Kaixo Daniel!
Han pasado ya diez años desde que los herederos del Duque de Ahumada te secuestraran en casa de aita y ama, que te llevaran de tu barrio para muchos años en aquel patrol. Recuerdo como te sacaban del portal, esposado, agarrado de los brazos, pero con la cabeza bien alta. En aquella mirada había preocupación pero a la vez radiabas dignidad.
Aquellos hechos no me sorprendieron para nada, ni el hecho de que llevases la lucha a su estadio superior, como tampoco tu comportamiento ejemplar en el cuartel, golpeándote tu mismo contra las paredes antes que caer en el juego de los torturadores.
Diez años han pasado ya desde que estás encerrado en las mazmorras del estado fascista y mira todo lo que te ha pasado, mira lo cargada que llevas la mochila.
Sí Daniel, tras estos últimos diez años la carga que portas en tu mochila es enorme, por ser el primero que, por primera vez de forma pública, reafirmándote en la línea de resistencia y oponiéndote a la claudicación impuesta por los dirigentes liquidacionistas de la denominada «Nueva Izquierda Abertzale», tomaste la decisión de permanecer con firmeza en el mismo campo de lucha que te llevó a esas mazmorras. Esto te costó la retirada de tu foto de los espacios sociales que quedaron bailando al son de los nuevos aires conciliadores y reformistas; el veto que trataron de imponer a tu nombre y existencia; el intento de aislar y boicotear en Errekalde, tu propio barrio, a quien osase apoyarte o promover cualquier iniciativa solidaria; dirigiéndose de manera rastrera a tu familia en vez de acudir a ti; etc. Imposible de olvidar el mazazo que supuso, sin esperarlo, la pérdida de aquel pequeño-gran hombre, tu aita, a cuyo espléndido corazón le resultó imposible de soportar todo aquello que os hicieron pasar entre viejos enemigos y antiguos «compañeros». Imposible pasar por alto el haber vivido, en toda su crudeza, en toda su dimensión, en el mismo módulo, a escasos metros de su celda, escuchando sus gritos, como Xabi ponía fin a su vida. Aquellos días te dejaron barrido y siempre los llevarás en lo más profundo de ti.
Porque con incertidumbre, nerviosismo y mucha preocupación viviste aquellas primeras semanas en las que aquella pequeñísima y todavía frágil forma de vida, tu hijo, pasó a formar parte de ti para siempre.
Por la angustia que pasaste aquel mes en el que Patxi puso encima de la mesa su vida, enfrentándose a tumba abierta a todo el estamento penitenciario por unas condiciones de vida más dignas en prisión.
Y por lo duro e intenso que fue para ti estar durante veinte horas al día, incluso a las noches, durante semanas, junto a Txikito, en su última huelga de hambre y sed. Nuevamente, volviste a estar a la altura, como en toda tu trayectoria vital y militante, tan íntegro, tan puramente humano.
Daniel, ya sabes que no vivo de nostalgias de bonitos tiempos pasados vividos juntos. Como bien sabes vivo el presente y me enorgullece ser tu amigo, seguir creciendo contigo, continuar viviéndote y conociéndote por encima de muros y distancias. A corazón abierto y con los ojos humedecidos te digo: te quiero.
Para mí, sobre todo, es un honor ser camaradas. Habiendo roto definitivamente y en todos los aspectos, también con las ataduras mentales, con toda aquella casa común interclasista que tanto nos dio y tanto nos quitó, a la que tanto entregamos y cuya liquidación tan duras como clarificadoras lecciones nos ha ido aportando, nos hemos envuelto en nuestra bandera, la Bandera Roja; agarrándonos con fuerza a la afilada hoz y al duro martillo reflejados en ella; sintiendo en lo más hondo nuestra única patria, la clase obrera; partiendo de la autocrítica a nuestra trayectoria anterior, avanzando por medio del estudio hacia el marxismo-leninismo, abrazándonos a él como guía para la acción y situándonos, negociando con la dialéctica histórica, donde siempre teníamos que haber estado.
Daniel, todavía nos queda un largo, duro y escarpado camino por recorrer, pero somos optimistas porque sabemos que la clase obrera, la cual es nuestra base y nuestra meta, es la fuerza histórica que está llamada a enterrar al capitalismo y edificar el socialismo, estadio anterior y transitorio a la sociedad sin clases sociales, el comunismo.
Daniel, confío plenamente en que, antes de los treinta años que te quedan en esas mazmorras, alcancemos la libertad de todos los presos y todas las presas políticas comunistas y antifascistas y la amnistía total. No cejaremos en el empeño.
No quiero pasar por alto tu última carta pública, en la que dejando en su sitio al chovinismo patriotero, te posicionaste de forma implacable, fiel a los principios leninistas, por la autodeterminación de las naciones oprimidas, dejando claro que el enemigo de la clase obrera de Euskal Herria es el mismo estado fascista que oprime a los obreros y las obreras catalanas, gallegas, andaluzas, castellanas, asturianas, aragonesas, extremeñas, etc., y haciendo tuya la máxima bolchevique, de que la clase obrera de Euskal Herria, anteponiendo sus intereses de clase a todo lo demás, sin atarse de pies y manos a una única opción, decidirá que tipo de relación mantener con otras naciones y pueblos.
Amnistia, Autodeterminazioa eta Sozialismoa.
Por la justicia, por el comunismo.
Lagun bat
26 de febrero de 2021
P.D.: Ya sé que hacer pública esta carta no será de tu agrado. Siempre has querido pasar desapercibido y has sido un ejemplo de ello. Pero hace diez años, tu condición cambió, tu nombre saltó a la palestra y desde entonces, ya no existes solo para familiares y amigos, ya no eres uno más, te has convertido en referente, eres ejemplo para todas nosotras y la nueva generación de revolucionarias y antifascistas que se está incorporando a la lucha. Eres un militante revolucionario del proletariado, preso político consciente cuya condición e identidad permanecen inmutables.