Pales­ti­na, epi­cen­tro de las con­tra­dic­cio­nes mundiales

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«Si el obje­ti­vo de esta emi­gra­ción de judíos a Pales­ti­na hubie­ra sido vivir a nues­tro lado dis­fru­tan­do de los mis­mos dere­chos y con los mis­mos debe­res, les habría­mos abier­to las puer­tas en la medi­da en que pudie­ra aco­ger­los nues­tro terri­to­rio. Este ha sido el caso de los miles de arme­nios y cir­ca­sia­nos que viven entre noso­tros como her­ma­nos y ciu­da­da­nos que dis­fru­tan de los mis­mos dere­chos. Pero nadie nos pue­de exi­gir razo­na­ble­men­te que el obje­ti­vo de esta emi­gra­ción sea usur­par nues­tra tie­rra, dis­per­sar­nos y con­ver­tir­nos en ciu­da­da­nos de segun­da cate­go­ría. Por eso des­de un prin­ci­pio nues­tra revo­lu­ción no ha esta­do moti­va­da por fac­to­res racia­les o reli­gio­sos. Nun­ca se ha diri­gi­do con­tra per­so­nas judías en tan­to que tales, sino con­tra el sio­nis­mo racis­ta y la agre­sión fla­gran­te.» — Yas­ser Ara­fat, dis­cur­so del 13 de noviem­bre 1974 ante la Asam­blea Gene­ral de la ONU

Si el geno­ci­dio per­pe­tra­do en Gaza y Cis­jor­da­nia en 2023 – 2024 [y gran par­te de enero de 2025, n. de la t.] se dis­tin­gue de los pre­ce­den­tes por su mag­ni­tud y su carác­ter sis­te­má­ti­co, en cam­bio está lejos de ser algo ais­la­do. Esta­mos ante una prác­ti­ca mili­tar de domi­na­ción que encon­tra­mos des­de la crea­ción de las pri­me­ras mili­cias arma­das sio­nis­tas, es decir, des­de prin­ci­pios del siglo XX (Bar-Guio­ra crea­da en 1907, la Haga­nah en 1920, el Irgoun en 1936, el Lehi o Gru­po Stern en 1939, etc.). Esta per­sis­ten­cia de las prác­ti­cas geno­ci­das es lógi­ca, se des­pren­de del pro­pio pro­yec­to sio­nis­ta, es decir, del esta­ble­ci­mien­to por todos los medios posi­bles y nece­sa­rios de un colo­nia­lis­mo de asen­ta­mien­to. En efec­to, cual­quier colo­nia­lis­mo de sen­ta­mien­to tien­de a ser geno­ci­da y el rit­mo y la mag­ni­tud de esta ten­den­cia depen­den de la rela­ción de fuer­zas local e internacional.

La dimen­sión inter­na­cio­nal de la rela­ción de fuer­zas siem­pre ha sido más impor­tan­te en Pales­ti­na que en los demás con­tex­tos de colo­ni­za­ción, inclu­so en las colo­ni­za­cio­nes de asen­ta­mien­to. Los Esta­dos impe­ria­lis­tas prac­ti­ca­ron el colo­nia­lis­mo de asen­ta­mien­to para gene­rar el máxi­mo de bene­fi­cios, acce­der a las fuen­tes de mate­rias pri­mas e impo­ner a sus riva­les un mono­po­lio sobre los mer­ca­dos que cons­ti­tu­yen las colo­nias. Ya en 1916 Lenin defi­nió qué era el impe­ria­lis­mo y su rela­ción lógi­ca con el colo­nia­lis­mo. Recor­de­mos esta defi­ni­ción anti­gua, pero siem­pre per­ti­nen­te del impe­ria­lis­mo: «El impe­ria­lis­mo es el capi­ta­lis­mo en una fase de desa­rro­llo en la que se ha afir­ma­do el domi­nio de los mono­po­lios y del capi­tal finan­cie­ros, en la que la expor­ta­ción de capi­tal ha adqui­ri­do una impor­tan­cia pri­mor­dial, en la que ha comen­za­do el repar­to del mun­do entre los trust inter­na­cio­na­les y en la que se ha com­ple­ta­do el repar­to de todo el terri­to­rio del pla­ne­ta entre los gran­des paí­ses capitalistas»

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El pro­yec­to de crea­ción un Esta­do judío en Pales­ti­na y lue­go la crea­ción del Esta­do de Israel en 1948 res­pon­den a esta defi­ni­ción, pero no se redu­cen a ella. Cuan­do nacen los pri­me­ros pro­yec­tos de crea­ción de un Esta­do sio­nis­ta, Pales­ti­na está bajo domi­nio oto­mano des­de 1516. La Pales­ti­na oto­ma­na no corres­pon­de a la defi­ni­ción de Lenin de impe­ria­lis­mo, sino que es más un refle­jo de un impe­rio pre­ca­pi­ta­lis­ta que el capi­ta­lis­mo de mono­po­lio que defi­ne Lenin. Su lógi­ca es la de la recau­da­ción de un tri­bu­to por par­te del cen­tro en las peri­fe­rias y no la de una aca­pa­ra­mien­to de tie­rras por par­te del colo­ni­za­dor, y menos aún la de una colo­ni­za­ción de asen­ta­mien­to. En otras pala­bras, la Subli­me Puer­ta [el gobierno del Impe­rio oto­mano, n. de la t.] se con­ten­ta con recau­dar impues­tos y deja mucha auto­no­mía a los dife­ren­tes com­po­nen­tes del Impe­rio, al tiem­po que res­pe­ta las cos­tum­bres y cul­tu­ras loca­les. La estruc­tu­ra de su eco­no­mía tam­bién difie­re total­men­te de la de los paí­ses impe­ria­lis­tas occi­den­ta­les. Mien­tras que en estos últi­mos lo que pre­do­mi­na es la indus­tria, el Impe­rio oto­mano sigue sien­do una eco­no­mía agrí­co­la has­ta sus últi­mos días, expli­ca Ste­fa­nia Ecchia, espe­cia­lis­ta en his­to­ria eco­nó­mi­ca: «En lo que con­cier­ne a la fis­ca­li­dad en el sec­tor agrí­co­la, con­vie­ne seña­lar de entra­da que la pro­duc­ción agrí­co­la cons­ti­tu­ye la prin­ci­pal fuen­te de ingre­sos del Teso­ro oto­mano. Duran­te toda su his­to­ria el Impe­rio oto­mano siguió sien­do una eco­no­mía agra­ria y la mayo­ría de su pobla­ción, apro­xi­ma­da­men­te el 80% o 90%, vivía y se ali­men­ta­ba de la tie­rra, sobre todo en explo­ta­cio­nes fami­lia­res, más que en gran­des propiedades»

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Por con­si­guien­te, solo bajo el Man­da­to bri­tá­ni­co, en 1922, Pales­ti­na entra en una rela­ción de depen­den­cia y domi­na­ción impe­ria­lis­ta en el sen­ti­do defi­ni­do por Lenin. El esta­tu­to del Man­da­to para Siria, Líbano, Meso­po­ta­mia, Trans­jor­da­nia y Pales­ti­na no es el que desean las dos poten­cias impe­ria­lis­tas más impor­tan­tes, Fran­cia y Gran Bre­ta­ña. En efec­to, ambas poten­cias se habían pues­to de acuer­do a la hora de repar­tir­se los res­tos del Impe­rio oto­mano. Dos fac­to­res vinie­ron a obs­ta­cu­li­zar el repar­to del fes­tín entre estos dos ladrones.

El pri­me­ro fue la Revo­lu­ción bol­che­vi­que. El nue­vo gobierno bol­che­vi­que hace públi­cos el 23 de noviem­bre de 1917 los acuer­dos secre­tos entre Fran­cia y Gran Bre­ta­ña, lo que se cono­ce como Acuer­do de Sykes-Picot, que con­sa­gra el repar­to de la región entre ellas. El segun­do fac­tor es el ascen­so del nue­vo impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se, que tam­bién tie­ne pre­ten­sio­nes en la región. El pun­to 12 de su «Pro­gra­ma de paz para Euro­pa», más cono­ci­do como «Plan de 14 pun­tos», pre­sen­ta­do por el pre­si­den­te Woo­drow Wil­son al Sena­do el 8 de enero de 1918, afir­ma lo siguien­te: «Se debe­ría garan­ti­zar una sobe­ra­nía indis­cu­ti­ble a las regio­nes tur­cas del Impe­rio oto­mano, pero a las otras nacio­na­li­da­des que actual­men­te están some­ti­das al yugo tur­co se les debe garan­ti­zar una segu­ri­dad abso­lu­ta de exis­ten­cia, la ple­na posi­bi­li­dad de desa­rro­llo autó­no­mo y sin trabas»

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El pun­to 1 de este Plan con­de­na los acuer­dos secre­tos y pide aca­bar con «los acuer­dos par­ti­cu­la­res de cual­quier tipo entre nacio­nes» y una «diplo­ma­cia que pro­ce­da fran­ca­men­te y a la vis­ta de todos». Por últi­mo, el pun­to 14 pide la crea­ción de una Socie­dad de Nacio­nes des­ti­na­da a ofre­cer a todos los Esta­dos, «gran­des y peque­ños por igual garan­tías mutuas de inde­pen­den­cia polí­ti­ca y de inte­gri­dad territorial».

Como ya no era posi­ble la colo­ni­za­ción direc­ta, Fran­cia y Gran Bre­ta­ña se con­for­man con el prin­ci­pio del Man­da­to. Aun­que el régi­men del Man­da­to per­mi­te a la poten­cia man­da­ta­ria man­te­ner sus tro­pas en estos paí­ses, tie­ne el incon­ve­nien­te para las poten­cias de obli­gar­las a acep­tar la posi­bi­li­dad de la inde­pen­den­cia polí­ti­ca de los paí­ses. En efec­to, el artícu­lo 22 del pac­to de la Socie­dad de Nacio­nes indi­ca: «Algu­nas comu­ni­da­des que anta­ño per­te­ne­cían al Impe­rio oto­mano han alcan­za­do tal gra­do de desa­rro­llo que se pue­de reco­no­cer pro­vi­sio­nal­men­te su exis­ten­cia como nacio­nes inde­pen­dien­tes, a con­di­ción de que los con­se­jos y la ayu­da de un man­da­ta­rio guíen su admi­nis­tra­ción has­ta el momen­to en que sean capa­ces de des­en­vol­ver­se por sí mis­mas»4.

Gran Bre­ta­ña se pre­pa­ró para el cam­bio de estra­te­gia impues­to por la impo­si­bi­li­dad de una colo­ni­za­ción direc­ta y por la pers­pec­ti­va más o menos a lar­go pla­zo de que Pales­ti­na fue­ra inde­pen­dien­te. La idea de una domi­na­ción indi­rec­ta de la región era una de las dos hipó­te­sis que se habían mane­ja­do (la segun­da era la colo­ni­za­ción direc­ta). Su obje­ti­vo era la crea­ción de un Esta­do vasa­llo. Este obje­ti­vo es lo que lle­vó a la alian­za entre Gran Bre­ta­ña y el movi­mien­to sio­nis­ta, cuya pri­me­ra con­cre­ti­za­ción impor­tan­te es la Decla­ra­ción Bla­four, fir­ma­da por el minis­tro bri­tá­ni­co de Asun­tos Exte­rio­res Arthur Bal­four el 2 de noviem­bre de 1917 y que esti­pu­la: «El gobierno de Su Majes­tad con­si­de­ra favo­ra­ble­men­te el esta­ble­ci­mien­to en Pales­ti­na de un hogar nacio­nal para el pue­blo judío y hará todo lo que esté en su mano para faci­li­tar la con­se­cu­ción de este obje­ti­vo; que­da enten­di­do cla­ra­men­te que no se hará nada que pue­da per­ju­di­car los dere­chos civi­les y reli­gio­sos de las comu­ni­da­des no judías que exis­ten en Pales­ti­na, ni los dere­chos ni el esta­tus polí­ti­co de los que dis­po­nen los judíos en cual­quier otro país»

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Los bri­tá­ni­cos uti­li­zan toda su influen­cia para intro­du­cir en el tex­to del Man­da­to las pro­me­sas de la Decla­ra­ción Bla­four, con vis­tas a la crea­ción de un Esta­do vasa­llo que a lar­go pla­zo les per­mi­ta domi­nar la región sin su pre­sen­cia mili­tar direc­ta. Lo con­si­guen y con­vier­ten así a la recién crea­da Socie­dad de Nacio­nes en una ins­ti­tu­ción que vio­la el dere­cho inter­na­cio­nal: «Con­si­de­ran­do que las prin­ci­pa­les poten­cias alia­das han acor­da­do ade­más que el Man­da­ta­rio fue­ra res­pon­sa­ble de poner en prác­ti­ca la decla­ra­ción hecha el 2 de noviem­bre de 1917 por el gobierno bri­tá­ni­co y adop­ta­da por dichas poten­cias en favor del esta­ble­ci­mien­to en Pales­ti­na de un hogar nacio­nal para el pue­blo judío…»6. El espe­cia­lis­ta en dere­cho inter­na­cio­nal Henry Cat­tan carac­te­ri­za el hecho de inte­grar la Decla­ra­ción Bla­four en el tex­to del Man­da­to sim­ple y lla­na­men­te de vio­la­ción del dere­cho inter­na­cio­nal: «Al con­sa­grar la Decla­ra­ción Bla­four y acep­tar la idea de esta­ble­cer un hogar nacio­nal judío en Pales­ti­na, el Man­da­to aten­ta con­tra la sobe­ra­nía del pue­blo de Pales­ti­na, y con­tra sus dere­chos natu­ra­les a la inde­pen­den­cia y la auto­de­ter­mi­na­ción. Pales­ti­na es el hogar nacio­nal de las y los pales­ti­nos des­de tiem­po inme­mo­rial. Esta­ble­cer en este país un hogar nacio­nal para un pue­blo extran­je­ro cons­ti­tu­ye una vio­la­ción de los dere­chos legí­ti­mos y fun­da­men­ta­les de sus habi­tan­tes. Ni la Socie­dad de Nacio­nes ni el gobierno bri­tá­ni­co tenían el poder de dis­po­ner de Pales­ti­na o de con­ce­der a los judíos dere­chos polí­ti­cos o terri­to­ria­les sobre este país. En la medi­da en que el obje­ti­vo del Man­da­to es reco­no­cer a los judíos extran­je­ros unos dere­chos en Pales­ti­na, es nulo y sin valor»

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De hecho, la ONU se ve obli­ga­da a reco­no­cer la vio­la­ción del dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción del pue­blo pales­tino jus­ti­fi­cán­do­la por medio de lo espe­cí­fi­co de la situa­ción. Lee­mos lo siguien­te en uno de sus docu­men­tos dedi­ca­dos a la «his­to­ria de la situa­ción en Pales­ti­na» y publi­ca­do en su pági­na web: «En 1922 la Socie­dad de Nacio­nes sitúa a Pales­ti­na bajo Man­da­to bri­tá­ni­co, lo mis­mo que una serie de anti­guos terri­to­rios oto­ma­nos. A con­ti­nua­ción todos estos terri­to­rios se con­ver­ti­rán en Esta­dos ple­na­men­te inde­pen­dien­tes, con excep­ción de Pales­ti­na, don­de la poten­cia man­da­ta­ria, ade­más de pro­por­cio­nar “asis­ten­cia y con­se­jos de orden admi­nis­tra­ti­vo”, actúa como se anun­ció en la Decla­ra­ción Bla­four de 1917, en la que [Gran Bre­ta­ña] decla­ra con­si­de­rar favo­ra­ble­men­te “el esta­ble­ci­mien­to en Pales­ti­na de un hogar nacio­nal para el pue­blo judío”»

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Por con­si­guien­te, es en vio­la­ción del dere­cho inter­na­cio­nal como se pone en mar­cha el pro­ce­so de crea­ción de un Esta­do sio­nis­ta que en 1948 toma­rá el nom­bre de Israel. Ante­rior­men­te el movi­mien­to sio­nis­ta no tenían nin­gu­na posi­bi­li­dad de lograr sus fines. Solo se empe­za­ron a reu­nir estas posi­bi­li­da­des cuan­do el impe­ria­lis­mo que domi­na­ba el momen­to his­tó­ri­co nece­si­tó ins­tau­rar un Esta­do vasa­llo en la región para poder domi­nar­la. El impe­ria­lis­mo hege­mó­ni­co de la épo­ca, Gran Bre­ta­ña, enta­bla enton­ces nego­cia­cio­nes con sus riva­les, que son los demás impe­ria­lis­mos ven­ce­do­res en la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial, sobre todo Fran­cia y Esta­dos Uni­dos. Se tra­ta, efec­ti­va­men­te, de «tra­ta­dos de ladro­nes colo­nia­les» y la Socie­dad de Nacio­nes que los ava­la es sin duda una «cue­va de ladro­nes impe­ria­lis­tas», por reto­mar las pala­bras de Lenin a pro­pó­si­to del Acuer­do de Sykes-Picot y de la Socie­dad de Naciones.

Si en esta intro­duc­ción nos dete­ne­mos por exten­so en este pri­mer perío­do de la mar­cha hacia un Esta­do sio­nis­ta vasa­llo del impe­ria­lis­mo, es por­que ilus­tra la espe­ci­fi­ci­dad de la colo­ni­za­ción sufri­da por el pue­blo pales­tino. Es indu­da­ble que esta colo­ni­za­ción en con­cre­to no es iné­di­ta, pero sí es, en cam­bio, par­ti­cu­lar y poco común. La colo­ni­za­ción como pro­ce­so de con­ver­tir a una eco­no­mía nacio­nal en depen­dien­te de otra adop­ta for­mas dife­ren­tes que están deter­mi­na­das por los ele­men­tos del con­tex­to (rela­ción de fuer­zas nacio­nal y mun­dial en el momen­to de la con­quis­ta colo­nial, mag­ni­tud de la resis­ten­cia de la nación y del pue­blo colo­ni­za­dos, con­tex­to social y polí­ti­co de la socie­dad colo­ni­za­do­ra, etc.). La for­ma que adop­ta una colo­ni­za­ción con­cre­ta tam­bién varía his­tó­ri­ca­men­te debi­do a una serie de fac­to­res (esen­cial­men­te la lucha del pue­blo colo­ni­za­do por eman­ci­par­se, pero tam­bién las evo­lu­cio­nes y los cam­bios de las rela­cio­nes de fuer­za internacionales).

El siglo XX, que fue la edad de oro de la colo­ni­za­ción, pone de relie­ve al menos cua­tro tipos de colo­ni­za­ción. En pri­mer lugar, una colo­ni­za­ción de explo­ta­ción cuyo prin­ci­pal obje­ti­vo es saquear los recur­sos de la nación colo­ni­za­da y explo­tar a su pobla­ción acti­va. Este tipo de colo­ni­za­ción fue el más fre­cuen­te en for­ma de una peque­ña can­ti­dad de colo­nos que domi­na­ban a una pobla­ción indí­ge­na mucho mayor. La segun­da for­ma de colo­ni­za­ción es la de asen­ta­mien­to, cuyo obje­ti­vo es, ade­más de el obje­ti­vo de la colo­ni­za­ción de explo­ta­ción, el asen­ta­mien­to de per­so­nas euro­peas en la colonia.

Este tipo de colo­ni­za­ción tien­de a ser geno­ci­da y tie­ne unas con­tra­ten­den­cias que, según su peso, pue­den lle­var a un «éxi­to» total (Aus­tra­lia, Esta­dos Uni­dos) o par­cial (Nami­bia, Arge­lia). La ter­ce­ra for­ma de colo­ni­za­ción es el neo­co­lo­nia­lis­mo, que sur­ge de la impo­si­bi­li­dad de man­te­ner las for­mas ante­rio­res debi­do a la resis­ten­cia de los pue­blos colo­ni­za­dos o para anti­ci­par­se a una revuel­ta radi­cal de estos que lle­ve a una rup­tu­ra total con el colo­ni­za­dor. Este fue el caso en la déca­da de 1960 de la mayo­ría de las colo­nias ingle­sas y fran­ce­sas que, aun­que habían acce­di­do a la sobe­ra­nía polí­ti­ca, esta­ban ence­rra­das en una casi total depen­den­cia económica.

Que­da la cuar­ta for­ma, que fue, por ejem­plo, la del Con­go. Ata­ñe a regio­nes que son esen­cia­les para todos los impe­ria­lis­mos riva­les por razo­nes eco­nó­mi­cas y geo­es­tra­té­gi­cas. Como nin­guno pue­de per­mi­tir, debi­do a sus intere­ses, que uno de sus riva­les se ins­ta­le ahí, el «tra­ta­do del ladrón» adop­ta la for­ma de un Man­da­to otor­ga­do a uno de ellos (gene­ral­men­te un impe­ria­lis­mo de segun­da fila para evi­tar que ten­ga velei­da­des de ir por libre) para que ges­tio­ne esta colo­nia en nom­bre y en inte­rés de todos. En cier­to modo se tra­ta de un ges­tor local del sis­te­ma impe­ria­lis­ta mun­dial. Así, si los capi­ta­les auto­ri­za­dos a inver­tir en Arge­lia o Sene­gal eran exclu­si­va­men­te fran­ce­ses, los capi­ta­les auto­ri­za­dos a inver­tir en el Con­go eran de ori­gen múl­ti­ple. En este caso con­cre­to el pue­blo colo­ni­za­do se enfren­ta al con­jun­to del sis­te­ma impe­ria­lis­ta mun­dial. El apo­yo de los demás paí­ses impe­ria­lis­tas a este Esta­do es incon­di­cio­nal, sean cua­les sean sus prác­ti­cas. Esa es la razón por la que el con­jun­to de los paí­ses impe­ria­lis­tas apo­ya­ron has­ta el ulti­mo momen­to a Sudá­fri­ca o Portugal.

Israel per­te­ne­ce a esta últi­ma for­ma, aun­que tie­ne una par­ti­cu­la­ri­dad dis­tin­ti­va que lo con­vier­te en un caso casi úni­co y nue­vo de colo­ni­za­ción (aun­que Sudá­fri­ca tie­ne muchos ras­gos en común). En el caso de la colo­ni­za­ción de Pales­ti­na, la ges­tión local de los intere­ses de todas las poten­cias impe­ria­lis­tas no se con­fía a una de ellas, sino a un Esta­do vasa­llo crea­do arti­fi­cial­men­te. Tam­bién en este caso este Esta­do reci­be un apo­yo incon­di­cio­nal. En nues­tra opi­nión, esa es la razón de la impu­ni­dad de Israel a pesar de vio­lar de for­ma per­ma­nen­te las deci­sio­nes de la ONU y actual­men­te a pesar del mayor geno­ci­dio en Pales­ti­na des­de 1948.

Por supues­to, las carac­te­rís­ti­cas eco­nó­mi­cas y geo­es­tra­té­gi­cas de la región expli­can esta for­ma espe­cí­fi­ca de colo­ni­za­ción. En el ámbi­to eco­nó­mi­co, el petró­leo, que a prin­ci­pios del siglo XX se con­vir­tió en una mate­ria estra­té­gi­ca, es la pri­me­ra cau­sa de la impor­tan­cia estra­té­gi­ca de la región y de la volun­tad de con­tro­lar­la de cer­ca, pri­me­ro por par­te de Gran Bre­ta­ña y lue­go por Esta­dos Uni­dos, en alian­za con los demás paí­ses impe­ria­lis­tas. Es lo que ocu­rre des­de 1908, es decir, des­de que se des­cu­bre el pri­mer yaci­mien­to de petró­leo ira­ní, Mas­jed Soley­man, lo que lle­va inme­dia­ta­men­te a crear la Anglo-Per­sian Oil Co. Des­de 1912 el 80% de la flo­ta bri­tá­ni­ca nave­ga gra­cias al petró­leo sumi­nis­tra­do por esta com­pa­ñía. En 1913 esta empre­sa petro­le­ra cons­trui­da en el yaci­mien­to de Mas­jed Soley­man es la mayor refi­ne­ría del mun­do. A par­tir de 1927 el des­cu­bri­mien­to de yaci­mien­tos explo­ta­bles en Iraq lle­va a la cons­truc­ción del pri­mer oleo­duc­to para poder trans­por­tar el petró­leo al Mediterráneo.

No deja­rán de des­cu­brir­se yaci­mien­tos de petró­leo: en Ara­bia Sau­dí (el 17,2% de las reser­vas mun­dia­les en 2020), en Irán (el 9,1%), en Irak (el 8,4%), en Kuwait (el 5,9%), en los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos (el 5,6%) y en Qatar (en 1,5%). Asia Occi­den­tal con­tie­ne el 48,3% de las reser­vas del planeta

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Aun­que en el caso del gas la región tie­ne menos impor­tan­cia que en el del petró­leo, sin embar­go sigue tenien­do su impor­tan­cia ya que en 2022 con­te­nía el 17,1% de la pro­duc­ción mun­dial. El des­cu­bri­mien­to en 1999 de yaci­mien­tos [de gas] en la cos­ta de Gaza y des­pués, en 2010, en la de Hai­fa no deja de tener rela­ción con el geno­ci­dio actual. Estos nue­vos yaci­mien­tos pue­den hacer a Israel no solo inde­pen­dien­te des­de el pun­to de vis­ta ener­gé­ti­co, sino tam­bién trans­for­mar­lo en un expor­ta­dor de esta ener­gía, en par­ti­cu­lar a Euro­pa, a la que la gue­rra de Ucra­nia ha deja­do sin acce­so al gas ruso.

Con­tro­lar la pro­duc­ción del petró­leo y del gas de la región no bas­ta para hacer­la acce­si­ble a los dis­tin­tos Esta­dos con­su­mi­do­res, sino que para ello tam­bién es pre­ci­so con­tro­lar su trans­por­te, ya sea por oleo­duc­to o por mar, lo que requie­re con­tro­lar el con­jun­to de Asia Occi­den­tal y, para ello, tener un Esta­do ges­tor fiable.

A esta impor­tan­cia mun­dial de la región en el ámbi­to de los hidro­car­bu­ros se aña­de una dimen­sión estra­té­gi­ca aún más anti­gua. En efec­to, Asia Occi­den­tal une Áfri­ca a Asia y Euro­pa, y con­tro­lar Asia Occi­den­tal es, de hecho, con­tro­lar una par­te muy impor­tan­te del comer­cio mun­dial. En la épo­ca de las Cru­za­das ya era una reali­dad paten­te su impor­tan­cia geo­es­tra­té­gi­ca y las con­se­cuen­cias eco­nó­mi­cas de ello. El doc­tor en cien­cias polí­ti­cas Ali Laï­di resu­me así dicha impor­tan­cia: «La con­quis­ta de Orien­te es tam­bién la his­to­ria de un enfren­ta­mien­to eco­nó­mi­co monu­men­tal entre cris­tia­nos y musul­ma­nes, y tam­bién entre los pro­pios cris­tia­nos. Al inva­dir Orien­te en nom­bre de Dios, los lati­nos par­ten tam­bién a la con­quis­ta de las rique­zas de la región. Al tomar Jeru­sa­lén y cons­truir ciu­da­des lati­nas en Orien­te, se hacen con el inmen­so mer­ca­do de los pro­duc­tos asiá­ti­cos. Las Cru­za­das per­mi­ten eli­mi­nar un inter­me­dia­rio (los comer­cian­tes ára­bes) en la ruta de las espe­cies y en la del seda»

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Más cer­ca de noso­tros, a par­tir prin­ci­pios del siglo XIX el con­trol de la ruta hacia la India es la preo­cu­pa­ción fun­da­men­tal de la polí­ti­ca exte­rior del capi­ta­lis­mo más pode­ro­so, Ingla­te­rra. En 1935 el his­to­ria­dor naval René La Bru­yè­re des­cri­be de la siguien­te mane­ra la impor­tan­cia que tie­ne la región para Ingla­te­rra: «Muchos acon­te­ci­mien­tos actua­les se expli­can si nos preo­cu­pa­mos de exa­mi­nar la estra­te­gia de Gran Bre­ta­ña en Asia Occi­den­tal. Des­de el siglo XVII toda la polí­ti­ca ingle­sa se diri­ge a garan­ti­zar la segu­ri­dad de la ruta de las Indias, es decir, las comu­ni­ca­cio­nes entre Rei­no Uni­do y las pose­sio­nes de Su Majes­tad allen­de los mares. […] El acuer­do con Fran­cia que nos pro­por­cio­nó Marrue­cos le per­mi­tió tener las manos libres sobre todos los terri­to­rios veci­nos del ist­mo de Suez, es decir, Egip­to, el mar Rojo, Ara­bia, Pales­ti­na, Trans­jor­da­nia, etc.»

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En un momen­to en que Chi­na des­plie­ga metó­di­ca­men­te su gran pro­yec­to de nue­vas rutas de la seda, el pro­yec­to «la Ini­cia­ti­va del Cin­tu­rón y la Ruta», que ella mis­ma cali­fi­ca de «pro­yec­to del siglo», es toda­vía mayor lo que hay en jue­go en Asia Occi­den­tal des­de el pun­to de vis­ta geo­es­tra­té­gi­co. En este pro­yec­to «la ruta» une Chi­na con Euro­pa por mar a tra­vés del océano Índi­co, mien­tras que «el cin­tu­rón» terres­tre la une a este con­ti­nen­te a tra­vés de Asia Cen­tral. La cons­truc­ción de carre­te­ras, auto­pis­tas, puer­tos, infra­es­truc­tu­ras ener­gé­ti­cas y enla­ces ferro­via­rios se mul­ti­pli­can en Asia y Áfri­ca. Por supues­to, Asia Occi­den­tal es un ele­men­to esen­cial del proyecto.

Esta­dos Uni­dos, cons­cien­te de la impor­tan­cia de lo que está en jue­go, ha desa­rro­lla­do un pro­yec­to rival lla­ma­do «Aso­cia­ción para la Infra­es­truc­tu­ra e Inver­sión Glo­bal», que está dota­do de un pre­su­pues­to de 600.000 millo­nes de dóla­res en cin­co años. Este pro­yec­to, que se pre­sen­tó con los demás miem­bros del G7, fue elo­gia­do de la siguien­te mane­ra por el pri­mer minis­tro Ben­ya­min Netan­yahu en la 78ª Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das, el 22 de sep­tiem­bre de 2023, ape­nas dos sema­nas antes de come­ter el mayor geno­ci­dio de pobla­ción pales­ti­na des­de 1948: «Hace dos sema­nas asis­ti­mos a otra ben­di­ción, que ya está a la vis­ta de todos. En la con­fe­ren­cia del G20 el pre­si­den­te Biden, el pri­mer minis­tro Modi, y diri­gen­tes euro­peos y ára­bes anun­cia­ron un pro­yec­to visio­na­rio de corre­dor que se exten­de­rá des­de la penín­su­la ará­bi­ga has­ta Israel. Conec­ta­rá India con Euro­pa por medio de cone­xio­nes marí­ti­mas y ferro­via­rias, de oleo­duc­tos, cables ópti­cos. ¡Y eso supo­ne un cam­bio his­tó­ri­co para mi país! La tie­rra de Israel está situa­da en una encru­ci­ja­da entre Áfri­ca, Asia y Euro­pa»12. Resul­ta sig­ni­fi­ca­ti­vo que mien­tras decía estas pala­bras, Netan­yahu exhi­bió un mapa en el que no figu­ra­ba nin­gún Esta­do palestino.

Debi­do a esta situa­ción geo­es­tra­té­gi­ca Asia Occi­den­tal con­den­sa las con­tra­dic­cio­nes del mun­do y el con­trol de esta región es una prio­ri­dad para el impe­ria­lis­mo hege­mó­ni­co, Esta­dos Uni­dos, y para sus alia­dos. Por esa razón hemos titu­la­do esta obra «Manual estra­té­gi­co de Pales­ti­na y Asia Occi­den­tal». Esta reali­dad geo­es­tra­té­gi­ca expli­ca la alian­za entre el movi­mien­to sio­nis­ta y el impe­ria­lis­mo bri­tá­ni­co a prin­ci­pios del siglo pasa­do y tam­bién es la cau­sa de la alian­za entre este mis­mo movi­mien­to sio­nis­ta y Esta­dos Uni­dos al final de la Segun­da Gue­rra Mun­dial, cuan­do Esta­dos Uni­dos se con­vier­te en el impe­ria­lis­mo hege­mó­ni­co. Tam­bién está en el ori­gen de las muchas gue­rras y des­es­ta­bi­li­za­cio­nes que sacu­den la región: la con­ten­ción de Irán, la gue­rra de Irak de Siria y de Yemen. Acla­ra igual­men­te el apo­yo inde­fec­ti­ble del cam­po occi­den­tal bajo la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se a Israel, inclu­so cuan­do este últi­mo come­te un geno­ci­dio a gran esca­la como el de 2023 – 2024 [y gran par­te de enero de 2025, n. de la t.]. Por últi­mo, expli­ca las difi­cul­ta­des de la lucha del pue­blo pales­tino y la evo­lu­ción de las tác­ti­cas de sus orga­ni­za­cio­nes de resistencia.

El pue­blo pales­tino debe librar su lucha por la inde­pen­den­cia nacio­nal no solo con­tra un Esta­do colo­ni­za­dor, sino con­tra todo el sis­te­ma impe­ria­lis­ta mun­dial y, en par­ti­cu­lar, con­tra el impe­ria­lis­mo hege­mó­ni­co esta­dou­ni­den­se. Eso es lo que cons­ti­tu­ye, tan­to ayer como hoy, el dra­ma del pue­blo pales­tino, pero tam­bién la gran­de­za ejem­plar de su resis­ten­cia. Es tam­bién lo que con­fie­re a la lucha del pue­blo pales­tino un lugar fun­da­men­tal en la lucha anti­im­pe­ria­lis­ta mundial.

El obje­ti­vo de este manual no es pre­sen­tar toda la his­to­ria de Pales­ti­na y de la resis­ten­cia de su pue­blo, sino cen­trar la mira­da en la inter­ac­ción entre los fac­to­res nacio­na­les e inter­na­cio­na­les, entre la rela­ción de fuer­zas nacio­nal e inter­na­cio­nal, entre las for­mas y las tác­ti­cas adop­ta­das por la resis­ten­cia pales­ti­na y la situa­ción geo­es­tra­té­gi­ca. Por supues­to, para logar ese obje­ti­vo ten­dre­mos que recor­dar las gran­des líneas de la cues­tión pales­ti­na y la his­to­ria de sus muta­cio­nes, así como los prin­ci­pa­les aspec­tos del pro­yec­to sio­nis­ta y sus rela­cio­nes his­tó­ri­cas con el impe­ria­lis­mo en gene­ral y con el impe­ria­lis­mo hege­mó­ni­co de cada secuen­cia his­tó­ri­ca en particular.

Nos pare­ce que esta mira­da sobre la lar­ga his­to­ria de opre­sión y resis­ten­cia del pue­blo pales­tino es impres­cin­di­ble para com­pren­der lo que hay en jue­go actual­men­te en la prue­ba dra­má­ti­ca e his­tó­ri­ca que vive el pue­blo pales­tino. Lejos de no con­cer­nir más que al pue­blo pales­tino, el futu­ro de nues­tro mun­do se jue­ga en gran par­te en Pales­ti­na. En efec­to, hoy más que nun­ca Pales­ti­na ocu­pa un lugar fun­da­men­tal en las con­tra­dic­cio­nes entre los intere­ses y las rela­cio­nes de fuer­za mun­dia­les. Des­pués de una fase de eufo­ria pro­vo­ca­da por la des­apa­ri­ción de la URSS y con ella del con­jun­to de equi­li­brios sur­gi­dos de la Segun­da Gue­rra Mun­dial, la hege­mo­nía occi­den­tal en gene­ral y la esta­dou­ni­den­se en par­ti­cu­lar se enfren­tan a una serie de resis­ten­cias que ponen en peli­gro que pue­da seguir saquean­do el mun­do, que es sobre lo que se basa su mode­lo eco­nó­mi­co. Tenien­do en cuen­ta el lugar que Pales­ti­na ocu­pa des­de el pun­to de vis­ta geo­es­tra­té­gi­co, vuel­ve a ser uno de los núcleos fun­da­men­ta­les de esta lucha global.

Me sen­ti­ré satis­fe­cho si esta obra con­tri­bu­ye, aun­que sea modes­ta­men­te, a con­cien­ciar sobre lo que está en jue­go en todo el mun­do con la cues­tión palestina.

Saïd Boua­ma­ma

20 de sep­tiem­bre de 2024

Este tex­to es el pró­lo­go de Manuel stra­té­gi­que de la Pales­ti­ne et du Moyen-Orient, Saïd Boua­ma­na, Investig’Action, 2024.

Tex­to ori­gi­nal: https://​inves​ti​gac​tion​.net/​l​a​-​p​a​l​e​s​t​i​n​e​-​a​u​-​c​o​e​u​r​-​d​e​s​-​c​o​n​t​r​a​d​i​c​t​i​o​n​s​-​m​o​n​d​i​a​l​es/

Tra­du­ci­do del fran­cés por Bea­triz Mora­les Bastos.

  1. V.I. Léni­ne: L’impérialisme, sta­de suprê­me du capi­ta­lis­me (1916), Édi­tions socia­les, París, p. 80. [en cas­te­llano hay dife­ren­tes tra­duc­cio­nes de esta obra de Lenin, en gene­ral tra­du­ci­da como El impe­ria­lis­mo, fase supe­rior del capi­ta­lis­mo].
  2. Ste­fa­nia Ecchia: «La poli­ti­que éco­no­mi­que à la fin de l’Empire otto­man (1876−1922), Par­tie 2», revue Ana­to­lie, 5/​2014, pp. 98 – 99.
  3. W. Wil­son: Mes­sa­ges, dis­cours, docu­ments diplo­ma­ti­ques rela­tifs à la gue­rre mon­dia­le, 18 août 1914 – 8 jan­vier 1918, tomo 1, tra­duc­ción [del inglés al fran­cés] de Dési­ré Rous­tan, Bos­sard, París, 1919, p. 239.
  4. Pac­te de la Socié­té des Nations, Jour­nal offi­ciel de la SDN, febre­ro 1920, p. 9., se pue­de con­sul­tar en la pági­na web de la ONU.
  5. Arthur James Bal­four: «Let­tre adres­sée à Lord Roths­child le 2 novem­bre 1917», en Le sta­tut inter­na­tio­nal du peu­ple pales­ti­nien, Nacio­nes Uni­das, Nue­va York, 1980, p. 2.
  6. «Socié­té des Nations, Pales­ti­ne-Man­dat Bri­tan­ni­que, Com­mu­ni­qué au Con­seil et aux mem­bres de la Socié­té du 12 août 1922», pági­na 3, se pue­de con­sul­tar en la pági­na web de la ONU.
  7. Henry Cat­tan: Pales­ti­ne and Inter­na­tio­nal Law: the Legal Aspects of the Arab-Israe­li Con­flict, 2ª ed., Lon­dres y Nue­va York, Long­man, 1976, p. 30.
  8. «His­to­ire de la ques­tion de Pales­ti­ne», se pue­de con­sul­tar en la pági­na web de la ONU, https://​www​.un​.org/​u​n​i​s​p​a​l​/​f​r​/​h​i​s​t​o​i​r​e​-​d​e​-​l​a​-​q​u​e​s​t​i​o​n​-​d​e​-​p​a​l​e​s​t​i​ne/, con­sul­ta­do el 22 de diciem­bre 2023.
  9. «His­to­ire de la ques­tion de Pales­ti­ne», se pue­de con­sul­tar en la pági­na web de la ONU, https://​www​.un​.org/​u​n​i​s​p​a​l​/​f​r​/​h​i​s​t​o​i​r​e​-​d​e​-​l​a​-​q​u​e​s​t​i​o​n​-​d​e​-​p​a​l​e​s​t​i​ne/, con­sul­ta­do el 22 de diciem­bre de 2023.
  10. Ali Laï­di: His­to­ire mon­dia­le de la gue­rre éco­no­mi­que, Perrin, París, 2016, p. 81.
  11. René La Bru­yè­re: «Les rou­tes des Indes», Revue des deux mon­des, vol. 30, n° 3 diciem­bre de 1935, p. 556.
  12. Dis­cur­so ínte­gro de Ben­ya­min Netan­yahu ante la 78 Asam­blea Gene­ral de la ONU, se pue­de con­sul­tar en la pági­na web de la ONU.
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