BIBD2-1

La Bol­sa de Dia­man­tes de «Israel» es una refi­ne­ría de atro­ci­da­des globales

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La Bol­sa de Dia­man­tes de «Israel» es una refi­ne­ría de atro­ci­da­des glo­ba­les. Las pie­dras en bru­to extraí­das median­te la escla­vi­tud infan­til y las ampu­tacio­nes tri­ba­les en Áfri­ca Occi­den­tal se cana­li­zan a tra­vés de puer­tos infor­ma­les, se pulen en Tel Aviv, se recla­si­fi­can como «libres de con­flic­to» y se ven­den en los mer­ca­dos de lujo occi­den­ta­les. Así fun­cio­na el cir­cui­to de blan­queo: las extre­mi­da­des muti­la­das en Sie­rra Leo­na se con­vier­ten en ani­llos de com­pro­mi­so en Nue­va York y el mar­gen de bene­fi­cio finan­cia la ópti­ca de los dro­nes, las armas ciber­né­ti­cas y la logís­ti­ca del ase­dio de Gaza.

En 2025, el comer­cio de dia­man­tes sigue repre­sen­tan­do casi el 15% del total de las expor­ta­cio­nes de bie­nes de «Israel», lo que ali­men­ta direc­ta­men­te un fon­do de gue­rra de 9.000 millo­nes de dóla­res que res­pal­da una eco­no­mía mili­tar que fun­cio­na gra­cias a los deri­va­dos del geno­ci­dio. Inclu­so des­pués de una caí­da del 36% en 2024, el sec­tor del dia­man­te sigue sien­do una de las dos prin­ci­pa­les expor­ta­cio­nes de «Israel», superan­do a los pro­duc­tos far­ma­céu­ti­cos, los ser­vi­cios tec­no­ló­gi­cos y los pro­duc­tos agrí­co­las. No se tra­ta de un nego­cio secun­da­rio, sino de una arte­ria vital del Estado.

«Israel» no solo comer­cia con dia­man­tes, sino que los envuel­ve en deri­va­dos de segu­ros y con­vier­te los ingre­sos en armas. Este capi­tal finan­cia empre­sas emer­gen­tes de vigi­lan­cia como Celle­bri­te, con­tra­tos de armas con Rafael y logís­ti­ca geno­ci­da res­pal­da­da por capi­tal ries­go a tra­vés de empre­sas situa­das a pocos metros de la torre de la Bol­sa. Por eso se ve a vete­ra­nos del Mos­sad en con­se­jos ase­so­res sobre pie­dras pre­cio­sas y a exofi­cia­les ciber­né­ti­cos del ejér­ci­to israe­lí faci­li­tan­do con­tra­tos mine­ros en Ango­la y la Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca del Con­go. Por eso la zona finan­cie­ra de Tel Aviv tie­ne la for­ma de un fon­do de inver­sión for­ti­fi­ca­do con un inte­rrup­tor de emergencia.

El «Pro­ce­so de Kim­ber­ley»1 fue el gran escu­do ópti­co, coes­cri­to por los mis­mos regí­me­nes a los que pre­ten­día res­trin­gir. «Israel» lo uti­li­zó para rebau­ti­zar las pie­dras con­flic­ti­vas como con­for­mes, cons­tru­yen­do una facha­da legal para blan­quear pie­dras empa­pa­das en san­gre. Ese con­duc­to nun­ca se cerró, solo se encrip­tó. No hay heli­cóp­te­ros de com­ba­te sin pie­dras pre­cio­sas, ni spy­wa­re Pega­sus sin cadá­ve­res puli­dos de Sie­rra Leona.

Cada gol­pe a la infra­es­truc­tu­ra finan­cie­ra de Tel Aviv es solo con­ta­bi­li­dad ciné­ti­ca. Un misil en la Bol­sa de Dia­man­tes es una oji­va en el libro de cuen­tas del comer­cio impe­rial. No están llo­ran­do la pér­di­da de un icono cul­tu­ral, están llo­ran­do la rup­tu­ra de un esla­bón en el círcu­lo vicio­so de la muti­la­ción, la espe­cu­la­ción y el asesinato.

Los dia­man­tes son solo una par­te. El ver­da­de­ro poder resi­de en la red de blan­queo que conec­ta la mise­ria afri­ca­na con el lujo occi­den­tal y el mili­ta­ris­mo israe­lí. El cobal­to con­go­le­ño, el petró­leo nige­riano, la tan­za­ni­ta tan­za­na, todo pasa por empre­sas fic­ti­cias, arbi­tra­je por­tua­rio, inter­me­dia­rios de inte­li­gen­cia pri­va­da y fidei­co­mi­sos offsho­re. No se ve este comer­cio por­que no exis­te en papel, vive en rutas aéreas, bonos al por­ta­dor y segun­dos pasa­por­tes. El comer­cio de dia­man­tes israe­lí es sim­ple­men­te su ejem­plo más pulido.

La ven­gan­za de Áfri­ca no ven­drá a tra­vés de dis­cur­sos de la ONU. Ven­drá a tra­vés del sabo­ta­je sobe­rano. A tra­vés de la expro­pia­ción digi­tal de todas las cáma­ras aco­ra­za­das offsho­re vin­cu­la­das al comer­cio de gemas de Tel Aviv. A tra­vés de la dene­ga­ción de pro­to­co­los a las ase­gu­ra­do­ras que blan­quean el geno­ci­dio en con­tra­tos de deri­va­dos. A tra­vés del ras­treo de acti­vos, la rena­cio­na­li­za­ción y la deca­pi­ta­ción del pre­su­pues­to negro. Áfri­ca mere­ce una equi­dad reta­lia­to­ria en los mer­ca­dos negros que cons­tru­yó con su pro­pia sangre.

Los cir­cui­tos están mapea­dos, las cáma­ras aco­ra­za­das son cono­ci­das y cada ter­mi­nal de saqueo pue­de ser ras­trea­da, por libro mayor, laten­cia o liquidación.

Tho­mas Keith

21 de junio de 2025

Fuen­te: https://x.com/iwasnevrhere_/status/1936246144331395157https://x.com/iwasnevrhere_/status/1936249276293693571

  1. El Pro­ce­so de Kum­ber­ley es un sis­te­ma inter­na­cio­nal de cer­ti­fi­ca­ción dise­ña­do para evi­tar que los dia­man­tes de con­flic­to, tam­bién cono­ci­dos como dia­man­tes de gue­rra, entren en el mer­ca­do legal de dia­man­tes. Se pre­pa­ró para inten­tar garan­ti­zar a los clien­tes que no esta­ban finan­cian­do gue­rra ni abu­sos de los dere­chos huma­nos con la com­pra de dia­man­tes (nota de Boltxe).
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