En las cárceles que están en manos del Gobierno de la CAV están impidiendo hacer visitas a varias personas por motivos ideológicos.
Como decíamos, son varias las personas vetadas, normalmente sin ningún tipo de explicación. En otras ocasiones han argumentado que estas personas tenían antecedentes penales, aún siendo mentira.
Pero en esta ocasión y sin darse cuenta han entregado el documento a un preso político. En él se puede leer lo siguiente: «DESFAVORABLE: De acuerdo con la información recabada por este servicio, XXXXXXX aparece vinculado a grupo contrarios a la línea oficial y partidarios de estrategias de confrontación, perfil que comparte con el interno solicitante».
Por un lado debemos denunciar que aún estando en Euskal Herria, es la función de la cárcel la que siempre se impone, y esta es castigar a los presos y aislarlos.
La cárcel es un instrumento para borrar de la calle a cualquiera que como consecuencia de la marginación y la miseria no entre en los parámetros de la sociedad burguesa. Ni qué decir en lo que respecta a los militantes políticos, ya que el objetivo respecto a estos es imponerles un castigo ejemplarizante, extendiendo el terror con el objetivo de condicionar la militancia de quienes hacen frente al sistema.
La cárcel, lejos de buscar la reinserción de nadie, es una herramienta para dominar la personalidad y la voluntad del preso o la presa. Sus principios más importantes son la obediencia y la sumisión, y para ello se vale de la opacidad de la prisión, compaginando así prácticas legales e ilegales.
La cárcel contiene muchos tipos de cárcel en su seno para, según la actitud del preso o la presa, castigarle más si no se doblega, o para actuar con mayor flexibilidad si acepta la condena.
Por otro lado, decisiones como esta demuestra que el acoso hacia militantes políticos continúa y que además lo hace como consecuencia de una decisión también política.
En Euskal Herria no tenemos garantizados los derechos políticos más básicos, como son el de organización, movilización y libertad de expresión. Hace años que la Audiencia Nacional española reúne dosieres con la colaboración de las distintas policías con el objetivo de obstaculizar la actividad de estas organizaciones y puede que ilegalizarlas.
Tinko vuelve a hacer un llamamiento a crear un muro contra la represión en torno a unos mínimos. Nuestras libertades políticas más básicas están en riesgo.
En defensa de los y las militantes políticas, ya estén en la calle como en la cárcel, ¡amnistía total!