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Para Israel, matar niños pales­ti­nos es una polí­ti­ca de Estado

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Israel ase­si­na a niños pales­ti­nos como par­te de su polí­ti­ca de Esta­do. Esta afir­ma­ción pue­de demos­trar­se fácil­men­te y está res­pal­da­da por las últi­mas con­clu­sio­nes de un infor­me de Human Rights Watch. La cues­tión es por qué.

Cuan­do la poli­cía o el ejér­ci­to dis­pa­ran a un niño en cual­quier par­te del mun­do, gene­ral­men­te se pue­de decir, al menos en teo­ría, que fue un error des­afor­tu­na­do y trá­gi­co. Pero cuan­do miles de niños mue­ren y resul­tan heri­dos de for­ma sis­te­má­ti­ca, «ruti­na­ria» y com­pa­ra­ble en un perio­do de tiem­po rela­ti­va­men­te cor­to, enton­ces se tra­ta sin duda de algo muy deliberado.

En un infor­me recien­te titu­la­do West Bank: Increa­se in the num­ber of Pales­ti­nian chil­dren killed by Israe­li for­ces (Cis­jor­da­nia: Aumen­to del núme­ro de niños pales­ti­nos ase­si­na­dos por las fuer­zas israe­líes), HRW lle­ga a una con­clu­sión nefas­ta basa­da en un examen exhaus­ti­vo de datos médi­cos, rela­tos de tes­ti­gos pre­sen­cia­les, gra­ba­cio­nes de vídeo e inves­ti­ga­cio­nes sobre el terreno, estas últi­mas rela­ti­vas a cua­tro casos concretos.

El pri­me­ro es el de Mah­moud Al-Sadi, pales­tino de 17 años del cam­po de refu­gia­dos de Yenín. Fue ase­si­na­do el pasa­do noviem­bre, a 320 metros de los com­ba­tes entre las fuer­zas inva­so­ras israe­líes y los com­ba­tien­tes de la resis­ten­cia en Yenín. Mah­moud se diri­gía a la escue­la y no lle­va­ba nada que pudie­ra con­si­de­rar­se, des­de el pun­to de vis­ta de los sol­da­dos, ame­na­za­dor o sospechoso.

La his­to­ria del niño de Yenín es típi­ca y se repi­te a menu­do en toda Cis­jor­da­nia ocu­pa­da, a veces a dia­rio. El resul­ta­do pre­vi­si­ble, como dice HRW, es que estos ase­si­na­tos van segui­dos de «prác­ti­ca­men­te nin­gu­na ren­di­ción de cuentas».

Has­ta el 22 de agos­to, 34 niños pales­ti­nos de Cis­jor­da­nia habían sido ase­si­na­dos en 2023, lo que aña­de más cifras trá­gi­cas a un año que pro­me­te ser el más vio­len­to des­de 2005.

Este año «ya supera las cifras anua­les de 2022 y la cifra más alta des­de 2005» en tér­mi­nos de víc­ti­mas, decla­ró Tor Wen­nes­land, Coor­di­na­dor Espe­cial de la ONU para Orien­te Medio, en una sesión infor­ma­ti­va orga­ni­za­da por las Nacio­nes Uni­das el 21 de agosto.

Estas esta­dís­ti­cas, entre otros fac­to­res ‑inclui­da la expan­sión de los asen­ta­mien­tos judíos israe­líes ile­ga­les en Cis­jor­da­nia- «ame­na­zan con empeo­rar la difí­cil situa­ción de los pales­ti­nos más vul­ne­ra­bles», según Wennesland.

Pero estos «pales­ti­nos más vul­ne­ra­bles» no son solo estadísticas.

Cuan­do los sol­da­dos israe­líes mata­ron a Moham­med Tami­mi, de dos años, el 5 de junio, el nom­bre del niño se aña­dió a una cre­cien­te «lis­ta de la vergüenza».

Sin embar­go, el recuer­do del peque­ño, como el de todos los demás niños pales­ti­nos, está gra­ba­do en la con­cien­cia colec­ti­va de todos los pales­ti­nos. Acen­túa su dolor, pero tam­bién les obli­ga a luchar y resistir.

Para los pales­ti­nos, el ase­si­na­to de sus hijos no es un acto alea­to­rio de un ejér­ci­to que care­ce de dis­ci­pli­na y no teme reper­cu­sio­nes. Los pales­ti­nos saben que la gue­rra de Israel con­tra los niños es una par­te intrín­se­ca de la gue­rra más amplia de Israel con­tra todos ellos.

Por supues­to, Israel no decla­ra ofi­cial­men­te que está ata­can­do deli­be­ra­da­men­te a los niños pales­ti­nos. Sería un desas­tre para las rela­cio­nes públi­cas. En el pasa­do, sin embar­go, algu­nos fun­cio­na­rios israe­líes han baja­do la guar­dia, pro­po­nien­do una lógi­ca extra­ña y muy inquietante.

Los niños pales­ti­nos son «peque­ñas ser­pien­tes», escri­bió la polí­ti­ca israe­lí Aye­let Sha­ked en 2015. En un post de Face­book reco­gi­do por el Washing­ton Post, Sha­ked lla­ma­ba a matar a «las madres de los már­ti­res [pales­ti­nos]».

Con ello, decla­ra­ba la gue­rra a todos los pales­ti­nos. «Debe­rían seguir a sus hijos», escri­bió, «no hay nada más jus­to». Poco des­pués, Sha­ked se con­vir­tió, en una sór­di­da iro­nía, en minis­tra de Jus­ti­cia de Israel.

Pero no todos los fun­cio­na­rios israe­líes son tan fran­cos sobre el ase­si­na­to de niños pales­ti­nos, e inclu­so de sus madres. Sin embar­go, los datos reco­gi­dos por los gru­pos inter­na­cio­na­les de dere­chos huma­nos no dejan lugar a dudas de que la natu­ra­le­za de los ase­si­na­tos for­ma par­te de una estra­te­gia glo­bal dise­ña­da por el ejér­ci­to israelí.

«En todos los casos», según una recien­te inves­ti­ga­ción de HRW, «las fuer­zas israe­líes dis­pa­ra­ron a los niños en la par­te supe­rior del cuer­po». Esto se hizo sin pre­vio avi­so y sin tomar medi­das menos letales.

Más con­cre­ta­men­te, el ase­si­na­to de niños pales­ti­nos es una estra­te­gia mili­tar israe­lí cen­tra­li­za­da y deliberada.

La mis­ma lógi­ca retor­ci­da, apli­ca­da aho­ra a Cis­jor­da­nia, ya se ha uti­li­za­do en la ase­dia­da Fran­ja de Gaza. Las cifras de la ONU mues­tran que duran­te la gue­rra [https://​www​.inves​ti​gac​tion​.net/​f​r​/​p​o​u​r​-​i​s​r​a​e​l​-​t​u​e​r​-​d​e​s​-​e​n​f​a​n​t​s​-​p​a​l​e​s​t​i​n​i​e​n​s​-​e​s​t​-​u​n​e​-​p​o​l​i​t​i​q​u​e​-​d​e​t​at/] de Israel con­tra los pales­ti­nos en Gaza en 2008 – 2009, 333 niños pales­ti­nos fue­ron ase­si­na­dos; otras esti­ma­cio­nes ele­van la cifra a 410.

Duran­te la ofen­si­va israe­lí de 2012 con­tra Gaza, murie­ron 47 niños; en 2014, 578 niños; en 2021, 66 niños; y en 2022, 17 niños murie­ron a manos de sol­da­dos israe­líes en el terri­to­rio asediado.

Entre 2018 y 2020, 59 niños pales­ti­nos murie­ron duran­te las mani­fes­ta­cio­nes cono­ci­das como «Mar­cha del Retorno», que tuvie­ron lugar fren­te a la valla que sepa­ra Israel de la Fran­ja de Gaza. Todos los niños fue­ron aba­ti­dos a dis­tan­cia por fran­co­ti­ra­do­res israelíes.

El núme­ro de niños muer­tos y heri­dos se cuen­ta por miles. Según la ONU, entre 2015 y 2022 murie­ron exac­ta­men­te 8.700 niños palestinos.

Ni siquie­ra el insen­si­ble y a menu­do des­hu­ma­ni­za­dor tér­mino «daños cola­te­ra­les» pue­de jus­ti­fi­car tales esta­dís­ti­cas. Y aun­que la gue­rra con­tra los niños pales­ti­nos es cla­ra­men­te inten­cio­na­da, pro­lon­ga­da y con­ti­nua, nin­gún sol­da­do ni fun­cio­na­rio del gobierno israe­lí ha ren­di­do cuen­tas ante un tri­bu­nal inter­na­cio­nal.

Ade­más, la «Lis­ta de la ver­güen­za de niños ase­si­na­dos» de la ONU nun­ca ha seña­la­do a Israel, mien­tras que otros paí­ses han sido «nom­bra­dos y aver­gon­za­dos» por crí­me­nes mucho menos gra­ves con­tra los niños.

Dado que el ase­si­na­to de niños se con­si­de­ra ‑según la retor­ci­da lógi­ca de per­so­nas como Sha­ked- útil para Israel, dada la ausen­cia de toda ren­di­ción de cuen­tas, el Esta­do ocu­pan­te no ve razón algu­na para poner fin a su gue­rra con­tra los niños palestinos.

Y con las cada vez más laxas nor­mas de enfren­ta­mien­to mili­tar de Israel, y el ate­rra­dor y geno­ci­da len­gua­je uti­li­za­do por sus minis­tros de extre­ma dere­cha y sus muchos elec­to­res, más niños pales­ti­nos per­de­rán la vida en un futu­ro próximo.

A pesar de ello, los fun­cio­na­rios de la ONU y los gru­pos de defen­sa de los dere­chos pare­cen, en el mejor de los casos, capa­ces de con­ta­bi­li­zar el alar­man­te núme­ro de víc­ti­mas infan­ti­les. Lamen­ta­ble­men­te, nin­gu­na cifra es lo sufi­cien­te­men­te gran­de como para disua­dir a Israel de seguir matan­do pales­ti­nos, inclui­dos niños.

El pro­ble­ma de los pales­ti­nos no es solo la vio­len­cia israe­lí, sino tam­bién la fal­ta de volun­tad inter­na­cio­nal para pedir cuen­tas a Israel.

La ren­di­ción de cuen­tas requie­re uni­dad, deter­mi­na­ción y acción. Esto debe­ría ser una prio­ri­dad para todos los paí­ses que real­men­te se preo­cu­pan por los pales­ti­nos y por los dere­chos huma­nos universales.

Sin esta acción colec­ti­va, los niños pales­ti­nos segui­rán sien­do ase­si­na­dos en gran núme­ro y de las for­mas más bru­ta­les ima­gi­na­bles… una tra­ge­dia que segui­rá entris­te­cién­do­nos pro­fun­da­men­te e inclu­so avergonzándonos.

Ramzy Baroud

10 de sep­tiem­bre de 2023

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