Ponen­cia para el sim­po­sio inter­na­cio­nal ¿Quie­nes son los ver­da­de­ros terroristas?

«La civi­li­za­ción y la jus­ti­cia del orden bur­gués apa­re­cen en todo su sinies­tro esplen­dor don­de­quie­ra que los escla­vos y los parias de este orden osan rebe­lar­se con­tra sus seño­res. En tales momen­tos, esa civi­li­za­ción y esa jus­ti­cia se mues­tran como lo que son: sal­va­jis­mo des­ca­ra­do y ven­gan­za sin ley. Cada nue­va cri­sis que se pro­du­ce en la lucha de cla­ses entre los pro­duc­to­res y los apro­pia­do­res hace resal­tar este hecho con mayor cla­ri­dad. Has­ta las atro­ci­da­des come­ti­das por la bur­gue­sía en junio de 1848 pali­de­cen ante la infa­mia indes­crip­ti­ble de 1871. El heroís­mo abne­ga­do con que la pobla­ción de París –hom­bres, muje­res y niños– luchó por espa­cio de ocho días des­pués de la entra­da de los ver­sa­lle­ses en la ciu­dad, refle­ja la gran­de­za de su cau­sa, como las haza­ñas infer­na­les de la sol­da­des­ca refle­jan el espí­ri­tu inna­to de esa civi­li­za­ción de la que es el bra­zo ven­ga­dor y mer­ce­na­rio. ¡Glo­rio­sa civi­li­za­ción esta, cuyo gran pro­ble­ma estri­ba en saber cómo des­pren­der­se de los mon­to­nes de cadá­ve­res hechos por ella des­pués de haber cesa­do la bata­lla!»1.

Pien­so que recor­dar estas pala­bras de Marx que van al meo­llo del terro­ris­mo son la mejor for­ma de empe­zar la ponen­cia que pre­sen­to a deba­te inter­na­cio­nal y anti­im­pe­ria­lis­ta sobre el por­qué del aumen­to de tan­ta inhu­ma­ni­dad, sobre sus cau­sas de fon­do y, en espe­cial, sobre cómo aca­bar con úni­co terro­ris­mo exis­ten­te, el impe­ria­lis­ta. En el docu­men­to de pre­sen­ta­ción de este Sim­po­sio orga­ni­za­do por el Fren­te Anti­im­pe­ria­lis­ta a cele­brar en Ber­lín del 3 al 6 de noviem­bre de 2023, pode­mos leer: «Las leyes anti­te­rro­ris­tas son la lega­li­za­ción de la explo­ta­ción, del saqueo y del expo­lio sin lími­tes del impe­ria­lis­mo» y, un poco más ade­lan­te, refi­rién­do­se a los recien­tes ata­ques con­tra las liber­ta­des bási­cas, lee­mos: «El párra­fo 129b de Ale­ma­nia es un ejem­plo per­fec­to de cómo las leyes anti­te­rro­ris­tas no cum­plen la ley: 1) No cum­ple las nor­mas del Esta­do de Dere­cho, ni siquie­ra las nor­mas civi­les. 2) Sus­pen­de la sepa­ra­ción de pode­res. 3) Eli­mi­na la pre­sun­ción de ino­cen­cia. 4) No cas­ti­ga el deli­to, sino la visión del mun­do de los ciudadanos».

La impu­ni­dad con la que el ente sio­nis­ta –«Israel»– masa­cra al pue­blo pales­tino en estos días se ve refle­ja­da en las pala­bras de Marx sobre la bru­ta­li­dad extre­ma de la «sol­da­des­ca», del «bra­zo ven­ga­dor y mer­ce­na­rio» de la civi­li­za­ción del capi­tal y de su jus­ti­cia bur­gue­sa cuan­do se sien­te en peli­gro ante el poder revo­lu­cio­na­rio de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Son pala­bras más actua­les hoy que en 1871 por­que la mun­dia­li­za­ción capi­ta­lis­ta ha exten­di­do esos crí­me­nes allí don­de ha podi­do y, sobre todo, ha mul­ti­pli­ca­do y per­fec­cio­na­do sus ins­tru­men­tos de terror físi­co y moral.

Un terror fabri­ca­do indus­trial­men­te y prac­ti­ca­do con la tec­no­lo­gía de la muer­te en masa, es decir, por esa «indus­tria de la matan­za de hom­bres»2, que era como la defi­nían Marx y Engels en su corres­pon­den­cia per­so­nal, que ya tenía un peso productivo/​destructivo enor­me en el capi­ta­lis­mo de 1866, cin­co años antes de la masa­cre comu­ne­ra. La indus­tria­li­za­ción de la muer­te es una fuer­za productivo/​destructiva ele­men­tal para la super­vi­ven­cia del capi­ta­lis­mo y para la correc­ta com­pren­sión del papel del terro­ris­mo en el inte­rior de la ideo­lo­gía bur­gue­sa3 duran­te las eta­pas de su for­ma­ción y en el impe­ria­lis­mo actual. No pode­mos exten­der­nos aquí al terro­ris­mo pre­ca­pi­ta­lis­ta, y menos a los trein­ta y cin­co siglos de «bio­te­rro­ris­mo»4.

Aho­ra bien y para empe­zar, ¿qué es el «terro­ris­mo»? Una de las mejo­res res­pues­tas es la de Alfon­so Sas­tre, dra­ma­tur­go inter­na­cio­nal­men­te reco­no­ci­do y com­pa­ñe­ro de la inol­vi­da­ble Eva Forest, los dos comu­nis­tas e inde­pen­den­tis­tas vas­cos: «De este modo abor­da­mos, ya en 1949, el tema del “terro­ris­mo” (1949), y lue­go hemos insis­ti­do tan­to en él como en la tor­tu­ra; y esto tan­to en la lite­ra­tu­ra como en el tea­tro; y así mis­mo en nues­tra vida social y polí­ti­ca. Por cier­to, que en algún momen­to de tan­tos, yo dije algo que muy bien se pue­de recor­dar hoy, y que siem­pre vie­ne a cuen­to cuan­do oímos las opi­nio­nes bien-pen­san­tes “con­tra el terro­ris­mo”; y es que se lla­ma terro­ris­mo a la gue­rra de los débi­les, y gue­rra –y has­ta “gue­rra lim­pia– al terro­ris­mo de los fuer­tes»5.

Sas­tre ponía el dedo en la lla­ga: la dia­léc­ti­ca de con­tra­rios incon­ci­lia­bles entre la vio­len­cia opri­mi­da, defen­si­va, y el terro­ris­mo de los opre­so­res, tal cual lo había expli­ca­do otro autor al lle­nar de his­to­ria con­cre­ta la defi­ni­ción vacía, hue­ca y abs­trac­ta6 del «terro­ris­mo» de la ideo­lo­gía bur­gue­sa según Alain Gresh. Por no exten­der­nos, la dia­léc­ti­ca de con­tra­rios anta­gó­ni­cos inter­na al con­cep­to de «terro­ris­mo» se plas­ma tam­bién según Geor­ge Labi­ca7 en el con­cep­to de «vio­len­cia» como no podía ser de otro modo: vio­len­cia domi­na­da con­tra vio­len­cia domi­nan­te, bur­gue­sa e impe­ria­lis­ta, sien­do esta segun­da la úni­ca que pue­de y debe ser cali­fi­ca­da como terro­ris­ta. Y fre­cuen­te­men­te, la vio­len­cia defen­si­va de los y las explo­ta­das ha de dar el sal­to a la «auto­de­fen­sa de masas»8 con­tra las ban­das de mato­nes de la patro­nal que, median­te el terror, quie­ren derro­tar al movi­mien­to obrero.

Sin embar­go esta ver­dad tan obvia a la luz de la his­to­ria y del pre­sen­te está silen­cia­da y has­ta anu­la­da en bue­na medi­da en la con­cien­cia refor­mis­ta y con­fu­sa, cuan­do no reac­cio­na­ria, de las cla­ses tra­ba­ja­do­ras alie­na­das. M. Wal­zer afir­mó media­dos de la déca­da de 1970 que: «La pala­bra “terro­ris­mo” se uti­li­za en la mayo­ría de los casos para des­cri­bir la vio­len­cia revo­lu­cio­na­ria. Esta es una peque­ña vic­to­ria para los cam­peo­nes del orden, en cuyas filas, de nin­gún modo resul­tan des­co­no­ci­dos los usos del terror»9. La vic­to­ria del orden al impo­ner el cali­fi­ca­ti­vo de «terro­ris­mo» a la lucha revo­lu­cio­na­ria fue debi­da a fac­to­res que debe­mos ana­li­zar en la bre­ve­dad de este tex­to, pero debe­mos decir que no es una vic­to­ria total e irre­ver­si­ble por­que no pue­de barrer del todo y para siem­pre los efec­tos de las con­tra­dic­cio­nes socia­les en la con­cien­cia de los y las explo­ta­das por­que, como vere­mos, tar­de o tem­prano resur­ge la lucha de cla­ses con diver­sas intensidades.

El mis­mo Wal­zer lo reco­no­ció. No era un radi­cal comu­nis­ta, por lo que tie­ne aún más valor lo que sigue: «Sin duda, hay momen­tos his­tó­ri­cos en los que la lucha arma­da es nece­sa­ria para lograr la liber­tad de los seres huma­nos»100. Y aquí está la razón del por­qué la bur­gue­sía no logra aca­bar del todo, barrer, con la recu­rren­te ten­den­cia al resur­gir de lo que ella defi­ne como «terro­ris­mo». Si la lucha arma­da reapa­re­ce en deter­mi­na­dos momen­tos como «nece­sa­ria» para con­quis­tar la liber­tad, tal cual reco­no­ce el Preám­bu­lo de la Decla­ra­ción Uni­ver­sal de los Dere­chos Huma­nos, es por­que exis­ten impe­ra­ti­vos estruc­tu­ra­les que nacen de con­tra­dic­cio­nes obje­ti­vas inser­tan en la natu­ra­le­za explo­ta­do­ra del sis­te­ma capitalista.

El resur­gi­mien­to de las vio­len­cias defen­si­vas, jus­tas, y de las repre­sio­nes y terro­ris­mos con­tra ellas, es debi­do sim­ple­men­te al carác­ter obje­ti­vo de la explo­ta­ción social y a la reali­dad obje­ti­va de la lucha de cla­ses al mar­gen de la con­cien­cia sub­je­ti­va que se pue­da tener de ella. Una de las con­tra­dic­cio­nes insu­pe­ra­bles del capi­ta­lis­mo es la que enfren­ta el derecho/​necesidad de la lucha obre­ra con­tra la explo­ta­ción con el derecho/​necesidad de la bur­gue­sía de explo­tar a la huma­ni­dad tra­ba­ja­do­ra. Marx lo expli­ca así en el libro I de El Capi­tal:

Pug­nan­do por alar­gar todo lo posi­ble la jor­na­da de tra­ba­jo, lle­gan­do inclu­so, si pue­de, a con­ver­tir una jor­na­da de tra­ba­jo en dos, el capi­ta­lis­ta afir­ma sus dere­chos de com­pra­dor. De otra par­te, el carác­ter espe­cí­fi­co de la mer­can­cía ven­di­da entra­ña un lími­te opues­to a su con­su­mo por el com­pra­dor y, al luchar por redu­cir a una deter­mi­na­da mag­ni­tud nor­mal la jor­na­da de tra­ba­jo, el obre­ro rei­vin­di­ca sus dere­chos de ven­de­dor. Nos encon­tra­mos, pues, ante una anti­no­mia, ante dos dere­chos encon­tra­dos, san­cio­na­dos y acu­ña­dos ambos por la ley que rige el cam­bio de mer­can­cías. Entre dere­chos igua­les y con­tra­rios, deci­de la fuer­za. Por eso, en la his­to­ria de la pro­duc­ción capi­ta­lis­ta, la regla­men­ta­ción de la jor­na­da de tra­ba­jo se nos reve­la como una lucha que se libra en torno a los lími­tes de la jor­na­da; lucha ven­ti­la­da entre el capi­ta­lis­ta uni­ver­sal, o sea, la cla­se capi­ta­lis­ta, de un lado, y, de otro lado, el obre­ro uni­ver­sal, o sea, la cla­se obre­ra11.

Lle­ga un momen­to en el que la nece­si­dad de la bur­gue­sía de estru­jar al pro­le­ta­ria­do has­ta su últi­mo alien­to cho­ca fron­tal­men­te con la nece­si­dad pro­le­ta­ria de vivir crea­ti­va­men­te: cho­que de tre­nes. Al inten­tar exten­der el capi­tal al máxi­mo de la explo­ta­ción vital, la lucha de cla­ses obre­ra por limi­tar la jor­na­da de tra­ba­jo, es decir, por limi­tar la explo­ta­ción, lle­ga a su carác­ter uni­ver­sal. Marx demues­tra que el cho­que de las dos fuer­zas anta­gó­ni­cas y los dos derechos/​necesidades anta­gó­ni­cos corres­pon­dien­tes, la que explo­ta y la que es explo­ta­da, tam­bién es uni­ver­sal y se plas­ma en todas y cada una de las expre­sio­nes de esa explo­ta­ción, aun­que con alti­ba­jos y perío­dos inclu­so de apa­ren­te des­apa­ri­ción, pero con una ten­den­cia obje­ti­va a reapa­re­cer. Vea­mos un ejem­plo de cómo se uni­ver­sa­li­za este cho­que de tre­nes, aho­ra en la expe­rien­cia de Nuestramérica:

La lis­ta de los obje­ti­vos por los que se lucha es enor­me: con­tra las pri­va­ti­za­cio­nes; por la refor­ma agra­ria, por recu­pe­rar espa­cios urba­nos, por los dere­chos de indí­ge­nas y negros, con­tra la intro­duc­ción de semi­llas gené­ti­ca­men­te modi­fi­ca­das, por el aumen­to de los sala­rios y los dere­chos labo­ra­les, pro­tec­ción de la bio­di­ver­si­dad y del medio ambien­te, por los dere­chos de las muje­res, para blo­quear carre­te­ras con­tro­la­das por las cor­po­ra­cio­nes y la cons­truc­ción de aero­puer­tos, por la des­ti­tu­ción de fun­cio­na­rios corrup­tos del gobierno, por pro­gra­mas de salud y de edu­ca­ción, por el acce­so popu­lar a los medios de comu­ni­ca­ción con­tro­la­dos por las cor­po­ra­cio­nes, por la nacio­na­li­za­ción de los recur­sos natu­ra­les, y así suce­si­va­men­te12.

Res­pon­dien­do a esto, las for­mas e inten­si­da­des de las repre­sio­nes y del terro­ris­mo son cada vez más com­ple­jas y diver­si­fi­ca­das por­que tam­bién lo son las for­mas de explo­ta­ción que tien­den a ser tota­les por las nece­si­da­des cie­gas de la acu­mu­la­ción amplia­da de capi­tal. Al mul­ti­pli­car­se estas expre­sio­nes, tar­de o tem­prano se mul­ti­pli­can las rei­vin­di­ca­cio­nes y las luchas con­si­guien­tes. Esto hace que las leyes «anti­te­rro­ris­tas» tam­bién tien­dan a ser­lo por­que deben repri­mir las nue­vas for­mas de resis­ten­cia, ade­más de las exis­ten­tes. Según la con­cien­cia sub­je­ti­va la supera­ción de la alie­na­ción y el feti­chis­mo va ascen­dien­do de la sim­ple refor­ma polí­ti­co-sin­di­ca­lis­ta por el sala­rio y una demo­cra­cia bur­gue­sa menos res­tric­ti­va hacia una con­cien­cia revo­lu­cio­na­ria orien­ta­da a la des­truc­ción del Esta­do del capi­tal y la crea­ción de un poder socia­lis­ta basa­do en el pue­blo en armas, con­for­me se pro­du­ce este avan­ce, se endu­re­cen las repre­sio­nes has­ta que irrum­pe el terro­ris­mo, de modo que ocu­rre lo que deta­lla el colec­ti­vo Lau Hai­ze­ta­ra Gogoan:

Des­apa­ri­cio­nes for­za­das. Ase­si­na­tos y fusi­la­mien­tos en masa clan­des­ti­nos (paseos, fosas comu­nes, cune­tas…). Deten­cio­nes y encar­ce­la­mien­tos masi­vos por moti­vos ideo­ló­gi­cos, dis­cri­mi­na­ción racial, cre­do o iden­ti­dad sexual. Inter­na­mien­to de miles de pri­sio­ne­ros polí­ti­cos y socia­les en cam­pos de con­cen­tra­ción y de exter­mi­nio. Secues­tro de niñas y niños como actos de gue­rra, geno­ci­dio y repre­sa­lia sobre los «ven­ci­dos». Con­fi­na­mien­tos, des­tie­rros… como medi­da de repre­sión y anu­la­ción con­tra per­so­nas y sus acti­vi­da­des. Cas­ti­gos masi­vos a tra­ba­jos for­za­dos y mano de obra escla­va. Secue­las físi­cas y men­ta­les pro­vo­ca­das por el terror, la sole­dad, la exclu­sión social… sien­do fre­cuen­te­men­te cau­sa prin­ci­pal de muer­te. Uti­li­za­ción del ham­bre como ele­men­to de gue­rra y repre­sión. Tor­tu­ras y tra­to humi­llan­te y veja­to­rio por moti­vos ideo­ló­gi­cos, étni­cos y cul­tu­ra­les. Repre­sión de géne­ro. La mujer sufrió una repre­sión aña­di­da: fue víc­ti­ma de abu­sos sexua­les y vio­la­cio­nes como estra­te­gia de gue­rra y repre­sión. Tam­bién sufrió los efec­tos más opre­si­vos de la edu­ca­ción y, en gene­ral, una situa­ción de mar­gi­na­ción y depen­den­cia. Esta­ble­ci­mien­to de tri­bu­na­les mili­ta­res y civi­les de excep­ción. Esta­ble­ci­mien­to de la escue­la como ele­men­to de repre­sión, que inclu­ye la pér­di­da for­za­da de la iden­ti­dad cul­tu­ral, lin­güís­ti­ca e ideo­ló­gi­ca. Prohi­bi­ción de uso de la pro­pia len­gua y cul­tu­ra. For­zar a pri­sio­ne­ros de gue­rra a ser­vir en las fuer­zas de una poten­cia enemi­ga. Ile­ga­li­za­ción de par­ti­dos, sin­di­ca­tos, orga­ni­za­cio­nes socio­cul­tu­ra­les, etcé­te­ra. Con­tra­ta­ción de mano de obra bajo con­di­cio­nes de explo­ta­ción. Des­pi­dos de tra­ba­ja­do­res y medi­das de exclu­sión social. Anu­la­ción de todos los dere­chos civi­les, polí­ti­cos, socia­les, liber­tad de expre­sión… Depu­ra­cio­nes: de fun­cio­na­rios, de maes­tros… Robo y saqueo de pro­pie­da­des y bie­nes como medio de repre­sión y vía de enri­que­ci­mien­to de los res­pon­sa­bles13.

La expe­rien­cia ale­ma­na y mun­dial des­de media­dos del siglo XIX nos apor­ta más lec­cio­nes al res­pec­to. La base de la teo­ría mar­xis­ta había sido des­de 1848, por poner una fecha, la rotun­da demos­tra­ción de siem­pre lle­ga­ba un momen­to a par­tir del cual la bur­gue­sía se nega­ba en redon­do a cual­quier con­ce­sión o refor­ma por ridí­cu­las que fue­ran con tal de parar en seco y de hacer retro­ce­der la auto­or­ga­ni­za­ción socio­po­lí­ti­ca ascen­den­te de la cla­se obre­ra orien­ta­da a la toma del poder. Por esto y para ade­lan­tar­se a un gol­pe terro­ris­ta se teo­ri­za­ba la nece­si­dad de ins­tau­rar un «poder des­pó­ti­co», una «dic­ta­du­ra pro­le­ta­ria», un gobierno popu­lar que «asus­ta­ra» a la bur­gue­sía o «que­bran­ta­se» su volun­tad de orga­ni­zar una con­tra­rre­vo­lu­ción ase­si­na, como reite­ró Marx en 1881: una per­ma­nen­te insis­ten­cia en la nece­si­dad de que el pue­blo en armas impu­sie­ra las medi­das nece­sa­rias para ase­gu­rar el avan­ce al socialismo.

Des­de la pers­pec­ti­va bur­gue­sa, la necesidad/​derecho obre­ro de aca­bar con la explo­ta­ción toman­do las medi­das nece­sa­rias, era y es «terro­ris­mo»; para el pro­le­ta­ria­do era y es «liber­tad». Mien­tras Marx extraía las lec­cio­nes de la Comu­na, el minis­tro ale­mán de repre­sión del momen­to decía que la revo­lu­ción late en cada huel­ga. Las leyes anti­so­cia­lis­tas de Bis­mark de 1878 a 1888, ade­lan­to del actual «anti­te­rro­ris­mo», hicie­ron creer al grue­so de la bur­gue­sía que la social­de­mo­cra­cia renun­cia­ría al dere­cho a la revo­lu­ción con tal de ser lega­li­za­da. Se le exi­gió que renun­cia­ra a ese dere­cho y que acep­ta­ra úni­ca y exclu­si­va­men­te la lega­li­dad burguesa.

Pues bien, en ese deba­te Engels, que esta­ba total­men­te en con­tra de acep­tar la exi­gen­cia bur­gue­sa de ren­di­ción obre­ra incon­di­cio­nal, escri­bió: «Solo por la resis­ten­cia desa­fian­te hemos gana­do res­pe­to y nos hemos trans­for­ma­do en una poten­cia. Solo el poder es res­pe­ta­do, y úni­ca­men­te mien­tras sea­mos un poder sere­mos res­pe­ta­dos por el filis­teo. Quien haga con­ce­sio­nes no podrá seguir sien­do una poten­cia y será des­pre­cia­do por él. La mano de hie­rro pue­de hacer­se sen­tir en un guan­te de ter­cio­pe­lo, pero debe hacer­se sen­tir»14. En esta res­pues­ta a los clau­di­ca­cio­nis­tas, es deci­si­va la rela­ción entre poder, mano de hie­rro con guan­te de ter­cio­pe­lo y fuer­za y deci­sión para gol­pear a la bur­gue­sía en el momen­to preciso.

Las leyes anti­so­cia­lis­tas fue­ron dero­ga­das y la «sol­da­des­ca» acuar­te­la­da aun­que seguía vigi­lan­do a los gru­pos revo­lu­cio­na­rios, ya que lo que el Esta­do bus­ca­ba era con­ce­der algu­nas refor­mas para des­ac­ti­var el ascen­so de la con­cien­cia obre­ra con­tan­do con la tarea inter­na del refor­mis­mo apo­ya­do por la pren­sa y por el Esta­do, se deci­dió ata­car al pro­le­ta­ria­do con otros medios, como la gue­rra ideo­ló­gi­ca a favor de las corrien­tes refor­mis­tas que fue­ron cre­cien­do en la buro­cra­cia par­la­men­ta­ria, sin­di­cal, polí­ti­ca y comu­ni­ca­cio­nal del par­ti­do, una ten­sión inter­na que esta­lló abier­ta­men­te a raíz de la revo­lu­ción de 1905.

Duran­te esta revo­lu­ción que sor­pren­dió a todo el refor­mis­mo, pero menos al par­ti­do ruso, que venía pre­pa­rán­do­se des­de 1902 en un con­tex­to repre­si­vo, sur­gió una sor­pren­den­te y rica inter­ac­ción de for­mas de lucha: des­de los soviets has­ta las gue­rri­llas, pasan­do por las barri­ca­das urba­nas. Ana­li­zan­do el papel de la vio­len­cia arma­da, Lenin escri­bió que «el Par­ti­do Obre­ro Social­de­mó­cra­ta Letón (sec­ción del POSDR) publi­ca nor­mal­men­te su perió­di­co, con una tira­da de 30.000 ejem­pla­res. En la sec­ción ofi­cial se inser­tan las lis­tas de espías, cuya supre­sión es deber para cada per­so­na hon­ra­da. Los que ayu­dan a la poli­cía son decla­ra­dos “enemi­gos de la revo­lu­ción” que deben ser eje­cu­ta­dos y res­pon­der, ade­más, con sus bie­nes»15.

Leyen­do a Lenin recor­da­mos la defi­ni­ción de A. Sas­tre del terro­ris­mo que podría­mos lla­mar «bueno», «legal» como la «gue­rra lim­pia» de las cla­ses opre­so­ras, y a la vez, dia­léc­ti­ca­men­te, el terro­ris­mo «malo», «cri­mi­nal», como la gue­rra de los pobres, de los y las explo­ta­das: para el zaris­mo la eje­cu­ción de espías y cola­bo­ra­do­res con la repre­sión era puro «terro­ris­mo ase­sino», como lo había sido la resis­ten­cia comu­ne­ra tan solo un ter­cio de siglo antes. La expro­pia­ción de los bie­nes de los cola­bo­ra­do­res con el zaris­mo era para la bur­gue­sía el ejem­plo más esca­lo­frian­te del «peli­gro comu­nis­ta» que ata­ca­ba el sacro­san­to dere­cho a la pro­pie­dad pri­va­da y que, por tan­to, debía ser ani­qui­la­do con la «gue­rra lim­pia» sin repa­rar en cos­tos. Y fue tan macha­ca­do que has­ta el que lue­go sería cono­ci­do como par­ti­do bol­che­vi­que fue casi liqui­da­do pese a haber­se pre­pa­ra­do des­de hacía al menos tres años gra­cias a las lec­cio­nes teó­ri­cas del ¿Qué hacer? de Lenin.

De la mis­ma for­ma que el exter­mi­nio en san­gre de 1871 en París y el de la revo­lu­ción rusa de 1905, pusie­ron al des­cu­bier­to sin velo alguno la reali­dad estruc­tu­ral del terro­ris­mo del capi­tal, por ceñir­nos a Euro­pa sin nom­brar las atro­ci­da­des colo­nia­les, de esta mis­ma for­ma pusie­ron en la mesa del deba­te teó­ri­co-polí­ti­co los cam­bios socia­les que ya se esta­ban dan­do en el inte­rior del capi­ta­lis­mo por el comien­zo de la fase impe­ria­lis­ta como se sufri­rían abier­ta­men­te des­de 1912 y que esta­lla­rían defi­ni­ti­va­men­te des­de 1914 has­ta aho­ra. For­za­do por esos cam­bios apa­re­ció el deba­te sobre las rela­cio­nes entre la acción par­la­men­ta­ria y las vio­len­cias con­tra­rias en la lucha de cla­ses. Fue enton­ces cuan­do Rosa Luxem­bug escri­bió lo que sigue:

El terreno de la lega­li­dad bur­gue­sa del par­la­men­ta­ris­mo no es sola­men­te un cam­po de domi­na­ción para la cla­se capi­ta­lis­ta, sino tam­bién un terreno de lucha, sobre el cual tro­pie­zan los anta­go­nis­mos entre pro­le­ta­ria­do y bur­gue­sía. Pero del mis­mo modo que el orden legal para la bur­gue­sía no es más que una expre­sión de su vio­len­cia, para el pro­le­ta­ria­do la lucha par­la­men­ta­ria no pue­de ser más que la ten­den­cia a lle­var su pro­pia vio­len­cia al poder. Si detrás de nues­tra acti­vi­dad legal y par­la­men­ta­ria no está la vio­len­cia de la cla­se obre­ra, siem­pre dis­pues­ta a entrar en acción en el momen­to opor­tuno, la acción par­la­men­ta­ria de la social­de­mo­cra­cia se con­vier­te en un pasa­tiem­po tan espi­ri­tual como extraer agua con una espu­ma­de­ra. Los aman­tes del rea­lis­mo, que sub­ra­yan los «posi­ti­vos éxi­tos» de la acti­vi­dad par­la­men­ta­ria de la social­de­mo­cra­cia para uti­li­zar­los como argu­men­tos con­tra la nece­si­dad y la uti­li­dad de la vio­len­cia en la lucha obre­ra, no notan que esos éxi­tos, por más ínfi­mos que sean, solo pue­den ser con­si­de­ra­dos como los pro­duc­tos del efec­to invi­si­ble y laten­te de la vio­len­cia16.

Esta y otras ideas levan­ta­ron ampo­llas en la cada vez más pode­ro­sa buro­cra­cia refor­mis­ta y le crea­ron enemi­gos per­so­na­les a Rosa y al gru­po al que per­te­ne­cía, enemi­gos que man­da­ron tor­tu­rar­la y ase­si­nar­la jun­to a sus cama­ra­das median­te el terro­ris­mo del capi­tal para aho­gar en san­gre la revo­lu­ción ale­ma­na de 1918. En 1923 triun­fó el fas­cis­mo; en 1931 – 1937 Japón inva­dió Man­chu­ria, ata­có a la URSS e inva­dió Chi­na; en 1933 el nazis­mo, en 1936 – 1939 el fran­quis­mo… y en 1941 una par­te del terro­ris­mo del capi­tal inva­de la URSS mien­tras que la otra par­te, la de la «gue­rra lim­pia» del impe­ria­lis­mo yan­qui y bri­tá­ni­co, come­ten crí­me­nes «meno­res» y se ven for­za­dos a aliar­se con la URSS para derro­tar al nazi-fas­cis­mo y al mili­ta­ris­mo nipón por razo­nes de pura com­pe­ten­cia inter­im­pe­ria­lis­ta, que no por ayu­dar al socia­lis­mo que esta­ba demos­tran­do su efi­ca­cia gue­rri­lle­ra en la Euro­pa ocu­pa­da17. Esta­dos Uni­dos y Gran Bre­ta­ña «limi­ta­ron al míni­mo»18 su par­ti­ci­pa­ción en la gue­rra con­tra la Ale­ma­nia nazi, con tal de desan­grar lo más posi­ble a la URSS, para debi­li­tar­la fren­te a un ata­que pos­te­rior para des­truir­la del todo.

En efec­to, no había ter­mi­na­do la Segun­da Gue­rra Mun­dial cuan­do se ini­cia la nue­va fase his­tó­ri­ca de agre­sión a la URSS y al socia­lis­mo mun­dial, en la que juga­rán un papel cru­cial los res­tos del nazi-fas­cis­mo, del fran­quis­mo, del impe­ria­lis­mo nipón. Las dos expre­sio­nes del terro­ris­mo del capi­tal –Alemania/​Japón y Esta­dos Uni­dos– se uni­fi­can en una sola: la OTAN, que tie­ne un coro­la­rio en otras alian­zas polí­ti­co-mili­ta­res que «pro­te­gen el mun­do libre», refor­za­das muy espe­cial­men­te con la crea­ción del Esta­do sio­nis­ta. Esta arqui­tec­tu­ra tie­ne tam­bién sus bases en las impo­si­cio­nes yan­quis de Bret­ton Woods y en la ONU, todo ello coor­di­na­do y diri­gi­do por Esta­dos Unidos.

Con estos y otros ins­tru­men­tos, «la civi­li­za­ción y la jus­ti­cia del orden bur­gués», ini­cia­ron una per­ma­nen­te «gue­rra lim­pia» que ocul­ta­ba el tsu­na­mi del terro­ris­mo impe­ria­lis­ta sobre todo con­tra India, Indo­ne­sia y Viet­nam19, pero que ya se apli­ca­ba en la prác­ti­ca con menor inten­si­dad den­tro del impe­ria­lis­mo con­tra las fuer­zas revo­lu­cio­na­rias. En Ale­ma­nia Fede­ral, por ejem­plo, des­de oto­ño de 1945 el ejér­ci­to alia­do recu­rrió a anti­guos nazis para crear la «poli­cía indus­trial» que le apo­ya­ba en el con­trol y la repre­sión de la inci­pien­te auto­or­ga­ni­za­ción obre­ra20 de base movi­li­za­da en aque­llos tiem­pos de extre­ma penu­ria. Es cono­ci­do cómo miles de nazis con­ver­ti­dos en «demó­cra­tas de toda la vida» fue­ron inte­gra­dos en la nue­va estruc­tu­ra de poder y en la OTAN, y cómo esta uti­li­za­ba a mafias cri­mi­na­les y gru­pos de extre­ma dere­cha en la gue­rra sucia con­tra sin­di­ca­tos y par­ti­dos de izquierda.

Fue­ra de Euro­pa, el terro­ris­mo se apli­có allí don­de estu­vie­ra en peli­gro la pro­pie­dad bur­gue­sa. En 1954 la CIA orga­ni­zó un gol­pe de Esta­do en Gua­te­ma­la para impe­dir una tibia refor­ma agra­ria que limi­ta­ba en algo el poder de las gran­des agro­bu­si­nes yan­quis: alre­de­dor de 100.000 per­so­nas fue­ron ase­si­na­das. Lo más impac­tan­te de este cri­men es que un gene­ral gol­pis­ta, for­ma­do por Esta­dos Uni­dos, decla­ró que «Bas­ta con matar al 30% de la pobla­ción para obte­ner la paz»21. En 1957 Esta­dos Uni­dos puso en mar­cha la «doc­tri­na Eisenho­wer»22 para apo­yar a las bur­gue­sías ára­bes supues­ta­men­te ame­na­za­das por la URSS, es decir, para repri­mir cual­quier rei­vin­di­ca­ción popu­lar incó­mo­da al capital.

La cri­sis de fina­les de la déca­da de 1960 y la olea­da pre­re­vo­lu­ci­na­ria que ascen­día por el mun­do, refor­zó la ten­den­cia al «Esta­do fuer­te»23 que ya esta­ba con­tro­la­do inter­na­men­te por la estruc­tu­ra polí­ti­co-mili­tar impe­ria­lis­ta, sien­do la OTAN un poder incues­tio­na­do. Para esa épo­ca la «gue­rra lim­pia» se había ensu­cia­do inclu­so en su apa­rien­cia exter­na con ese casi millón de exter­mi­na­dos en Indo­ne­sia con el Méto­do Yakar­ta24 que era una de las mejo­res expe­ri­men­ta­cio­nes del terro­ris­mo en esa déca­da, cuyas lec­cio­nes se apli­ca­ron en el Plan Cón­dor25 de trá­gi­ca fama, que jun­to a otros crí­me­nes masi­vos abrie­ron la fase del «terro­ris­mo nor­te­ame­ri­cano»26 des­de la era Reagan has­ta aho­ra. Entre 1980 – 1989 Cen­troa­mé­ri­ca fue obje­to de una impla­ca­ble con­tra­in­sur­gen­cia yan­qui apo­ya­da por mer­ce­na­rios a suel­do y tro­pas de las bur­gue­sías loca­les, cal­cu­lán­do­se un míni­mo de 250.000 ase­si­na­dos, tor­tu­ra­dos y des­apa­re­ci­dos27. El trán­si­to del «Esta­do fuer­te» al «Esta­do terro­ris­ta» fue expre­sa­do así por W. Schulz:

El Esta­do terro­ris­ta se carac­te­ri­za por dos ele­men­tos par­ti­cu­la­res: 1) la crea­ción de una estruc­tu­ra arca­na o clan­des­ti­na de repre­sión, para­le­la a su estruc­tu­ra visi­ble o mani­fies­ta; y 2) el uso masi­vo y sis­te­má­ti­co del terro­ris­mo de Esta­do median­te los siguien­tes sis­te­mas: deten­ción ile­gal (desaparición)-interrogación/tortura-desaparición defi­ni­ti­va […] En tér­mi­nos teó­ri­cos, se tra­ta de un pro­ce­so de con­cen­tra­ción y auto­no­mi­za­ción del poder en el núcleo del Esta­do, es decir, en su com­ple­jo mili­tar y de inte­li­gen­cia –apo­ya­do gene­ral­men­te por frac­cio­nes de la cla­se domi­nan­te y, a veces, de sec­to­res medios– el cual, median­te la crea­ción de un sis­te­ma clan­des­tino de repre­sión y el uso del terro­ris­mo, pro­cu­ra lograr cua­tro objetivos:

  1. Neu­tra­li­zar los con­tro­les inter­nos de la socie­dad polí­ti­ca (el Esta­do), por ejem­plo, el con­trol judi­cial sobre las fuer­zas policíacas.

  2. Neu­tra­li­zar los con­tro­les de la socie­dad civil. La rela­ción entre socie­dad civil y el Esta­do está regu­la­da nor­mal­men­te (en la socie­dad bur­gue­sa) por una serie de nor­mas defi­ni­das que expli­ci­tan los dere­chos de ambas enti­da­des y esti­pu­lan sus obli­ga­cio­nes. Esta nor­ma­ti­vi­dad, expre­sa­da en la cons­ti­tu­ción, el dere­cho de habeas cor­pus, la divi­sión de pode­res, los dere­chos huma­nos, la exis­ten­cia de una pren­sa inde­pen­dien­te, etcé­te­ra, limi­ta la capa­ci­dad de acción del poder eje­cu­ti­vo. Al actuar fue­ra de estos con­tro­les median­te un sis­te­ma arcano repre­si­vo, el Esta­do bur­gués pue­de emplear medi­das tota­li­ta­rias para ata­car cier­tos sec­to­res de la socie­dad civil o polí­ti­ca sin tener que aban­do­nar su facha­da de demo­cra­cia formal.

  3. Aumen­tar el efec­to psi­co­ló­gi­co de la repre­sión al vol­ver­la anó­ni­ma y omnipresente.

  4. Pro­te­ger­se con­tra la crí­ti­ca a la vio­la­ción de los dere­chos huma­nos tan­to den­tro del país como en el extran­je­ro28.

Los devas­ta­do­res efec­tos psi­co­po­lí­ti­cos en las pobla­cio­nes some­ti­das al terro­ris­mo más pla­ni­fi­ca­do han que­da­do con­fir­ma­dos por múl­ti­ples inves­ti­ga­cio­nes, sobre todo cuan­do se sufre la des­apa­ri­ción pro­gra­ma­da de fami­lia­res, ami­gos y cono­ci­dos a manos del Esta­do. Son múl­ti­ples los «usos polí­ti­cos del mie­do»29 y muy resis­ten­tes a las tera­pias sus efec­tos demo­le­do­res en la per­so­na­li­dad que quie­nes sufren a dia­rio la des­apa­ri­ción for­za­da de per­so­nas que­ri­das, como se des­cu­bre estu­dian­do las con­se­cuen­cias en el pue­blo chi­leno de las «cara­va­nas de la muer­te»30 orga­ni­za­das por la dic­ta­du­ra pino­che­tis­ta bajo la direc­ción de la CIA yanqui.

El «Esta­do terro­ris­ta» de fina­les del siglo XX está sien­do endu­re­ci­do en res­pues­ta a la deca­den­cia rela­ti­va del «impe­ria­lis­mo del dólar» de mane­ra que la «iden­ti­dad entre pro­duc­ción y des­truc­ción»31 lle­ga a unos extre­mos que con­fir­man con san­gre la muy correc­ta tesis mar­xis­ta de 1845 de que lle­ga un momen­to de no retorno en el que las fuer­zas pro­duc­ti­vas se trans­for­man en fuer­zas des­truc­ti­vas, por lo que debe­mos insis­tir en que nos encon­tra­mos den­tro de un «terro­ris­mo glo­bal de Esta­do»32 que nor­ma­li­za y legi­ti­ma que los ser­vi­cios secre­tos bri­tá­ni­cos y yan­quis pue­dan dete­ner, tor­tu­rar y ase­si­nar a cual­quier per­so­na en el mun­do33 por­que se resis­te a la nece­si­dad cie­ga de la acu­mu­la­ción de capi­tal. Tam­bién lo hacen otros ser­vi­cios secre­tos impe­ria­lis­tas, por no hablar de la polí­ti­ca sio­nis­ta del terror con­tra la niñez pales­ti­na34, terror a la deten­ción, malos tra­tos y cár­cel que des­de hace algo más de una sema­na es puro mie­do a ser ase­si­na­do por las bom­bas sionistas.

El «Esta­do terro­ris­ta» ha endu­re­ci­do la cen­su­ra, prohi­bi­ción y con­de­na a quie­nes expli­que­mos la ver­dad de ese terro­ris­mo. Dicen que mal­vi­vi­mos en un «terri­to­rio hos­til»35 para quie­nes defen­de­mos el dere­cho a la resis­ten­cia arma­da de Pales­ti­na, cuan­do en reali­dad sufri­mos algo más que sim­ple «hos­ti­li­dad» con­tra el siem­pre nece­sa­rio dere­cho de liber­tad de inves­ti­ga­ción y comu­ni­ca­ción crí­ti­cas. El «Esta­do terro­ris­ta» impo­ne su «dere­cho al secre­to»36 y vigi­la y repri­me la necesidad/​derecho a la infor­ma­ción veraz y con­tras­ta­ble para ocul­tar que la Unión Euro­pea cola­bo­ra con el sio­nis­mo al impe­dir que los y las pales­ti­nas que lo deseen pue­dan refu­giar­se en paí­ses euro­peos37. Aquí mis­mo, en Ale­ma­nia, el con­trol repre­si­vo dio otro sal­to en 2021 cuan­do aumen­tó el segui­mien­to judi­cial de Jun­ge Welt pres­ti­gio­sa publi­ca­ción mar­xis­ta38, y tra­mi­ta la ile­ga­li­za­ción de Sami­doun39, colec­ti­vo de soli­da­ri­dad con los y las pri­sio­ne­ras palestinas.

Los con­tro­les, vigi­lan­cias y repre­sio­nes inter­nas en Ale­ma­nia tie­nes múl­ti­ples fun­cio­nes, una para cada rei­vin­di­ca­ción y para cada for­ma de lucha obre­ra y popu­lar, pero en su con­jun­to, en su uni­dad doc­tri­na­ria, des­ta­ca una, la esen­cial: ase­gu­rar el orden interno en lo que res­pec­ta a su pro­pie­dad pri­va­da y en lo que res­pec­ta a su muy nece­sa­ria mili­ta­ri­za­ción impe­ria­lis­ta. La for­ma más actual de esa doc­tri­na del Esta­do como la for­ma polí­ti­co-mili­tar del capi­ta­lis­mo ger­mano es el lla­ma­do «Pac­to Ale­mán» que no es sino una ver­da­de­ra «alian­za de gue­rra con­tra la pobla­ción»40.

El impe­ria­lis­mo occi­den­tal diri­gi­do por Esta­dos Uni­dos sabe que va per­dien­do poder y dine­ro a lo lar­go de esta ter­ce­ra Gran Depre­sión, y no solo por la mayor pro­duc­ti­vi­dad de otros paí­ses com­pe­ti­do­res en el mer­ca­do mun­dial, sino sobre todo por­que su estruc­tu­ra pro­duc­ti­va está obso­le­ta, por­que su tasa media de ganan­cia va a la baja y por­que, a la vez, la cla­se tra­ba­ja­do­ra no ha sido derro­ta­da total­men­te lo que fre­na la ansia­da sobre­ex­plo­ta­ción que todas las bur­gue­sías, des­de la yan­qui has­ta la grie­ga, pasan­do por la ale­ma­na, etc., quie­ren impo­ner a gol­pes si fue­ra posible.

En 1859 Marx escri­bió que cuan­do las fuer­zas pro­duc­ti­vas lle­gan a una deter­mi­na­da fase de su desa­rro­llo expan­si­vo, cho­can con los fre­nos que les impo­nen las rela­cio­nes de pro­pie­dad exis­ten­tes, de modo que de esa con­tra­dic­ción entre las fuer­zas pro­duc­ti­vas y los intere­ses de la cla­se domi­nan­te sur­ge una épo­ca de revo­lu­ción social41. Aho­ra, el gigan­tes­co poten­cial eman­ci­pa­dor laten­te en las fuer­zas pro­duc­ti­vas actua­les pue­de resol­ver los acu­cian­tes pro­ble­mas que gol­pean a la huma­ni­dad si es –ese poten­cial – desa­rro­lla­do y diri­gi­do racio­nal y cons­cien­te­men­te hacia la reso­lu­ción de los pro­ble­mas y de las nece­si­da­des, pero el impe­ria­lis­mo se nie­ga a ello con deses­pe­ra­ción fanática.

Que se abrie­ra defi­ni­ti­va­men­te una fase de revo­lu­ción social a esca­la mun­dial no quie­re decir que auto­má­ti­ca y lineal­men­te sur­gie­ran pro­ce­sos pre­rre­vo­lu­cio­na­rios por todas par­tes, y que todos ellos triun­fa­ran mecá­ni­ca­men­te. No. Quie­re decir que hemos entra­do en la fase crí­ti­ca de la antro­po­ge­nia por­que ese desa­rro­llo de las fuer­zas pro­duc­ti­vas es a la vez, dia­léc­ti­ca­men­te, desa­rro­llo simul­tá­neo de las fuer­zas des­truc­ti­vas de modo que la lucha de cla­ses mun­dial pue­de ter­mi­nar en la vic­to­ria socia­lis­ta, en la vic­to­ria capi­ta­lis­ta o en la des­truc­ción mutua de las cla­ses en lucha, en el Holo­caus­to. Todo depen­de de la lucha de clases.

Des­de inclu­so antes de la ter­ce­ra Gran Depre­sión en 2007 – 2008, se acu­mu­la­ban sub­cri­sis que, en su ten­den­cia evo­lu­ti­va hacia la con­fluen­cia sinér­gi­ca, anun­cia­ban que el capi­ta­lis­mo iba a entrar en la más devas­ta­do­ra cri­sis gené­ti­co-estruc­tu­ral de su his­to­ria. Así ha suce­di­do y por ello el anti­guo dile­ma de opción entre socia­lis­mo o bar­ba­rie, ya enun­cia­do por Engels pero con­cre­ta­do por Rosa Luxem­burg en 1915, ha dado el paso al dile­ma de opción entre comu­nis­mo o caos elu­ci­da­do por el bol­che­vis­mo en 1919. No son dile­mas ni con­tra­rios, ni opues­tos ni siquie­ra dife­ren­tes, sino que el segun­do es la con­fir­ma­ción dia­léc­ti­ca del pri­me­ro tras las terri­bles lec­cio­nes de la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial y de la olea­da de revo­lu­cio­nes entre 1914 y 1919. Pero la dia­léc­ti­ca de la his­to­ria no se detie­ne. La Segun­da Gue­rra Mun­dial nos ense­ñó el inhu­mano terro­ris­mo de las bom­bas nuclea­res yan­quis, y si no las ha podi­do lan­zar des­pués como había pre­vis­to, fue por­que enfren­te tenía a la URSS. Ade­más, des­de fina­les de los años sesen­ta se han ido con­fir­man­do diná­mi­cas explo­si­vas inhe­ren­tes al irra­cio­na­lis­mo capi­ta­lis­ta en cuan­to tal, como la des­truc­ción de la Natu­ra­le­za; tam­bién han sur­gi­do for­mas nue­vas de con­tra­dic­cio­nes estructurales.

La ter­ce­ra Gran Depre­sión, que a fina­les de 2023 está más agra­va­da que hace die­ci­sé­sis años, for­zó des­de 2011 la recom­po­si­ción de las alian­zas entre pue­blos y Esta­dos fren­te a la furia impe­ria­lis­ta. De for­ma explí­ci­ta y ofi­cial, fue el «pre­mio Nobel de la Paz», Oba­ma, el que orde­nó al Pen­tá­gono que reac­ti­va­ra al máxi­mo la mili­ta­ri­za­ción, o dicho correc­ta­men­te: la indus­tria de la matan­za huma­na como méto­do de sali­da de la cri­sis gené­ti­co-estruc­tu­ral en bene­fi­cio de Esta­dos Uni­dos en pri­mer lugar y des­pués de las bur­gue­sías que le son fie­les. En eso esta­mos: terror e indus­tria de la matan­za huma­na son lo mismo.

Iña­ki Gil de San Vicente

Eus­kal Herria, 27 de octu­bre de 2023

  1. K. Marx: La gue­rra civil en Fran­cia, Obras esco­gi­das, Pro­gre­so, Mos­cú 1984, tomo II, pp. 249 – 250.
  2. K. Marx: «Car­ta a Engels, 7 de julio de 1866», Car­tas sobre El Capi­tal, Edi­cio­nes Bol­si­llo, Bar­ce­lo­na 1974, p. 119.
  3. Car­los Tupac: Terro­ris­mo y civi­li­za­ción, Colom­bia, 2011, tomo 2, pp. 443 – 744. Hay edi­ción en Botxe Libu­ruak, 2018; y en acce­so libre median­te PDF en https://​elsud​ame​ri​cano​.word​press​.com/​2​0​1​7​/​0​7​/​1​3​/​t​e​r​r​o​r​i​s​m​o​-​y​-​c​i​v​i​l​i​z​a​c​i​o​n​-​p​o​r​-​c​a​r​l​o​s​-​t​u​p​a​c​-​e​n​-​p​df/.
  4. Esti­le­te: 35 siglos de bio­te­rro­ris­mo I y II (https://​herri​tar​ba​ta​su​na​.eus/​e​u​/​b​l​o​g​-​i​r​i​t​z​i​a​k​/​714 – 35-siglos-de-bio­te­rro­ris­mohttps://​herri​tar​ba​ta​su​na​.eus/​e​u​/​b​l​o​g​-​i​r​i​t​z​i​a​k​/​709 – 35-siglos-de-bio­te­rro­ris­mo).
  5. Alfon­so Sas­tre: Los inte­lec­tua­les y la uto­pía, Deba­te, Madrid 2002, p. 39.
  6. Alain Gresh: Terro­ris­mo, un con­cep­to vacío, 30 de mar­zo de 2019 (https://​www​.lahai​ne​.org/​m​u​n​d​o​.​p​h​p​/​t​e​r​r​o​r​i​s​m​o​-​u​n​-​c​o​n​c​e​p​t​o​-​v​a​cio).
  7. Geor­ge Labi­ca: Vio­len­cia domi­nan­te, vio­len­cia domi­na­da, 19 de febre­ro de 2009 (https://​www​.lahai​ne​.org/​e​s​t​_​e​s​p​a​n​o​l​.​p​h​p​/​v​i​o​l​e​n​c​i​a​_​d​o​m​i​n​a​n​t​e​_​v​i​o​l​e​n​c​i​a​_​d​o​m​i​n​ada).
  8. Ariel Ore­lla­na: Ante la embes­ti­da de mato­na­je patro­nal los tra­ba­ja­do­res debe­mos for­ta­le­cer el cla­sis­mo, la soli­da­ri­dad efec­ti­va y la auto­de­fen­sa de masas, 11 de noviem­bre de 2023 (https://​elpor​teno​.cl/​a​n​t​e​-​l​a​-​e​m​b​e​s​t​i​d​a​-​d​e​-​m​a​t​o​n​a​j​e​-​p​a​t​r​o​n​a​l​-​l​o​s​-​t​r​a​b​a​j​a​d​o​r​e​s​-​d​e​b​e​m​o​s​-​f​o​r​t​a​l​e​c​e​r​-​e​l​-​c​l​a​s​i​s​m​o​-​l​a​-​s​o​l​i​d​a​r​i​d​a​d​-​e​f​e​c​t​i​v​a​-​y​-​l​a​-​a​u​t​o​d​e​f​e​n​s​a​-​d​e​-​m​a​s​as/).
  9. Michael Wal­zer: Gue­rras jus­tas e injus­tas, Pai­dós, Bar­ce­lo­na 2001, p. 269.
  10. Michael Wal­zer: Ibid., p. 280.
  11. K. Marx: El Capi­tal, FCE, Méxi­co 1973, libro I, p. 180.
  12. William I. Robin­son: Amé­ri­ca Lati­na y el capi­ta­lis­mo glo­bal, Siglo XXI, Méxi­co 2015, p. 305.
  13. Nebe­ra: erro­ris­mo, defi­ni­ción y terro­ris­tasT, 29 de mar­zo de 2009 (www​.kao​sen​la​red​.net).
  14. F. Engels: «Car­ta a Bebel del 18 de noviem­bre de 1884», Corres­pon­den­cia, Edit. Car­ta­go, Argen­ti­na, 1973, pp. 345 – 346.
  15. V.I. Lenin: La gue­rra de gue­rri­llas, Obras com­ple­tas, Pro­gre­so, Mos­cú 1982, tomo 14, pp. 1 – 12.
  16. Rosa Luxem­burg: «Una vez más el expe­ri­men­to bel­ga», Deba­te sobre la huel­ga de masas, PyP, nº 62, Edit. Car­ta­go, Argen­ti­na, 1975, p. 110.
  17. Chris Bam­bery: His­to­ria mar­xis­ta de la segun­da gue­rra mun­dial, Pasa­do & Pre­sen­te, Bar­ce­lo­na 2015, pp. 263 – 298.
  18. Jac­ques R. Pau­wels: Los gran­des mitos de la his­to­ria moder­na, Boltxe libu­ruak, Bil­bao 2021, p. 379.
  19. Donny Glucks­tein: La otra his­to­ria de la Segun­da Gue­rra Mun­dial, Ariel, Bar­ce­lo­na 2013, pp, 189 – 238.
  20. Karl Heinz Roth y Ange­li­ka Ebbinghauss: El «otro» movi­mien­to obre­ro, Tra­fi­can­tes de sue­ños, Madrid 2011, pp. 276 y ss.
  21. D. Blei­trach, V. Dedal y M. Vivas: «Esta­dos Uni­dos o el impe­rio del mal en peor», Edit. José Mar­tí, La Haba­na, Cuba, 2006, p. 120.
  22. Josep Fon­ta­na: Por el bien del impe­rio, Pasa­do & Pre­sen­te, Bar­ce­lo­na 2013, pp. 236 y ss.
  23. Ernest Man­del: El capi­ta­lis­mo tar­dío, Méxi­co 1979, pp. 461 y ss.
  24. Vin­cent Bevins: El Méto­do Yakar­ta, Capi­tán Swing, Madrid 2021 (https://​elsud​ame​ri​cano​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​0​9​/​2​9​/​e​l​-​m​e​t​o​d​o​-​y​a​k​a​r​t​a​-​t​h​e​-​j​a​k​a​r​t​a​-​m​e​t​h​o​d​-​w​a​s​h​i​n​g​t​o​n​s​-​a​n​t​i​c​o​m​m​u​n​i​s​t​-​c​r​u​s​a​d​e​-​a​n​d​-​t​h​e​-​m​a​s​s​-​m​u​r​d​e​r​-​p​r​o​g​r​a​m​-​t​h​a​t​-​s​h​a​p​e​d​-​o​u​r​-​w​o​r​l​d​-​p​o​r​-​v​i​c​e​n​t​-​b​e​v​i​n​s​-​p​df/).
  25. Fabián Esca­lan­te Font: Ori­gen y actua­li­dad de la Ope­ra­ción Cón­dor, 28 de julio de 2020 (https://​rebe​lion​.org/​o​r​i​g​e​n​-​y​-​a​c​t​u​a​l​i​d​a​d​-​d​e​-​l​a​-​o​p​e​r​a​c​i​o​n​-​c​o​n​d​or/).
  26. Josep Fon­ta­na: Por el bien del impe­rio, op. cit., pp. 647 y ss.
  27. Raúl Izquier­do Cano­sa: El fla­ge­lo de las gue­rras, Cien­cias Socia­les, La Haba­na 2005, p. 98.
  28. William Schulz: «Esta­dos Uni­dos y el terror con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rio en Amé­ri­ca Lati­na», Terro­ris­mo de Esta­do. El papel inter­na­cio­nal de Esta­dos Uni­dos, Txa­la­par­ta Argi­ta­letxea, Tafa­lla 1990, pp 127 – 129.
  29. Héc­tor Sch­mu­cler: «Los usos polí­ti­cos del mie­do», Mie­dos y memo­rias, Comu­niAr­te, Argen­ti­na, 2004, pp. 289 – 298.
  30. Ramo­na Wadi: La cara­va­na de la muer­te de Pino­chet y su sig­ni­fi­ca­do para el pue­blo chi­leno, 15 de sep­tiem­bre de 2021 (https://​dia​rio​-octu​bre​.com/​2​0​2​1​/​0​9​/​1​5​/​l​a​-​c​a​r​a​v​a​n​a​-​d​e​-​l​a​-​m​u​e​r​t​e​-​d​e​-​p​i​n​o​c​h​e​t​-​y​-​s​u​-​s​i​g​n​i​f​i​c​a​d​o​-​p​a​r​a​-​l​a​-​m​e​m​o​r​i​a​-​c​h​i​l​e​na/).
  31. Mau­ri­zio Laz­za­ra­to: El impe­ria­lis­mo del dólar, Tin­ta limón, Bue­nos Aires 2023, pp. 248 – 251.
  32. Gil­ber­to López y Rivas: EU y el terro­ris­mo glo­bal de Esta­do, 22 de enero de 2021 (https://​www​.jor​na​da​.com​.mx/​2​0​2​1​/​0​1​/​2​2​/​o​p​i​n​i​o​n​/​0​1​6​a​1​pol).
  33. MPR21: Los jue­ces bri­tá­ni­cos auto­ri­zan a los espías a secues­trar, tor­tu­rar y ase­si­nar, 24 de diciem­bre de 2019 (https://​mpr21​.info/​l​o​s​-​j​u​e​c​e​s​-​b​r​i​t​a​n​i​c​o​s​-​a​u​t​o​r​i​z​a​n​-​l​os/) y Man­lio Dinuc­ci: La ley que da al pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos licen­cia para mata, 21 de sep­tiem­bre de 2021 (https://​www​.lahai​ne​.org/​m​u​n​d​o​.​p​h​p​/​l​a​-​l​e​y​-​q​u​e​-​d​a​-al).
  34. Redac­ción: «Siem­pre tie­nes mie­do», los niños pales­ti­nos viven bajo la ame­na­za de deten­ción en el sis­te­ma mili­tar israe­lí, 10 de julio de 2023 (https://​www​.elsal​to​dia​rio​.com/​p​a​l​e​s​t​i​n​a​/​s​i​e​m​p​r​e​-​t​i​e​n​e​s​-​m​i​e​d​o​-​n​i​n​o​s​-​p​a​l​e​s​t​i​n​o​s​-​v​i​v​e​n​-​a​m​e​n​a​z​a​-​d​e​t​e​n​c​i​o​n​-​s​i​s​t​e​m​a​-​m​i​l​i​t​a​r​-​i​s​r​a​eli).
  35. Íñi­go Sáenz de Ugar­te: Euro­pa, terri­to­rio hos­til para la movi­li­za­ción por Pales­ti­na, 23 de octu­bre de 2023 (https://​www​.eldia​rio​.es/​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​l​/​e​u​r​o​p​a​-​t​e​r​r​i​t​o​r​i​o​-​h​o​s​t​i​l​-​m​o​v​i​l​i​z​a​c​i​o​n​-​p​a​l​e​s​t​i​n​a​_​1​_​1​0​6​2​2​5​1​3​.​h​tml).
  36. MPR21: El Esta­do tie­ne dere­cho al secre­to pero no los perio­dis­tas, 23 de octu­bre de 2023 (https://​mpr21​.info/​e​l​-​e​s​t​a​d​o​-​t​i​e​n​e​-​d​e​r​e​c​h​o​-​a​l​-​s​e​c​r​e​t​o​-​p​e​r​o​-​n​o​-​l​o​s​-​p​e​r​i​o​d​i​s​t​as/).
  37. Ida­fe Mar­tín Pérez: La Unión Euro­pea paga­rá a Egip­to para que no deje salir a refu­gia­dos pales­ti­nos, 24 de octu­bre de 2023 (https://​ctxt​.es/​e​s​/​2​0​2​3​1​0​0​1​/​P​o​l​i​t​i​c​a​/​4​4​4​4​8​/​u​n​i​o​n​-​e​u​r​o​p​e​a​-​g​a​z​a​-​e​g​i​p​t​o​-​r​e​f​u​g​i​a​d​o​s​-​c​o​n​t​r​o​l​-​m​i​g​r​a​t​o​r​i​o​.​htm).
  38. Car­me­la Negre­te: Un dia­rio ale­mán denun­cia la intro­mi­sión del Gobierno en su dere­cho a infor­mar, 8 de mayo de 2021 (https://​www​.elsal​to​dia​rio​.com/​a​l​e​m​a​n​i​a​/​j​u​n​g​e​-​w​e​l​t​-​d​i​a​r​i​o​-​d​e​n​u​n​c​i​a​-​i​n​t​r​o​m​i​s​i​o​n​-​g​o​b​i​e​r​n​o​-​e​n​-​d​e​r​e​c​h​o​-​i​n​f​o​r​mar).
  39. Redac­ción: Ale­ma­nia ile­ga­li­za a la Red de Soli­da­ri­dad con los Presxs Polí­ticxs Pales­tinxs Sami­doun, 14 de octu­bre de 2023 (https://​kao​sen​la​red​.net/​a​l​e​m​a​n​i​a​-​i​l​e​g​a​l​i​z​a​-​l​a​-​r​e​d​-​d​e​-​s​o​l​i​d​a​r​i​d​a​d​-​c​o​n​-​l​o​s​-​p​r​e​s​x​s​-​p​o​l​i​t​i​c​x​s​-​p​a​l​e​s​t​i​n​x​s​-​s​a​m​i​d​o​un/).
  40. Johan­nes Stern: El «Pac­to Ale­mán» de Scholz: una alian­za de gue­rra con­tra la pobla­ción, 11 de sep­tiem­bre de 2023 (https://​www​.wsws​.org/​e​s​/​a​r​t​i​c​l​e​s​/​2​0​2​3​/​0​9​/​1​1​/​p​a​c​t​-​s​1​1​.​h​tml).
  41. K. Marx: Pró­lo­go de la «Con­tri­bu­ción a la crí­ti­ca de la Eco­no­mía Polí­ti­ca», Obras esco­gi­das, Pro­gre­so, Mos­cú 1978, tomo I, p. 518.

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