David Har­vey, el regre­so del mar­xis­mo- Raz­mig Keucheyan

Hay una para­do­ja David Har­vey, que nos infor­ma a la vez sobre la obra de Har­vey, y sobre la situa­ción de la crí­ti­ca teó­ri­ca y polí­ti­ca con­tem­po­rá­nea /​1. David Har­vey es en el momen­to actual uno de los teó­ri­cos crí­ti­cos –era geó­gra­fo de for­ma­ción- más cono­ci­dos. Sus obras están tra­du­ci­das en varias len­guas, sus teo­rías son dis­cu­ti­das por los cua­tro rin­co­nes del mun­do. La influen­cia de sus tra­ba­jos se ha hecho notar, ade­más de en la geo­gra­fía, en nume­ro­sas dis­ci­pli­nas, como la socio­lo­gía urba­na, la his­to­ria social, o tam­bién la eco­no­mía política.

Sin embar­go, Har­vey per­te­ne­ce a una corrien­te hoy mino­ri­ta­ria en el pen­sa­mien­to crí­ti­co con­tem­po­rá­neo, es decir, el mar­xis­mo. Tras su pri­me­ra obra con­sa­gra­da a la epis­te­mo­lo­gía de la geo­gra­fía (Expla­na­tion in Geo­graphy, 1969), en la que defien­de una pers­pec­ti­va “posi­ti­vis­ta”, Har­vey no ha deja­do de afir­mar su volun­tad de pro­se­guir, actua­li­zán­do­la, la “crí­ti­ca de la eco­no­mía polí­ti­ca” de Marx. Da fe de ello de la for­ma más bri­llan­te el impo­nen­te libro titu­la­do Limits to Capi­tal, publi­ca­do en 1982. Por otra par­te, se pue­de seña­lar que Har­vey dia­lo­ga en lo esen­cial en su obra con el pro­pio Marx, con el Frie­drich Engels de La situa­ción de la cla­se obre­ra en Ingla­te­rra, pero no con la tra­di­ción mar­xis­ta que vino a con­ti­nua­ción. Lenin, Grams­ci, Buja­rin, Trots­ki… están rela­ti­va­men­te poco pre­sen­tes en su obra. Res­pec­to a esto, la refe­ren­cia a Rosa Luxem­burg y a su con­cep­ción de la acu­mu­la­ción del capi­tal en El nue­vo impe­ria­lis­mo (2003), cuan­do Har­vey ela­bo­ra su teo­ría de la “acu­mu­la­ción por des­po­se­sión”, es algo excepcional.

La cons­ta­ta­ción de la que se pue­de par­tir es pues la siguien­te: uno de los pen­sa­do­res crí­ti­cos más dis­cu­ti­dos y cele­bra­dos en el momen­to actual per­te­ne­ce a una corrien­te mino­ri­ta­ria del pen­sa­mien­to crí­ti­co con­tem­po­rá­neo. ¿Cómo com­pren­der esto?

Duran­te cer­ca de un siglo, diga­mos des­de fina­les del siglo XIX al últi­mo ter­cio del siglo XX, el mar­xis­mo fue el prin­ci­pal len­gua­je en el que se enun­ció la pro­tes­ta polí­ti­ca. Fue la “colum­na ver­te­bral” del pen­sa­mien­to crí­ti­co, pre­sen­te en todos los sec­to­res, des­de la eco­no­mía al femi­nis­mo, pasan­do por la teo­ría de la cul­tu­ra o los plan­tea­mien­tos crí­ti­cos de la cues­tión racial. Por supues­to, la influen­cia del mar­xis­mo no fue la mis­ma en todas par­tes, su pro­fun­di­dad fue varia­ble según los paí­ses y movi­mien­tos. Por otra par­te, el mar­xis­mo se ha carac­te­ri­za­do siem­pre por una gran diver­si­dad, tan­to que los tipos de mar­xis­mo domi­nan­tes según las regio­nes y las épo­cas no han sido los mis­mos. Sin embar­go, esta corrien­te ha sido hege­mó­ni­ca duran­te cer­ca de un siglo, y esto no solo en el movi­mien­to comu­nis­ta (en el sen­ti­do amplio), sino tam­bién por ejem­plo en la social­de­mo­cra­cia, que no ha deja­do de emplear las cate­go­rías del mar­xis­mo, com­bi­nán­do­las con las del keynesianismo.

Hoy, natu­ral­men­te, el mar­xis­mo con­ti­núa exis­tien­do. Se pue­de inclu­so defen­der la idea de que en el plano de la sofis­ti­ca­ción teó­ri­ca, nun­ca ha sido tan intere­san­te como en el momen­to actual. En el terreno del aná­li­sis eco­nó­mi­co, los tra­ba­jos de pen­sa­do­res como Robert Bren­ner o Gio­van­ni Arrighi –con quien Har­vey ha cola­bo­ra­do estre­cha­men­te, y con el que ha publi­ca­do una apa­sio­nan­te entre­vis­ta en la New Left Review en 2009, poco antes de la muer­te de Arrighi /2- no tie­nen equi­va­len­tes. En mate­ria de his­to­ria de las ideas, raros son los auto­res que pue­den riva­li­zar con la eru­di­ción y el sen­ti­do de los pro­ble­mas de un Perry Ander­son. En el terreno de la his­to­ria social y de la geo­gra­fía, auto­res como Mike Davis y el pro­pio Har­vey son muy esti­mu­lan­tes. En cien­cias polí­ti­cas y en teo­ría de las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les, Bene­dict Ander­son, Robert Cox y Leo Panitch, en esti­los dife­ren­tes, escri­ben cosas apa­sio­nan­tes. Habría tam­bién que evo­car, para ser com­ple­to, todo el con­ti­nen­te de los auto­res “post­mar­xis­ta” y “para­mar­xis­tas”: Etien­ne Bali­bar, Alain Badiou, Ernes­to Laclau, Jac­ques Ran­ciè­re, que aún toman­do dis­tan­cias más o menos gran­des con el mar­xis­mo, con­ti­núan sien­do influi­dos por él.

Solo que, si es más apa­sio­nan­te que nun­ca, el mar­xis­mo ha per­di­do la hege­mo­nía inte­lec­tual de que dis­po­nía ante­rior­men­te sobre la izquier­da. No es ya el len­gua­je domi­nan­te en el que se enun­cia la con­tes­ta­ción. Por pri­me­ra vez en su his­to­ria, se ins­cri­be en un modo mino­ri­ta­rio en un con­jun­to más amplio de teo­rías que hay que lla­mar, a fal­ta de algo mejor por el momen­to, el “pen­sa­mien­to crí­ti­co”, una expre­sión vaga don­de las haya. Lo que domi­na en el seno de este últi­mo (en Fran­cia igual que en otras par­tes), es una for­ma de sin­cre­tis­mo “postes­truc­tu­ra­lis­ta”, com­pues­to de con­cep­tos que pro­vie­nen de las obras de Fou­cault, Deleu­ze, Lacan, Bau­dri­llard y algu­nos otros, y que des­de los años 1980 es la nue­va lin­gua fran­ca teó­ri­ca del pen­sa­mien­to crí­ti­co a esca­la mun­dial. La obra de Fra­nçois Cus­set French Theory pro­po­ne una pene­tran­te des­crip­ción de esta lin­gua fran­ca. Este postes­truc­tu­ra­lis­mo es por ejem­plo domi­nan­te hoy en el seno de corrien­tes como los estu­dios post­co­lo­nia­les o los estu­dios cul­tu­ra­les, dos corrien­tes en su ori­gen mar­xis­tas, pero que han evo­lu­cio­na­do con el tiempo.

Enton­ces, ¿cómo expli­car que en un con­tex­to domi­na­do por este sin­cre­tis­mo postes­truc­tu­ra­lis­ta, la obra de Har­vey sea a pesar de todo una de las más reco­no­ci­das y deba­ti­das? ¿Cómo com­pren­der que una obra tan ale­ja­da de este sin­cre­tis­mo haya cir­cu­la­do tan­to? Se pue­den for­mu­lar dos hipó­te­sis. La pri­me­ra es que, anclan­do fir­me­men­te su tra­ba­jo en la este­la de Marx, Har­vey se ha aven­tu­ra­do en el terreno de pro­ble­má­ti­cas típi­ca­men­te postes­truc­tu­ra­lis­tas o “post­mo­der­nas». Es par­ti­cu­lar­men­te el caso en uno de sus libros, el más impor­tan­tes, The Con­di­tion of Post­mo­der­nity (1990). A la lec­tu­ra de ese libro, uno que­da cho­ca­do por la pro­xi­mi­dad temá­ti­ca con otras teo­rías de la post­mo­der­ni­dad (la de Jean-Fra­nçois Lyo­tard por ejem­plo), pero tam­bién por el hecho de que Har­vey no deja estas pro­ble­má­ti­cas intac­tas, las recon­fi­gu­ra de for­ma que las adap­ta a sus opcio­nes teó­ri­cas mar­xis­tas. La idea de “com­pre­sio­nes espa­cio-tem­po­ra­les” (“spa­ce-time com­pres­sions”) que ela­bo­ra inten­ta así com­pren­der algu­nos de los ras­gos esen­cia­les de la cul­tu­ra post­mo­der­na. Har­vey no deja sin embar­go de poner estos ras­gos en rela­ción con una carac­te­rís­ti­ca fun­da­men­tal del sis­te­ma pro­duc­ti­vo capi­ta­lis­ta, a saber, la ace­le­ra­ción cons­tan­te de la “velo­ci­dad de cir­cu­la­ción de las mer­can­cías” (la expre­sión es de Marx) que necesita.

Una segun­da hipó­te­sis es que la atrac­ción por los tra­ba­jos de Har­vey pre­fi­gu­ra una evo­lu­ción a venir en el pen­sa­mien­to crí­ti­co, que es la vuel­ta al mar­xis­mo. Cua­les­quie­ra que sean los méri­tos de Fou­cault, Deleu­ze, Derri­da y de sus here­de­ros postes­truc­tu­ra­lis­tas con­tem­po­rá­neos, la debi­li­dad de esos auto­res se encuen­tra en el hecho de que no dicen nada, o no mucho, sobre el capi­ta­lis­mo como tal. Más pre­ci­sa­men­te, no dicen nada, o no mucho, sobre una carac­te­rís­ti­ca del capi­ta­lis­mo que nos con­cier­ne de for­ma muy impor­tan­te, que es su pro­pen­sión recu­rren­te a atra­ve­sar vio­len­tas cri­sis. Des­de la cri­sis de las sub­pri­mes de 2007 – 2008, hemos entra­do en una cri­sis pro­fun­da del sis­te­ma, que es la mani­fes­ta­ción de una cri­sis lar­va­da de lar­ga dura­ción apa­re­ci­da en los años 1970, y de la que se pue­de decir que el neo­li­be­ra­lis­mo ha sido una ten­ta­ti­va infruc­tuo­sa de resol­ver­la. La cri­sis finan­cie­ra se trans­mi­tió en un pri­mer momen­to a la eco­no­mía lla­ma­da “real” y esta cri­sis eco­nó­mi­ca está ella mis­ma a pun­to hoy de con­ta­mi­nar el cam­po polí­ti­co en su con­jun­to, como se cons­ta­ta por ejem­plo con la cri­sis euro­pea. Hemos entra­do cla­ra­men­te en lo que Grams­ci habría lla­ma­do una “cri­sis orgá­ni­ca”, o “cri­sis del Esta­do en su conjunto”.

Sin embar­go Har­vey, des­de los años 1970, con otros mar­xis­tas con­tem­po­rá­neos, no ha deja­do de inte­rro­gar­se pre­ci­sa­men­te sobre las cri­sis del capi­ta­lis­mo. Su con­cep­to de “spa­tial fix”, desa­rro­lla­do par­ti­cu­lar­men­te en Spa­ces of Capi­tal (2001) no es otra cosa que una for­ma de inten­tar com­pren­der cómo el capi­ta­lis­mo supera pro­vi­sio­nal­men­te sus cri­sis. El capi­ta­lis­mo, dice Har­vey, no pue­de jamás resol­ver ver­da­de­ra­men­te sus cri­sis. Solo pue­de des­pla­zar­las en el espa­cio, relan­zan­do la acu­mu­la­ción del capi­tal en regio­nes en las que las rela­cio­nes capi­ta­lis­tas están aún en esta­do embrio­na­rio –has­ta la lle­ga­da de la pró­xi­ma cri­sis. Esta­ría­mos enton­ces ten­ta­dos de deman­dar a Har­vey lo que pien­sa de este “spa­tial fix” muy par­ti­cu­lar –por­que se acom­pa­ña de una cons­truc­ción polí­ti­ca his­tó­ri­ca­men­te iné­di­ta- que es la cri­sis de la Unión Euro­pea. En cual­quier caso, que la obra de Har­vey encie­rre una teo­ría de las cri­sis sofis­ti­ca­da es lo que la hace más actual que nun­ca, y se pue­de plan­tear la hipó­te­sis de que los deba­tes que la rodean irán pro­fun­di­zán­do­se en los años que vie­nen, a medi­da que se pro­fun­di­ce la cri­sis del capitalismo.

En lo que sigue, que­rría sub­ra­yar tres carac­te­rís­ti­cas (entre otras) del mar­xis­mo de Har­vey, a fin de seña­lar su espe­ci­fi­ci­dad en rela­ción a otras for­mas –pasa­das y actua­les- de mar­xis­mo. En pri­mer lugar, la impor­tan­cia de Har­vey en la car­to­gra­fía del mar­xis­mo con­tem­po­rá­neo da fe del cam­bio del cen­tro de gra­ve­dad de los pen­sa­mien­tos crí­ti­cos en el mun­do anglo­sa­jón. A par­tir de los años 1980 alre­de­dor, los pen­sa­mien­tos crí­ti­cos se con­vier­ten en un asun­to prin­ci­pal­men­te anglo­sa­jón, y par­ti­cu­lar­men­te esta­dou­ni­den­se, por razo­nes que tie­nen que ver a la vez con la poten­cia finan­cie­ra y cul­tu­ral de las uni­ver­si­da­des ame­ri­ca­nas, las derro­tas suce­si­vas del movi­mien­to obre­ro en Euro­pa y evo­lu­cio­nes inter­nas del mar­xis­mo. Esto no sig­ni­fi­ca por supues­to que el mar­xis­mo des­apa­rez­ca de Euro­pa, y tam­po­co en abso­lu­to que todos los mar­xis­tas que tra­ba­jan en los Esta­dos Uni­dos son de ori­gen esta­dou­ni­den­se. Una de las carac­te­rís­ti­cas de las uni­ver­si­da­des ame­ri­ca­nas es haber absor­bi­do, duran­te la segun­da mitad del siglo XX, pen­sa­do­res –par­ti­cu­lar­men­te crí­ti­cos- veni­dos de los cua­tro rin­co­nes del mun­do. Es par­ti­cu­lar­men­te el caso en el terreno de los estu­dios post­co­lo­nia­les, pero no solo. El hecho de que la carre­ra uni­ver­si­ta­ria de Har­vey, que es de ori­gen bri­tá­ni­co, se haya desa­rro­lla­do esen­cial­men­te en la cos­ta este de los Esta­dos Uni­dos es una mues­tra de este hecho.

Un segun­do ras­go dis­tin­ti­vo de los tra­ba­jos de Har­vey es su fuer­te con­te­ni­do empí­ri­co. Una de las carac­te­rís­ti­cas del mar­xis­mo “occi­den­tal” de la segun­da mitad del siglo XX (1924−1968) es su carác­ter rela­ti­va­men­te abs­trac­to. Esta abs­trac­ción es la con­se­cuen­cia de las rela­cio­nes cada vez más dis­ten­di­das que los mar­xis­tas de esa épo­ca man­tie­nen con las orga­ni­za­cio­nes obre­ras de su tiem­po. Los prin­ci­pa­les repre­sen­tan­tes del mar­xis­mo occi­den­tal que son en par­ti­cu­lar Adorno, Sar­tre, Collet­ti, Mar­cu­se, o tam­bién Althus­ser, son todos filó­so­fos, y a menu­do espe­cia­lis­tas en epis­te­mo­lo­gía o esté­ti­ca. Las teo­rías postes­truc­tu­ra­lis­tas que he men­cio­na­do, que son la mayor par­te de las veces debi­das a filó­so­fos o inclu­so pen­sa­do­res que rei­vin­di­can la ape­la­ción de “teó­ri­cos”, vie­nen a refor­zar este “teo­ri­cis­mo” ambien­te en los pen­sa­mien­tos crí­ti­cos contemporáneos.

Har­vey no es cier­ta­men­te hos­til a la teo­ría. Sus razo­na­mien­tos se carac­te­ri­zan a veces por impul­sos ver­ti­gi­no­sos de gene­ra­li­za­ción. Sin embar­go, sus aná­li­sis están siem­pre fir­me­men­te ancla­dos en lo empí­ri­co, ya sea his­tó­ri­co como en Paris, capi­tal de la moder­ni­dad (2003), eco­nó­mi­co, geo­grá­fi­co o socio­ló­gi­co. Este ape­go a lo empí­ri­co es sin duda en par­te una heren­cia de su per­te­nen­cia ori­gi­nal al cam­po de las cien­cias socia­les, y par­ti­cu­lar­men­te la geo­gra­fía. En todo caso, este pun­to acer­ca a Har­vey a la gene­ra­ción de los fun­da­do­res del mar­xis­mo, de Marx a Grams­ci, pasan­do por Engels, Lenin, Rosa Luxem­bur­go o Trotsky, que en su mayor par­te eran mar­xis­tas “occi­den­ta­les”, prác­ti­cos de cien­cias empí­ri­cas. Es un ele­men­to suple­men­ta­rio que hace sin­gu­lar su posi­ción en el cam­po de las teo­rías crí­ti­cas contemporáneas.

Una ter­ce­ra espe­ci­fi­ci­dad de la obra de Har­vey es la crí­ti­ca de la espe­cia­li­za­ción o de la divi­sión del tra­ba­jo inte­lec­tual que la sub­tien­de. Lo que es lla­ma­ti­vo en esta obra, y que la acer­ca tam­bién en eso a los clá­si­cos del mar­xis­mo, es que nin­gún sec­tor de la vida social se le esca­pa. La obra de Har­vey inclu­ye, entre otras cosas, una teo­ría del capi­ta­lis­mo y de sus cri­sis, una teo­ría de la cul­tu­ra post­mo­der­na, una teo­ría de las cla­ses socia­les en su rela­ción con las comu­ni­da­des terri­to­ria­les, una teo­ría del impe­ria­lis­mo, dis­cu­sio­nes más “nor­ma­ti­vas” sobre la jus­ti­cia y el dere­cho a la ciu­dad –y no cito más. En mi opi­nión, el úni­co mar­xis­ta con­tem­po­rá­neo que hace coexis­tir los regis­tros y los terre­nos de esta for­ma, pero de un modo muy dife­ren­te a Har­vey, es Perry Ander­son, cosa que se ve leyen­do por ejem­plo su últi­ma obra con­sa­gra­da a la Unión Euro­pea. Hay pues en Har­vey una nega­ti­va muy cla­ra a la espe­cia­li­za­ción en un úni­co objeto.

Este recha­zo de la espe­cia­li­za­ción no es una coque­te­ría de inte­lec­tua­les que aspi­ra­rían a for­mu­lar una opi­nión sobre todo. Des­de el pun­to de vis­ta mar­xis­ta, hay un fun­da­men­to pre­ci­so. El capi­ta­lis­mo es una tota­li­dad (con­tra­dic­to­ria), cuya lógi­ca se impo­ne a todos los sec­to­res de la vida social. A fin de com­pren­der­lo y de com­ba­tir­lo, es indis­pen­sa­ble situar la crí­ti­ca al nivel mis­mo en que ope­ra el capi­tal, es decir pre­ci­sa­men­te el de la tota­li­dad. La lucha con­tra la frag­men­ta­ción de los sabe­res es por ello un asun­to polí­ti­co de pri­me­ra impor­tan­cia, sin embar­go tan­to más difí­cil de lle­var a cabo en la medi­da en que la divi­sión del tra­ba­jo inte­lec­tual se acen­túa con el tiem­po, como lo mues­tra la his­to­ria de todas las dis­ci­pli­nas cien­tí­fi­cas moder­nas, cien­cias socia­les inclui­das. Uno de los apor­tes deci­si­vos de Har­vey es así mos­trar­nos una for­ma de sub­ver­tir esta espe­cia­li­za­ción. La geo­gra­fía, como repi­te a menu­do el autor del Capi­ta­lis­me con­tre le droit a la ville (tra­du­ci­do al fran­cés en 2011 por las edi­cio­nes Áms­ter­dam), es algo dema­sia­do impor­tan­te para ser deja­do solo en manos de los geó­gra­fos. Lo mis­mo podría decir­se de todas las for­mas de conocimiento.


Notas:

1/​Este tex­to es la ver­sión escri­ta de la intro­duc­ción a una con­fe­ren­cia de David Har­vey en la uni­ver­si­dad de Nan­te­rre orga­ni­za­da el 21 de noviem­bre de 2011 por la revis­ta Jus­ti­ce sociale/​Social Jus­ti­ce y el polo inter­dis­ci­pli­na­rio sobre la ciu­dad de esta universidad.

2/​Ver Gio­van­ni Arrighi, « The Win­ding Paths of Capi­tal. Inter­view by David Har­vey », New Left Review, n° 56, mars-avril 2009.

Algu­nos recur­sos en la red:

+En Wiki­pe­dia, se pue­de encon­trar una bio­gra­fía de David Har­vey que inclu­ye una biblio­gra­fía con la obra tra­du­ci­da al espa­ñol http://​es​.wiki​pe​dia​.org/​w​i​k​i​/​D​a​v​i​d​_​H​a​r​vey

+En La Hai­ne están publi­ca­dos algu­nos artícu­los y entre­vis­tas con David Har­vey http://​www​.lahai​ne​.org/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​?​s​=​D​a​v​i​d​+​H​a​r​v​e​y​&​s​e​n​t​e​n​c​e​=​l​h​s​e​n​t​e​n​c​e​_​b​&​l​h​s​e​a​r​c​h​=​1​&​s​u​b​m​i​t​=​B​u​s​car

+Igual­men­te, la pági­na de la corren­troig publi­ca el vídeo de una entre­vis­ta rea­li­za­da por Ati­lio Boron así como algún artícu­lo en cas­te­llano y cata­lán http://​www​.corren​troig​.org/​s​p​i​p​.​p​h​p​?​a​u​t​e​u​r​4​9​&​l​a​n​g​=ca

+Algu­nos libros tra­du­ci­dos al espa­ñol se pue­den adqui­rir en http://​www​.akal​.com/​a​u​t​o​r​e​s​/​5​0​9​/​D​a​v​i​d​-​H​a​r​vey

+Tam­bién en http://​www​.amo​rror​tue​di​to​res​.com/​l​i​b​r​o​.​p​h​p​?​p​_​i​d​_​l​i​b​r​o​=95]

Con­tre­temps. Tra­duc­ción: Faus­tino Egu­be­rri para Vien­to Sur

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