Mantendrá está protesta hasta el viernes para denunciar que son confinados y las condiciones en las que lo hacen.
Por medio de este escrito queremos informar de que el preso político de Berango Ibai Aginaga emprendió ayer una huelga de hambre que mantendrá hasta el viernes a la tarde, precisamente hasta que sea sacado del confinamiento.
Ibai está en la cárcel de Basauri y, tras terminar la visita vis a vis que le correspondía el pasado sábado, fue confinado en una celda con otros dos presos bajo el pretexto del Covid-19. Además de confinarlos, en las celdas que utilizan para ello no hay calefacción y encima en esa zona no pega el sol, por lo que están pasando frío. Solo pueden salir durante 15 minutos al patio y el resto del tiempo lo están pasando encerrados en la celda.
Hay que recordar que hace menos de dos semanas que la gestión de las cárceles de Martutene, Zaballa y Basauri ha pasado a manos del Gobierno de Gasteiz y que, según el protocolo que tienen instaurado con el Covid, cuando la tasa de incidencia está por debajo de 100 no deberían confinarlos tras los vis a vis.
Desde que comenzó la pandemia los derechos de los presos y las presas han sufrido constantes restricciones. Lo que ocurre en la cárcel es reflejo de lo que ocurre en la calle, pero siempre de manera aún más dura. Desde el principio han aplicado distintas medidas a los presos y las presas, a veces dejándoles sin visitas, suspendiendo todas sus actividades y, paradójicamente, en nombre de la salud, disminuyendo la atención médica que debían darles.
Las cárceles son lugares donde esconder las miserias del sistema, opacas para que desde fuera no se vea lo que pasa dentro, y por lo tanto, lugares adecuados para vulnerar constantemente los derechos de los presos y las presas, tanto legal como ilegalmente.
Durante los últimos días representantes del Gobierno del PNV han estado visitando las cárceles en compañía de las televisiones, explicando todas las bondades de esos agujeros, haciendo creer que los van a dotar con un punto de vista más humano. Pero la cárcel no es más que un agujero asesino en el que disciplinar a todas aquellas personas que no se amoldan al sistema, y sus gestores las utilizan como arma para defender sus intereses de clase y sus privilegios.
TINKO quiere mostrar su solidaridad a Ibai y a su familia, así como agradecerle que lleve a cabo esta protesta a favor de los derechos de todos y todas.