Ali­men­tos, ham­bre y guerra

Si hay algo que demues­tra que la ham­bru­na y la inse­gu­ri­dad ali­men­ta­ria están pro­vo­ca­das por el hom­bre y no por los capri­chos de la natu­ra­le­za y el cli­ma, es la actual cri­sis ali­men­ta­ria que está ponien­do a millo­nes de per­so­nas en todo el mun­do al bor­de de la inanición.

La gue­rra entre Rusia y Ucra­nia ha pues­to de mani­fies­to la catás­tro­fe mun­dial del sumi­nis­tro de ali­men­tos, pero esta se esta­ba ges­tan­do mucho antes de la gue­rra. La cade­na de sumi­nis­tro de ali­men­tos es cada vez más glo­bal. La Gran Rece­sión de 2008 – 2009 comen­zó a per­tur­bar esa cade­na, basa­da en que las empre­sas ali­men­ta­rias mul­ti­na­cio­na­les con­tro­la­ban el sumi­nis­tro de los agri­cul­to­res de todo el mun­do. Estas empre­sas diri­gían la deman­da, gene­ra­ban el sumi­nis­tro de fer­ti­li­zan­tes y domi­na­ban gran par­te de las tie­rras de cul­ti­vo. Cuan­do se pro­du­jo la Gran Rece­sión, per­die­ron bene­fi­cios, por lo que redu­je­ron sus inver­sio­nes y aumen­ta­ron la pre­sión sobre los pro­duc­to­res de ali­men­tos del «sur global».

Las grie­tas en estos fun­da­men­tos del sumi­nis­tro de ali­men­tos fue­ron acom­pa­ña­das por el aumen­to de los pre­cios del petró­leo, la deman­da explo­si­va de bio­com­bus­ti­bles a base de maíz, los altos cos­tes de trans­por­te, la espe­cu­la­ción en los mer­ca­dos finan­cie­ros, las bajas reser­vas de grano, las gra­ves per­tur­ba­cio­nes meteo­ro­ló­gi­cas en algu­nos de los prin­ci­pa­les pro­duc­to­res de grano y el aumen­to de las polí­ti­cas comer­cia­les pro­tec­cio­nis­tas. Este era el «cli­ma» ali­men­ta­rio en la lar­ga depre­sión has­ta 2019, antes de que lle­ga­ra la pandemia.

Pre­cios de los ali­men­tos, los com­bus­ti­bles y los fer­ti­li­zan­tes fren­te al cre­ci­mien­to del PIB en los paí­ses de ingre­sos bajos y medios, 2000 – 2022. FAO/​FMI/​Banco Mundial.

La cri­sis ali­men­ta­ria tras la Gran Rece­sión duró rela­ti­va­men­te poco, pero fue segui­da por otra explo­sión de los pre­cios de los ali­men­tos en 2011 – 2012. Final­men­te, el «boom de las mate­rias pri­mas» ter­mi­nó y los pre­cios de los ali­men­tos se man­tu­vie­ron rela­ti­va­men­te esta­bles duran­te un tiem­po. Pero la caí­da de la pan­de­mia pro­vo­có una nue­va cri­sis al colap­sar la cade­na de sumi­nis­tro mun­dial, dis­pa­rar­se los cos­tes de trans­por­te y ago­tar­se el sumi­nis­tro de fer­ti­li­zan­tes. El índi­ce de pre­cios de los cerea­les mos­tró que los pre­cios alcan­za­ron su nivel de 2008 en 2021.

El mun­do no se ha recu­pe­ra­do de las con­se­cuen­cias de la pan­de­mia del Covid-19, la peor cri­sis eco­nó­mi­ca des­de la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Y esto en un momen­to en que muchas eco­no­mías se enfren­tan a gran­des car­gas de deu­da en rela­ción con la ren­ta nacio­nal. Áfri­ca es la región más vul­ne­ra­ble. El nor­te de Áfri­ca es un enor­me impor­ta­dor neto de tri­go, la mayor par­te del cual pro­ce­de de Rusia y Ucra­nia, por lo que se enfren­ta a una cri­sis ali­men­ta­ria espe­cial­men­te agu­da1. El Áfri­ca sub­saha­ria­na es pre­do­mi­nan­te­men­te rural, pero sus cre­cien­tes pobla­cio­nes urba­nas son rela­ti­va­men­te pobres y más pro­pen­sas a con­su­mir cerea­les impor­ta­dos. Los agri­cul­to­res de muchas par­tes de Áfri­ca tie­nen difi­cul­ta­des para acce­der a los fer­ti­li­zan­tes2, inclu­so a pre­cios infla­dos, debi­do a los pro­ble­mas de trans­por­te y de divi­sas. Unos cos­tes desor­bi­ta­dos mer­ma­rán los bene­fi­cios de los agri­cul­to­res y podrían redu­cir los incen­ti­vos para aumen­tar la pro­duc­ción, lo que redu­ci­ría los bene­fi­cios del aumen­to de los pre­cios de los ali­men­tos para la reduc­ción de la pobreza.

Los paí­ses ya afec­ta­dos por los con­flic­tos y el cam­bio cli­má­ti­co son excep­cio­nal­men­te vul­ne­ra­bles. Yemen, devas­ta­do por la gue­rra, depen­de en gran medi­da de la impor­ta­ción de cerea­les. El nor­te de Etio­pía es una de las regio­nes más pobres del pla­ne­ta, que se enfren­ta a un con­flic­to con­ti­nuo y a una cri­sis huma­ni­ta­ria. Y Mada­gas­car fue azo­ta­do por suce­si­vas tor­men­tas tro­pi­ca­les y ciclo­nes en enero y febre­ro, dejan­do su sis­te­ma ali­men­ta­rio roto. En Afga­nis­tán, las tasas de mor­ta­li­dad infan­til3 se dis­pa­ran debi­do al colap­so de la eco­no­mía y los ser­vi­cios sani­ta­rios bási­cos. El PIB de Myan­mar se redu­jo un 18% tras el gol­pe mili­tar de febre­ro de 2021.

La gue­rra entre Rusia y Ucra­nia no hizo más que agra­var este desas­tre de segu­ri­dad ali­men­ta­ria y de pre­cios. Rusia y Ucra­nia repre­sen­tan más del 30% de las expor­ta­cio­nes mun­dia­les de cerea­les4, solo Rusia pro­por­cio­na el 13% de los fer­ti­li­zan­tes mun­dia­les5 y el 11% de las expor­ta­cio­nes de petró­leo4, y Ucra­nia sumi­nis­tra la mitad del acei­te de gira­sol del mun­do4. En con­jun­to, esto supo­ne un enor­me cho­que de sumi­nis­tro para el sis­te­ma ali­men­ta­rio mun­dial, y una gue­rra pro­lon­ga­da en Ucra­nia y el cre­cien­te ais­la­mien­to de la eco­no­mía rusa podrían man­te­ner altos los pre­cios de los ali­men­tos, los com­bus­ti­bles y los fer­ti­li­zan­tes duran­te años.

La inva­sión de Ucra­nia por par­te de Rusia ha hecho que el índi­ce mun­dial de pre­cios de los ali­men­tos alcan­ce un máxi­mo his­tó­ri­co. La inva­sión dejó inac­ti­vos los otro­ra con­cu­rri­dos puer­tos ucra­nia­nos del Mar Negro y dejó los cam­pos sin aten­der, al tiem­po que fre­nó la capa­ci­dad de Rusia para expor­tar. La pan­de­mia sigue para­li­zan­do las cade­nas de sumi­nis­tro, mien­tras que el cam­bio cli­má­ti­co ame­na­za la pro­duc­ción en muchas de las regio­nes agrí­co­las del mun­do, con más sequías, inun­da­cio­nes, calor e incen­dios forestales.

Según el Pro­gra­ma Mun­dial de Ali­men­tos, millo­nes de per­so­nas se ven abo­ca­das a la ina­ni­ción. Las per­so­nas con­si­de­ra­das «des­nu­tri­das» aumen­ta­ron en 118 millo­nes de per­so­nas en 2020, tras per­ma­ne­cer prác­ti­ca­men­te sin cam­bios duran­te varios años. Las esti­ma­cio­nes actua­les sitúan esa cifra en unos 100 millo­nes más.

Los nive­les de ham­bre agu­da –el núme­ro de per­so­nas que no pue­den satis­fa­cer las nece­si­da­des de con­su­mo de ali­men­tos a cor­to pla­zo– aumen­ta­ron en casi 40 millo­nes el año pasa­do. La gue­rra siem­pre ha sido el prin­ci­pal motor del ham­bre extre­ma y aho­ra la gue­rra entre Rusia y Ucra­nia está aumen­tan­do el ries­go de ham­bre y de ina­ni­ción para muchos millo­nes más.

Kris­ta­li­na Geor­gie­va, Direc­to­ra Geren­te del FMI, dijo: «Para varios paí­ses, esta cri­sis ali­men­ta­ria se suma a una cri­sis de deu­da. Des­de 2015, la pro­por­ción de paí­ses de bajos ingre­sos con pro­ble­mas de endeu­da­mien­to o pró­xi­mos a ellos se ha dupli­ca­do, pasan­do del 30 al 60%. Para muchos, la rees­truc­tu­ra­ción de la deu­da es una prio­ri­dad urgen­te… Sabe­mos que el ham­bre es el mayor pro­ble­ma del mun­do que tie­ne solu­ción. La cri­sis que se ave­ci­na es el momen­to de actuar con deci­sión y resolverla».

Pero las solu­cio­nes con­ven­cio­na­les a este desas­tre son inade­cua­das o utó­pi­cas, o ambas. Se pide a los «gran­des pro­duc­to­res de cerea­les» que resuel­van los cue­llos de bote­lla logís­ti­cos, libe­ren las reser­vas y se resis­tan a impo­ner res­tric­cio­nes a la expor­ta­ción de ali­men­tos. Los paí­ses pro­duc­to­res de petró­leo debe­rían aumen­tar el sumi­nis­tro de com­bus­ti­ble para ayu­dar a redu­cir los cos­tes de com­bus­ti­ble, fer­ti­li­zan­tes y trans­por­te. Y los gobier­nos, las ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les e inclu­so el sec­tor pri­va­do deben ofre­cer pro­tec­ción social median­te ayu­da ali­men­ta­ria o financiera.

Nin­gu­na de estas pro­pues­tas se está lle­van­do a cabo. Las gran­des poten­cias capi­ta­lis­tas hacen muy poco para ayu­dar a esos paí­ses pobres con millo­nes de ham­brien­tos y des­nu­tri­dos. A fina­les del mes pasa­do, la Comi­sión Euro­pea anun­ció un paque­te de ayu­da de 1.500 millo­nes de euros6, jun­to con medi­das adi­cio­na­les, para apo­yar a los agri­cul­to­res de la Unión Euro­pea y pro­te­ger la segu­ri­dad ali­men­ta­ria del blo­que7. Los diri­gen­tes del Gru­po del Ban­co Mun­dial, el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal, el Pro­gra­ma Mun­dial de Ali­men­tos de las Nacio­nes Uni­das y la Orga­ni­za­ción Mun­dial del Comer­cio pidie­ron una acción urgen­te y coor­di­na­da para abor­dar la segu­ri­dad ali­men­ta­ria. Bue­nas pala­bras pero nin­gu­na acción.

Una ver­da­de­ra ayu­da sería can­ce­lar las deu­das de los paí­ses pobres. Pero todo lo que el FMI y las gran­des poten­cias han ofre­ci­do es una sus­pen­sión del ser­vi­cio de la deu­da: las deu­das se man­tie­nen, pero los reem­bol­sos pue­den retra­sar­se. Inclu­so este «ali­vio» es paté­ti­co. En total, en los últi­mos dos años, los gobier­nos del G20 han sus­pen­di­do solo 10.300 millo­nes de dóla­res8. Solo en el pri­mer año de la pan­de­mia, los paí­ses de bajos ingre­sos acu­mu­la­ron una car­ga de deu­da de 860.000 millo­nes de dóla­res, según el Ban­co Mundial.

La otra «solu­ción» del FMI fue aumen­tar la can­ti­dad de los Dere­chos Espe­cia­les de Giro, el dine­ro inter­na­cio­nal, para des­ti­nar­lo a la ayu­da extra. El FMI inyec­tó 650.000 millo­nes de dóla­res de ayu­da a tra­vés del pro­gra­ma de DEG. Pero debi­do al sis­te­ma de «cuo­tas» para la dis­tri­bu­ción de los DEG, estas se incli­nan des­pro­por­cio­na­da­men­te hacia los paí­ses ricos: Áfri­ca ha reci­bi­do menos DEG que el Bun­des­bank ale­mán9.

Las con­di­cio­nes macro­eco­nó­mi­cas que aho­ra pro­vo­can dis­tur­bios ali­men­ta­rios. En un nue­vo infor­me, titu­la­do Tape­ring in a Time of Con­flict10, la UNCTAD expo­ne los esce­na­rios que se ave­ci­nan. Sri Lan­ka, cuya cri­sis de la deu­da lle­va varios años ges­tán­do­se, es una ilus­tra­ción útil de la diná­mi­ca cla­ve. Las reme­sas y las expor­ta­cio­nes se des­plo­ma­ron duran­te la pan­de­mia, que tam­bién per­tur­bó el cru­cial sec­tor del turis­mo. La ralen­ti­za­ción del cre­ci­mien­to ha pues­to a prue­ba el pre­su­pues­to y ha ago­ta­do las reser­vas de divi­sas, por lo que Colom­bo se ve obli­ga­do a impor­tar petró­leo y ali­men­tos. La esca­sez es agu­da. Dos hom­bres de más de seten­ta años murie­ron mien­tras hacían cola para com­prar com­bus­ti­ble, según infor­mó Al Jazee­ra11. Los pre­cios de la leche han aumen­ta­do y los exá­me­nes esco­la­res se han can­ce­la­do debi­do a la esca­sez de papel y tin­ta. Mien­tras Sri Lan­ka se esfuer­za por aten­der el ser­vi­cio de los 45.000 millo­nes de dóla­res de deu­da a lar­go pla­zo que debe, de los cua­les más de 7.000 millo­nes ven­cen este año, podría unir­se a los paí­ses que han deja­do de pagar duran­te la pan­de­mia, como Argen­ti­na y Líbano, este últi­mo muy depen­dien­te de las impor­ta­cio­nes de tri­go12.

En lugar de aumen­tar la ofer­ta, libe­rar las reser­vas de ali­men­tos y tra­tar de poner fin a la gue­rra en Ucra­nia, los gobier­nos y los ban­cos cen­tra­les están subien­do los tipos de inte­rés, lo que aumen­ta­rá la car­ga de la deu­da de los paí­ses pobres ham­brien­tos de ali­men­tos. Como he expli­ca­do en entra­das ante­rio­res, y la UNCTAD coin­ci­de, las subi­das de los tipos de inte­rés de los ban­cos cen­tra­les no hacen nada para con­tro­lar la infla­ción crea­da por las inte­rrup­cio­nes de la ofer­ta, sal­vo pro­vo­car una rece­sión mun­dial y una cri­sis de la deu­da de los «mer­ca­dos emergentes».

El aumen­to de las pro­tes­tas y la agi­ta­ción polí­ti­ca preo­cu­pan más a las gran­des poten­cias que el hecho de que la gen­te se mue­ra de ham­bre. Como dijo la secre­ta­ria del Teso­ro esta­dou­ni­den­se, Janet Yellen: «La infla­ción está alcan­zan­do los nive­les más altos vis­tos en déca­das. El fuer­te aumen­to de los pre­cios de los ali­men­tos y los fer­ti­li­zan­tes pre­sio­na a los hoga­res de todo el mun­do, espe­cial­men­te a los más pobres. Y sabe­mos que las cri­sis ali­men­ta­rias pue­den des­atar el males­tar social».

Ya en la déca­da de 1840, cuan­do el capi­ta­lis­mo se con­vir­tió en el modo de pro­duc­ción domi­nan­te a nivel mun­dial, Marx habló de un «nue­vo régi­men» de pro­duc­ción ali­men­ta­ria indus­trial-capi­ta­lis­ta, rela­cio­na­do con la dero­ga­ción de las Leyes del Maíz y el triun­fo del libre comer­cio des­pués de 1846. Aso­ció este «nue­vo régi­men» con la con­ver­sión de «gran­des exten­sio­nes de tie­rra cul­ti­va­ble en Gran Bre­ta­ña», impul­sa­da por la «reor­ga­ni­za­ción» de la pro­duc­ción de ali­men­tos en torno a los avan­ces en la cría y ges­tión del gana­do, y por la rota­ción de cul­ti­vos, jun­to con los desa­rro­llos rela­cio­na­dos en la quí­mi­ca de los fer­ti­li­zan­tes a base de estiércol.

La pro­duc­ción capi­ta­lis­ta de ali­men­tos aumen­tó drás­ti­ca­men­te la pro­duc­ti­vi­dad ali­men­ta­ria y con­vir­tió la pro­duc­ción de ali­men­tos en una empre­sa mun­dial. A media­dos de la déca­da de 1850, estas ten­den­cias ya eran evi­den­tes: cer­ca del 25% del tri­go que se con­su­mía en Gran Bre­ta­ña era impor­ta­do, el 60% de Ale­ma­nia, Rusia y Esta­dos Uni­dos. Pero tam­bién tra­jo con­si­go cri­sis regu­la­res y recu­rren­tes de pro­duc­ción e inver­sión que crea­ron una nue­va for­ma de inse­gu­ri­dad ali­men­ta­ria. Ya no se podía acha­car la ham­bru­na y el ham­bre a la natu­ra­le­za y al cli­ma, si es que algu­na vez se pudo. Aho­ra era cla­ra­men­te el resul­ta­do de las des­igual­da­des de la pro­duc­ción capi­ta­lis­ta y de la orga­ni­za­ción social a esca­la mun­dial. Y son los más pobres los que sufren. Karl Marx escri­bió una vez que la ham­bru­na «solo mata­ba a los pobres diablos».

Y con la agri­cul­tu­ra indus­trial lle­gó la explo­ta­ción y el tra­to cruel de los ani­ma­les tan­to como de los huma­nos. Marx escri­bió en un cua­derno de notas iné­di­to13, como «¡Asque­ro­so!» La ali­men­ta­ción en los esta­blos con­ver­ti­do en un «sis­te­ma de pri­sión celu­lar» para los ani­ma­les. «En estas pri­sio­nes los ani­ma­les nacen y per­ma­ne­cen allí has­ta que son sacri­fi­ca­dos. La pre­gun­ta es si este sis­te­ma conec­ta­do con el sis­te­ma de cría que hace cre­cer a los ani­ma­les de for­ma anor­mal abor­tan­do los hue­sos para trans­for­mar­los en mera car­ne y un bul­to de gra­sa –mien­tras que antes (antes de 1848) los ani­ma­les se man­te­nían acti­vos per­ma­ne­cien­do al aire libre todo lo posi­ble– aca­ba­rá pro­vo­can­do un gra­ve dete­rio­ro de la fuer­za vital».

Esta es una cri­sis glo­bal y requie­re una acción glo­bal de la mis­ma mane­ra que debe­ría haber­se tra­ta­do la pan­de­mia y que nece­si­ta la cri­sis cli­má­ti­ca. Pero esa coor­di­na­ción glo­bal es impo­si­ble mien­tras la indus­tria ali­men­ta­ria mun­dial esté con­tro­la­da y sea pro­pie­dad de unas pocas mul­ti­na­cio­na­les pro­duc­to­ras y dis­tri­bui­do­ras de ali­men­tos y la eco­no­mía mun­dial se diri­ja hacia otra depresión.

Michael Roberts

3 de junio de 2022

Fuen­te: https://​the​nex​tre​ces​sion​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​0​6​/​0​3​/​f​o​o​d​-​f​a​m​i​n​e​-​a​n​d​-​w​ar/

  1. https://​the​con​ver​sa​tion​.com/​r​u​s​s​i​a​-​u​k​r​a​i​n​e​-​c​r​i​s​i​s​-​p​o​s​e​s​-​a​-​s​e​r​i​o​u​s​-​t​h​r​e​a​t​-​t​o​-​e​g​y​p​t​-​t​h​e​-​w​o​r​l​d​s​-​l​a​r​g​e​s​t​-​w​h​e​a​t​-​i​m​p​o​r​t​e​r​-​1​7​9​242
  2. https://​www​.wsj​.com/​a​r​t​i​c​l​e​s​/​f​a​r​m​s​-​a​r​e​-​f​a​i​l​i​n​g​-​a​s​-​f​e​r​t​i​l​i​z​e​r​-​p​r​i​c​e​s​-​d​r​i​v​e​-​u​p​-​c​o​s​t​-​o​f​-​f​o​o​d​-​1​1​6​4​2​7​7​0​182
  3. https://​www​.voa​news​.com/​a​/​a​f​g​h​a​n​i​s​t​a​n​-​f​a​c​e​s​-​r​e​t​u​r​n​-​t​o​-​h​i​g​h​e​s​t​-​m​a​t​e​r​n​a​l​-​m​o​r​t​a​l​i​t​y​-​r​a​t​e​s​-​/​6​4​7​4​2​4​8​.​h​tml
  4. https://​www​.fao​.org/​d​i​r​e​c​t​o​r​-​g​e​n​e​r​a​l​/​n​e​w​s​/​n​e​w​s​-​a​r​t​i​c​l​e​/​e​n​/​c​/​1​4​7​6​4​80/
  5. https://​wits​.world​bank​.org/​t​r​a​d​e​/​c​o​m​t​r​a​d​e​/​e​n​/​c​o​u​n​t​r​y​/​A​L​L​/​y​e​a​r​/​2​0​1​8​/​t​r​a​d​e​f​l​o​w​/​E​x​p​o​r​t​s​/​p​a​r​t​n​e​r​/​W​L​D​/​p​r​o​d​u​c​t​/​3​1​0​210
  6. https://​ihs​mar​kit​.com/​r​e​s​e​a​r​c​h​-​a​n​a​l​y​s​i​s​/​e​u​-​l​a​u​n​c​h​e​s​-​f​o​o​d​-​s​e​c​u​r​i​t​y​-​p​l​a​n​-​i​n​-​c​r​i​s​i​s​-​a​i​d​-​f​o​r​-​f​a​r​m​e​r​s​.​h​tml
  7. https://​www​.spglo​bal​.com/​c​o​m​m​o​d​i​t​y​i​n​s​i​g​h​t​s​/​e​n​/​m​a​r​k​e​t​-​i​n​s​i​g​h​t​s​/​l​a​t​e​s​t​-​n​e​w​s​/​a​g​r​i​c​u​l​t​u​r​e​/​0​4​1​9​2​2​-​f​e​a​t​u​r​e​-​r​u​s​s​i​a​-​u​k​r​a​i​n​e​-​w​a​r​-​s​w​e​l​l​s​-​s​p​o​t​-​s​u​g​a​r​-​p​r​i​c​e​s​-​a​c​r​o​s​s​-​t​h​e​-​e​uuk
  8. https://​www​.imf​.org/​e​n​/​P​u​b​l​i​c​a​t​i​o​n​s​/​P​o​l​i​c​y​-​P​a​p​e​r​s​/​I​s​s​u​e​s​/​2​0​2​1​/​0​9​/​1​6​/​J​o​i​n​t​-​I​M​F​-​W​G​-​S​t​a​f​f​-​N​o​t​e​-​D​S​S​I​-​F​i​s​c​a​l​-​M​o​n​i​t​o​r​i​n​g​-​U​p​d​a​t​e​-​4​6​5​864
  9. https://​www​.cgdev​.org/​b​l​o​g​/​e​u​-​a​f​r​i​c​a​-​a​n​d​-​s​d​r​s​-​m​o​r​e​-​c​a​n​-​b​e​-​d​one
  10. https://​www​.alja​zee​ra​.com/​n​e​w​s​/​2​0​2​2​/​3​/​2​1​/​i​n​-​c​a​s​h​-​s​t​r​a​p​p​e​d​-​s​r​i​-​l​a​n​k​a​-​t​w​o​-​m​e​n​-​d​i​e​-​w​a​i​t​i​n​g​-​i​n​-​q​u​e​u​e​-​f​o​r​-​f​uel
  11. https://​twit​ter​.com/​a​l​e​x​j​m​s​s​m​i​t​h​/​s​t​a​t​u​s​/​1​5​0​6​6​7​9​7​2​2​8​7​2​1​6​8​449
  12. https://​monthly​re​view​.org/​2​0​1​6​/​1​2​/​0​1​/​m​a​r​x​-​a​s​-​a​-​f​o​o​d​-​t​h​e​o​r​ist

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *