­des para vol­ver a sus luga­res de ori­gen (Ale­ma­nia, Fran­cia, Ingla­te­rra, Ucra­nia, Polo­nia…). Lle­va­ron el «pro­ble­ma» a Pales­ti­na, expul­sa­ron a las per­so­nas judías de Euro­pa, a Pales­ti­na, y deci­die­ron divi­dir el terri­to­rio en Nacio­nes Uni­das y faci­li­tar la crea­ción de un Esta­do judío. Todo esto es res­pon­sa­bi­li­dad de Occi­den­te. Para negar­se y jus­ti­fi­car­se de algu­na mane­ra, hablan del Esta­do de Israel y del Esta­do Palestino.

Si estu­vie­ran real­men­te com­pro­me­ti­dos con el cum­pli­mien­to del dere­cho inter­na­cio­nal y de las reso­lu­cio­nes de las Nacio­nes Uni­das, que his­tó­ri­ca­men­te han sido injus­tas para los pales­ti­nos, empe­zan­do por la par­ti­ción de Pales­ti­na, debe­rían apli­car en pri­mer lugar la reso­lu­ción 194: el dere­cho al retorno. Enton­ces todos los refu­gia­dos pales­ti­nos debe­rían vol­ver a sus luga­res de ori­gen, pero saben que eso sería el fin del Esta­do de Israel. Del mis­mo modo, dan­do los mis­mos dere­chos a todas las per­so­nas, el apartheid y el Esta­do de Israel, en la for­ma que aho­ra cono­ce­mos, aca­ba­rían. Pero no. Pro­po­nen dos Esta­dos. Para uno el 80% del terri­to­rio roba­do y para los pales­ti­nos el 20%. La solu­ción de los dos Esta­dos es decir­les a los pales­ti­na «Adap­ta­ros de algu­na mane­ra». Pero, sin embar­go, si eso es lo que real­men­te quie­ren, que dejen de armar, finan­ciar y ayu­dar a Israel. Que no sean par­cia­les. Y cuan­do lo hagan, enton­ces, tran­qui­los, noso­tros mis­mos nos vamos las vamos a arreglar.

Ante esta situa­ción, más allá de la soli­da­ri­dad abs­trac­ta con el pue­blo pales­tino, ¿qué pode­mos hacer aquí y ahora?

Si el geno­ci­dio no se detie­ne, debe­ría­mos recu­rrir a la des­obe­dien­cia civil. En este sen­ti­do, en el Esta­do espa­ñol la Ley Mor­da­za sigue vigen­te, y por eso hay que pedir al nue­vo gobierno que la dero­gue de una vez. Si los gobier­nos siguen sin oír a la gen­te que dice «¡bas­ta!», ten­dre­mos que ir a don­de están, a las sedes de los gobier­nos de las comu­ni­da­des autó­no­mas, a las dipu­tacio­nes, a las sedes de los par­ti­dos polí­ti­cos, a los ayun­ta­mien­tos… Tene­mos que ir a su puer­ta para pedir medi­das con­cre­tas, cuan­to antes. En el caso del Esta­do espa­ñol, ade­más, pare­ce que tene­mos que estar con­ten­tos por­que nos dejan mani­fes­tar­nos, vien­do lo que ocu­rre en otros paí­ses europeos.

¿Y rom­per con Israel? ¿Dejar de ven­der­le armas?

Dejar de dar armas es lo míni­mo, y el Esta­do espa­ñol tie­ne un gran comer­cio de armas con Israel.

El anti­se­mi­tis­mo es un como­dín de Euro­pa e Israel para defen­der­se ante todas las crí­ti­cas a la orga­ni­za­ción sionista.

Nadie debe ser dis­cri­mi­na­do por sus creen­cias, por su cul­tu­ra, por su ideo­lo­gía… pero en muchos paí­ses occi­den­ta­les se uti­li­za el anti­se­mi­tis­mo para silen­ciar las voces que defien­den la cau­sa pales­ti­na. No olvi­de­mos que la judeo­fo­bia nació en Euro­pa, no en Pales­ti­na. En Pales­ti­na siem­pre hemos convivido.

Usted mis­ma tra­ba­ja con per­so­nas judías.

Tra­ba­ja­mos mano a mano con las com­pa­ñe­ras del movi­mien­to judío anti­sio­nis­ta. Ellos tam­bién se opo­nen al Esta­do de Israel y defien­den la libe­ra­ción de Pales­ti­na. Esta­mos en la mis­ma lucha.

¿Hay izquier­da en Israel?

Eti­que­tar es muy sen­ci­llo. ¿Ser de izquier­das es defen­der los dere­chos de los pue­blos y el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción, o ser de izquier­das es colo­ni­zar otro pue­blo para crear su pro­pio Esta­do? No, no hay izquier­da israe­lí. La izquier­da no pue­de defen­der un Esta­do basa­do en matan­zas. Una per­so­na de izquier­das no pue­de jus­ti­fi­car la inva­sión de un pue­blo basán­do­se en la reli­gión. Se creó el Esta­do de Israel argu­men­tan­do que la reli­gión judía y sus segui­do­res tie­nen dere­cho a un Esta­do en Pales­ti­na. No pue­de ser de izquier­das y defen­der que un Esta­do solo debe ser para judíos. La izquier­da israe­lí defien­de la demo­cra­cia y los dere­chos, pero solo para los judíos israe­líes. Dicho de otro modo, ¿hay colo­nos anti-colonialistas?

Eso es. Y no olvi­de­mos, por ejem­plo, que cuan­do ocu­rrie­ron las matan­zas de Sabra y Sha­ti­la, fue con un gobierno «de izquier­das». He teni­do con­tac­to con muchas muje­res de Hamas y pue­do decir que son muje­res empo­de­ra­das y capa­ci­ta­das. Si mira­mos a las ins­ti­tu­cio­nes polí­ti­cas pales­ti­nas y a los repre­sen­tan­tes de sus bra­zos arma­dos, vemos a hom­bres con cor­ba­ta, hom­bres arma­dos, hom­bres diplomáticos…

La mujer siem­pre ha sido par­te de la resis­ten­cia pales­ti­na. Pue­de sor­pren­der, pero el pro­pio Hamas tie­ne más muje­res mili­tan­tes que otros par­ti­dos de la izquier­da pales­ti­na. Tie­nen dipu­tadas, están en gru­pos arma­dos, en la Poli­cía de Hamas… He teni­do con­tac­to con muchas muje­res de Hamas y pue­do decir que son muje­res empo­de­ra­das y capa­ci­ta­das. Jader Adnan, pre­so polí­ti­co del Yihad Islá­mi­co, falle­ció en mayo en huel­ga de ham­bre y la mayor defen­sa de su caso la ha lle­va­do su mujer: se ha mani­fes­ta­do en la calle, ha habla­do en los medios de comu­ni­ca­ción… y es una mujer total­men­te cubier­ta. La hemos entre­vis­ta­do noso­tras. Es un tipo de mujer que el mun­do occi­den­tal no quie­re ver. No quie­re ver a la mujer cubier­ta, y mucho menos si está empo­de­ra­da. La ima­gen debe ser de mujer sumisa.

Pero está cla­ro que los hom­bres son la mayo­ría de los que se des­pla­zan y hablan públi­ca­men­te. Nadie está a sal­vo del patriar­ca­do. Las muje­res femi­nis­tas y las muje­res de izquier­da de Pales­ti­na esta­mos luchan­do por cam­biar esto. Noso­tras, des­de la diás­po­ra, en la mis­ma car­ta fun­da­cio­nal del movi­mien­to Masar Badil hemos dicho que el movi­mien­to debe ser lide­ra­do por muje­res. No habla­mos de cuo­tas o medi­das para aumen­tar la par­ti­ci­pa­ción de las muje­res. No. Deci­mos que el lide­raz­go debe ser feme­nino y tam­bién juve­nil. Sin embar­go, la mayo­ría de los que hablan en nom­bre de Pales­ti­na son hom­bres mayo­res de 70 años. ¿Dón­de está la juven­tud pales­ti­na, casi el 70% de la pobla­ción? Los medios occi­den­ta­les no hablan con repre­sen­tan­tes de resis­ten­cia pales­ti­na, entre­vis­tan a Mah­moud Abbas y a su lobby, pero nadie habla con la resis­ten­cia. Curio­sa­men­te, en la resis­ten­cia par­ti­ci­pan muchos más jóve­nes que en par­ti­dos polí­ti­cos como Fatah, Fren­te Popu­lar o Fren­te Democrático.

Más allá de las dife­ren­cias polí­ti­cas, hoy en día la mayo­ría de los pales­ti­nos esta a favor de la resis­ten­cia. Pero las rei­vin­di­ca­cio­nes de las mani­fes­ta­cio­nes que se hacen en Occi­den­te en soli­da­ri­dad con Pales­ti­na son más difu­sas y muchas no hablan de resistencia.

Eso es un supre­ma­cis­mo blan­co euro­cen­tris­ta. Des­de Occi­den­te que­re­mos impo­ner «nues­tro» mode­lo. Las izquier­das debe­ría­mos res­pe­tar la volun­tad de los pue­blos y sus movi­mien­tos de libe­ra­ción. La resis­ten­cia pales­ti­na es un movi­mien­to de libe­ra­ción, nos pue­de gus­tar más o menos, pero es la que ha ele­gi­do el pue­blo y esa resis­ten­cia tie­ne el res­pal­do mayo­ri­ta­rio. En la resis­ten­cia de Viet­nam segu­ra­men­te pre­do­mi­na­ban los movi­mien­tos de izquier­das, pero tam­bién había gen­te de dere­chas. Y, por supues­to, se les tenía que ayu­dar. ¿A caso los movi­mien­tos de libe­ra­ción nacio­nal en Áfri­ca han sido de izquier­da? No, pero se les tie­ne que ayu­dar. La gen­te de la izquier­da pode­mos ayu­dar a la izquier­da pales­ti­na para que crez­ca y ten­ga más influen­cia, pero no pode­mos impo­ner nada. Decir «Como son isla­mis­tas y de dere­chas, y noso­tros somos de izquier­das, no pode­mos apo­yar­les» es pen­sar que somos mejo­res que los demás.

La vio­len­cia y la lucha arma­da siem­pre gene­ran debate.

Todos los pue­blos del mun­do, nos gus­te o no, han sido libe­ra­dos median­te la lucha arma­da. No hay país que haya sido libe­ra­do por­que el colo­ni­za­dor un día des­per­tó y se dio cuen­ta de que tie­ne éti­ca y deci­dió dejar vivir en paz a los opri­mi­dos. Oja­lá no tuvié­ra­mos que luchar por­que tan­ta gen­te está murien­do. Es cier­to que el pre­cio es alto, pero no había otro camino, por­que la cau­sa pales­ti­na iba que­dan­do en el olvi­do, mien­tras los sio­nis­tas lim­pia­ban y nor­ma­li­za­ban su ima­gen. Israel hace lo que hace por­que tie­ne impu­ni­dad y la pro­tec­ción incon­di­cio­nal del poder polí­ti­co, mediá­ti­co y eco­nó­mi­co occi­den­tal. Pero el silen­cio de los pue­blos tam­bién lo ha garan­ti­za­do. La matan­za del pue­blo pales­tino es con­ti­nua y se lle­va a cabo a fue­go len­to. Día a día y año a año. Cuan­do los colo­nos que­ma­ron a un joven de 16 años en Jeru­sa­lén, Moham­med Abu Khdeir, le hicie­ron beber gaso­li­na y lue­go le pren­die­ron fue­go, la gen­te no se movió. Este caso es común en Israel, por­que era pales­tino y no pasa nada. A nivel inter­na­cio­nal, no se dijo nada. No es acep­ta­ble pedir a los pales­ti­nos que no par­ti­ci­pen en la lucha arma­da, por­que nos están matando.

2 de noviem­bre de 2024

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Tra­du­ci­do al cas­te­llano por Andrea Luba­deh, del movi­mien­to Alkarama.

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