Thierry Meys­san: «Terro­ris­tas sirios fue­ron entre­na­dos por el UCK en Kosovo»

Red Vol­tai­re

+
JPEG - 35.1 KB

Geo­po­li­ti­ka: Señor Meys­san, usted se hizo mun­dial­men­te céle­bre cuan­do publi­có el libro La Gran Impos­tu­ra que pone en duda la ver­sión ofi­cial de las auto­ri­da­des esta­dou­ni­den­ses sobre los aten­ta­dos terro­ris­tas del 11 de sep­tiem­bre de 2001. Su libro esti­mu­ló a otros inte­lec­tua­les a expre­sar sus pro­pias dudas sobre aque­llos trá­gi­cos acon­te­ci­mien­tos. ¿Pudie­ra usted expli­car bre­ve­men­te a nues­tros lec­to­res lo que real­men­te suce­dió aquel 11 de sep­tiem­bre? ¿Qué fue lo que real­men­te impac­tó o explo­tó en la sede del Pen­tá­gono? ¿Fue un avión u otra cosa? ¿Qué pasó con los avio­nes que cho­ca­ron con­tra las Torres Geme­las? Sobre todo, ¿qué pasó con el ter­cer edi­fi­cio, cer­cano a esas torres? ¿Cuál es el con­tex­to más pro­fun­do de esos aten­ta­dos, que tuvie­ron reper­cu­sio­nes mun­dia­les y que tan­to han modi­fi­ca­do el mundo?

Thierry Meys­san: Es sor­pren­den­te que la pren­sa mun­dial haya adop­ta­do la ver­sión ofi­cial, de un lado por­que esa ver­sión es absur­da y, por otro lado, por­que esa ver­sión deja sin expli­ca­ción una par­te de los hechos.

La idea de que un faná­ti­co, des­de una cue­va en Afga­nis­tán, y una vein­te­na de indi­vi­duos arma­dos con cor­ta­pa­pe­les hayan podi­do des­truir el World Tra­de Cen­ter y ases­tar un gol­pe al Pen­tá­gono sin que el ejér­ci­to más pode­ro­so del mun­do logra­se evi­tar­lo no es ni siquie­ra dig­na de un comic. Pero mien­tras más gro­tes­ca es la his­to­ria menos pre­gun­tan los perio­dis­tas occidentales.

Por otro lado, la ver­sión ofi­cial no men­cio­na la espe­cu­la­ción bur­sá­til sobre las com­pa­ñías víc­ti­mas de los aten­ta­dos, ni el incen­dio del ane­xo de la Casa Blan­ca, ni el derrum­be de un ter­cer ras­ca­cie­los del World Tra­de Cen­ter, hecho que se pro­du­jo al medio­día. Todos esos hechos ni siquie­ra se men­cio­nan en el infor­me final de la inves­ti­ga­ción presidencial.

Ade­más, nun­ca se habla de lo úni­co impor­tan­te entre todo lo que suce­dió aquel día. Des­pués del aten­ta­do del World Tra­ce Cen­ter, el plan de con­ti­nui­dad del gobierno fue acti­va­do ile­gal­men­te. Exis­te un pro­ce­di­mien­to, apli­ca­ble en caso de gue­rra nuclear. Si se com­prue­ba la ani­qui­la­ción de las auto­ri­da­des civi­les, el man­do pasa a un gobierno mili­tar alter­na­ti­vo. Hacia las 10h30, ese plan fue acti­va­do a pesar de que las auto­ri­da­des civi­les se man­te­nían en capa­ci­dad de ejer­cer sus res­pon­sa­bi­li­da­des. El poder pasó a los mili­ta­res, que no lo res­ti­tu­ye­ron a los civi­les has­ta las 16h30. Duran­te todo ese tiem­po, se acti­va­ron coman­dos que fue­ron a bus­car a casi todos los miem­bros del Con­gre­so y del gobierno para poner­los a buen recau­do en refu­gios anti­ató­mi­cos. Hubo, por lo tan­to, un gol­pe de Esta­do mili­tar que duró varias horas, jus­to el tiem­po nece­sa­rio para que los gol­pis­tas impu­sie­ran su pro­pia línea polí­ti­ca: esta­do de urgen­cia interno e impe­ria­lis­mo glo­bal en el exterior.

El 13 de sep­tiem­bre se pre­sen­tó al Sena­do la Patriot Act, que no es una ley sino un amplio Códi­go anti­te­rro­ris­ta redac­ta­do en secre­to a lo lar­go de los 2 o 3 años ante­rio­res. El 15 de sep­tiem­bre, el pre­si­den­te Bush dio su aval al plan de la «matriz mun­dial», que ins­ti­tu­ye un amplio sis­te­ma de secues­tros, de pri­sio­nes secre­tas, de tor­tu­ras y ase­si­na­tos. En ese mis­ma reu­nión [Bush] dio tam­bién su aval a un plan que pre­veía ata­ques suce­si­vos con­tra Afga­nis­tán, Irak, el Líbano, Libia, Siria, Soma­lia, Sudán e Irán. Como pue­de ver­se, ya se ha con­cre­ta­do la mitad de ese programa.

Aque­llos aten­ta­dos, aquel gol­pe de Esta­do y los pos­te­rio­res crí­me­nes fue­ron orga­ni­za­dos por algo que pode­mos lla­mar el Esta­do pro­fun­do (en el mis­mo sen­ti­do en que se usa esa expre­sión para des­cri­bir el poder mili­tar secre­to en Tur­quía o en Arge­lia). Todos esos acon­te­ci­mien­tos fue­ron pla­nea­dos por un gru­po muy cerra­do: los straus­sia­nos, o sea los dis­cí­pu­los del filó­so­fo Leo Strauss.

Se tra­ta de los mis­mos indi­vi­duos que, en 1995, empu­ja­ron el Con­gre­so esta­dou­ni­den­se hacia el rear­me y que orga­ni­za­ron el des­mem­bra­mien­to de Yugos­la­via. Tene­mos que recor­dar, por ejem­plo, que Ali­ja Izet­be­go­vic tuvo como con­se­je­ro polí­ti­co a Richard Per­le, como con­se­je­ro mili­tar a Osa­ma Ben Laden y como con­se­je­ro mediá­ti­co a Ber­nard-Hen­ri Lévy.

Geo­po­li­ti­ka: El libro que usted escri­bió y la acti­tud anti­ame­ri­ca­na que usted ha expre­sa­do libre­men­te a tra­vés de su red inde­pen­dien­te Vol­tai­re le valie­ron una serie de pro­ble­mas que usted tuvo per­so­nal­men­te con la admi­nis­tra­ción del ex pre­si­den­te fran­cés Nico­las Sar­kozy. ¿Pudie­ra hablar­nos un poco más sobre esto? En el artícu­lo que usted escri­bió sobre el señor Sar­kozy, titu­la­do «Ope­ra­ción Sar­kozy: Cómo la CIA puso a uno de sus agen­tes en la pre­si­den­cia de la Repú­bli­ca Fran­ce­sa», usted publi­có infor­ma­ción muy deli­ca­da, que nos recuer­da las obras de sus­pen­se político-criminales.

Thierry Meys­san: Yo no soy anti­ame­ri­cano. Soy anti­im­pe­ria­lis­ta y pien­so que el pue­blo de Esta­dos Uni­dos tam­bién es víc­ti­ma de la polí­ti­ca de sus pro­pios dirigentes.

En cuan­to a Nico­las Sar­kozy, yo reve­lé que fue edu­ca­do duran­te su ado­les­cen­cia, en Nue­va York, por el emba­ja­dor [esta­dou­ni­den­se] Frank Wis­ner Jr. Ese per­so­na­je es uno de los cua­dros más impor­tan­tes de la CIA, que a su vez fue fun­da­da por su padre Frank Wis­ner Sr. El resul­ta­do es que la carre­ra de Nico­las Sar­kozy estu­vo com­ple­ta­men­te deter­mi­na­da por la CIA. Así que nada tie­ne de sor­pren­den­te que, ya con­ver­ti­do en pre­si­den­te de la Repú­bli­ca Fran­ce­sa, Sar­kozy haya defen­di­do los intere­ses de Washing­ton en vez de defen­der los intere­ses de los franceses.

Los ser­bios cono­cen muy bien a Frank Wis­ner Jr. Fue él quien orga­ni­zó la inde­pen­den­cia uni­la­te­ral de Koso­vo, como repre­sen­tan­te espe­cial del pre­si­den­te de Esta­dos Unidos.

Yo expli­qué todo eso deta­lla­da­men­te en una inter­ven­ción en el Eura­sian Media Forum (en Kazajs­tán) y me pidie­ron que desa­rro­lla­ra ese tema en un artícu­lo para Odna­ko (publi­ca­ción rusa). Y resul­tó que, por pura casua­li­dad, el artícu­lo se publi­có duran­te la gue­rra de Geor­gia, en el momen­to en que Sar­kozy visi­ta­ba Mos­cú. El pri­mer minis­tro Vla­di­mir Putin puso la publi­ca­ción enci­ma de la mesa, antes de comen­zar la con­ver­sa­ción con él. Por supues­to que eso no mejo­ró mis rela­cio­nes con Sarkozy.

Geo­po­li­ti­ka: Señor Meys­san, ¿cuál es la situa­ción actual en Siria, la situa­ción en el fren­te y la situa­ción en la socie­dad siria? ¿Están cer­ca de alcan­zar su obje­ti­vo Ara­bia Sau­di­ta y Qatar, así como los paí­ses occi­den­ta­les que quie­ren derro­car por la fuer­za el sis­te­ma polí­ti­co del pre­si­den­te Bachar al-Assad? 

Thierry Meys­san: De los 23 millo­nes de sirios, alre­de­dor de 2 millo­nes o 2 millo­nes y medio apo­yan a los gru­pos arma­dos que están tra­tan­do de des­es­ta­bi­li­zar el país y de debi­li­tar su ejér­ci­to. Estos han toma­do el con­trol de algu­nas aglo­me­ra­cio­nes y de amplias zonas rura­les. Pero es impo­si­ble que esos gru­pos arma­dos logren derro­car el régimen.

El plan occi­den­tal ini­cial pre­veía que las accio­nes terro­ris­tas engen­dra­ran un ciclo de provocación/​represión que jus­ti­fi­ca­ría una inter­ven­ción inter­na­cio­nal, siguien­do el mode­lo del terro­ris­mo del UCK [Ejér­ci­to de Libe­ra­ción de Koso­vo. NdT] y de la repre­sión ulte­rior de Slo­bo­dan Milo­se­vic, a los que siguió la inter­ven­ción de la OTAN. Hay que seña­lar de paso que está com­pro­ba­do que gru­pos com­ba­tien­tes en Siria reci­bie­ron entre­na­mien­to como terro­ris­tas de par­te de miem­bros del UCK y en terri­to­rio de Kosovo.

Ese plan fra­ca­só por­que la Rusia de Vla­di­mir Putin no es la Boris Yel­tsin. Mos­cú y Pekín prohi­bie­ron la inter­ven­ción de la OTAN y la situa­ción se man­tie­ne sin resolver.

Geo­po­li­ti­ka: ¿Qué pre­ten­den obte­ner Esta­dos Uni­dos, Fran­cia, Gran Bre­ta­ña, Ara­bia Sau­di­ta y Qatar con el derro­ca­mien­to del pre­si­den­te al-Assad?

Thierry Meys­san: Cada uno de los Esta­dos miem­bros de la coa­li­ción tie­ne sus pro­pios intere­ses en esa gue­rra y cree poder satis­fa­cer­los, cuan­do en reali­dad son intere­ses que se con­tra­di­cen entre sí.

En el plano polí­ti­co exis­te la volun­tad de rom­per el «Eje de la Resis­ten­cia con­tra el sio­nis­mo» (Irán-Irak-Siria-Hez­bo­llah-Pales­ti­na). Tam­bién exis­te la volun­tad de pro­se­guir el «redi­se­ño del Medio Orien­te Amplia­do».

Pero lo más impor­tan­te es el fac­tor eco­nó­mi­co. Se han des­cu­bier­to inmen­sas reser­vas de gas natu­ral en el sudes­te del Medi­te­rrá­neo. El cen­tro de ese yaci­mien­to está cer­ca de Homs, en Siria (más exac­ta­men­te en Qara).

Geo­po­li­ti­ka: ¿Podría usted hablar­nos un poco más sobre la rebe­lión de al-Qae­da en Siria, movi­mien­to cuyas rela­cio­nes con Esta­dos Uni­dos pare­cen con­tra­dic­to­rias a la vis­ta de sus accio­nes en el terreno? Usted dijo en una entre­vis­ta que las rela­cio­nes entre Abdelha­kim Belhadj y la OTAN esta­ban prác­ti­ca­men­te ins­ti­tu­cio­na­li­za­das. En reali­dad, ¿para quién hace la gue­rra al-Qaeda?

Thierry Meys­san: Al prin­ci­pio, al-Qae­da no era más que el nom­bre de una base de datos, del fiche­ro infor­má­ti­co don­de figu­ra­ban los muyahi­dín ára­bes envia­dos a luchar con­tra los sovié­ti­cos en Afga­nis­tán. Por exten­sión, se dio el nom­bre de al-Qae­da al medio yiha­dis­ta en el que se reclu­ta­ba a aque­llos mer­ce­na­rios. Des­pués, se desig­nó como al-Qae­da a los com­ba­tien­tes agru­pa­dos alre­de­dor de Ben Laden y, por exten­sión, a todos los gru­pos del mun­do que dicen ins­pi­rar­se en la ideo­lo­gía de Ben Laden.

Según el momen­to y las nece­si­da­des, esa nebu­lo­sa se hizo más o menos nume­ro­sa. Duran­te la pri­me­ra gue­rra de Afga­nis­tán, la gue­rra de Bos­nia y las gue­rras de Che­che­nia estos mer­ce­na­rios eran con­si­de­ra­dos «com­ba­tien­tes de la liber­tad», por­que lucha­ban con­tra los esla­vos. Pos­te­rior­men­te, duran­te la segun­da de Afga­nis­tán y la inva­sión de Irak, fue­ron con­si­de­ra­dos «terro­ris­tas» por­que ata­ca­ban a los sol­da­dos esta­dou­ni­den­ses. Des­de la muer­te ofi­cial de Ben Laden, se han con­ver­ti­do nue­va­men­te en «com­ba­tien­tes de la liber­tad», en las gue­rras con­tra Libia y con­tra Siria, por­que aho­ra luchan del lado de la OTAN.

La reali­dad es que esos mer­ce­na­rios siem­pre estu­vie­ron bajo el con­trol de los Sudai­ris, la fac­ción proes­ta­dou­ni­den­se y archi­reac­cio­na­ria de la fami­lia real de Ara­bia Sau­di­ta, espe­cí­fi­ca­men­te bajo el con­trol del prín­ci­pe Ban­dar Ben Sul­tán. Este últi­mo, a quien Geor­ge Bush padre pre­sen­tó siem­pre como su «hijo adop­ti­vo» –o sea, como el hijo varón inte­li­gen­te que le habría gus­ta­do tener– actuó siem­pre por cuen­ta de la CIA. Inclu­so en la épo­ca en que al-Qae­da lucha­ba con­tra los sol­da­dos esta­dou­ni­den­ses, en Afga­nis­tán y en Irak, lo hacía en inte­rés de Esta­dos Uni­dos en la medi­da en que aque­llo per­mi­tía jus­ti­fi­car la pre­sen­cia mili­tar estadounidense.

En los últi­mos años los libios se han hecho mayo­ri­ta­rios en al-Qae­da, así que la OTAN los uti­li­zó para derro­car el régi­men de Moum­mar el-Kadha­fi. Cuan­do logra­ron derri­bar­lo, nom­bra­ron gober­na­dor mili­tar de Trí­po­li al núme­ro 2 de la orga­ni­za­ción, Abdelha­kim Belhaj, a pesar de que la jus­ti­cia espa­ño­la recla­ma su cap­tu­ra debi­do a su pre­sun­ta res­pon­sa­bi­li­dad en los aten­ta­dos de Madrid. Pos­te­rior­men­te lo envia­ron a Siria, jun­to con sus hom­bres. Para tras­la­dar­los [a Siria], la CIA uti­li­zó los medios del Alto Comi­sa­ria­do para los Refu­gia­dos, gra­cias a Ian Mar­tin, el repre­sen­tan­te espe­cial de Ban ki-Moon [el secre­ta­rio gene­ral de la ONU] en Libia. Los supues­tos refu­gia­dos fue­ron tras­la­da­dos a varios cam­pa­men­tos en Tur­quía que sir­vie­ron como bases de reta­guar­dia para ata­car Siria y a los que no han podi­do tener acce­so los par­la­men­ta­rios tur­cos ni la prensa.

Ian Mar­tin es otro cono­ci­do de los lec­to­res de Geo­po­li­ti­ka. Fue secre­ta­rio gene­ral de Amnis­tía Inter­na­cio­nal y des­pués fue repre­sen­tan­te del Alto Comi­sa­rio para los Dere­chos Huma­nos en Bosnia-Herzegovina.

Geo­po­li­ti­ka: Siria se ha con­ver­ti­do en tea­tro no sólo de una gue­rra civil sino tam­bién de una gue­rra mediá­ti­ca y de mani­pu­la­cio­nes. Como tes­ti­go direc­to, como alguien que está en el lugar de los hechos, que­re­mos pre­gun­tar­le a usted ¿qué suce­dió ver­da­de­ra­men­te en Homs y en Hula?

Thierry Meys­san: Yo no soy tes­ti­go direc­to de lo pasó en Hula. Pero fui ter­ce­ra par­te de con­fian­za en las nego­cia­cio­nes entre las auto­ri­da­des sirias y las auto­ri­da­des fran­ce­sas duran­te el ase­dio del Emi­ra­to Islá­mi­co de Baba Amro. Los yiha­dis­tas se habían atrin­che­ra­do en ese barrio de Homs, de don­de expul­sa­ron a los infie­les (los cris­tia­nos) y a los here­jes (los chii­tas). En reali­dad, sólo unas 40 fami­lias sun­ni­tas se habían que­da­do allí, en medio de unos 3 000 com­ba­tien­tes. Aque­lla gen­te había ins­tau­ra­do la cha­ria y un «tri­bu­nal revo­lu­cio­na­rio» con­de­nó a más de 150 per­so­nas a ser dego­lla­das en público.

Aquel Emi­ra­to auto­pro­cla­ma­do era diri­gi­do en secre­to por ofi­cia­les fran­ce­ses. Las auto­ri­da­des sirias que­rían evi­tar orde­nar el asal­to y nego­cia­ron con las auto­ri­da­des fran­ce­sas para lograr la ren­di­ción de los rebel­des. En defi­ni­ti­va, los fran­ce­ses logra­ron salir de la ciu­dad duran­te la noche y huir hacia el Líbano, mien­tras que las fuer­zas lea­les entra­ban en el Emi­ra­to y los com­ba­tien­tes se ren­dían. Así se evi­tó el baño de san­gre y al final hubo menos de 50 muer­tos en la operación.

JPEG - 35.2 KB

Geo­po­li­ti­ka: Ade­más de los alaui­tas, en Siria los cris­tia­nos tam­bién se han con­ver­ti­do en blan­co. ¿Podría hablar­nos usted un poco más de la per­se­cu­ción con­tra los cris­tia­nos en ese país y de por qué la supues­ta civi­li­za­ción occi­den­tal, cuyas raí­ces son pre­ci­sa­men­te cris­tia­nas, no da mues­tras de la menor soli­da­ri­dad hacia sus correligionarios?

Thierry Meys­san: Los yiha­dis­tas arre­me­ten prio­ri­ta­ria­men­te con­tra quie­nes más cer­ca están de ellos: en pri­mer lugar, con­tra los sun­ni­tas pro­gre­sis­tas; lue­go con­tra los chii­tas (inclu­yen­do a los alaui­tas) y sólo des­pués están los cris­tia­nos. Gene­ral­men­te tor­tu­ran y matan bas­tan­te pocos cris­tia­nos. Pero los expul­san sis­te­má­ti­ca­men­te y roban todos sus bie­nes. En la región pró­xi­ma a la fron­te­ra nor­te del Líbano, el Ejér­ci­to Sirio Libre dio una sema­na a los cris­tia­nos para que huye­ran de allí. Se ha pro­du­ci­do un éxo­do bru­tal de 80 000 per­so­nas. Los que no huye­ron a tiem­po han sido masacrados.

El cris­tia­nis­mo fue fun­da­do en Damas­co por San Pablo. Las comu­ni­da­des sirias son ante­rio­res a las de Occi­den­te. Han con­ser­va­do los ritos anti­guos y una fe extre­ma­da­men­te fuer­tes. La mayo­ría son orto­do­xas. Las que están vin­cu­la­das a Roma han con­ser­va­do sus ritos ances­tra­les. En tiem­pos de las Cru­za­das, los cris­tia­nos del Orien­te lucha­ron jun­to a los otros ára­bes en con­tra de la sol­da­des­ca envia­da por el Papa. Hoy en día están luchan­do jun­to a sus con­ciu­da­da­nos, con­tra los yiha­dis­tas envia­dos por la OTAN.

Geo­po­li­ti­ka: ¿Pue­de espe­rar­se un ata­que con­tra Irán el año pró­xi­mo y, de pro­du­cir­se una inter­ven­ción mili­tar, cuál sería el papel de Israel? ¿El ata­que con­tra las ins­ta­la­cio­nes nuclea­res es real­men­te un obje­ti­vo de Tel Aviv o exis­te una estruc­tu­ra mun­dia­lis­ta, intere­sa­da en des­es­ta­bi­li­zar pro­fun­da­men­te las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les, que está empu­jan­do a Israel hacia esa aventura?

Thierry Meys­san: Lo que suce­de es que Irán es por­ta­dor de una Revo­lu­ción. Es el úni­co gran país que pro­po­ne actual­men­te un mode­lo de orga­ni­za­ción social que cons­ti­tu­ye una alter­na­ti­va al Ame­ri­can Way of Life. Los ira­níes son un pue­blo mís­ti­co y per­sis­ten­te. Ellos han ense­ña­do a los ára­bes el arte de la Resis­ten­cia y se opo­nen a los pro­yec­tos del sio­nis­mo, no solo en la región, sino en el mundo.

Sin embar­go, a pesar de sus bra­va­tas, Israel es inca­paz de ata­car Irán. Y los pro­pios Esta­dos Uni­dos han renun­cia­do a ata­car­lo. Es un país de 75 millo­nes de habi­tan­tes deseo­sos todos de morir por su patria. Mien­tras que el ejér­ci­to israe­lí se com­po­ne de jóve­nes cuya expe­rien­cia mili­tar se limi­ta a la repre­sión con­tra los pales­ti­nos y el ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se se com­po­ne de des­em­plea­dos que no tie­nen inten­cio­nes de morir por una paga miserable.

Geo­po­li­ti­ka: ¿Cómo ve usted el papel de Rusia en el con­flic­to sirio y el papel del pre­si­den­te de Rusia, Vla­di­mir Putin, amplia­men­te demo­ni­za­do por la pren­sa occidental?

Thierry Meys­san: La demo­ni­za­ción del pre­si­den­te Putin por par­te de la pren­sa occi­den­tal es el home­na­je del vicio a la vir­tud. Des­pués de haber levan­ta­do de nue­vo su país, Vla­di­mir Putin quie­re devol­ver­le su lugar en las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les y ha basa­do su estra­te­gia en el con­trol de lo que está lla­ma­do a ser la prin­ci­pal fuen­te de ener­gía del siglo XXI: el gas. Gaz­prom ya se con­vir­tió en la pri­me­ra com­pa­ñía mun­dial de gas y Ros­neft en la pri­me­ra com­pa­ñía petro­le­ra. Es evi­den­te que Putin no tie­ne inten­cio­nes de per­mi­tir que Esta­dos Uni­dos se apo­de­re del gas sirio ni tam­po­co de dejar que Irán explo­te su pro­pio gas sin con­trol. Por lo tan­to, tenía que inter­ve­nir y aliar­se con Irán.

Ade­más, Rusia está con­vir­tién­do­se en el prin­ci­pal garan­te del Dere­cho Inter­na­cio­nal, mien­tras que los occi­den­ta­les jus­ti­fi­can, en nom­bre de una moral de paco­ti­lla, la vio­la­ción de la sobe­ra­nía de las nacio­nes. Así que no hay que temer el pode­río ruso por­que está al ser­vi­cio del Dere­cho y de la Paz.

En junio pasa­do, Ser­guei Lavrov nego­ció en Gine­bra un plan de paz, que Esta­dos Uni­dos pos­pu­so uni­la­te­ral­men­te pero que Barack Oba­ma debe­ría en defi­ni­ti­va con­cre­tar duran­te su segun­do man­da­to. Ese plan pre­vé el des­plie­gue de una Fuer­za de Paz de la ONU, con­for­ma­da prin­ci­pal­men­te con tro­pas de la OTSC [la Orga­ni­za­ción del Tra­ta­do de Segu­ri­dad Colec­ti­va]. Tam­bién inclu­ye que Bachar al-Assad se man­ten­ga en el poder si el pue­blo sirio así lo deci­de a tra­vés de las urnas.

Geo­po­li­ti­ka: ¿Qué pien­sa usted de la situa­ción en Ser­bia y del difí­cil camino que ha reco­rri­do Ser­bia en los dos últi­mos decenios?

Thierry Meys­san: La serie de gue­rras que Ser­bia tuvo que enfren­tar ago­tó a ese país, sobre todo la con­quis­ta de Koso­vo por par­te de la OTAN. Esa fue en reali­dad una gue­rra de con­quis­ta ya que con­clu­yó con la ampu­tación del país y con el reco­no­ci­mien­to que los miem­bros de la OTAN otor­ga­ron a la inde­pen­den­cia de Camp Bonds­teel, o sea de una base de la OTAN.

Una mayo­ría de ser­bios cre­yó que tenía que acer­car­se a la Unión Euro­pea. Eso es igno­rar que la Unión Euro­pea es la cara civil de una enti­dad úni­ca cuya cara mili­tar es la OTAN. His­tó­ri­ca­men­te, la Unión Euro­pea fue crea­da en apli­ca­ción de las cláu­su­las secre­tas del Plan Marshall, o sea que es ante­rior a la OTAN. Pero no por eso deja de ser un ele­men­to del mis­mo pro­yec­to de domi­na­ción anglosajón.

Es posi­ble que la cri­sis del euro des­em­bo­que en una dis­lo­ca­ción de la Unión Euro­pea. En ese caso, Esta­dos como Gre­cia y Ser­bia se vol­ve­rán espon­tá­nea­men­te hacia Rusia, país que com­par­te con ellos nume­ro­sos ele­men­tos cul­tu­ra­les y una mis­ma exi­gen­cia de justicia.

Geo­po­li­ti­ka: Hay quie­nes, de mane­ra más o menos direc­ta, sugie­ren a Ser­bia que renun­cie a Koso­vo para poder entrar a la Unión Euro­pea. Usted tie­ne gran expe­rien­cia en mate­ria de rela­cio­nes inter­na­cio­na­les, así que le pre­gun­ta­mos sin­ce­ra­men­te si tie­ne usted algún con­se­jo sobre lo que debe­rían hacer los ser­bios en mate­ria de polí­ti­ca inter­na y de polí­ti­ca exterior.

Thierry Meys­san: Yo no soy quien para dar con­se­jos a nadie. Por mi par­te, deplo­ro que cier­tos Esta­dos hayan reco­no­ci­do la con­quis­ta de Koso­vo por par­te de la OTAN. Koso­vo se ha con­ver­ti­do des­de enton­ces en un puen­te para la dis­tri­bu­ción en Euro­pa de las dro­gas que se cul­ti­van en Afga­nis­tán bajo la vigi­lan­te pro­tec­ción de las tro­pas esta­dou­ni­den­ses. Nin­gún pue­blo se ha bene­fi­cia­do en nada con esa inde­pen­den­cia, y muchí­si­mo menos la pobla­ción de Koso­vo, que aho­ra vive bajo el yugo de una mafia.

Geo­po­li­ti­ka: Entre Fran­cia y Ser­bia exis­tía una fuer­te alian­za que dejó de tener sen­ti­do cuan­do Fran­cia par­ti­ci­pó en los bom­bar­deos con­tra Ser­bia, en 1999, en el mar­co de la OTAN. Exis­ten, sin embar­go, tan­to en Fran­cia como en Ser­bia, per­so­nas que no olvi­dan «la amis­tad de las armas» de la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial y que pien­san que habría que reac­ti­var esas rela­cio­nes cul­tu­ra­les hoy rotas. ¿Com­par­te usted ese pun­to de vista?

Thierry Meys­san: Uno de mis ami­gos, con quien escri­bí Le Pen­ta­ga­te, sobre el ata­que del 11 de sep­tiem­bre con­tra el Pen­tá­gono –con un misil y no con un avión fan­tas­ma – , es el coman­dan­te Pie­rre-Hen­ri Bunel. Duran­te la gue­rra, la OTAN lo arres­tó por espio­na­je a favor de Ser­bia. Pos­te­rior­men­te, lo entre­ga­ron a Fran­cia, que lo juz­gó y lo con­de­nó a 2 años de cár­cel en vez de cade­na per­pe­tua. Ese vere­dic­to demues­tra que en reali­dad actuó por órde­nes de sus superiores.

Fran­cia, como país miem­bro de la OTAN, se vio obli­ga­da a par­ti­ci­par en la agre­sión con­tra Ser­bia. Pero lo hizo de mala gana y ayu­dan­do a Ser­bia más a menu­do de lo que la bombardeaba.

Actual­men­te Fran­cia está en una situa­ción aún peor, gober­na­da por una éli­te que, para pro­te­ger sus pro­pios bene­fi­cios eco­nó­mi­cos, se ha pues­to al ser­vi­cio de Washing­ton y de Tel Aviv. Yo espe­ro que mis com­pa­trio­tas, que com­par­ten una lar­ga his­to­ria revo­lu­cio­na­ria, aca­ba­rán expul­san­do del poder a esas éli­tes corrup­tas. Y espe­ro que, para ese momen­to, Ser­bia habrá recu­pe­ra­do su ver­da­de­ra inde­pen­den­cia. Se pro­du­ci­rá enton­ces el reen­cuen­tro espon­tá­neo entre nues­tros dos pueblos.

Geo­po­li­ti­ka: Muchas gra­cias por el tiem­po que nos ha concedido.

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *