Se man­tie­ne la mayo­ría a favor de un nue­vo refe­rén­dum de inde­pen­den­cia – La otra Andalucía

¡Es la cri­sis en el Rei­no Des­uni­do! Pri­me­ro en la cri­sis sani­ta­ria, el Rei­no Uni­do es el pri­mer país euro­peo en tér­mi­nos de víc­ti­mas mor­ta­les, la ges­tión de la cri­sis es cada vez más cri­ti­ca­da a pesar de la alta popu­la­ri­dad ini­cial de Boris John­son. A esta pri­me­ra cri­sis se agre­ga una cri­sis polí­ti­ca, un escán­da­lo que no se cal­ma: el ase­sor espe­cial del gobierno Domi­nic Cum­mings rom­pió dos veces las reglas de con­ten­ción. Mien­tras que un con­ti­nuo cer­co se estre­cha sobre él con peti­cio­nes de renun­cia ante el desas­tre, este últi­mo se nie­ga a renun­ciar y Boris John­son no ve nin­gún pro­ble­ma en par­ti­cu­lar en este asunto.

Todas estas ten­sio­nes pare­cen mos­trar una dis­tor­sión cre­cien­te entre la vie­ja Ingla­te­rra y las otras nacio­nes cons­ti­tu­yen­tes del Rei­no Uni­do. Es en este con­tex­to que BBC Scotland lan­zó una encues­ta (1.006 encues­ta­dos) el 28 de mayo sobre el futu­ro del país de Robert The Bru­ce. El resul­ta­do es final. El 63% de los esco­ce­ses quie­re un nue­vo refe­rén­dum, el 34% en dos años, el 19% en dos a cin­co años y el 10% en más de cin­co años.

Es un duro gol­pe para los uni­nois­tas que “espe­ra­ban” que la cri­sis sani­ta­ria for­ta­le­cie­ra los lazos entre los bri­tá­ni­cos. Espe­cial­men­te des­pués del lan­za­mien­to en enero de una encues­ta en Esco­cia por You­gov que expre­só que el 44% de los esco­ce­ses que­ría un nue­vo refe­rén­dum en 2025.

Para un por­ta­voz del SNP, esta encues­ta expre­sa cla­ra­men­te el apo­yo cre­cien­te y mayo­ri­ta­rio a un nue­vo refe­rén­dum. Agre­ga que el tra­ba­jo en este refe­rén­dum está actual­men­te sus­pen­di­do debi­do a la cri­sis, pero que al final son los esco­ce­ses quie­nes deci­di­rán el futu­ro de Esco­cia y no Boris Johnson.

Y otro gol­pe a la cau­sa unio­nis­ta, los con­ser­va­do­res esco­ce­ses se están diso­cian­do cada vez más de los con­ser­va­do­res ingle­ses. Dou­glas Ross, Secre­ta­rio de Esta­do de Esco­cia, fue el pri­mer minis­tro en dimi­tir en el escán­da­lo de Cum­mings, y otros par­la­men­ta­rios con­ser­va­do­res esco­ce­ses tam­bién están pidien­do su renun­cia. Algu­nos obser­va­do­res polí­ti­cos ven que se ave­ci­na una rup­tu­ra entre con­ser­va­do­res esco­ce­ses e ingle­ses, que ya había apa­re­ci­do con el Bre­xit y con los des­acuer­dos entre John­son y el ex jefe de los con­ser­va­do­res esco­ce­ses Ruth David­son. Si bien estos son fer­vien­tes defen­so­res de la uni­dad del Rei­no Uni­do, una rup­tu­ra con­su­ma­da con sus socios ingle­ses podría ser un duro gol­pe para la cau­sa unionista.

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