Expertos en ordenación del territorio e infraestructuras de transporte defendieron ayer en Baluarte que el escenario económico actual obliga a “racionalizar” las inversiones que se vayan a realizar en el Estado en materia de alta velocidad. Esto ocurrió dentro de la última jornada del VI Congreso Internacional de Ordenación del Territorio, celebrado en Iruñea con el auspicio del Gobierno de Navarra, además de otros gobiernos y la Asociación Fundicot para la ordenación del terrirorio. A este congreso han asistido, en diferentes dias, desde la alcaldesa de Iruñea Yolanda Barcina, hasta el propio presidente Sanz, o la consejera de Vivienda y Ordenación del Territorio, Amelia Salanueva. A ver si se les queda algo…Estas ideas fueron expuestas en un debate titulado La Alta Velocidad Española. ¿Desarrollo o Despilfarro?. El profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Ángel Aparicio, respondió a preguntas del público que se han “descuidado” hasta ahora soluciones mucho más “baratas” para acercar la Alta Velocidad a ciudades como Pamplona y que, además, podrían ser de “aplicación inmediata”: Un servicio intermodal que combine por ejemplo una línea de autobús con la alta velocidad; un Pamplona-Calatayud para enlazar con Zaragoza (alta velocidad) permitiría, a su juicio, analizar la “demanda real” y tomar la decisión de “si hace falta en ese caso llegar hasta Pamplona en alta velocidad porque, ya avanzo, alguien tendrá que poner mucho dinero para mantener esa infraestructura“.
“Navarra se podría beneficiar ya del hecho de que exista una corredor a unos kilómetros, el de Madrid-Zaragoza-Barcelona, y a lo mejor se podría hacer un mejor uso de él y constatar su rentabilidad”, apostilló tras las jornadas el ex director general de Cedex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas), organismo dependiente de Fomento y que participó en la elaboración del primer plan especial de infraestructuras y transportes del Ministerio de Fomento.
Conclusiones del Congreso:
Mejorar la cohesión socioeconómica y territorial, incrementar la eficiencia energética, crear infraestructuras que realmente conlleven una óptima relación coste/beneficio, cuidar los paisajes como elemento clave de nuestro bienestar, buscar la excelencia en el sector turístico y nuevas vías de participación pública, evitar que el medio rural asuma los efectos más negativos de las disfuncionalidades del medio urbano, obtener una mayor concertación y cooperación entre administraciones… Asimismo, las redes de infraestructuras (transporte por ejemplo) deben dejar de ser “un fin en sí mismo” y recuperar “la utilidad y eficiencia en términos de relación coste/beneficio, incorporando todos los efectos externos (positivos y negativos) de cada servicio proporcionado al usuario”, recogen las jornadas en sus conclusiones.