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Matan­za y capi­ta­lis­mo. La actua­li­dad de Lenin

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«No cabe duda de que nues­tra teo­ría de la deter­mi­na­ción de la orga­ni­za­ción del tra­ba­jo median­te la pro­duc­ción no pue­de encon­trar mejor refren­do del que ofre­ce la indus­tria de la matan­za de hom­bres. Real­men­te mere­ce­ría la pena que tú escri­bie­ras algo acer­ca de este tema –a mí me fal­tan los cono­ci­mien­tos nece­sa­rios – , algo que yo pudie­se incor­po­rar a mi libro como apén­di­ce y que apa­re­cie­ra con tu nom­bre. Pien­sa en ello. Si te deci­des, ha de ser para el pri­mer volu­men, en el que toco expre­sa­men­te este tema. ¡No pue­des ima­gi­nar­te lo que me ale­gra­ría que tu nom­bre figu­ra­ra en mi obra fun­da­men­tal (lo que he hecho has­ta aho­ra no son más que peque­ñe­ces) como cola­bo­ra­dor y no solo en las citas!»1

«Lo que los res­pon­sa­bles de la lega­ción diplo­má­ti­ca y de la CIA deci­die­ron que nece­si­ta­ba real­men­te el Ejér­ci­to, eso sí, era infor­ma­ción. En cola­bo­ra­ción con ana­lis­tas de la CIA, el fun­cio­na­rio de la emba­ja­da Robert Mar­tens pre­pa­ró lis­ta­dos con nom­bres de miles de comu­nis­tas y sos­pe­cho­sos de comu­nis­mo, que entre­gó al Ejér­ci­to para que estas per­so­nas pudie­ran ser ase­si­na­das y «tacha­das» de la lis­ta […] Has­ta don­de sabe­mos, esta es al menos la ter­ce­ra vez en la his­to­ria que res­pon­sa­bles esta­dou­ni­den­ses han entre­ga­do lis­ta­dos de comu­nis­tas y supues­tos comu­nis­tas a sus alia­dos para que pudie­ran dete­ner­los y ase­si­nar­los. La pri­me­ra fue en Gua­te­ma­la, en 1954; la segun­da, en Irak, en 1963; y la ter­ce­ra, a una esca­la mucho mayor, fue en Indo­ne­sia en 1965.»2

«La velo­ci­dad de las inter­ven­cio­nes y la efi­ca­cia de las deci­sio­nes reque­ri­das por los flu­jos de mone­da finan­cie­ra y los flu­jos de gue­rra pres­cri­ben una nue­va cons­ti­tu­ción mate­rial en la que el poder eje­cu­ti­vo adop­ta, para absor­ber una gran par­te del poder judi­cial y legis­la­ti­vo, un doble mode­lo de orga­ni­za­ción y de man­do: el del ejér­ci­to y el de la orga­ni­za­ción cien­tí­fi­ca del tra­ba­jo, de mane­ra que el gobierno se con­fi­gu­ra como un poder «polí­ti­co-mili­tar» adya­cen­te al “com­ple­jo mili­tar-indus­trial”.»3

Un cere­bro en acción

A fina­les de enero de 2024 se cum­ple el cen­te­na­rio del dece­so de Lenin. El refor­mis­mo siem­pre inten­ta sua­vi­zar, tro­cear, ampu­tar y fal­sear a Marx y a otros muchos comu­nis­tas, sien­do Grams­ci el más des­ca­ra­da­men­te ter­gi­ver­sa­do. Han inten­ta­do redu­cir al Che a una sim­ple foto­gra­fía ¡y has­ta Rosa Luxem­burg ha sido insul­ta­da como paci­fis­ta! Pero no pue­den con Lenin, sin duda la per­so­na más odia­da por la civi­li­za­ción del capi­tal. Tras el gol­pe de esta­do nazi en Ucra­nia en 2014 y duran­te el terro­ris­mo con­tra las repú­bli­cas popu­la­res del Don­bass, con alre­de­dor de 14.000 ase­si­na­dos y miles de dete­ni­dos, tor­tu­ra­dos y exi­lia­dos, las esta­tuas de Lenin fue­ron metó­di­ca­men­te des­trui­das por las tro­pas man­da­das por la OTAN.

Tal vez eso sea debi­do a que el obje­ti­vo cen­tral de la pra­xis de Lenin fue­ra la toma del poder en su sen­ti­do deci­si­vo: la crea­ción del Esta­do obre­ro defen­di­do por el pue­blo en armas con la mira­da pues­ta en la revo­lu­ción mun­dial y en el avan­ce al comu­nis­mo. Y esto resul­ta imper­do­na­ble. La bur­gue­sía menos idio­ta tie­ne momen­tos de luci­dez y enton­ces sabe que un «sano refor­mis­mo» le ayu­da a man­te­ner y has­ta refor­zar su domi­na­ción de cla­se, pero nun­ca acep­ta­rá que la lucha radi­cal por el comu­nis­mo supere la muy redu­ci­da tole­ran­cia que ella mis­ma empe­que­ñe­ce día a día.

El odio a Lenin se inten­si­fi­ca en los perío­dos de cri­sis sis­té­mi­cas del capi­tal por­que es duran­te ellas cuan­do más se demues­tra lo acer­ta­do de su apor­ta­ción al mar­xis­mo como pra­xis de la revo­lu­ción comu­nis­ta que se enri­que­ce con las vic­to­rias, estan­ca­mien­tos y derro­tas en las cri­sis. Son estas, las cri­sis, las que eva­lúan los erro­res, retra­sos y nece­si­da­des de nue­vos desa­rro­llos teó­ri­cos del mar­xis­mo, espe­cial­men­te los rela­cio­na­dos con ese cos­mos infi­ni­to de terror y explo­ta­ción que for­ma lo que Marx y Engels deno­mi­na­ban «indus­tria de la matan­za de hom­bres» que era el mejor refren­do de «nues­tra teo­ría de la deter­mi­na­ción de la orga­ni­za­ción del tra­ba­jo median­te la pro­duc­ción».

Igno­ra­mos si Lenin leyó la car­ta de Marx a Engels del 7 de julio de 1866, pero sí está cla­ro que com­pren­día en su pleno sen­ti­do el impor­tan­te papel de la vio­len­cia –la matan­za– en el capi­ta­lis­mo. De lo que no hay duda es que, por deba­jo de las suce­si­vas fases de su pen­sa­mien­to, ver­te­brán­do­las, exis­ten deter­mi­na­das cons­tan­tes que se man­tie­nen en su esen­cia con las mejo­ras cre­cien­tes. Una de ellas es la del papel de la vio­len­cia bur­gue­sa en la lucha de cla­ses y en la evo­lu­ción del capi­ta­lis­mo, papel vuel­to a con­fir­mar en 1905 – 1906. De aquí que su fle­xi­ble y adap­ta­ble teo­ría de la orga­ni­za­ción, en la que no pode­mos exten­der­nos aho­ra, sea inse­pa­ra­ble de la teo­ría de la vio­len­cia burguesa.

Es a par­tir del ascen­so de la lucha de cla­ses des­de 1912 y sobre todo bajo el terri­ble impac­to de la gue­rra de 1914, cuan­do pega un sal­to teó­ri­co total en el que des­ta­can cua­tro cues­tio­nes: el impe­ria­lis­mo, el Esta­do, la opre­sión nacio­nal y la dia­léc­ti­ca. Las cua­tro, más otras meno­res, inter­ac­túan de mil modos, des­ta­can­do la dia­léc­ti­ca de la uni­dad y lucha de con­tra­rios y la gue­rra como el secre­to de la agu­di­za­ción de la cri­sis revo­lu­cio­na­ria. Des­de ese momen­to y, como dice Raya Duna­yevs­ka­ya refi­rién­do­se a Lenin, vemos «un cere­bro en acción». Esta auto­ra, una de las per­so­nas que mejor ha enten­di­do y tra­du­ci­do a Hegel, expo­ne en otro tex­to la impor­tan­cia de la lec­tu­ra que hace Lenin de la dia­léc­ti­ca hege­lia­na para la libe­ra­ción, invo­lu­cran­do posi­ti­va y sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te a Frantz Fanon4. La auto­ra inclu­ye a Fanon, impres­cin­di­ble para cono­cer el por­qué de las gue­rras de libe­ra­ción nacio­nal anti­im­pe­ria­lis­ta, por­que sabe que, jun­to a Lenin, apor­ta un sal­to en la lucha de eman­ci­pa­ción huma­na en gene­ral. En efec­to, de la mis­ma for­ma en que Lenin remar­ca el valor de Hegel con la expre­sión «¡sal­to!, ¡sal­to!, ¡sal­to!», Fanon remar­ca la nece­si­dad de «otra his­to­ria»5, la de los y las explo­ta­das, que ayu­de a dar esos sal­tos cua­li­ta­ti­vos que fas­ci­na­ron a Lenin.

San­gre y cuo­ta de ganancia

Y en este pun­to tene­mos que vol­ver por un tiem­po a Marx y Engels para poder cali­brar la actua­li­dad de Lenin. Que noso­tros sepa­mos, ambos ami­gos no con­cre­ta­ron qué enten­dían por «indus­tria de la matan­za de hom­bres» aun­que en su gigan­tes­ca obra hay indi­cios de sobra para que nos haga­mos una idea casi exac­ta. Tene­mos que con­tex­tua­li­zar la for­ma­ción y desa­rro­llo del mar­xis­mo en gene­ral y en con­cre­to de su teo­ría de la vio­len­cia y de la gue­rra. El siglo XIX fue el de la crea­ción de la poli­cía como un cuer­po repre­si­vo espe­cia­li­za­do pero inte­gra­do en el ejér­ci­to, todo ello al ampa­ro de la ley bur­gue­sa en formación:

La orga­ni­za­ción de for­ma­cio­nes poli­cia­les estu­vo estre­cha­men­te rela­cio­na­da con las refor­mas admi­nis­tra­ti­vas gene­ra­les y las nue­vas demar­ca­cio­nes del ejer­ci­cio esta­tal del poder bajo el signo del dere­cho. Sobre todo, entre las cla­ses res­pon­sa­bles del Esta­do esta­ba amplia­men­te difun­di­da la idea de que sólo la pre­sen­cia de una tro­pa efi­caz encar­ga­da del orden daba vali­dez a la ley. La poli­cía se con­vir­tió en uno de los ins­tru­men­tos pre­di­lec­tos para satis­fa­cer las nece­si­da­des bur­gue­sas de segu­ri­dad. […] tan­to los regí­me­nes auto­ri­ta­rios como los libe­ra­les siguie­ron emplean­do el ejér­ci­to, de for­ma reite­ra­da y con gran éxi­to, con­tra los inten­tos revo­lu­cio­na­rios (junio de 1848, 1870 – 1871 en París), las rebe­lio­nes regio­na­les (el sur de Ita­lia en 1861 – 1865) y en dis­tur­bios, tumul­tos y accio­nes de pro­tes­ta loca­les […] Los nue­vos con­flic­tos de cla­ses en la gran indus­tria rusa, en ple­na expan­sión, tuvie­ron como resul­ta­do que el régi­men acen­tua­ra una vez más su carác­ter de Esta­do mili­tar6.

Vea­mos un poco más de la mano de M. Mac­nair: «En 1848 – 1849 el Esta­do bri­tá­ni­co aplas­tó el char­tis­mo con la repre­sión, tal como se expli­ca en 1848: el Esta­do bri­tá­ni­co y el movi­mien­to char­tis­ta (Cam­brid­ge 1990) de John Savi­lle. Al mis­mo tiem­po o un poco más tar­de, las revo­lu­cio­nes de 1848 en Fran­cia, Ale­ma­nia y otros paí­ses, fue­ron derro­ta­das. Marx y Engels vol­vie­ron al exi­lio; la Liga Comu­nis­ta, la orga­ni­za­ción basa­da en el Mani­fies­to comu­nis­ta, se hun­dió polí­ti­ca­men­te. […] La Pri­me­ra Inter­na­cio­nal que­bró por­que fue per­se­gui­da des­pués de la Comu­na de París. Los proudho­nis­tas en Fran­cia, que cons­ti­tuían una par­te subs­tan­cial de ella, fue­ron aplas­ta­dos con eje­cu­cio­nes, el exi­lio y la pri­sión. Los líde­res sin­di­ca­lis­tas bri­tá­ni­cos se asus­ta­ron con la Comu­na, pero la otra cara de la meda­lla fue la Ley de Refor­ma de 1867 y la Ley Sin­di­cal de 1871 que per­mi­tió a los par­ti­dos bur­gue­ses hacer ver que ellos podrían “hacer algo para la cla­se obre­ra”»7.

En este con­tex­to, Marx y Engels ya nos habían adver­ti­do en La ideo­lo­gía ale­ma­na de 1846 que lle­ga un momen­to a par­tir del cual las fuer­zas pro­duc­ti­vas se trans­for­man en fuer­zas des­truc­ti­vas, aun­que no es una defi­ni­ción sufi­cien­te. Será en el Mani­fies­to del Par­ti­do Comu­nis­ta de 1848 don­de lee­mos: «¿Cómo se sobre­po­ne a las cri­sis la bur­gue­sía? De dos mane­ras: des­tru­yen­do vio­len­ta­men­te una gran masa de fuer­zas pro­duc­ti­vas y con­quis­tán­do­se nue­vos mer­ca­dos, a la par que pro­cu­ran­do explo­tar más con­cien­zu­da­men­te los mer­ca­dos anti­guos. Es decir, que reme­dia unas cri­sis pre­pa­ran­do otras más exten­sas e impo­nen­tes y muti­lan­do los medios de que dis­po­ne para pre­ca­ver­las»8. La des­truc­ción vio­len­ta de las fuer­zas pro­duc­ti­vas es situa­cio­nes de cri­sis abso­lu­ta se plas­ma en «la gue­rra total como la for­ma final de deva­lua­ción»9.

La deci­si­va fuer­za pro­duc­ti­va es el pro­le­ta­ria­do y la mujer tra­ba­ja­do­ra en su inte­rior. Con y en cada cri­sis aumen­ta el des­em­pleo y el lla­ma­do «ejér­ci­to indus­trial de reser­va», cuyos gran­des bata­llo­nes son los de las muje­res pro­le­ta­rias en paro, que actúa como fuer­za de des­unión y ren­di­ción. Derro­tar a la cla­se obre­ra es una prio­ri­dad siem­pre, pero vital para la bur­gue­sía en las cri­sis. Ade­más de esta vic­to­ria en la gue­rra social, el capi­tal tam­bién nece­si­ta con­quis­tar otros mer­ca­dos, saquean­do a sus pue­blos, así como estru­jan­do al máxi­mo a los que ya opri­mía antes. ¿Aca­so no es esta una sucin­ta defi­ni­ción de qué es, cómo y para qué actúa la «indus­tria de la matan­za» de per­so­nas? ¿Cuán­ta vio­len­cia mate­rial y sim­bó­li­ca hace fal­ta para derro­tar a la cla­se obre­ra? ¿Cuán­ta es nece­sa­ria para inva­dir físi­ca o eco­nó­mi­ca­men­te paí­ses –«mer­ca­dos»– y expo­liar­los? ¿Qué es enton­ces el Esta­do como for­ma polí­ti­co-mili­tar del capi­tal, y qué fun­ción tie­ne en su perpetuación?

De El Capi­tal vamos a extraer solo dos refe­ren­cias que dan una idea exac­ta de esa indus­tria: la pri­me­ra y más direc­ta ade­más escri­ta en cur­si­va, apa­re­ce en el famo­so capí­tu­lo XXIV: «La vio­len­cia es la coma­dro­na de toda socie­dad vie­ja que lle­va en sus entra­ñas otra nue­va. Es, por sí mis­ma, una poten­cia eco­nó­mi­ca»100. La segun­da son las inten­sas pági­nas sobre las seis prin­ci­pa­les medi­das bur­gue­sas que con­tra­rres­tan la ley de la ten­den­cia decre­cien­te de la cuo­ta media de ganan­cia: 1) Aumen­to del gra­do de explo­ta­ción del tra­ba­jo. 2) Reduc­ción del sala­rio por deba­jo de su valor. 3) Aba­ra­ta­mien­to de los ele­men­tos que for­man el capi­tal cons­tan­te. 4) La super­po­bla­ción rela­ti­va. 5) El comer­cio exte­rior. Y 6) Aumen­to del capi­tal-accio­nes11. Nin­gu­na de las seis pue­de ser ple­na­men­te efec­ti­va sin la pre­sión direc­ta e indi­rec­ta de las vio­len­cias del Esta­do y, en caso extre­mo, sin la bru­ta­li­dad de la matan­za. Veá­mos­lo en La gue­rra civil en Fran­cia, de 1871:

La civi­li­za­ción y la jus­ti­cia del orden bur­gués apa­re­cen en todo su sinies­tro esplen­dor don­de­quie­ra que los escla­vos y los parias de este orden osan rebe­lar­se con­tra sus seño­res. En tales momen­tos, esa civi­li­za­ción y esa jus­ti­cia se mues­tran como lo que son: sal­va­jis­mo des­ca­ra­do y ven­gan­za sin ley. Cada nue­va cri­sis que se pro­du­ce en la lucha de cla­ses entre los pro­duc­to­res y los apro­pia­do­res hace resal­tar este hecho con mayor cla­ri­dad. Has­ta las atro­ci­da­des come­ti­das por la bur­gue­sía en junio de 1848 pali­de­cen ante la infa­mia indes­crip­ti­ble de 1871. El heroís­mo abne­ga­do con que la pobla­ción de París – hom­bres, muje­res y niños– luchó por espa­cio de ocho días des­pués de la entra­da de los ver­sa­lle­ses en la ciu­dad, refle­ja la gran­de­za de su cau­sa, como las haza­ñas infer­na­les de la sol­da­des­ca refle­jan el espí­ri­tu inna­to de esa civi­li­za­ción, de la que es el bra­zo ven­ga­dor y mer­ce­na­rio. ¡Glo­rio­sa civi­li­za­ción ésta, cuyo gran pro­ble­ma estri­ba en saber cómo des­pren­der­se de los mon­to­nes de cadá­ve­res hechos por ella des­pués de haber cesa­do la bata­lla!12.

Dan­do por sabi­da la can­ti­dad de refe­ren­cias que ambos hacen sobre esta indus­tria, aho­ra cita­mos solo dos veces a Engels en cues­tio­nes cru­cia­les, como vere­mos. La pri­me­ra tra­ta sobre la uni­fi­ca­ción de Ale­ma­nia a base de gue­rras, uni­fi­ca­ción deci­si­va para enten­der la evo­lu­ción del capi­ta­lis­mo: «¿Aca­so el plan de reor­ga­ni­za­ción del ejér­ci­to no había sido ya pre­sen­ta­do en for­ma aca­ba­da por la bur­gue­sía y aca­so ésta no había expre­sa­do públi­ca­men­te su deseo de que apa­re­cie­se un enér­gi­co hom­bre de Esta­do pru­siano que pusie­se en prác­ti­ca el plan, exclu­ye­se a Aus­tria de Ale­ma­nia y uni­fi­ca­se los peque­ños Esta­dos ale­ma­nes bajo la hege­mo­nía de Pru­sia?»13.

La indus­tria pru­sia­na de la matan­za, crea­da con­cien­zu­da­men­te por su bur­gue­sía, tri­tu­ró a caño­na­zos la revo­lu­ción de 1848, derro­tó a Dina­mar­ca en 1864, a Aus­tria en 1866, a Fran­cia en 1870, cola­bo­ró deci­si­va­men­te en el masi­vo cri­men del París de 1871 y mili­ta­ri­zó a fon­do la socie­dad ale­ma­na, su eco­no­mía, su red ferro­via­ria y su iden­ti­dad nacio­nal-bur­gue­sa pro­fun­da­men­te racis­ta –«el pue­blo racial»14–, vital para la gue­rra de 1914 – 1918, para el nazis­mo des­de 1933 has­ta 1945, para la OTAN y para el actual apo­yo incon­di­cio­nal al nazis­mo ucra­niano con­tra Rusia. Nos hace­mos una idea más ple­na de la ver­dad expues­ta por Engels al cono­cer que en 1909 el todo­po­de­ro­so empre­sa­rio ale­mán W. Rathe­nau dijo: «Tres­cien­tas per­so­nas, que se cono­cen muy bien entre sí, diri­gen los des­ti­nos eco­nó­mi­cos del con­ti­nen­te»15.

La segun­da tra­ta sobre la «pro­fe­cía» de Engels en su car­ta a Kautsky de 12 de sep­tiem­bre de 1894 en la que sos­te­nía que la gue­rra entre Rusia y Japón con­lle­va­ría el fin de la anti­gua Chi­na ace­le­ran­do su indus­tria­li­za­ción lo que agra­va­ría la cri­sis ya que «la pro­duc­ción capi­ta­lis­ta no tie­ne más que Chi­na por con­quis­tar, y, con­quis­tán­do­la al fin, se hace impo­si­ble a sí mis­ma en los luga­res en don­de nació…»16. Tres comen­ta­rios bre­ves: sal­van­do las dis­tan­cias, la «pro­fe­cía» se cum­plió poco más de un siglo des­pués, como se ve aho­ra mis­mo; la gue­rra ace­le­ró la revo­lu­ción rusa de 1905 con sus cole­ta­zos en otros paí­ses influ­yen­do deter­mi­nan­te­men­te en la evo­lu­ción del mar­xis­mo; y la gue­rra mos­tró que la «indus­tria de la matan­za» era deci­si­va para sos­te­ner unos años el decré­pi­to zaris­mo e impul­sar el joven impe­ria­lis­mo nipón. La gue­rra, en sín­te­sis, influ­yó en la orga­ni­za­ción capi­ta­lis­ta del tra­ba­jo median­te la pro­duc­ción orien­ta­da a for­ta­le­cer los ejércitos.

El méto­do Yakarta

Hablar de «indus­tria de matan­za de hom­bres» es infi­ni­ta­men­te más efec­ti­vo para la eman­ci­pa­ción social que uti­li­zar la expre­sión ambi­gua y fal­sa­men­te neu­tra­lis­ta de «com­ple­jo indus­trial-mili­tar» tal cual la popu­la­ri­zó el gene­ral Eisenho­wer en su cam­pa­ña pre­si­den­cial de 1953 para atraer­se el voto pro­gre de la épo­ca. Inclu­so la del mili­tar pre­si­den­te es menos pro­fun­da que las emplea­das por his­to­ria­do­res mili­ta­res céle­bres como, por ejem­plo, Roger Cai­llois al afir­mar que la gue­rra es «una empre­sa orga­ni­za­da de des­truc­ción»17 que se acer­ca mucho a lo que pen­sa­ban Marx y Engels, pero no alcan­za su poten­cial heu­rís­ti­co. Michael Howard se acer­ca algo menos cuan­do defi­ne a la gue­rra y al mili­ta­ris­mo como «ulti­ma ratio mer­ca­to­rum así como regum»18.

Des­de lue­go que la con­cep­tua­li­za­ción mar­xis­ta de indus­tria de la matan­za huma­na es más abar­ca­do­ra y heu­rís­ti­ca­men­te más explo­ra­do­ra que las ante­rio­res. Pero tam­bién lo es de la clá­si­ca defi­ni­ción de Clau­se­witz sobre que la gue­rra es la con­ti­nua­ción de la polí­ti­ca por otros medios, defi­ni­ción cier­ta pero limi­ta­da que Lenin y los bol­che­vi­ques mejo­ra­ron radi­cal­men­te: «[…] expli­car la inevi­ta­bi­li­dad del his­tó­ri­co acer­ca­mien­to de Rusia a la gue­rra patria, socia­lis­ta, de libe­ra­ción; […] El Con­gre­so con­si­de­ra que la úni­ca garan­tía segu­ra del afian­za­mien­to de la revo­lu­ción socia­lis­ta triun­fan­te en Rusia es su trans­for­ma­ción en revo­lu­ción obre­ra inter­na­cio­nal»19.

En una pri­me­ra mira­da, es ver­dad que la gue­rra es una empre­sa orga­ni­za­da de des­truc­ción, y que tam­bién es la razón últi­ma del mer­ca­do y del poder, pero es impre­ci­sa para com­pren­der la uni­dad y lucha de con­tra­rios en la gue­rra social que empu­ja al Esta­do como for­ma polí­ti­co-mili­tar del capi­tal a desa­rro­llar todo lo posi­ble la indus­tria de la matan­za huma­na. Por ejem­plo, y cen­trán­do­nos en el perío­do que va de 1947 a 2022 en lo que con­cier­ne a la obse­sión impe­ria­lis­ta de bal­ca­ni­zar Rusia según el plan yan­qui de 1914, no hay duda de que el méto­do de Lenin es el úni­co que tie­ne una visión inte­gral. Par­ti­mos de 1947 por­que enton­ces, en el agos­to de ese año, se reu­nió en Washing­ton el Comi­té Con­jun­to de Pla­ni­fi­ca­ción de Gue­rra para avan­zar en la bal­ca­ni­za­ción defi­ni­ti­va de la URSS en base al apar­ta­do 3.e) de su docu­men­to para reem­pla­zar los gobier­nos comu­nis­tas de la URSS «por gobier­nos for­ma­dos por equi­pos de per­so­nas pre­via­men­te esco­gi­das por noso­tros y regí­me­nes mili­ta­res, según se requie­ra»20, tal y como expli­ca J.E. Garcés.

¿Y qué decir de los suce­si­vos pla­nes de liqui­dar nuclear­men­te a la URSS ela­bo­ra­dos por la OTAN en sus pri­me­ros años de exis­ten­cia? Tene­mos tam­bién el ejem­plo, en otras dece­nas, del plan de un fac­ción impe­ria­lis­ta al final de la gue­rra de Corea (1950−1953), sobre si lan­zar bom­bas ató­mi­cas con­tra Corea, Chi­na y la URSS21. La «doc­tri­na Eisenho­wer» de 1957 esta­ba idea­da para impe­dir el acce­so de la URSS al Medi­te­rrá­neo y a la vez derro­tar el «avan­ce comu­nis­ta»22 en Orien­te Medio.

Los crí­me­nes fran­ce­ses no pudie­ron derro­tar al pue­blo arge­lino que, sobre un sin­fín de cadá­ve­res, asen­tó su inde­pen­den­cia en 1962: «Las deten­cio­nes se hacían sin nin­gún requi­si­to legal. La poli­cía y los mili­ta­res tor­tu­ra­ban sis­te­má­ti­ca­men­te a los cap­tu­ra­dos, com­bi­nan­do los gol­pes, la elec­tri­ci­dad y el agua. Des­pués de haber con­se­gui­do que habla­sen, se fusi­la­ba a los pre­sos […] Aus­sa­res­ses lo expli­ca sin nin­gu­na emo­ción: “Había que matar­los y los he mata­do […] eso es todo”»23. Tam­po­co las atro­ci­da­des japo­ne­sas, fran­ce­sas y nor­te­ame­ri­ca­nas ayu­da­das por aus­tra­lia­nos y otras tro­pas inva­so­ras, evi­ta­ron la derro­ta del impe­ria­lis­mo en Viet­nam ante una nación que lle­va­ba siglos sacri­fi­cán­do­se para con­quis­tar su liber­tad, has­ta el pun­to de que Esta­dos Uni­dos pen­só en bom­bar­dear­la nuclear­men­te, poco antes de que idea­se en 1977 la des­truc­ción de la URSS sin impor­tar­le la muer­te horren­da de alre­de­dor de cien millo­nes de soviéticos.

De entre las razo­nes que expli­can las derro­tas del impe­ria­lis­mo y el que no emplea­se la Bom­ba, aho­ra des­ta­ca­mos una muy impor­tan­te: la «ayu­da» eco­nó­mi­ca impe­ria­lis­ta al lla­ma­do Ter­cer Mun­do no resol­vía los pro­ble­mas agu­dí­si­mos crea­dos por el colo­nia­lis­mo y lle­va­dos a lo insu­fri­ble des­de el siglo XIX, mien­tras que la ayu­da de la URSS sí lo logra­ba, como reco­no­ció por enton­ces el anti­co­mu­nis­ta F. Stern­berg24. Y el fra­ca­so era debi­do a que esa «ayu­da» era par­te de la estra­te­gia con­tra­in­sur­gen­te y anti­co­mu­nis­ta. La ayu­da real sovié­ti­ca, por el con­tra­rio, logra­ba que los pue­blos bene­fi­cia­dos por ella equi­li­bra­ran la balan­za mun­dial pre­sio­nan­do al impe­ria­lis­mo para que no recu­rrie­ra a la Bom­ba, ade­más de la pro­pia fuer­za mili­tar soviética.

Estos y otros pue­blos mos­tra­ron los lími­tes de la indus­tria de la matan­za huma­na. Aun­que J. Kee­gan es un poco exce­si­vo al decir que «duran­te la déca­da de los sesen­ta el impe­ria­lis­mo fue derro­ta­do en todos los fren­tes»25, sí es muy pro­ba­ble que tan­ta derro­ta hicie­ra pen­sar al impe­ria­lis­mo en la nece­si­dad de mul­ti­pli­car su inhu­ma­ni­dad, y de ahí la razón de las atro­ci­da­des rebe­la­das en el méto­do Yakar­ta arri­ba cita­do, ase­si­nan­do a millo­nes de indo­ne­sios para aho­gar en san­gre el avan­ce comu­nis­ta, como tam­bién en Nuestramérica:

Bobby Ken­nedy, a quien Bow­les con­si­de­ra­ba «agre­si­vo, dog­má­ti­co y des­pia­da­do», esta­ba dis­pues­to a uti­li­zar medi­das toda­vía más drás­ti­cas para dar for­ma a Amé­ri­ca Lati­na según su pare­cer. Des­pués del ase­si­na­to del dic­ta­dor domi­ni­cano Rafael Tru­ji­llo, los her­ma­nos Ken­nedy dis­cu­tie­ron los bene­fi­cios de enviar a los mari­nes al país. Como no daría una bue­na ima­gen, Bobby sugi­rió que, sen­ci­lla­men­te, dina­mi­ta­ran ellos mis­mos el con­su­la­do esta­dou­ni­den­se. Así ten­drían argu­men­tos para la inva­sión26.

Sin poder ser exhaus­ti­vos e insis­tien­do en las dife­ren­cias, Corea, Arge­lia, Viet­nam, Nues­tra­mé­ri­ca, Indo­ne­sia… enca­ja­ban per­fec­ta­men­te en el mode­lo inte­gra­do de Lenin de impe­ria­lis­mo, Esta­do, opre­sión nacio­nal y dia­léc­ti­ca, siner­gia refor­za­da por la crea­ción de la OTAN en 1949 y de otras orga­ni­za­cio­nes polí­ti­co-mili­ta­res simi­la­res pos­te­rio­res. El Mayo-68 y la cri­sis socio­eco­nó­mi­ca y polí­ti­co-cul­tu­ral, agra­va­da por la cri­sis del dólar en 1971 y la del petró­leo en 1973, más el sal­to con­cien­cia­dor que supu­ro la vic­to­ria de Viet­nam en 1975, fue­ron par­te de las pre­sio­nes que for­za­ron al impe­ria­lis­mo a mejo­rar drás­ti­ca­men­te su sis­te­ma repre­si­vo, par­te de su indus­tria de la matan­za; en espe­cial a la mili­ta­ri­za­ción de la «cien­cia»27 como ins­tru­men­to de poder impe­ria­lis­ta y de acu­mu­la­ción de capi­tal, pero tam­bién como ins­tru­men­to de «repre­sión blan­da»28 mien­tras no sea aún nece­sa­ria la dura espe­cial­men­te con­tra el lla­ma­do Ter­cer Mun­do, tal cual se cri­ti­có a fina­les de la déca­da de 1970, mien­tras el Plan Cón­dor actua­ba como una «dic­ta­du­ra sin fron­te­ras»29.

La indus­tria de la matan­za huma­na lle­va­ba tiem­po amplian­do sus fren­tes entre otras tác­ti­cas tam­bién con la de la «ayu­da huma­ni­ta­ria» según hemos vis­to. Para media­dos de los seten­ta y a raíz de las derro­tas sufri­das, aña­dió una tác­ti­ca nue­va, la de los dere­chos huma­nos bur­gue­ses. En 1977 Fidel Cas­tro escri­bió: «Al impe­ria­lis­mo le ha dado aho­ra por la manía de hablar de los dere­chos huma­nos, para los impe­ria­lis­tas los dere­chos huma­nos equi­va­len al dere­cho a la dis­cri­mi­na­ción racial, el dere­cho a la opre­sión de la mujer, el dere­cho a saquear los recur­sos natu­ra­les de los pue­blos; para los impe­ria­lis­tas los dere­chos huma­nos son el vicio, la mise­ria, la pobre­za, la igno­ran­cia. Solo los paí­ses revo­lu­cio­na­rios lucha­mos ver­da­de­ra­men­te por dere­chos huma­nos, por la dig­ni­dad del hom­bre, por la liber­tad de los pue­blos»30.

En efec­to, duran­te la Admi­nis­tra­ción Car­ter (1977−1980) el impe­ria­lis­mo dio un impul­so pode­ro­so a los dere­chos huma­nos bur­gue­ses como el celo­fán mul­ti­co­lor que embe­lle­ce la san­gre de la repre­sión. Pero lo hizo den­tro de una estra­te­gia gene­ral que uti­li­za­ría a la sinies­tra­men­te famo­sa Comi­sión Tri­la­te­ral o «el gobierno invi­si­ble»31, para legi­ti­mar cua­tro esló­ga­nes que al ins­tan­te serían readap­ta­dos por el neo­li­be­ra­lis­mo: inter­de­pen­den­cia, coope­ra­ción, nue­va demo­cra­cia y dere­chos huma­nos32 bur­gue­ses. Sien­do esto muy impor­tan­te para la legi­ti­ma­ción de las vio­len­cias del capi­tal, lo deci­si­vo era cómo se des­en­vol­vían sus con­tra­dic­cio­nes inso­lu­bles, en espe­cial las rela­cio­na­das con nues­tro tema.

Para fina­les de la déca­da de 1970, y según un pre­mo­ni­tor tex­to de E. Man­del cita­do por V. Fisas el capi­ta­lis­mo solo tenía cin­co vías de sali­da de la cri­sis: inver­tir en I+D, pre­ca­ri­zar el tra­ba­jo, des­lo­ca­li­zar empre­sas a las semi­co­lo­nias, reorien­tar las inver­sio­nes hacia la agri­cul­tu­ra e intro­du­cir masi­va­men­te la micro­elec­tró­ni­ca. No hace fal­ta decir que todas y cada una de estas medi­das exi­gen dosis más o menos duras de vio­len­cia y has­ta de gue­rra, pero lo más impor­tan­te es que el capi­ta­lis­mo se lan­zó a crear nue­vos mer­ca­dos para el mili­ta­ris­mo, tam­bién empe­zó a emplear los ali­men­tos como arma estra­té­gi­ca con­tra los pue­blos, y se agu­di­zó la com­pe­ten­cia entre Esta­dos Uni­dos, Ale­ma­nia y Japón por el domi­nio de la micro­elec­tró­ni­ca33. Simul­tá­nea­men­te, la Admi­nis­tra­ción Reagan impul­sa­ba al máxi­mo la era del «terro­ris­mo nor­te­ame­ri­cano»34 que gol­pea­ba sis­te­má­ti­ca e impu­ne­men­te allí don­de lo con­si­de­ra­se necesario.

El empleo de la ali­men­ta­ción como arma impe­ria­lis­ta35 a la vez que como recur­so de ganan­cia finan­cie­ra es una de las aplas­tan­tes demos­tra­cio­nes del papel de la indus­tria de la matan­za en el capi­ta­lis­mo, y las dos serían impo­si­bles sin la acción de sus ejér­ci­tos. El méto­do leni­nis­ta de inte­grar en una tota­li­dad impe­ria­lis­mo, Esta­do, opre­sión nacio­nal y dia­léc­ti­ca sir­ve para expli­car­nos por qué el capi­tal expe­ri­men­ta con per­so­nas36 la ren­ta­bi­li­dad y la leta­li­dad del arma agro­quí­mi­ca. El exter­mi­nio de las resis­ten­cias por ham­bre requie­re de la ágil inter­ac­ción de todos los apa­ra­tos impe­ria­lis­tas, pro­ce­so inne­ga­ble des­de comien­zos del siglo XXI: en 2003 el pre­su­pues­to mili­tar yan­qui supe­ra­ba «el total com­bi­na­do» de los cator­ce Esta­dos con más gas­to mili­tar del mun­do, entre ellos Japón, Euro­pa, Rusia y Chi­na37. Y la dis­tan­cia ha ido cre­cien­do has­ta hoy.

Domi­nio de la den­si­dad urbana

La ter­ce­ra Gran Depre­sión ini­cia­da en 2007 – 2008 exa­cer­bó esta irra­cio­na­li­dad que se expan­de has­ta el aho­ra mis­mo. Como suce­de siem­pre en estos momen­tos, el mar­xis­mo vivió y vive un reju­ve­ne­ci­mien­to que mejo­ra el méto­do leni­nis­ta en su uni­dad. Por ejem­plo, debe­mos deba­tir si par­te de su teo­ría del impe­ria­lis­mo está anti­cua­da, como tam­bién la de Hil­fer­ding en el pro­ble­ma de la com­pe­ten­cia38, com­pa­ra­da con la pro­fun­di­dad de Marx, u otras refle­xio­nes crí­ti­cas al res­pec­to39, etc. Sin embar­go, aun­que la com­pe­ten­cia es una seña de iden­ti­dad del capi­ta­lis­mo, la limi­ta­ción de Lenin no anu­la su actua­li­dad demos­tra­da en seis pun­tos, según, J. Salem:

Una, la cues­tión cla­ve de la polí­ti­ca, del poder y del Esta­do. Dos, la impor­tan­cia cre­cien­te de las luchas de libe­ra­ción nacio­nal. Tres, la orga­ni­za­ción revo­lu­cio­na­ria, la con­cien­cia polí­ti­ca orga­ni­za­da den­tro de la espon­ta­nei­dad de las masas, la inter­ac­ción entre teo­ría, pro­pa­gan­da polí­ti­ca y agi­ta­ción de masas. Cua­tro, recu­pe­rar el mate­ria­lis­mo y la dia­léc­ti­ca. Cin­co, crear la Inter­na­cio­nal Comu­nis­ta en un momen­to crí­ti­co para la huma­ni­dad. Y seis, su pra­xis per­so­nal, su recha­zo a toda buro­cra­cia, honor y pri­vi­le­gio, su for­ma de vida aus­te­ra y sen­ci­lla, su inde­pen­den­cia de cri­te­rio y su rei­vin­di­ca­ción per­ma­nen­te de la auto­crí­ti­ca y de la éti­ca mar­xis­ta40.

No crea­mos que «el cere­bro en acción» del Lenin de alre­de­dor de 1914 no tenía ape­nas o nada que ver con el de fases ante­rio­res. Si estu­dia­mos su méto­do de entre 1898 – 1902, vemos que es el mis­mo, aun­que menos desa­rro­lla­do: polí­ti­ca, Esta­do y orga­ni­za­ción, for­man un con­cep­to com­ple­jo y varia­ble, ope­ra­ti­vo en el ¿Qué hacer? de 1902. Según Lenin, la revo­lu­ción no es «un úni­co acto»41 sino un pro­ce­so muy lar­go en el que se pro­du­cen ace­le­ro­nes y estan­ca­mien­tos, esta­lli­dos vio­len­tos y situa­cio­nes de cal­ma, repre­sio­nes y fases demo­crá­ti­co-bur­gue­sas. La cues­tión del poder y por tan­to del Esta­do reco­rre todo el ¿Qué hacer? Por­que: «[…] las posi­cio­nes de Lenin esta­ban en con­ti­nuo movi­mien­to, aun­que eran fie­les a una rigu­ro­sa lógi­ca inter­na»42. Según J. Salem, para Lenin: «La revo­lu­ción es una gue­rra, y la polí­ti­ca es, de mane­ra gene­ral, com­pa­ra­ble al arte mili­tar»43.

La demo­cra­cia bur­gue­sa tie­ne como uno de sus obje­ti­vos ocul­tar la reali­dad de la gue­rra social entre bur­gue­sía y pro­le­ta­rios. Lenin denun­ció ese enga­ño: «Pero esta demo­cra­cia está siem­pre com­pri­mi­da en el estre­cho mar­co de la explo­ta­ción capi­ta­lis­ta y, por eso, es siem­pre, en esen­cia, demo­cra­cia para la mino­ría, solo para las cla­ses posee­do­ras, solo para los ricos […] en el cur­so corrien­te y pací­fi­co de los acon­te­ci­mien­tos, la mayo­ría de la pobla­ción es ale­ja­da de toda par­ti­ci­pa­ción en la vida polí­ti­co-social»44. El feti­chis­mo par­la­men­ta­ris­ta resis­te en situa­cio­nes corrien­tes y pací­fi­cas las muy razo­na­das crí­ti­cas de la izquier­da que demues­tran que la demo­cra­cia bur­gue­sa es la for­ma exter­na de la dic­ta­du­ra del capi­tal, y resis­te pre­ci­sa­men­te por­que es irracional.

Pero es duran­te las cri­sis cuan­do se debi­li­ta ese feti­chis­mo. La lucha de cla­ses reini­ció un ascen­so len­to y entre­cor­ta­do a par­tir de 2008 – 2009 en el que no vamos a exten­der­nos aho­ra. En 2011 D. Ben­saïd escri­bió: «La cri­sis con­sis­te, pues, en “esta­ble­cer por la fuer­za” la unión entre los momen­tos de la pro­duc­ción y de con­su­mo” cuya auto­no­mía se pro­mo­vió, pero que “son esen­cial­men­te uno”»45. En 2013 J. Fon­ta­na expli­có por qué la otra cara de la cri­sis era –es– «la lucha por la tie­rra y por los ali­men­tos» a esca­la pla­ne­ta­ria des­de que en 2008 esta­lla­ron los «des­equi­li­brios estruc­tu­ra­les»46 de la cade­na ali­men­ta­ria mun­dial con­tro­la­da por el capitalismo.

Con dife­ren­tes for­mas y rit­mos, la lucha por la ali­men­ta­ción y por el terri­to­rio, en resu­mi­das cuen­tas por la ener­gía, se libra en toda la socie­dad capi­ta­lis­ta por­que se enfren­ta al mis­mo ata­que bur­gués que no duda en recu­rrir a diver­sos gra­dos de matan­za para repri­mir­las. Ener­gía y terri­to­rio son una tota­li­dad que, jun­to al tiem­po, for­man la reali­dad social en la que se libra la lucha de cla­ses y que en su esen­cia mate­ria­lis­ta dan cuer­po a esa «fuer­za pro­duc­ti­va estra­té­gi­ca»47 que el impe­ria­lis­mo de todas las épo­cas nece­si­ta inva­dir y explo­tar, y en el caso capi­ta­lis­ta sí debe des­truir­las para, sobre sus ceni­zas, reini­ciar una nue­va fase expan­si­va en la medi­da de lo posi­ble por­que «el capi­tal es, en suma, una fuer­za de recon­fi­gu­ra­ción espa­cial»48.

Según los con­tex­tos y cir­cuns­tan­cias recon­fi­gu­rar el espa­cio requie­re más pre­sión eco­nó­mi­ca o más pre­sión mili­tar, aun­que fre­cuen­te­men­te las dos a la vez por­que de un modo u otro, o simul­tá­nea­men­te, ambas impo­nen la ley que legi­ti­ma la con­quis­ta del terri­to­rio o su recon­quis­ta si éste se había libe­ra­do. Es com­pren­si­ble, por tan­to, que la ter­ce­ra Gran Depre­sión con­lle­va­ra un sal­to en la indus­tria de la matan­za de per­so­nas, de modo que para 2015 se podía decir que:

La gue­rra, la des­truc­ción masi­va de seres huma­nos, de capi­tal fijo e infra­es­truc­tu­ras, etc., fue el recur­so de la cla­se domi­nan­te fren­te a las cri­sis cícli­cas en la fase expan­si­va del capi­tal; sin embar­go, ante la cri­sis de la fase de la domi­na­ción real y total del capi­tal, la gue­rra adquie­re una dimen­sión pre­do­mi­nan­te­men­te inten­si­va, al yux­ta­po­ner a las for­mas béli­cas con­ven­cio­na­les (gue­rras loca­les en la peri­fe­ria capi­ta­lis­ta), la ofen­si­va social en el pro­pio cen­tro capi­ta­lis­ta. La ter­ce­ra gue­rra mun­dial, pues, es de carác­ter social, emi­nen­te­men­te implo­si­va, con fren­tes defi­ni­dos a cate­go­rías socia­les (des­em­pleo, pre­ca­ri­za­ción, depen­den­cia, exclu­sión, etc.) y con diver­sos gra­dos de inten­si­dad, según la inser­ción de cada país o región eco­nó­mi­ca en el pro­ce­so mun­dial de acu­mu­la­ción de capi­tal49.

Aun así, esa gue­rra social implo­si­va sub­su­me en ella for­mas «clá­si­cas» fun­cio­na­les al impe­ria­lis­mo, como las abier­tas o sote­rra­das en Siria, Pales­ti­na, Libia, Irak, Afga­nis­tán…, por citar algu­nas, o inclu­so la gue­rra nazi con­tra las repú­bli­cas popu­la­res del Don­bass que ese momen­to ini­cia­ba su esca­la­da bajo la direc­ción de la OTAN. Con la agu­di­za­ción de la cri­sis y de la lucha de cla­ses, la gue­rra social implo­si­va obli­ga al impe­ria­lis­mo a mejo­rar sus tác­ti­cas de matan­za físi­ca pero tam­bién moral, psi­co­ló­gi­ca, etc., para poder res­pon­der en 2018 a la mul­ti­pli­ca­ción de cam­pos de bata­lla tan varia­dos. Recien­te­men­te sufri­mos la tác­ti­ca de los «gol­pes blan­do», de los «gol­pes judi­cia­les» como méto­do inser­to en la ten­den­cia al Esta­do de excep­ción pla­ne­ta­rio, como argu­men­ta L. Armendáriz:

La pin­za, por prin­ci­pio, ya no la con­for­man la manu mili­ta­ri y el Poder Legis­la­ti­vo como en los gol­pes de Esta­do con­ven­cio­na­les, sino los mass media, como cuar­to poder, y el poder judi­cial. Sobre la base de simu­la­cros mediá­ti­cos, los jue­ces solo copian y dan pro­ce­den­cia jurí­di­ca, sin prue­bas, a las acu­sa­cio­nes dise­ña­das e inven­ta­das para los mass media e inter­net a fin de con­cre­tar la ofen­si­va del law­fa­re. Los prin­ci­pa­les pode­res del Big Data, Goo­gleFace­book, por delan­te, están jugan­do un papel estra­té­gi­co en la pro­mo­ción de esce­na­rios de bellum omni­um con­tra omnes con las fake news como arma y la pro­pul­sión de la ten­den­cia a Esta­do de excep­ción pla­ne­ta­rio […] Los gol­pes de Esta­do sua­ves o blan­dos no sig­ni­fi­can la nega­ción total de la manu mili­ta­ri. Con la vio­len­cia deca­den­te pres­ta, siem­pre están dis­pues­tos a tran­si­tar a gol­pes de Esta­do duros. Esto fue jus­to lo que suce­dió con el gol­pe de Esta­do que puso en peli­gro la vida de Evo Mora­les, en Boli­via, en 2019 con la dispu­ta esta­dou­ni­den­se por el litio como mate­ria pri­ma estra­té­gi­ca de la nue­va revo­lu­ción tec­no­ló­gi­ca50.

La gra­ve­dad de la cri­sis glo­bal del siglo XXI ha ense­ña­do al impe­ria­lis­mo a simul­ta­near el gol­pe blan­do judi­cial con el gol­pe mili­tar, y una vez más es Esta­dos Uni­dos quien diri­ge el pro­gra­ma de coop­ta­ción, for­ma­ción y direc­ción del poder judi­cial para que, cuan­do lle­gue el momen­to, eje­cu­ten esos gol­pes blan­dos judi­cia­les51. A la vez la cri­sis le ha ense­ña­do a mejo­rar los méto­dos repre­si­vos basa­do en el domi­nio de la men­te, de la estruc­tu­ra psí­qui­ca incons­cien­te de las cla­ses explo­ta­das: «Las PSYOP habían sido defi­ni­das ofi­cial­men­te en la doc­tri­na del DoD como “acti­vi­da­des ideo­ló­gi­cas, mili­ta­res, eco­nó­mi­cas y polí­ti­cas pla­ni­fi­ca­das y orien­ta­das hacia paí­ses, orga­ni­za­cio­nes e indi­vi­duos para gene­rar emo­cio­nes, acti­tu­des, enten­di­mien­to, creen­cias y com­por­ta­mien­tos favo­ra­bles a la con­se­cu­ción de los obje­ti­vos mili­ta­res y polí­ti­cos de Esta­dos Uni­dos”»52.

En la medi­da en que esas nue­vas armas de la indus­tria de la matan­za pier­den efec­to debi­do a que las cla­ses y nacio­nes opri­mi­das, tam­bién los Esta­dos que se resis­ten al impe­ria­lis­mo, etc., desa­rro­llan sis­te­mas de auto­de­fen­sa con­tra las PSYOP, en esa medi­da el capi­tal inten­si­fi­ca el lla­ma­do «cuar­to domi­nio» que con­sis­te en que «la tec­no­lo­gía […] mere­ce ser con­si­de­ra­da como un domi­nio de lide­raz­go dis­tin­to, con su pro­pia capa­ci­ta­ción, edu­ca­ción y expe­rien­cias nece­sa­rias»53. Aun­que las PSYOP y el cuar­to domi­nio son méto­dos idea­dos en el Pen­tá­gono, tam­bién Esta­dos impe­ria­lis­tas inves­ti­gan lo mis­mo dado que sufren los mimos cam­bios en la lucha de cla­ses, al mar­gen de sus formas.

C. Vela ana­li­zó en 2018 las cada vez más fre­cuen­tes luchas socia­les que ralen­ti­za­ban e inclu­so para­li­za­ban el pro­ce­so ente­ro de acu­mu­la­ción en ramas impres­cin­di­bles de capi­tal, como son la logís­ti­ca, el trans­por­te, el alma­ce­na­mien­to, etc., es decir que dañan el pro­ce­so de rea­li­za­ción del capi­tal y con él el cir­cui­to ente­ro de pro­duc­ción, cir­cu­la­ción y rea­li­za­ción. ¿Úni­ca alter­na­ti­va para le capi­tal?: «la cri­mi­na­li­za­ción del con­flic­to»54 en una espi­ral de fero­ci­dad que sur­ge de las entra­ñas bur­gue­sas: «has­ta su últi­mo alien­to his­tó­ri­co, por así decir­lo, el capi­tal desa­rro­lla sin fre­nos las fuer­zas pro­duc­ti­vas a tra­vés de la com­pe­ten­cia uni­ver­sal, y eso es pre­ci­sa­men­te de lo que se mue­re. Se mue­re en medio de una diná­mi­ca de des­truc­ción y no en una fase pací­fi­ca de seni­li­dad»55.

Pero se tra­ta de una muer­te que debe ser eje­cu­ta­da por el pro­le­ta­ria­do con su lucha revo­lu­cio­na­ria por­que de lo con­tra­rio, como insis­tió Lenin, el capi­ta­lis­mo siem­pre se recu­pe­ra sobre océa­nos cre­cien­tes de mise­ria. Comen­tan­do las tesis de R. Kurz, M. Roberts mati­za la tesis de R. Kurz arri­ba vis­ta de esta for­ma: «La socie­dad debe esco­ger entre avan­zar al socia­lis­mo o vol­ver a un esta­dio de bar­ba­rie pre­ca­pi­ta­li­sa, por­que ya no pue­de con­ti­nuar como has­ta aho­ra»56. Pági­nas antes, comen­tan­do un grá­fi­co sobre la evo­lu­ción capi­ta­lis­ta M. Roberts había dado su opi­nión al res­pec­to: «A menos que la cla­se tra­ba­ja­do­ra con­si­ga el poder polí­ti­co y reem­pla­ce el sis­te­ma capi­ta­lis­ta por otro sis­te­ma, la figu­ra sugie­re que el capi­ta­lis­mo encon­tra­rá una sali­da. No hay nin­gu­na cri­sis per­ma­nen­te, es decir, que lle­ve a un colap­so endó­geno com­ple­to»57.

La bur­gue­sía nun­ca va a sui­ci­dar­se como cla­se domi­nan­te entre­gan­do pací­fi­ca y ale­gre­men­te sus pro­pie­da­des, su Esta­do y su ejér­ci­to al pro­le­ta­ria­do. La res­pues­ta repre­si­va más bru­tal y mili­ta­ri­za­da para salir de la ter­ce­ra Gran Depre­sión lle­gó de nue­vo des­de el Pen­tá­gono en 2021: la indus­tria de la matan­za debía adap­tar­se para masa­crar en los «ambien­tes huma­nos den­sos», es decir, las gran­des barria­das obre­ras empo­bre­ci­das que rodean los redu­ci­dos núcleos de lujo bur­gués que, por su caó­ti­ca com­ple­ji­dad y el mal esta­do de sus enre­ve­sa­das vías de trans­por­te, son «ver­da­de­ros desa­fíos para las ope­ra­cio­nes mul­ti­do­mi­nio»58. Por mul­ti­do­mi­nio se entien­de eso pre­ci­sa­men­te: domi­nio total que, en caso extre­mo de cri­sis de super­vi­ven­cia de poder impe­ria­lis­ta, cuan­do no tie­ne más reme­dio que lan­zar­se a la gue­rra para apro­piar­se de todo, enton­ces ese domi­nio abso­lu­to debe rea­li­zar­se median­te la des­truc­ción de las resis­ten­cias. Leamos:

La temi­ble nove­dad de la secuen­cia abier­ta por la «cri­sis» finan­cie­ra del 2008 no se ejem­pli­fi­ca úni­ca­men­te con la inten­si­fi­ca­ción de la guber­na­men­ta­li­dad de las gue­rras den­tro de la pobla­ción («polí­ti­cas de aus­te­ri­dad») sino tam­bién con las rela­cio­nes que la máqui­na de gue­rra del Capi­tal se verá obli­ga­do a man­te­ner con la expan­sión de las máqui­nas de gue­rra pos­fas­cis­tas. Los nue­vos fas­cis­mos inter­vie­nen pro­fun­da­men­te en la secuen­cia polí­ti­ca, ya que subor­di­nan las rela­cio­nes de poder gobernantes/​gobernados al pun­to de vis­ta de la «gue­rra» (amigo/​enemigo). El esce­na­rio de los nue­vos fas­cis­mos se ins­ta­la explí­ci­ta­men­te en el terreno de las gue­rras civi­les. Desig­na, sin ambi­güe­da­des, al extran­je­ro, al inmi­gran­te, al refu­gia­do, al musul­mán como el enemi­go simul­tá­nea­men­te interno y externo, al tiem­po que afir­ma la «natu­ra­li­dad» de la hete­ro­se­xua­li­dad59.

El comu­nis­mo utó­pi­co y, en espe­cial, el comu­nis­mo mar­xis­ta, valo­ra­ban y valo­ran al máxi­mo «el papel estra­té­gi­co de las ciu­da­des para el capi­tal»60 y de los nue­vos fas­cis­mos en su inte­rior, en espe­cial su for­ma pos­mo­der­na61. En 2017 la fuer­za arma­da espa­ño­la demos­tró cómo domi­nar la den­si­dad urba­na en la Cata­lun­ya inde­pen­den­tis­ta, al igual que lo había hecho y sigue hacien­do en Eus­kal Herria, Anda­lu­cía y otras nacio­nes opri­mi­das. Des­de diciem­bre de 2021 la Legión, uni­dad mili­tar selec­ta y con un his­to­rial repre­si­vo atroz, se está entre­nan­do en el «con­trol de masas»62, y la poli­cía auto­nó­mi­ca vas­con­ga­da ha adqui­ri­do tec­no­lo­gía sio­nis­ta de espio­na­je –Celle­bri­te63– para con­tro­lar en tiem­po real la ten­den­cia al alza de la resis­ten­cia obre­ra y popu­lar, y así prac­ti­ca la repre­sión pre­ven­ti­va y la mani­pu­la­ción psi­co­po­lí­ti­ca, endu­re­cer­la y exten­der el «cuar­to domi­nio» a la den­sa conur­ba­ción capi­ta­lis­ta vasca.

Con­clu­sión

La ayu­da defen­si­va rusa a las repú­bli­cas popu­la­res del Don­bass, aho­ra rein­te­gra­das en Rusia tras refe­ren­dos mayo­ri­ta­rios, ha actua­li­za­do el méto­do del joven Lenin ele­va­do a un gra­do supe­rior duran­te la gue­rra de 1914 – 1918. No debe­mos rom­per ese méto­do según nos con­ven­ga, como se hace asi­dua­men­te con­tra Marx ais­lan­do total­men­te su crí­ti­ca eco­nó­mi­ca de la polí­ti­ca, filo­só­fi­ca, his­tó­ri­ca, cul­tu­ral, éti­ca… de tal modo que cada cual coja la que pue­da, le gus­te o intere­se, como en la tras­na­cio­nal yan­qui Ama­zon. La teo­ría de Lenin del impe­ria­lis­mo tal cual exis­tía has­ta 1916, for­ma par­te de una tota­li­dad en la que tam­bién inter­vie­nen sus estu­dios sobre la opre­sión nacio­nal, sus lec­tu­ras de la dia­léc­ti­ca hege­lia­na y sobre el Estado.

Lógi­ca e inevi­ta­ble­men­te algu­na par­te o varias de cada una de estas cua­tro áreas de la tota­li­dad ha o han pasa­do a segun­do plano tras cien años de lucha de cla­ses mun­dial por los avan­ces cien­tí­fi­cos, etc. Des­ca­li­fi­car la gue­rra defen­si­va de Rusia dicien­do que es una gue­rra inter-impe­ria­lis­ta con la OTAN, ampu­tan­do el méto­do de Lenin, abso­lu­ti­zan­do fue­ra de tiem­po y espa­cio tro­zos esco­gi­dos de su obra sobre el impe­ria­lis­mo, sin con­si­de­rar su méto­do gene­ral y el nivel con­cre­to de sus ideas en esos años, es un cra­so error.

Las repú­bli­cas popu­la­res del Don­bass luchan des­de 2014 en una gue­rra de libe­ra­ción nacio­nal con­tra el ucro­na­zis­mo y la OTAN apli­can­do la teo­ría leni­nis­ta de la auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos. Rusia defien­de su sobe­ra­nía nacio­nal ame­na­za­da cada vez más des­de hace vein­te años, como míni­mo. El impe­ria­lis­mo inten­ta que sea la alian­za entre la oli­gar­quía anti-Putin y el ucro­na­zis­mo la que ven­zan, aho­guen en san­gre al pro­le­ta­ria­do ruso, tro­ceen el país en bene­fi­cio de Esta­dos Uni­dos y pre­pa­ren el ata­que a Chi­na ya rodea­da por todas par­tes. Muchos paí­ses y Esta­dos del pla­ne­ta, por no decir la mayo­ría, se posi­cio­nan direc­ta o indi­rec­ta­men­te a favor de Rusia por­que saben que aho­ra mis­mo es el mayor obs­tácu­lo a la indus­tria de la matan­za huma­na, por­que com­pren­den que ya está lle­gan­do la hora de derro­tar de uno u otro al impe­ria­lis­mo y al neo­co­lo­nia­lis­mo. Pode­mos datar el ini­cio defi­ni­ti­vo de esta lucha anti­co­lo­nial y anti­im­pe­ria­lis­ta en la revo­lu­ción hai­tia­na de fina­les del siglo XVIII con su lar­ga his­to­ria de muchas derro­tas y algu­nas vic­to­rias en su haber.

El impe­ria­lis­mo yan­qui está dis­ci­pli­nan­do jerár­qui­ca­men­te a las bur­gue­sías euro­peas y de otros con­ti­nen­tes que depen­den de su poder mili­tar-finan­cie­ro, para enfren­tar­las a los nue­vos pode­res que un poco gené­ri­ca­men­te aho­ra pode­mos defi­nir como la mul­ti­po­la­ri­dad guia­da por la cre­cien­te alian­za entre Rusia y Chi­na, con la inser­ción total o con alian­zas serias y a rit­mos e inten­si­da­des dife­ren­tes de Irán, Vene­zue­la, Cuba, India… La dis­ci­pli­na­ri­za­ción de las bur­gue­sías que depen­den de Esta­dos Uni­dos para sos­te­ner­se en el poder va uni­da al giro al cen­tro amor­fo y pasi­vo del reformismo.

La céle­bre prio­ri­dad leni­nis­ta por el poder –«la cues­tión del poder»– es hoy más actual que nun­ca por­que hoy es más actual que nun­ca la mis­ma cues­tión pero expre­sa­da con el len­gua­je del Mani­fies­to del Par­ti­do Comu­nis­ta: la cues­tión de la pro­pie­dad. Den­tro de la mul­ti­po­la­ri­dad, con sus fuer­tes dife­ren­cias inter­nas, ya empie­za a tomar cuer­po el espec­tro del comu­nis­mo en algu­nas de sus corrien­tes. Es por eso que, como decía­mos al prin­ci­pio, las tro­pas ucro­na­zis al man­do de la OTAN dina­mi­tan todas las esta­tuas de Lenin que pue­den, efi­gies res­tau­ra­das por las mili­cias popu­la­res con­for­me recon­quis­tan su nación. En las actua­les con­di­cio­nes de la Unión Euro­pea y de los Esta­dos espa­ñol y fran­cés, es una nece­si­dad rea­li­zar la divul­ga­ción masi­va del méto­do de Lenin: con­tra el impe­ria­lis­mo, con­tra el Esta­do, con­tra la opre­sión nacio­nal y con­tra el meca­ni­cis­mo y el idealismo.

Iña­ki Gil de San Vicente

Eus­kal Herria, 11 de octu­bre de 2022

  1. Karl Marx: «Car­ta a Engels, 7 de julio de 1866», Car­tas sobre «El Capi­tal», Edi­cio­nes Bol­si­llo, Bar­ce­lo­na 1974, p. 119.
  2. Vin­cent Bevins: El méto­do Yakar­ta, Capi­tán Swing, Madrid 2021, p. 241 (https://​elsud​ame​ri​cano​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​0​9​/​2​9​/​e​l​-​m​e​t​o​d​o​-​y​a​k​a​r​t​a​-​t​h​e​-​j​a​k​a​r​t​a​-​m​e​t​h​o​d​-​w​a​s​h​i​n​g​t​o​n​s​-​a​n​t​i​c​o​m​m​u​n​i​s​t​-​c​r​u​s​a​d​e​-​a​n​d​-​t​h​e​-​m​a​s​s​-​m​u​r​d​e​r​-​p​r​o​g​r​a​m​-​t​h​a​t​-​s​h​a​p​e​d​-​o​u​r​-​w​o​r​l​d​-​p​o​r​-​v​i​c​e​n​t​-​b​e​v​i​n​s​-​p​df/).
  3. É. Alliez y M. Laz­za­ra­to: Gue­rras y capi­tal, Tra­fi­can­tes de sueños,Madrid 2022, p. 263.
  4. Raya Duna­yevs­ka­ya: «Hegel, Marx, Lenin, Fanon y la dia­léc­ti­ca de la libe­ra­ción en la actua­li­dad», El poder de la nega­ti­vi­dad. Escri­tos sobre la dia­léc­ti­ca en Hegel y Marx. Biblos, Bue­nos Aires 2010, pp. 237 – 260.
  5. Has­san Ham­dan: El pen­sa­mien­to revo­lu­cio­na­rio de Frantz Fanon, 2020ko abuz­tua­ren 19(e)an (https://​boltxe​.eus/​2​0​2​0​/​0​8​/​1​9​/​e​l​-​p​e​n​s​a​m​i​e​n​t​o​-​r​e​v​o​l​u​c​i​o​n​a​r​i​o​-​d​e​-​f​r​a​n​t​z​-​f​a​n​on/).
  6. Lutz Raphael: Ley y orden, Siglo XXI, Madrid 2008, pp. 123 – 128.
  7. Mike Mac­nair: Las lec­cio­nes de Erfurt: la Segun­da Inter­na­cio­nal ¿se basó en ‘par­ti­dos de toda la cla­se’?, 20 de octu­bre de 2013 (https://​www​.sin​per​mi​so​.info/​t​e​x​t​o​s​/​l​a​s​-​l​e​c​c​i​o​n​e​s​-​d​e​-​e​r​f​u​r​t​-​l​a​-​s​e​g​u​n​d​a​-​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​l​-​s​e​-​b​a​s​-​e​n​-​p​a​r​t​i​d​o​s​-​d​e​-​t​o​d​a​-​l​a​-​c​l​ase).
  8. K. Marx y F. Engels: Mani­fies­to del Par­ti­do Comu­nis­ta (https://www.marxists.org/espanol/m‑e/1840s/48-manif.htm).
  9. David Har­vey: Los lími­tes del capi­ta­lis­mo y la teo­ría mar­xis­ta, FCE, Méxi­co 1990, pp. 445 – 447.
  10. K. Marx: El Capi­tal, FCE, Méxi­co 1973, libro I, p. 639. Tam­bién en https://​webs​.ucm​.es/​i​n​f​o​/​b​a​s​/​e​s​/​m​a​r​x​-​e​n​g​/​o​e​2​/​m​r​x​o​e​2​0​9​.​htm
  11. K. Marx: Idem, libro III, pp. 232 – 239.
  12. K. Marx: La gue­rra civil en Fran­cia, abril-mayo 1871 (https://www.marxists.org/espanol/m‑e/1870s/gcfran/guer.htm).
  13. F. Engels: El papel de la vio­len­cia en la his­to­ria, mar­zo de 1888 (https://www.marxists.org/espanol/m‑e/1880s/1888viol.htm).
  14. Franz Neu­mann: Behe­moth, FCE, Madrid 1983, pp. 123 – 155.
  15. M. Otte: El crash de la infor­ma­ción, Ariel, Bar­ce­lo­na 2010, p. 139.
  16. F. Engels: «Car­ta a Kautsky, 23 de sep­tiem­bre de 1894», Car­tas sobre «El Capi­tal», Edi­cio­nes Bol­si­llo, Bar­ce­lo­na 1974, p. 310.
  17. Roger Cai­llois: La cues­ta de la gue­rra, FCE, Méxi­co 1975, p. 13.
  18. Michael Howard: La gue­rra en la his­to­ria euro­pea, FCE, Méxi­co, 1983, p. 79.
  19. V.I. Lenin: «Reso­lu­ción sobre la gue­rra y la paz», Acer­ca de las gue­rras jus­tas e injus­tas, Pro­gre­so, Mos­cú 1985, pp. 144 – 145.
  20. Joan E. Gar­cés: Sobe­ra­nos e inter­ve­ni­dos, Siglo XXI, Madrid 2012, pp. 439 y ss.
  21. David Hal­ber­tam: La gue­rra olvi­da­da, Crí­ti­ca, Bar­ce­lo­na 2008, pp. 785 y ss.
  22. Josep Fon­ta­na: Por el bien del impe­rio, Pasa­do & Pre­sen­te, Bar­ce­lo­na 2013, pp. 236 y ss.
  23. Josep Fon­ta­na: Idem, pp. 332 – 333.
  24. Fritz Stern­berg: La revo­lu­ción mili­tar e indus­trial de nues­tro tiem­po, FCE, Bue­nos Aires 1961, pp. 322 y ss.
  25. John Kee­gan: His­to­ria de la gue­rra, Pla­ne­ta, Bar­ce­lo­na 1999, p. 452.
  26. Vin­cent Bevins: El méto­do Yakar­ta, Capi­tán Swing, Madrid 2021, p. 148 (https://​elsud​ame​ri​cano​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​0​9​/​2​9​/​e​l​-​m​e​t​o​d​o​-​y​a​k​a​r​t​a​-​t​h​e​-​j​a​k​a​r​t​a​-​m​e​t​h​o​d​-​w​a​s​h​i​n​g​t​o​n​s​-​a​n​t​i​c​o​m​m​u​n​i​s​t​-​c​r​u​s​a​d​e​-​a​n​d​-​t​h​e​-​m​a​s​s​-​m​u​r​d​e​r​-​p​r​o​g​r​a​m​-​t​h​a​t​-​s​h​a​p​e​d​-​o​u​r​-​w​o​r​l​d​-​p​o​r​-​v​i​c​e​n​t​-​b​e​v​i​n​s​-​p​df/).
  27. Geor­ges Menahem: La cien­cia y la ins­ti­tu­ción mili­tar, Ica­ria, Bar­ce­lo­na 1977, pp. 75 y ss.
  28. Geor­ges Menahem: Idem, pp. 229 y ss.
  29. RedE­co­Al­ter­na­ti­vo: Plan Cón­dor. La dic­ta­du­ra sin fron­te­ras, 24 de mar­zo de 2022 (https://www.redeco.com.ar/nacional/ddhh/35456-plan‑c%C3%B3ndor-las-dictaduras-sin-fronteras).
  30. Fidel Cas­tro: Dis­cur­so en el esta­dio Ber­na­dio Soma­lia, 13 de mar­zo de 1977, Edic. OR, La Haba­na 1977, pp. 24 – 25.
  31. Bruno Car­de­ño­sa: El gobierno invi­si­ble, El espe­jo de tin­ta, Madrid 2007, pp. 79 – 92 (https://​cba​glo​bal​.com​.ar/​l​a​-​c​o​m​i​s​i​o​n​-​t​r​i​l​a​t​e​r​a​l​-​p​o​d​e​r​-​l​a​-​s​o​m​b​ra/).
  32. AA.VV.: EE.UU. 1945 – 1985 Eco­no­mía Polí­ti­ca y mili­ta­ri­za­ción de la Eco­no­mía, IEPALA, Madrid 1985, pp. 260 – 270.
  33. Vice­nç Fisas Armen­gol: Cri­sis del mili­ta­ris­mo y mili­ta­ri­za­ción de la cri­sis, Fon­ta­ma­ra, Bar­ce­lo­na 1982, pp. 55 – 56.
  34. Josep Fon­ta­na: op. cit., pp. 647 – 653.
  35. Iris Val­de­mí: Cada cua­tro segun­dos una per­so­na mue­re de ham­bre en el mun­do, 20 de sep­tiem­bre de 2022 (https://​www​.laiz​quier​da​dia​rio​.com/​C​a​d​a​-​c​u​a​t​r​o​-​s​e​g​u​n​d​o​s​-​u​n​a​-​p​e​r​s​o​n​a​-​m​u​e​r​e​-​d​e​-​h​a​m​b​r​e​-​e​n​-​e​l​-​m​u​ndo).
  36. Darío Aran­da: En Rafae­la quie­ren auto­ri­zar fumi­ga­cio­nes a cin­cuen­ta metros de escue­las y vivien­das, 21 de junio de 2022 (https://​www​.pagi​na12​.com​.ar/​4​3​0​7​0​4​-​e​n​-​r​a​f​a​e​l​a​-​q​u​i​e​r​e​n​-​a​u​t​o​r​i​z​a​r​-​f​u​m​i​g​a​c​i​o​n​e​s​-​a​-​5​0​-​m​e​t​r​o​s​-​d​e​-​esc).
  37. Alex Calli­ni­cos: Un mani­fies­to anti­ca­pi­ta­lis­ta, Crí­ti­ca, Bar­ce­lo­na 2003, p. 69.
  38. G. Dumé­nil y D. Lévy: «Los tres cam­pos de la teo­ría de las rela­cio­nes finan­cie­ras de Marx. El capi­tal finan­cie­ro en Hil­fer­ding y en Lenin», Las finan­zas capi­ta­lis­tas, Herra­mien­ta, Bue­nos Aires 2009, pp. 205 – 247.
  39. Rolan­do Asta­ri­ta: «El impe­ria­lis­mo, fase supe­rior del capi­ta­lis­mo, aná­li­sis crí­ti­co», HicRho­dus, Dosier: A cien años del «Impe­ria­lis­mo» de Lenin, núme­ro 10, julio de 2016 (https://​publi​ca​cio​nes​.socia​les​.uba​.ar/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​/​h​i​c​r​h​o​d​u​s​/​a​r​t​i​c​l​e​/​v​i​e​w​/​1​788).
  40. Jean Salem: Lenin y la revo­lu­ción, Penín­su­la, Bar­ce­lo­na 2009.
  41. V.I. Lenin: ¿Qué hacer?, Obras com­ple­tas, Pro­gre­so, Mos­cú 1981, tomo 6, p. 187.
  42. V. Stra­da: «La polé­mi­ca entre bol­che­vi­ques y men­che­vi­ques sobre la revo­lu­ción de 1905», His­to­ria del mar­xis­mo, Bru­gue­ra, 1979, tomo 5, p. 170.
  43. Jean Salem: op. cit., pp. 39 – 52.
  44. V.I. Lenin: El Esta­do y la revo­lu­ción, Obras com­ple­tas, Pro­gre­so, Mos­cú 1986, tomo 33, p. 89.
  45. Daniel Ben­saïd: Marx ha vuel­to, EDHASA, Bar­ce­lo­na 2011, p. 158.
  46. Josep Fon­ta­na: op. cit., pp. 949 y ss.
  47. Andrés Barre­da Marín: El espa­cio geo­grá­fi­co como fuer­za pro­duc­ti­va estra­té­gi­ca en El capi­tal de Marx (https://​elsud​ame​ri​cano​.word​press​.com/​2​0​2​1​/​0​1​/​3​0​/​e​l​-​e​s​p​a​c​i​o​-​g​e​o​g​r​a​f​i​c​o​-​c​o​m​o​-​f​u​e​r​z​a​-​p​r​o​d​u​c​t​i​v​a​-​e​s​t​r​a​t​e​g​i​c​a​-​e​n​-​e​l​-​c​a​p​i​t​a​l​-​d​e​-​m​a​r​x​-​p​o​r​-​a​n​d​r​e​s​-​b​a​r​r​e​d​a​-​m​a​r​in/).
  48. Franck Fisch­bach: «De cómo el capi­tal cap­tu­ra el tiem­po», Marx. Releer El Capi­tal, Akal, Madrid 2012, p. 91.
  49. Cor­sino Vela: La socie­dad implo­si­va, Mutu­rre­ko Buru­ta­zioak, Bil­bo 2015, p. 155.
  50. Luís Ariz­men­di: Ten­den­cia al Esta­do de excep­ción pla­ne­ta­rio y cri­sis glo­bal del siglo XXI (https://​elsud​ame​ri​cano​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​1​0​/​0​2​/​t​e​n​d​e​n​c​i​a​-​a​-​e​s​t​a​d​o​-​d​e​-​e​x​c​e​p​c​i​o​n​-​p​l​a​n​e​t​a​r​i​o​-​y​-​c​r​i​s​i​s​-​g​l​o​b​a​l​-​d​e​l​-​s​i​g​l​o​-​x​x​i​-​p​o​r​-​l​u​i​s​-​a​r​i​z​m​e​n​di/).
  51. Jor­ge Elbaum: Coop­ta­ción jurí­di­ca: El rol de las agen­cias esta­dou­ni­den­ses para con­tro­lar a los fis­ca­les y magis­tra­dos de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, 9 de octu­bre de 2022 (https://​por​ta​lal​ba​.org/​t​e​m​a​s​/​j​u​s​t​i​c​i​a​/​l​a​w​f​a​r​e​/​c​o​o​p​t​a​c​i​o​n​-​j​u​r​i​d​i​c​a​-​a​g​e​n​c​i​a​s​-​e​s​t​a​d​o​u​n​i​d​e​n​s​e​s​-​c​o​n​t​r​o​l​-​f​i​s​c​a​l​e​s​-​y​-​m​a​g​i​s​t​r​a​d​o​s​-​l​a​t​i​n​o​a​m​e​r​i​c​a​n​os/).
  52. D. Cowan y Ch. Cook: ¿Qué hay en un nom­bre?, 29 de agos­to de 2018 (https://​www​.arm​yu​press​.army​.mil/​J​o​u​r​n​a​l​s​/​E​d​i​c​i​o​n​-​H​i​s​p​a​n​o​a​m​e​r​i​c​a​n​a​/​A​r​c​h​i​v​o​-​d​e​-​a​r​t​i​c​u​l​o​s​-​e​x​c​l​u​s​i​v​o​s​-​e​n​-​l​i​n​e​a​/​H​i​s​p​a​n​o​a​m​e​r​i​c​a​n​a​-​O​n​-​l​i​n​e​-​2​0​18/).
  53. B. R. Hil­de­brand: El cuar­to domi­nio, 2 de febre­ro de 2021 (https://​www​.arm​yu​press​.army​.mil/​J​o​u​r​n​a​l​s​/​E​d​i​c​i​o​n​-​H​i​s​p​a​n​o​a​m​e​r​i​c​a​n​a​/​A​r​c​h​i​v​o​-​d​e​-​a​r​t​i​c​u​l​o​s​-​e​x​c​l​u​s​i​v​o​s​-​e​n​-​l​i​n​e​a​/​H​i​s​p​a​n​o​a​m​e​r​i​c​a​n​a​-​O​n​-​l​i​n​e​-​2​0​21/).
  54. Cor­sino Vela: Capi­ta­lis­mo ter­mi­nal, Tra­fi­can­tes de sue­ños, Madrid 2018, pp. 141 – 181.
  55. Robert Kurz: La sus­tan­cia del capi­tal, Encla­ve, Madrid 2021, p. 212.
  56. Michael Roberts: La lar­ga depre­sión, El vie­jo Topo, Bar­ce­lo­na 2017, p. 319.
  57. Michael Roberts: Idem, p. 315.
  58. R. L. Wol­fel, A. Rich­mond y J. Rid­ge­way: Ambien­tes huma­nos den­sos. Ver­da­de­ros desa­fíos para las ope­ra­cio­nes mul­ti­do­mi­nio, 5 de mayo 2021 (https://​www​.arm​yu​press​.army​.mil/​J​o​u​r​n​a​l​s​/​E​d​i​c​i​o​n​-​H​i​s​p​a​n​o​a​m​e​r​i​c​a​n​a​/​A​r​c​h​i​v​o​-​d​e​-​a​r​t​i​c​u​l​o​s​-​e​x​c​l​u​s​i​v​o​s​-​e​n​-​l​i​n​e​a​/​H​i​s​p​a​n​o​a​m​e​r​i​c​a​n​a​-​O​n​-​l​i​n​e​-​2​0​2​1​/​W​o​l​f​e​l​-​S​P​-​O​LE/).
  59. É. Alliez y M. Laz­za­ra­to: Gue­rras y capi­tal, Tra­fi­can­tes de sue­ños, Madrid 2022, p. 326.
  60. Mats Lucía Bayer: El papel estra­té­gi­co de las ciu­da­des para el capi­tal, 4 de octu­bre de 2022 (https://​www​.cadtm​.org/​E​l​-​p​a​p​e​l​-​e​s​t​r​a​t​e​g​i​c​o​-​d​e​-​l​a​s​-​c​i​u​d​a​d​e​s​-​p​a​r​a​-​e​l​-​c​a​p​i​tal).
  61. Albert Recio Andreu: Neo­fas­cis­mo post­mo­der­nos, 7 de octu­bre de 2022 (https://​www​.revis​ta​ram​bla​.com/​n​e​o​f​a​s​c​i​s​m​o​-​p​o​s​m​o​d​e​r​no/).
  62. Dani­lo Albin: Los legio­na­rios se entre­nan en el «con­trol de masas» con la ayu­da de poli­cías y guar­dias civi­les, 3 de diciem­bre de 2021 (https://​www​.publi​co​.es/​p​o​l​i​t​i​c​a​/​l​e​g​i​o​n​a​r​i​o​s​-​e​n​t​r​e​n​a​n​-​c​o​n​t​r​o​l​-​m​a​s​a​s​-​a​y​u​d​a​-​p​o​l​i​c​i​a​s​-​g​u​a​r​d​i​a​s​-​c​i​v​i​l​e​s​.​h​tml).
  63. Ahos­tar Zelaie­ta: Celle­bri­te, el soft­wa­re de vigi­lan­cia israe­lí de la Ertzain­tza para acce­der a telé­fo­nos móvi­les (https://​paki​toa​rria​ran​.org/​n​o​t​i​c​i​a​s​/​c​e​l​l​e​b​r​i​t​e​-​e​l​-​s​o​f​t​w​a​r​e​-​d​e​-​v​i​g​i​l​a​n​c​i​a​-​i​s​r​a​e​l​i​-​d​e​-​l​a​-​e​r​t​z​a​i​n​t​z​a​-​p​a​r​a​-​a​c​c​e​d​e​r​-​t​e​l​e​f​o​nos).
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