¿Un plan Marshall para Ucrania?

La Gran Rece­sión de 2008 – 2009 fue un pun­to de infle­xión para la estra­te­gia glo­bal de Esta­dos Uni­dos. Has­ta enton­ces, el obje­ti­vo gene­ral era «com­pro­me­ter» impor­tan­tes poten­cias eco­nó­mi­cas como Rusia y Chi­na. A lo lar­go de la déca­da de 1990 en ade­lan­te, el gobierno de Esta­dos Uni­dos pre­sio­nó para que sus eco­no­mías se abrie­ran a las mul­ti­na­cio­na­les y los ban­cos de «Occi­den­te». Estas eco­no­mías lue­go cre­ce­rían y comer­cia­rían, pero al hacer­lo tam­bién pro­por­cio­na­rían la expan­sión de las ganan­cias glo­ba­les que el impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se nece­si­ta­ba a medi­da que la ren­ta­bi­li­dad inter­na comen­za­ba a dis­mi­nuir. La «glo­ba­li­za­ción»1 apro­ve­cha­ría la mano de obra bara­ta y los nue­vos mer­ca­dos en Chi­na y el res­to del Sur Glo­bal que se había expan­di­do con­si­de­ra­ble­men­te des­de prin­ci­pios de la déca­da de 1980, bajo esta polí­ti­ca de «com­pro­mi­so». No fue casua­li­dad que el Ban­co Mun­dial publi­ca­ra un infor­me en 20132 en el que pedía a Chi­na que avan­za­ra rápi­da­men­te hacia una «eco­no­mía de mer­ca­do» total.

Pero la Gran Rece­sión cam­bió todo eso. Que­dó cla­ro para los estra­te­gas esta­dou­ni­den­ses que, si bien la glo­ba­li­za­ción tra­jo ganan­cias adi­cio­na­les, tam­bién con­du­jo a una expan­sión eco­nó­mi­ca mucho más rápi­da de paí­ses como Rusia, Chi­na y el este de Asia. El pro­ble­ma aquí era que se esta­ba vol­vien­do cla­ro que paí­ses como Chi­na y Rusia (pero par­ti­cu­lar­men­te Chi­na) no esta­ban pre­pa­ra­dos para jugar a la pelo­ta con el impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se y sus mul­ti­na­cio­na­les. Rusia bus­có vin­cu­lar­se con Euro­pa y sepa­rar­la del Rei­no Uni­do y de Esta­dos Uni­dos; mien­tras que Chi­na bus­ca­ba riva­li­zar con Esta­dos Uni­dos en tec­no­lo­gía y exten­der su influen­cia por todo el sur glo­bal. El capi­ta­lis­mo esta­dou­ni­den­se se hun­dió duran­te la Gran Rece­sión y las eco­no­mías capi­ta­lis­tas avan­za­das se arras­tra­ron des­pués duran­te la Lar­ga Depre­sión de la déca­da de 2010. Mien­tras tan­to, Chi­na cre­ció rápi­da­men­te y Rusia tam­bién aumen­tó sus expor­ta­cio­nes de ener­gía y mine­ra­les. Esto fue dema­sia­do. Había que hacer algo para poner en su lugar a estas poten­cias eco­nó­mi­cas riva­les. Se eli­mi­nó «com­pro­mi­so» por «con­ten­ción».

Bajo la admi­nis­tra­ción de Trump, Esta­dos Uni­dos bus­có ais­lar a Chi­na con aran­ce­les y prohi­bi­cio­nes sobre pro­duc­tos y empre­sas chi­nas3. Insis­tió en que Euro­pa comien­ce a pagar por una expan­sión de la OTAN y armas en Euro­pa. Bajo Biden, esa polí­ti­ca se amplió para res­pal­dar a cual­quier par­ti­do pro-occi­den­tal y nacio­na­lis­ta con­tra Rusia. El obje­ti­vo era incluir en la OTAN a todos los paí­ses a lo lar­go de las fron­te­ras de Rusia, la mayo­ría de los cua­les esta­ban ansio­sos por apro­ve­char la supues­ta pros­pe­ri­dad eco­nó­mi­ca de la Unión Euro­pea y la «pro­tec­ción» del con­trol ruso con la OTAN. Esto ha cul­mi­na­do en el con­flic­to de Ucrania.

Ucra­nia aho­ra está sien­do des­trui­da por los bom­bar­deos y las armas rusas. Miles han muer­to, millo­nes han sido des­pla­za­dos y/​o han hui­do del país. La base eco­nó­mi­ca del país está sien­do ani­qui­la­da. Antes de la gue­rra, Ucra­nia ya era un país muy pobre con un PIB real de solo 160 mil millo­nes de dóla­res esta­dou­ni­den­ses. Antes de que ter­mi­ne esta gue­rra, y pare­ce que dura­rá años, no sema­nas ni meses, ese PIB se redu­ci­rá al menos a la mitad.

Fuen­tes ucra­nia­nas esti­man el cos­to de res­tau­ra­ción de infra­es­truc­tu­ra4: finan­cia­ción del esfuer­zo béli­co (muni­cio­nes, armas, etc.); pér­di­das de exis­ten­cias de vivien­das, bie­nes raí­ces comer­cia­les, com­pen­sa­ción por muer­te y lesio­nes, cos­tos de reasen­ta­mien­to, apo­yo a los ingre­sos, etc.) y pér­di­da de ingre­sos actua­les y futu­ros entre 500 mil millo­nes de dóla­res y 1,000 mil millo­nes de dóla­res. El Ban­co Mun­dial esti­ma que el stock de capi­tal pro­du­ci­do per cápi­ta de Ucra­nia en 2014 fue de apro­xi­ma­da­men­te 25.000 dóla­res, lo que equi­va­le a apro­xi­ma­da­men­te 1,1 billo­nes de dóla­res a nivel agre­ga­do. Los pri­me­ros infor­mes de fun­cio­na­rios guber­na­men­ta­les y líde­res empre­sa­ria­les sugie­ren que entre el 30% y el 50% de ese stock de capi­tal ha sido des­trui­do o daña­do gra­ve­men­te. Supo­nien­do una des­truc­ción del 40%, el cos­to ascien­de a 440 mil millo­nes de dóla­res. Ade­más, supo­nien­do un cos­te de 10.000 euros por refu­gia­do (por año), el cos­te de finan­ciar a 5 millo­nes de refu­gia­dos duran­te un año es de 50.000 millo­nes de euros, o el 0,35 % del PIB de la Unión Euro­pea. Enton­ces, res­tau­rar la eco­no­mía de Ucra­nia y recons­truir­la pro­ba­ble­men­te cues­te un míni­mo de 500 mil millo­nes de dóla­res, diga­mos duran­te los pró­xi­mos cin­co años. Eso es apro­xi­ma­da­men­te el 1,0 % del PIB de la Unión Euro­pea al año o el 0,75 % del PIB del G‑7, como mínimo.

¿Deci­di­rá Occi­den­te en su sabi­du­ría que vale la pena gas­tar esa can­ti­dad de dine­ro para finan­ciar el esfuer­zo béli­co de Ucra­nia inde­fi­ni­da­men­te, apo­yan­do a su pobla­ción y recons­tru­yen­do el país como un baluar­te de la OTAN con­tra Rusia? Pare­ce que es así. Ucra­nia se está con­vir­tien­do en la pie­dra de toque de la polí­ti­ca de con­ten­ción glo­bal de Esta­dos Uni­dos. El pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, Biden, ya está pre­sio­nan­do al Con­gre­so de Esta­dos Uni­dos para que acep­te 30 mil millo­nes de dóla­res en apo­yo de Ucra­nia. Pero se nie­ga a can­ce­lar o redu­cir la deu­da de los estu­dian­tes que aho­ra alcan­za los 1,8 billo­nes de dóla­res. La polí­ti­ca inter­na­cio­nal es más impor­tan­te que ayu­dar a los jóve­nes esta­dou­ni­den­ses a obte­ner una educación.

Por ejem­plo, esto es lo que dijo Mar­tin Sand­bu, el colum­nis­ta key­ne­siano del FT: «La Unión Euro­pea, que debe­ría asu­mir la mayor par­te de esto (y apo­yar el ali­vio radi­cal de la deu­da de Kiev como con la Ale­ma­nia de la pos­gue­rra) no debe­ría ver esto como un gas­to. Se con­tra­ta­rán empre­sas de la Unión Euro­pea para infra­es­truc­tu­ra, cons­truc­ción de vivien­das, trans­por­te y más, pero debe­rían trans­fe­rir com­pe­ten­cias pro­fe­sio­na­les y tec­no­lo­gía a los ucra­nia­nos. Más allá de esto, es una inver­sión en los valo­res de Euro­pa y su segu­ri­dad. Atrae­ría fir­me­men­te a 44 millo­nes de per­so­nas al redil demo­crá­ti­co libe­ral y a la eco­no­mía social de mer­ca­do, un logro his­tó­ri­co que riva­li­za con la reuni­fi­ca­ción del con­ti­nen­te pos­te­rior a la gue­rra fría y el pro­pio Plan Marshall».

¿Esta­dos Uni­dos y Euro­pa irán más allá y opta­rán por lo que podría lla­mar­se un Plan Marshall para Ucra­nia? El Plan Marshall (ofi­cial­men­te el Pro­gra­ma Euro­peo de Recu­pe­ra­ción, ERP) fue una ini­cia­ti­va esta­dou­ni­den­se pro­mul­ga­da en 1948 para pro­por­cio­nar ayu­da exte­rior a Euro­pa occi­den­tal. La ini­cia­ti­va lle­va el nom­bre del Secre­ta­rio de Esta­do de Esta­dos Uni­dos, Geor­ge C. Marshall. Esta­dos Uni­dos trans­fi­rió más de 13 mil millo­nes de dóla­res en pro­gra­mas de recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca a las eco­no­mías de Euro­pa occi­den­tal des­pués del final de la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Los obje­ti­vos eran recons­truir las regio­nes devas­ta­das por la gue­rra, eli­mi­nar las barre­ras comer­cia­les para las mul­ti­na­cio­na­les de Esta­dos Uni­dos, moder­ni­zar la indus­tria, mejo­rar la pros­pe­ri­dad euro­pea y así pre­ve­nir la pro­pa­ga­ción del comu­nis­mo. El obje­ti­vo decla­ra­do de Geor­ge Marshall en su dis­cur­so de 1947 fue «per­mi­tir el sur­gi­mien­to de con­di­cio­nes polí­ti­cas y socia­les en las que pue­dan exis­tir ins­ti­tu­cio­nes libres».

¿Cómo se com­pa­ra el Plan Marshall con el cos­to de un plan de ayu­da para Ucra­nia? Bueno, 13.000 millo­nes de dóla­res en 1948 eran alre­de­dor del 1,1 % del PIB de Esta­dos Uni­dos en ese momen­to y equi­va­len a unos 130.000 millo­nes de dóla­res aho­ra. Enton­ces, cual­quier Plan Marshall para Ucra­nia ten­dría que entre­gar el doble de eso, com­par­ti­do entre Esta­dos Uni­dos y Euro­pa. El plan de 1948 se com­po­nía tan­to de sub­ven­cio­nes como de prés­ta­mos. La ayu­da repre­sen­tó alre­de­dor del 3% del PIB com­bi­na­do de los paí­ses recep­to­res entre 1948 y 1951, lo que sig­ni­fi­có un aumen­to en el cre­ci­mien­to del PIB de menos del medio por cien­to. Ucra­nia nece­si­ta­rá mucho más.

Lo que real­men­te revi­vió las eco­no­mías capi­ta­lis­tas de Euro­pa a par­tir de 1948 no fue tan­to el Plan Marshall, sino la aper­tu­ra de los mer­ca­dos euro­peos para las indus­trias de Euro­pa, que podrían expan­dir­se en fun­ción de una mano de obra muy bara­ta y abun­dan­te des­pués de la gue­rra y la capa­ci­dad de com­prar la últi­ma tec­no­lo­gía. ¿Es ese el camino a seguir para una Ucra­nia débil y des­trui­da? Solo si los ucra­nia­nos pue­den vivir con sala­rios extre­ma­da­men­te bajos y espe­rar poco de los ser­vi­cios públi­cos, mien­tras los capi­ta­lis­tas de Ucra­nia (que solían lla­mar­se «oli­gar­cas») y las mul­ti­na­cio­na­les esta­dou­ni­den­ses y euro­peas se apo­de­ran de la base de recur­sos natu­ra­les de Ucrania.

Pero pare­ce que Esta­dos Uni­dos (y Euro­pa con más renuen­cia) están pre­pa­ra­dos para gas­tar dine­ro en efec­ti­vo para res­tau­rar com­ple­ta­men­te a Ucra­nia como un Esta­do pro-occi­den­tal para debi­li­tar a la Rusia de Putin. La mayo­ría de los his­to­ria­do­res con­si­de­ran que las ganan­cias polí­ti­cas del capi­ta­lis­mo des­pués de 1945 del Plan Marshall fue­ron inclu­so más impor­tan­tes que las eco­nó­mi­cas direc­tas. Euro­pa se man­tu­vo a sal­vo del comu­nis­mo. De hecho, la CIA reci­bió el 5% de los fon­dos del Plan Marshall (unos 685 millo­nes de dóla­res repar­ti­dos en seis años), que uti­li­zó para finan­ciar ope­ra­cio­nes secre­tas en el exte­rior. A tra­vés de la Ofi­ci­na de Coor­di­na­ción de Polí­ti­cas, el dine­ro se des­ti­nó al apo­yo de sin­di­ca­tos proem­pre­sas y perió­di­cos anti­co­mu­nis­tas, gru­pos de estu­dian­tes, artis­tas e intelectuales.

En un aná­li­sis del Plan Marshall, los key­ne­sia­nos Brad­ford DeLong y Barry Eichen­green con­clu­ye­ron que: «No era lo sufi­cien­te­men­te gran­de como para haber ace­le­ra­do sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te la recu­pe­ra­ción finan­cian­do la inver­sión, ayu­dan­do a la recons­truc­ción de la infra­es­truc­tu­ra daña­da o ali­vian­do los cue­llos de bote­lla de los pro­duc­tos bási­cos. Argu­men­ta­mos, sin embar­go, que el Plan Marshall desem­pe­ñó un papel impor­tan­te en la pre­pa­ra­ción del esce­na­rio para el rápi­do cre­ci­mien­to de la Euro­pa occi­den­tal pos­te­rior a la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Las con­di­cio­nes adjun­tas a la ayu­da del Plan Marshall empu­ja­ron a la eco­no­mía polí­ti­ca euro­pea en una direc­ción que dejó sus «eco­no­mías mix­tas» pos­te­rio­res a la Segun­da Gue­rra Mun­dial con más «mer­ca­do» y menos «con­tro­les».

En cuan­to a Ucra­nia, no es el final del cos­to para Occi­den­te. Esta­dos Uni­dos aho­ra insis­te en que Euro­pa rom­pa con la uti­li­za­ción del petró­leo y el gas rusos. Eli­mi­nar eso, tan rápi­do como a fines de este año, le supon­drá a Euro­pa pre­cios de ener­gía más altos y una ofer­ta más baja. Eso impli­ca­rá sacar otro 0,5% del PIB de la eco­no­mía euro­pea, que ya se diri­ge hacia una rece­sión. Inevi­ta­ble­men­te, eso obli­ga­rá a los gobier­nos a expan­dir sus gas­tos, tan­to en armas para cum­plir con los nue­vos com­pro­mi­sos de la OTAN como en «zanaho­ria» a medi­da que aumen­ta el desempleo.

Una vez más, esta­mos en un momen­to en que la deu­da públi­ca en rela­ción al PIB en la mayo­ría de las eco­no­mías está en su pun­to más alto des­de que comen­zó el Plan Marshall. Según el FMI, la deu­da del gobierno mun­dial con res­pec­to al PIB se sitúa en el 97%, un 20% más que en 2017, y se pre­vé que siga sien­do mucho más alta en 2027 que en 2019 antes de la pan­de­mia de COVID. En las eco­no­mías capi­ta­lis­tas avan­za­das, la deu­da públi­ca en rela­ción con el PIB superó el 120% en 2020, con una deu­da bru­ta de Esta­dos Uni­dos del 134%. Si inclu­ye la deu­da del sec­tor pri­va­do, enton­ces la deu­da glo­bal alcan­zó el 290% del PIB en 2021, un 40% más que en 2001. Y el pro­nós­ti­co del FMI para 2027 no tie­ne en cuen­ta un Plan Marshall para Ucra­nia y el aumen­to de poten­cia de la OTAN.

Hay un gran pre­cio a pagar por los tra­ba­ja­do­res de Occi­den­te para sal­var a Ucra­nia de la domi­na­ción rusa y abrir el país a las mul­ti­na­cio­na­les occi­den­ta­les. Pero a los estra­te­gas del capi­tal les pare­ce que es un pre­cio que vale la pena que paguen los tra­ba­ja­do­res de Euro­pa y Esta­dos Uni­dos, con más cos­tos por venir al tra­tar con Chi­na duran­te el res­to de esta década.

Por supues­to, la car­ga de la finan­cia­ción de Ucra­nia podría redu­cir­se si las poten­cias occi­den­ta­les orde­nan la incau­ta­ción de las reser­vas de divi­sas rusas en el extran­je­ro como repa­ra­ción para Ucra­nia, lo que podría valer unos 400.000 millo­nes de dóla­res. Pero enton­ces ese sería otro esca­lón en la esca­le­ra hacia la con­fron­ta­ción abier­ta con poten­cias resis­ten­tes como Chi­na. No es de extra­ñar que esta sema­na los líde­res chi­nos dis­cu­tie­ran cómo pro­te­ger sus 3 billo­nes de dóla­res de reser­vas de divi­sas con­tra la incau­ta­ción por par­te de las poten­cias occidentales.

Michael Robert

2 de mayo de 2022

Fuen­te: https://thenextrecession.wordpress.com/2022/05/02/a‑marshall-plan-for-ukraine/

  1. https://​boltxe​.eus/​2​0​2​2​/​0​5​/​0​3​/​h​a​-​t​e​r​m​i​n​a​d​o​-​l​a​-​g​l​o​b​a​l​i​z​a​c​i​on/
  2. https://​www​.world​bank​.org/​c​o​n​t​e​n​t​/​d​a​m​/​W​o​r​l​d​b​a​n​k​/​d​o​c​u​m​e​n​t​/​C​h​i​n​a​-​2​0​3​0​-​c​o​m​p​l​e​t​e​.​pdf
  3. https://​the​nex​tre​ces​sion​.word​press​.com/​2​0​1​8​/​0​4​/​0​4​/​t​r​u​m​p​-​t​r​a​d​e​-​a​n​d​-​t​h​e​-​t​e​c​h​-​w​ar/
  4. https://​cepr​.org/​s​i​t​e​s​/​d​e​f​a​u​l​t​/​f​i​l​e​s​/​n​e​w​s​/​B​l​u​e​p​r​i​n​t​R​e​c​o​n​s​t​r​u​c​t​i​o​n​U​k​r​a​i​n​e​.​pdf

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