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Secre­tos muy secretos

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El total escla­re­ci­mien­to de accio­nes de gue­rra sucia que los Esta­dos espa­ñol y fran­cés han ocul­ta­do duran­te déca­das hubie­se sido de gran ayu­da para escla­re­cer e impe­dir otros aten­ta­dos. Por ejem­plo, las dos que voy a describir.

La pri­me­ra suce­dió en París a media­dos de los años seten­ta y nada se supo al res­pec­to has­ta que se publi­có, en 2004, la bio­gra­fía auto­ri­za­da de José Anto­nio Sáenz de San­ta­ma­ría, un gene­ral, ya falle­ci­do, que sabía muchí­si­mo sobre el terro­ris­mo de Esta­do. En ella, el cono­ci­do perio­dis­ta Die­go Car­ce­do men­cio­na lo que les ocu­rrió a dos agen­tes de inte­li­gen­cia espa­ño­les des­ti­na­dos en una ofi­ci­na secre­ta en París.

Ambos agen­tes fue­ron sor­pren­di­dos en un cine recu­pe­ran­do la metra­lle­ta Mariet­ta «que unos mer­ce­na­rios habían uti­li­za­do en un aten­ta­do. La poli­cía fran­ce­sa los detu­vo y solo fue­ron expul­sa­dos a Espa­ña des­pués de lar­gas nego­cia­cio­nes y del cie­rre de la ofi­ci­na que man­te­nían de mane­ra subrep­ti­cia». Aque­lla Marie­ta era de un lote que la poli­cía espa­ño­la com­pró en Esta­dos Unidos.

El segun­do «inci­den­te» que mues­tra y demues­tra la cola­bo­ra­ción fran­ce­sa en la gue­rra sucia se pro­du­jo en 1983, cuan­do se empe­za­ron a pro­du­cir los aten­ta­dos rei­vin­di­ca­dos usan­do la sigla GAL. José Ame­do, orga­ni­za­dor de muchos de aque­llos aten­ta­dos, cuen­ta en su libro Cal Viva que la poli­cía fran­ce­sa detu­vo a varios poli­cías espa­ño­les a sus órde­nes que iban a secues­trar a un refu­gia­do vas­co. Fue­ron libe­ra­dos poco des­pués, pese a que iban ile­gal­men­te arma­dos, gra­cias a las ges­tio­nes diplo­má­ti­cas que rea­li­za­ron las auto­ri­da­des españolas.

omo los poli­cías espa­ño­les ya no podían regre­sar arma­dos a Ipa­rral­de, «se tomó la deci­sión de recla­mar la pre­sen­cia en Bil­bao de tres miem­bros de los GEO exper­tos en ope­ra­cio­nes espe­cia­les». Pocos días des­pués, fue­ron dete­ni­dos en Hen­daia. Los pilla­ron in fra­gan­ti, cuan­do esta­ban a pun­to de con­su­mar el secues­tro del refu­gia­do Joxe Mari Larretxea.

Tuvie­ron que trans­cu­rrir déca­das has­ta que se fil­tra­ron algu­nas infor­ma­cio­nes sobre lo suce­di­do en ambos casos. En otros, el man­to de silen­cio ha sido tan espe­so que, pro­ba­ble­men­te, nun­ca se podrá pro­bar lo que real­men­te suce­dió. Dos casos suce­di­dos en 1997 y 1998 son un buen ejem­plo de cómo se las gas­tan los Estados.

¿Cuán­tos meses antes de libe­rar al fun­cio­na­rio de pri­sio­nes Orte­ga Lara sabía la Guar­dia Civil dón­de esta­ba? Se sabe que, tras situar el zulo en una fábri­ca de Arra­sa­te, estu­vie­ron espe­ran­do al menos ocho meses. Ese impor­tan­te dato se le esca­pó al cono­ci­do tor­tu­ra­dor Manuel Sán­chez Cor­bi, que estu­vo a la cabe­za de quie­nes libe­ra­ron a Orte­ga. Mien­tras era entre­vis­ta­do en la cade­na SER, se le esca­pó que estu­vie­ron con­tro­lan­do duran­te ocho meses cada movi­mien­to de los secues­tra­do­res, uti­li­zan­do todo tipo de medios.

Segu­ro que, con aquel segui­mien­to, que­rían obte­ner el mayor núme­ro posi­ble de hilos y datos, y no les impor­tó en abso­lu­to que, para ello, Orte­ga Lara tuvie­ra que seguir en aquel zulo. En todo caso, no me extra­ña­ría nada que hayan ocul­ta­do lo suce­di­do al secues­tra­do: en lugar de libe­rar­lo cuan­to antes, deja­ron pasar muchos meses, pese a ser cons­cien­tes de la situa­ción en que se encontraba.

Hay que tener en cuen­ta que, en aquel enton­ces, ETA tenía secues­tra­das a dos per­so­nas, Cos­me Del­claux, de una fami­lia adi­ne­ra­da, y el fun­cio­na­rio de pri­sio­nes Orte­ga Lara. Sabían dón­de esta­ba Orte­ga. ¿Y Del­claux? Que­rían libe­rar a los dos, por supues­to, y segu­ro que creían poder con­se­guir­lo gra­cias al coman­do que tenían bajo control.

La men­ti­ra que usa­ron tras libe­rar ETA a Del­claux no tuvo, como otras muchas, ni pie ni cabe­za. Pre­ten­die­ron que, jus­to ese día, tenían todo pre­pa­ra­do para dete­ner a los secues­tra­do­res de Orte­ga y entrar en la fábri­ca don­de esta­ba el zulo. Según ellos, no pudie­ron comen­zar antes el ope­ra­ti­vo por­que las luces de las casas de los miem­bros del coman­do no esta­ban aún apa­ga­das. Y mien­tras espe­ra­ban, de pron­to, supie­ron que ETA había libe­ra­do a Del­claux. Pre­ten­den que fue pura casua­li­dad que así sucediera.

Sin embar­go, es más que evi­den­te la deci­sión que tenían toma­da: seguir con­tro­lan­do al coman­do para poder lle­gar a los res­pon­sa­bles de ETA y, a tra­vés de ellos, saber dón­de rete­nían al otro secues­tra­do. ¿Y si ETA libe­ra­ba a Del­claux? Enton­ces, harían lo que hicie­ron: dete­ner cuan­to antes a los secues­tra­do­res de Orte­ga y libe­rar­lo, ya que así con­se­gui­rían neu­tra­li­zar la vic­to­ria que aca­ba­ba de con­se­guir ETA. ¿Y si la libe­ra­ción de Del­claux se hubie­ra pro­lon­ga­do? Estoy segu­ro de que la de Orte­ga Lara tam­bién se hubie­se pro­lon­ga­do. Todo el tiem­po que fue­se necesario.

Meses des­pués de que la Guar­dia Civil libe­ra­ra a Orte­ga Lara, ETA mató en Sevi­lla al tenien­te de alcal­de del PP Jimé­nez-Bece­rril. ETA come­tió el aten­ta­do sin pla­ni­fi­ca­ción pre­via, en horas de madru­ga­da. Lo vie­ron y deci­die­ron hacerlo.

Un par de años más tar­de el dia­rio El Mun­do dio a cono­cer que los tres miem­bros del coman­do que mata­ron a Jimé­nez-Bece­rril esta­ban «vigi­la­dos des­de hacía tiem­po por la Guar­dia Civil». ¿Des­de cuán­do? Segu­ra­men­te ya esta­ban loca­li­za­dos y vigi­la­dos antes de que come­tie­ran ese aten­ta­do, mes y medio antes de ser detenidos.

Lo que nun­ca reco­no­ce­rán es que el coman­do esta­ba bajo con­trol cuan­do come­tie­ron ese aten­ta­do. Y hubie­se segui­do bajo con­trol si la poli­cía no hubie­se dete­ni­do por azar a los dos mili­tan­tes que lle­va­ban armas y explo­si­vos. Hubie­sen segui­do con­tro­la­dos en bus­ca de más hilos e infor­ma­cio­nes de inte­rés que es el méto­do que la Guar­dia Civil lle­va­ba muchos años emplean­do, corrien­do siem­pre el ries­go de que les suce­die­ra lo que les suce­dió con Jimé­nez Becerril.

¿Des­de cuán­do tenían bajo con­trol al coman­do de ETA que aten­tó con­tra Jimé­nez Bece­rril? ¿Sabe su fami­lia que el coman­do esta­ba ya loca­li­za­do cuan­do come­tie­ron el atentado?

¿Reco­no­ce­rán algún día que estu­vie­ron espe­ran­do al menos ocho meses has­ta libe­rar a Orte­ga Lara sabien­do per­fec­ta­men­te dón­de se encon­tra­ba? ¿Sabe él que estu­vo tan­tos meses en el zulo cuan­do podían haber­lo libe­ra­do antes?

¿Ha habi­do más casos similares?

Xabier Maka­za­ga, inves­ti­ga­dor del terro­ris­mo de Estado

21 de abril de 2025

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