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La nece­si­dad de la abs­ten­ción con­tra el euroimperialismo

Com­pa­ñe­ras y com­pa­ñe­ros de Salo­bre­ña, de Anda­lu­cía ente­ra y de los pue­blos obre­ros de Euro­pa reu­ni­dos en este acto de masas del 7 de junio: Nos implo­ran los gran­des capi­ta­lis­tas que les vote­mos en las elec­cio­nes euro­peas del pró­xi­mo 9 de junio por­que, según su pro­pa­gan­da, es mucho lo que está en jue­go… para ellos. Nos piden que esta vez sí les crea­mos cuan­do nos pro­me­ten de todo, y que olvi­de­mos el empo­bre­ci­mien­to y las res­tric­cio­nes demo­crá­ti­cas que esta­mos sufrien­do en estos últi­mos cin­co años, por­que ase­gu­ran que la Unión Euro­pea no es la res­pon­sa­ble. Nos dicen que el nues­tro es un voto impres­cin­di­ble para con­te­ner el avan­ce del fas­cis­mo, para derro­tar­lo antes de que se apo­de­re de las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas. Sos­tie­nen que está en jue­go la «demo­cra­cia euro­pea» some­ti­da a tres peli­gro­sos ata­ques: el del fas­cis­mo, el del «impe­ria­lis­mo ruso» y el de retro­ce­so socio­eco­nó­mi­co en el mer­ca­do mun­dial. Nos ase­gu­ran que nues­tro voto es la garan­tía de que, por fin, empe­ce­mos a cami­nar hacia la «jus­ti­cia social» y la «liber­tad».

Es todo fal­so. En reali­dad, la Unión Euro­pea es un apén­di­ce del impe­ria­lis­mo yan­qui, con cier­ta auto­no­mía en cues­tio­nes de segun­da o de ter­ce­ra cate­go­ría tenien­do en cuen­ta los gra­ves pro­ble­mas que minan des­de su inte­rior al capi­ta­lis­mo occi­den­tal. Pero en los temas deci­si­vos, prio­ri­ta­rios para la gran bur­gue­sía anglo­sa­jo­na la Unión Euro­pea no tie­ne la míni­ma auto­no­mía fren­te al poder omní­vo­ro de Walt Street, del Pen­tá­gono y de Washing­ton. Pero no crea­mos que las bur­gue­sías euro­peas quie­ren inde­pen­di­zar­se de Esta­dos Uni­dos, al con­tra­rio saben que le nece­si­tan para no hun­dir­se defi­ni­ti­va­men­te en lo hon­do de la com­pe­ten­cia internacional.

La Unión Euro­pea es el ter­cer esla­bón de la cade­na impe­ria­lis­ta: el pri­me­ro es el for­ma­do por Esta­dos Uni­dos, Gran Bre­ta­ña, el ente sio­nis­ta lla­ma­do «Israel» y Aus­tra­lia; el segun­do es Japón y Corea del Sur; el ter­ce­ro es la Unión Euro­pea. Por su ubi­ca­ción en el occi­den­te de Eura­sia, la Unión Euro­pea es el bra­zo socio­po­lí­ti­co de la OTAN en su gue­rra de des­gas­te con­tra Rusia para sos­te­ner a dic­ta­du­ra ucro­na­zi diri­gi­da por Zelens­ki en pre­pa­ra­ción de un con­flic­to más gene­ra­li­za­do con­tra Chi­na Popu­lar y gran par­te del mun­do. La Unión Euro­pea es, por ello, la base fun­da­men­tal para rear­mar y legi­ti­mar al régi­men sio­nis­ta en su geno­ci­dio con­tra Pales­ti­na; tam­bién es el sar­gen­to chus­que­ro para y con­tro­lar el Medi­te­rrá­neo, ayu­dar a Marrue­cos con­tra el pue­blo saha­raui, ame­na­zar a Arge­lia y por exten­sión al Sahel, y enca­de­nar a Andalucía.

Tam­bién, y de cara a las nacio­nes tra­ba­ja­do­ras encar­ce­la­das en sus barro­tes, la Unión Euro­pea es el ins­tru­men­to por exce­len­cia para inten­si­fi­car la cen­tra­li­za­ción y con­cen­tra­ción de capi­ta­les alre­de­dor de la bur­gue­sía del nor­te de Euro­pa, de Ale­ma­nia sobre todo, en detri­men­to de las dos zonas adya­cen­tes, la de las cla­ses tra­ba­ja­do­ras del Esta­do fran­cés, de Ita­lia y de muchas zonas del Este y, la más explo­ta­da, la del sur, la anda­lu­za, por ejem­plo. Y es que den­tro de la Unión Euro­pea tam­bién hay una cade­na subim­pe­ria­lis­ta que saquea, trans­fie­re valor hacia el nor­te al capi­tal trans­na­cio­nal y yan­qui, y con­de­na a la nación anda­lu­za a la pobre­za. En estos últi­mos cin­co años, la Unión Euro­pea y su Par­la­men­to han cum­pli­do fiel­men­te las órde­nes del capi­tal en sus pla­nes estra­té­gi­cos: el últi­mo, el más recien­te, es el del rear­me inten­si­vo, el de reins­tau­rar el ser­vi­cio mili­tar bur­gués obli­ga­to­rio. Hay que orga­ni­zar la gue­rra en Euro­pa con­tra Eura­sia en bene­fi­cio del dólar y de la libra esterlina.

El Par­la­men­to Euro­peo, al que quie­ren que vote­mos, es la facha­da que ocul­ta la fábri­ca de muer­te que están mon­tan­do sobre una reali­dad social empo­bre­ci­da, limi­ta­da cada vez más en sus dere­chos y lle­na a rebo­sar de poli­cías, mili­ta­res y jue­ces de dere­chas. Nos dicen que si avan­za el fas­cis­mo es por nues­tra res­pon­sa­bi­li­dad, no por la de los silen­cios y con­ce­sio­nes que ese Par­la­men­to hace a dia­rio. La his­to­ria nos ense­ña que el fas­cis­mo avan­za en la medi­da en que no encuen­tra resis­ten­cia popu­lar, en don­de no tie­ne que enfren­tar­se a un pro­le­ta­ria­do cons­cien­te y orga­ni­za­do para ven­cer­le y derro­tar­le. Des­de hace dos déca­das el fas­cis­mo se ha recom­pues­to y cre­ci­do a la som­bra de la pasi­vi­dad de las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas, de su Par­la­men­to sobre todo.

La mejor mane­ra de derro­tar al fas­cis­mo es crear una fle­xi­ble, exten­sa y ágil red de orga­ni­za­cio­nes anti­im­pe­ria­lis­tas y anti­fas­cis­tas que sea el embrión de una poten­te fuer­za revo­lu­cio­na­ria inter­na­cio­nal. Los años de exis­ten­cia del Par­la­men­to Euro­peo no han dete­ni­do el rena­ci­mien­to del mons­truo, y menos aún lo han debi­li­ta­do. Seguir votan­do a esta buro­cra­cia es man­te­ner a los pue­blos obre­ros en la sui­ci­da creen­cia de que se pue­de ven­cer al fas­cis­mo des­de den­tro de las ins­ti­tu­cio­nes y pode­res que le han pro­te­gi­do en la som­bra duran­te años, y que aho­ra se nie­gan a enfren­tar­se deci­di­da­men­te a él. Tam­bién es man­te­ner­les en la uto­pía reac­cio­na­ria de que se pue­de aca­bar con el mili­ta­ris­mo, con la OTAN, votan­do a quie­nes lo jus­ti­fi­can y la arman. Por exten­der­nos, votar al Par­la­men­to Euro­peo, al mar­gen de a qué par­ti­do se ele­gi­da, es legi­ti­mar a esa máqui­na de pre­ca­ri­za­ción y auto­ri­ta­ris­mo que es la Unión Europea.

La nación anda­lu­za está ponién­do­se en pie con­tra este Moloch que engor­da con la san­gre de las cla­ses y pue­blos explotados.

Iña­ki Gil de San Vicente

Eus­kal Herria, 30 de mayo de 2024

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