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Pales­ti­na y Asia Occi­den­tal: obje­ti­vos de gue­rra ofi­cia­les y reales

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Adver­ten­cia: este artícu­lo se debe­ría haber publi­ca­do en el núme­ro de mayo de 2025 de la revis­ta Les Pos­si­bles (del Con­se­jo Cien­tí­fi­co de Attac Fran­cia). Ha sido cen­su­ra­do con la siguien­te expli­ca­ción: «Tras una sema­na de refle­xión y deba­te en el seno del equi­po de la revis­ta Les Pos­si­bles, hemos deci­di­do no publi­car tu tex­to. A pesar de los ajus­tes de for­mu­la­ción que has acep­ta­do hacer, sigue supo­nien­do una apro­ba­ción de lo que ocu­rrió el 7 de octu­bre de 2023. Ni la revis­ta ni Attac pue­den demos­trar la más míni­ma com­pla­cen­cia y, menos aún, acep­tar apo­yar seme­jan­tes masa­cres, lo que sin duda se enten­de­ría muy mal. Es cier­to que tu tex­to tam­bién pone de relie­ve el atroz geno­ci­dio per­pe­tra­do por el gobierno israe­lí, pero la con­de­na de este últi­mo no com­pen­sa la acep­ta­ción de lo pri­me­ro. Ante esta tra­ge­dia gene­ral creer que la estra­te­gia de Hamas podía dar una pers­pec­ti­va a la pobla­ción pales­ti­na es una visión funes­ta, por­que no emer­ge nin­gu­na solu­ción polí­ti­ca, ni siquie­ra la pro­me­sa de unas nego­cia­cio­nes ulte­rio­res posi­ti­vas. Ten por segu­ro que esta­mos des­tro­za­dos por esta situa­ción mons­truo­sa y dis­gus­ta­dos por tener que tomar esta deci­sión. Ten tam­bién por segu­ro que esta deci­sión no mer­ma nues­tra con­si­de­ra­ción y espe­ra­mos vol­ver a encon­trar­nos en tiem­pos mejo­res». No ten­go nin­gún comentario.

Cuan­do se fir­mó el alto el fue­go el pasa­do mes de enero, un repre­sen­tan­te de la ONU resu­mió así la situa­ción de los daños mate­ria­les: «Actual­men­te el encla­ve está ente­rra­do bajo entre 40 y 50 tone­la­das de escom­bros. […] Se nece­si­ta­rían unos 30.000 millo­nes de dóla­res para recons­truir Gaza, don­de casi el 70 % de las infra­es­truc­tu­ras, el 60 % de las vivien­das y el 65 % de las carre­te­ras han sido des­trui­das duran­te la gue­rra de 15 meses»1. Según el Obser­va­to­rio Euro­me­di­te­rrá­neo de Dere­chos Huma­nos, la can­ti­dad de bom­bas lan­za­das duran­te los seis pri­me­ros meses de la gue­rra (70.000 tone­la­das) supe­ra­ba ya a las «lan­za­das sobre Lon­dres en 1940 – 1941 (18.300 tone­la­das), Ham­bur­go en 1943 (8.500) y Dres­de en 1945 (3.900 tone­la­das)»2. Estas pocas cifras bas­tan para dife­ren­ciar la secuen­cia de gue­rra actual de todas las que le pre­ce­die­ron des­de 1948 y la crea­ción del Esta­do de Israel. Ponen de relie­ve el obje­ti­vo de modi­fi­car estruc­tu­ral­men­te la rela­ción de fuer­zas en la región, no solo para Tel Aviv, sino tam­bién para Washington.

La rápi­da evo­lu­ción del con­tex­to regio­nal antes del 7 de octubre

El con­tex­to regio­nal evo­lu­cio­na de una mane­ra par­ti­cu­lar­men­te rápi­da antes del 7 de octu­bre. La secuen­cia ini­cial del perio­do es una ten­den­cia ofen­si­va des­de hace tiem­po por par­te de Esta­dos Uni­dos e Israel, y que empe­zó con los Acuer­dos de Oslo, des­ti­na­da a ais­lar com­ple­ta­men­te a la resis­ten­cia pales­ti­na por medio de los «Acuer­dos de Abraham». Cada uno de los acto­res de estos acuer­dos tie­ne sus pro­pios obje­ti­vos que acep­ta den­tro de una lógi­ca de real­po­li­tik fría y cíni­ca. En un tex­to ante­rior al 7 de octu­bre Hicham Alaoui, inves­ti­ga­dor de la Uni­ver­si­dad de Ber­ke­ley, ana­li­za­ba estos acuer­dos como una alian­za entre tres fun­da­men­ta­lis­mos: el de los evan­ge­lis­tas esta­dou­ni­den­ses, el de los fun­da­men­ta­lis­tas judíos de Israel y el de los «fun­da­men­ta­lis­tas esta­ta­les» de los paí­ses ára­bes fir­man­tes de los acuer­dos. Resu­mía así los obje­ti­vos de cada uno de ellos antes del cata­clis­mo del 7 de octu­bre: «Esta­dos Uni­dos, bajo la pre­si­den­cia de Donald Trump, que­ría relan­zar una hege­mo­nía en decli­ve. […] A los alia­dos (Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos, Bah­réin y Marrue­cos) les atraía el señue­lo de poder nor­ma­li­zar las rela­cio­nes con Israel para lograr nue­vos acuer­dos comer­cia­les, ayu­da mili­tar y otras ven­ta­jas. Marrue­cos […] espe­ra­ba que el hecho de ten­der la mano a Tela Aviv ali­ge­ra­ra las pre­sio­nes que se ejer­cían sobre él res­pe­to a la cues­tión del Sáha­ra Occi­den­tal, en cla­ve del reco­no­ci­mien­to de sobe­ra­nía de Rabat sobre este terri­to­rios»3 (véa­se nota 1).

En nues­tra opi­nión, la dimen­sión reli­gio­sa del acuer­do no es sino el envol­to­rio apa­ren­te de los intere­ses eco­nó­mi­cos y geo­es­tra­té­gi­cos que hay en jue­go en la región. Las cla­ses domi­nan­tes siem­pre defien­den sus intere­ses uti­li­zan­do los medios que con­si­de­ran más efi­ca­ces en un con­tex­to deter­mi­na­do. Lo que hay en jue­go para Washing­ton es, por supues­to, el con­trol del nudo estra­té­gi­co mun­dial que es Asia Occi­den­tal. Esta región, que está situa­da en la inter­sec­ción de Euro­pa, Asia y Áfri­ca, ocu­pa esta posi­ción de nudo des­de hace varios siglos y ha sido una preo­cu­pa­ción fun­da­men­tal de todas las poten­cias colo­nia­les y des­pués impe­ria­lis­tas des­de el naci­mien­to del capi­ta­lis­mo en Euro­pa (véa­se nota 2). Esta dimen­sión de nudo estra­té­gi­co es lo que cons­ti­tu­ye la base mate­rial del apo­yo incon­di­cio­nal de Occi­den­te a Israel, que el actual geno­ci­dio ilus­tra una vez más. Tam­bién es esa dimen­sión la que dic­ta los ejes fun­da­men­ta­les de la estra­te­gia esta­dou­ni­den­se: con­tra­rres­tar la diná­mi­ca eco­nó­mi­ca de los BRICS y en par­ti­cu­lar de Chi­na, ais­lar a Irán antes de poder aba­tir­lo, impo­ner a Israel como poten­cia regio­nal domi­nan­te y como garan­te local de los intere­ses occidentales.

Era impe­ra­ti­vo ais­lar a Irán para cum­plir estos obje­ti­vos estra­té­gi­cos y de ahí pro­vie­ne el exa­cer­bar inten­cio­na­da­men­te el fal­so anta­go­nis­mo entre chiíes y sun­níes. El mar­co inter­pre­ta­ti­vo reli­gio­so, pro­mo­vi­do inten­cio­na­da­men­te por Washing­ton, per­mi­te ocul­tar lo que ver­da­de­ra­men­te hay en jue­go en todo el mun­do des­de el pun­to de vis­ta mate­rial y estra­té­gi­co men­cio­nán­do­lo como una dimen­sión úni­ca­men­te regio­nal. Según el dis­cur­so domi­nan­te, des­de el pun­to de vis­ta polí­ti­co y mediá­ti­co no son sino el resul­ta­do de un «impe­ria­lis­mo ira­ní» al que ofre­cen resis­ten­cia los Esta­dos sun­níes. Este mar­co inter­pre­ta­ti­vo sim­plis­ta jus­ti­fi­có des­de 2015 la inter­ven­ción mili­tar en Yemen de la coa­li­ción enca­be­za­da por Ara­bia Sau­dí y los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos, con el apo­yo de Esta­dos Unidos.

Esta secuen­cia ini­cial aca­bó duran­te el año 2023, en el que el mun­do cono­ció una brus­ca ace­le­ra­ción. Des­de 2021 se habían ido acu­mu­lan­do varios fac­to­res para pro­du­cir esta ace­le­ra­ción, bajo la mira­da momen­tá­nea­men­te impo­ten­te de Washing­ton. El pri­mer fac­tor es la pene­tra­ción eco­nó­mi­ca de Chi­na en la región y los resul­ta­dos diplo­má­ti­cos de ello. En ade­lan­te el Gol­fo ase­gu­ra el 40 % de las nece­si­da­des que Chi­na tie­ne de petró­leo. El garan­ti­zar este apro­vi­sio­na­mien­to se tra­du­ce en una inten­sa acti­vi­dad diplo­má­ti­ca: por una par­te, la fir­ma en mar­zo de 2021 de un acuer­do de coope­ra­ción estra­té­gi­ca por valor de 450.000 millo­nes de dóla­res esta­dou­ni­den­ses y, por otra, la orga­ni­za­ción en diciem­bre de 2022 de tres cum­bres en Ara­bia Sau­dí duran­te la visi­ta del pre­si­den­te chino a este país: una cum­bre entre Chi­na y los paí­ses del Gol­fo, otra entre Chi­na y los paí­ses ára­bes y, por últi­mo, una cum­bre entre Chi­na y Ara­bia Saudí.

El segun­do fac­tor es el impas­se mili­tar en Yemen. Esta gue­rra ha cos­ta­do más de 100.000 millo­nes de dóla­res al rei­no sau­dí, sin lograr nin­guno de sus obje­ti­vos de gue­rra4. El ter­cer fac­tor es el «cos­te moral» de esta gue­rra, que la ONU con­si­de­ra la peor catás­tro­fe huma­ni­ta­ria del mun­do5. El cúmu­lo de fac­to­res ha lle­va­do a Esta­dos Uni­dos al cata­clis­mo que ha sido el res­ta­ble­ci­mien­to de las rela­cio­nes diplo­má­ti­cas entre Ara­bia Sau­dí e Irán en mar­zo de 2023 tras unas nego­cia­cio­nes secre­tas que se lle­va­ron a cabo con la media­ción de Chi­na. El alia­do his­tó­ri­co de Esta­dos Uni­dos recu­pe­ra las rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con el «enemi­go chií» (que Washing­ton se había toma­do tan­to tra­ba­jo para cons­truir) y, por aña­di­du­ra, con la media­ción de Chi­na, con­si­de­ra­da el «enemi­go nume­ro uno» des­de que Esta­dos Uni­dos adop­tó la teo­ría del «pivo­te asiá­ti­co» a prin­ci­pios de la déca­da de 2010. Se veri­fi­ca­ba una vez más el dicho atri­bui­do a De Gau­lle: «Los Esta­dos no tie­nen ami­gos, solo intereses».

El sig­ni­fi­ca­do estra­té­gi­co del 7 de octubre

El con­tex­to recien­te de una brus­ca ace­le­ra­ción de la his­to­ria es impres­cin­di­ble para enten­der a la vez la ofen­si­va mili­tar pales­ti­na del 7 de octu­bre y sus obje­ti­vos, la vio­len­cia de la reac­ción de Israel alen­ta­da por Esta­dos Uni­dos y la actual rela­ción de fuer­zas tras 18 meses de geno­ci­dio. En efec­to, esta muta­ción del con­tex­to regio­nal es lo que lle­vó a las orga­ni­za­cio­nes de la resis­ten­cia pales­ti­na a con­si­de­rar, con toda razón, que la situa­ción era pro­pi­cia para rom­per la diná­mi­ca de los Acuer­dos de Abraham. Estos acuer­dos habían impues­to el ais­la­mien­to de la resis­ten­cia pales­ti­na, la inten­si­fi­ca­ción de la colo­ni­za­ción, la trans­for­ma­ción de Gaza en una cár­cel a cie­lo para los dos millo­nes de per­so­nas que habi­ta­ban en ella y la des­apa­ri­ción de la cues­tión pales­ti­na de la agen­da polí­ti­ca y diplo­má­ti­ca mun­dial. El pri­mer obje­ti­vo y el resul­ta­do del 7 de octu­bre es, efec­ti­va­men­te, la para­li­za­ción momen­tá­nea de la diná­mi­ca de los Acuer­dos de Abraham y la vuel­ta de la cues­tión pales­ti­na, que de nue­vo se impo­ne en un lugar des­ta­ca­do de las agendas,

El con­jun­to de las orga­ni­za­cio­nes de la resis­ten­cia pales­ti­na com­par­te este obje­ti­vo. La Ope­ra­ción «Dilu­vio de Al Aqsa» no es solo una ope­ra­ción de «Hamas», como han afir­ma­do y siguen afir­man­do la mayo­ría de los medios de comu­ni­ca­ción. En esta ope­ra­ción mili­tar par­ti­ci­pa­ron otras cin­co orga­ni­za­cio­nes que van des­de la Djihad Islá­mi­ca al Fren­te Popu­lar para la Libe­ra­ción de Pales­ti­na (FPLP) que se con­si­de­ra mar­xis­ta. Aun­que Hamas tie­ne una impor­tan­cia pre­pon­de­ran­te, esta­mos lejos de la sim­pli­fi­ca­ción domi­nan­te a una acción lle­va­da a cabo por unos faná­ti­cos islamistas.

Para lograr ese resul­ta­do se reque­ría una ope­ra­ción mili­tar de enver­ga­du­ra. El ata­que simul­tá­neo con­tra las bases mili­ta­res israe­líes del perí­me­tro de la Fran­ja de Gaza y con­tra las ciu­da­des cer­ca­nas a ellas por par­te de coman­dos que cru­za­ron el muro de sepa­ra­ción a pie, en moto, en coche, en camión o en ultra­li­ge­ro reu­nió a casi 3.000 com­ba­tien­tes. El obje­ti­vo de la ope­ra­ción era tomar la mayor can­ti­dad posi­ble de rehe­nes para nego­ciar des­pués la libe­ra­ción de pre­sos pales­ti­nos. La noti­cia de la Agen­cia Fran­ce Press, basa­da en los cálcu­los de la segu­ri­dad social israe­lí, eva­lúa la can­ti­dad de víc­ti­mas de la siguien­te mane­ra: «La can­ti­dad de per­so­nas muer­tas en el ata­que ascien­de hoy a 695 civi­les israe­líes, entre ellos 36 niños, así como 373 miem­bros de las fuer­zas de segu­ri­dad y 71 extran­je­ros, lo que da un total de 1.139 hom­bres»6. Las auto­ri­da­des israe­líes cal­cu­la­ron que había 240 rehe­nes. Estas cifras bas­tan para des­ta­car la mag­ni­tud iné­di­ta de la ope­ra­ción y tam­bién ponen de relie­ve la des­pro­por­ción de la res­pues­ta israe­lí. El 24 de abril UNICEF pre­sen­ta­ba así el balan­ce humano de esta res­pues­ta: 51.266 per­so­nas muer­tas, de las cua­les 15.613 eran niñas y niños, ade­más de 11.200 per­so­nas des­apa­re­ci­das7.

Un año des­pués, el 7 de octu­bre de 2024, el his­to­ria­dor Vin­cent Lemi­re ana­li­za así lo que deno­mi­na un «pun­to de infle­xión radi­cal»: «El 7 de octu­bre [de 2023] supo­ne un pun­to de infle­xión radi­cal. Este con­flic­to ha cono­ci­do una suce­sión de gue­rras inter­es­ta­ta­les (1948, 1967 y 1973), de Inti­fa­das (1987 y 2000), más tar­de el fra­ca­so de los Acuer­dos de Oslo (1993) y, final­men­te, los Acuer­dos de Abraham (2020). El 7 de octu­bre puso fin al espe­jis­mo de los acuer­dos de paz del pasa­do y a la ilu­sión de creer que los acuer­dos comer­cia­les entre Israel y unos regí­me­nes ára­bes auto­ri­ta­rios podrían solu­cio­nar la cues­tión pales­ti­na»8.

El resul­ta­do del 7 de octu­bre [de 2023] fue tam­bién hacer sal­tar en peda­zos el rela­to acer­ca de la segu­ri­dad de Israel según el cual el Esta­do israe­lí es total­men­te invul­ne­ra­ble debi­do a su supe­rio­ri­dad tec­no­ló­gi­ca mili­tar y a unos ser­vi­cios de segu­ri­dad que se con­si­de­ran infa­li­bles. Este rela­to sobre la segu­ri­dad se ha difun­di­do cons­cien­te y cons­tan­te­men­te para pro­vo­car en la pobla­ción israe­lí una sen­sa­ción de segu­ri­dad casi total. La corres­pon­sal de Le Mon­de en Tel Aviv titu­la­ba un artícu­lo «En Israël, une émi­gra­tion sans pré­cé­dent» [Emi­gra­ción sin pre­ce­den­tes en Israel] y expli­ca­ba: «Miles de per­so­nas israe­líes, en oca­sio­nes fami­lias ente­ras, han aban­do­na­do el país para ins­ta­lar­se en el extran­je­ro. Las razo­nes son la inse­gu­ri­dad y la gue­rra en Gaza, pero tam­bién la polí­ti­ca del gobierno Netan­yahu y el peso de la reli­gión en el país»9. La Ofi­ci­na Cen­tral de Esta­dís­ti­ca israe­lí eva­lua­ba así en diciem­bre de 2024 estas sali­das que se habían pro­du­ci­do en el año 2023: «82.700 per­so­nas aban­do­na­ron Israel en 2024, mien­tras que solo regre­sa­ron 23.800»10. Algo nun­ca vis­to des­de la crea­ción del Esta­do de Israel. La situa­ción es simi­lar en la fron­te­ra con Líbano, don­de la sen­sa­ción de inse­gu­ri­dad nun­ca ha sido tan gran­de. Para una can­ti­dad cada vez mayor de la pobla­ción israe­lí ya no es creí­ble la idea de una polí­ti­ca de disua­sión efi­caz por medio de la ame­na­za per­ma­nen­te de una inter­ven­ción en Líbano.

Del mis­mo modo, el dis­cur­so ofi­cial israe­lí sobre la resis­ten­cia pales­ti­na ha que­da­do muy debi­li­ta­do. Este dis­cur­so afir­ma­ba que esta resis­ten­cia había per­di­do poten­cia y que solo se sos­te­nía gra­cias al apo­yo exte­rior y, en par­ti­cu­lar, el de Irán. Des­de hacía varias déca­das el eje cen­tral de la defen­sa decla­ra­do ofi­cial­men­te era la famo­sa «ame­na­za ira­ní» y los terri­to­rios pales­ti­nos se con­si­de­ra­ban, en el mejor de los casos, total­men­te bajo con­trol y, en el peor, rápi­da­men­te con­tro­la­bles. La Ope­ra­ción «Dilu­vio de Al Aqsa» des­mien­te la ima­gen de una resis­ten­cia pales­ti­na redu­ci­da a algu­nos gru­púscu­los y ates­ti­gua la capa­ci­dad de esta resis­ten­cia para lle­var a cabo ata­ques de gran enver­ga­du­ra. Por últi­mo, la mag­ni­tud del apo­yo esta­dou­ni­den­se vie­ne a sub­ra­yar a ojos de todos que la «segu­ri­dad» es impo­si­ble sin una depen­den­cia extre­ma de una poten­cia exte­rior. Es ver­dad que en el pasa­do Esta­dos Uni­dos nun­ca esca­ti­mó ayu­da eco­nó­mi­ca y mili­tar a Tel Aviv, pero nun­ca en las pro­por­cio­nes actua­les: des­plie­gue de buques de gue­rra, entre­ga masi­va de armas, apo­yo logís­ti­co, etc.

Estos fac­to­res indi­can que el 7 de octu­bre pro­vo­có una modi­fi­ca­ción brus­ca y radi­cal de la rela­ción de fuer­zas regio­nal a favor del pue­blo pales­tino. No se pue­de com­pren­der la vio­len­cia de la res­pues­ta de Israel, es decir, el atroz geno­ci­dio per­pe­tra­do des­de hace año y medio, sin tener en cuen­ta este cam­bio ines­pe­ra­do. Lejos de ser úni­ca­men­te el resul­ta­do de una sim­ple «locu­ra» de Netan­yahu, es antes que nada un inten­to de inver­tir de for­ma igual de radi­cal la nue­va rela­ción de fuer­zas que ha crea­do el 7 de octubre.

Obje­ti­vos de gue­rra decla­ra­dos y obje­ti­vos reales

El geno­ci­dio en cur­so se lle­va a cabo a par­tir de tres obje­ti­vos de gue­rra decla­ra­dos des­de que empe­zó la matan­za: «erra­di­car a Hamas, libe­rar a los rehe­nes e impe­dir que Gaza siga sien­do una ame­na­za para la segu­ri­dad de Israel». Cua­tro meses des­pués Netan­yahu vuel­ve a la car­ga para recor­dar estos obje­ti­vos y pro­me­ter que «la vic­to­ria está al alcan­ce de la mano. No es cues­tión de años o déca­das sino de meses»11). Apar­te del carác­ter con­tra­dic­to­rio entre el obje­ti­vo de «libe­rar a los rehe­nes» y el de «erra­di­car a Hamas», estos obje­ti­vos de gue­rra son impo­si­bles de cum­plir. Como es fre­cuen­te en las gue­rras colo­nia­les, los mili­ta­res son más lúci­dos, a ima­gen del por­ta­voz del ejér­ci­to israe­lí Daniel Haga­ri que el 19 de junio de 2024 decla­ró en tele­vi­sión: «Hamas es una ideo­lo­gía, no se eli­mi­na una ideo­lo­gía. Decir que vamos a hacer des­apa­re­cer a Hamas es enga­ñar a la opi­nión públi­ca»12.

La amplia­ción ofi­cial de los obje­ti­vos de gue­rra el 17 de sep­tiem­bre de 2024 tam­bién es nada rea­lis­ta. El comu­ni­ca­do de este día anun­cia­ba así esa amplia­ción: «La vuel­ta con total segu­ri­dad de los habi­tan­tes del nor­te [del país] a sus hoga­res»13. Es mis­ma sema­na se pre­ci­só ese nue­vo obje­ti­vo de gue­rra en lo refe­ren­te a los medios: «Des­truir toda la estruc­tu­ra mili­tar de Hez­bo­llah, que se ha ido cons­tru­yen­do a lo lar­go de dos déca­das»14. El inves­ti­ga­dor y exper­to mili­tar del Cen­tre fra­nçais de recher­che sur le ren­seig­ne­ment (Cen­tro Fran­cés de Inves­ti­ga­ción sobre los Ser­vi­cios de Inte­li­gen­cia) Oli­vier Dujar­din eva­lua­ba de la siguien­te mane­ra el rea­lis­mo de este obje­ti­vo: «Una orga­ni­za­ción como Hez­bo­llah no se des­tru­ye. Ni siquie­ra la eli­mi­na­ción de todos sus miem­bros pro­vo­ca­ría su des­apa­ri­ción, por­que la razón y las con­di­cio­nes que pre­si­den su exis­ten­cia siguen sien­do de actua­li­dad. Cuan­do se hace fren­te a una orga­ni­za­ción como Hez­bo­llah, que pue­de con­tar con entre 50.000 y 100.000 com­ba­tien­tes según las fuen­tes, y se deca­pi­tan sus cabe­zas, de pron­to hay que vér­se­las con una miría­da de célu­las que van a tar­dar un tiem­po en reuni­fi­car­se, pero lo aca­ba­rán hacien­do. […]. Los israe­líes com­pran tiem­po úni­ca­men­te para unas sema­nas o meses»15.

Los nada rea­lis­tas obje­ti­vos de gue­rra de Netan­yahu no sig­ni­fi­can que el pri­mer minis­tro israe­lí sea irra­cio­nal. Redu­cir, como se hace habi­tual­men­te, a Netan­yahu a un demen­te com­ple­ta­men­te des­co­nec­ta­do de la reali­dad no ayu­da en nada a com­pren­der la situa­ción. En nues­tra opi­nión, los nada rea­lis­tas obje­ti­vos de gue­rra de Netan­yahu no son sino una pan­ta­lla des­ti­na­da a ocul­tar sus ver­da­de­ros obje­ti­vos de gue­rra: vol­ver a dibu­jar todo el mapa regio­nal. Este obje­ti­vo de gue­rra fun­da­men­tal, que des­de hace tiem­po com­par­te con los neo­con­ser­va­do­res esta­dou­ni­den­ses, impli­ca vol­ver a dibu­jar las fron­te­ras con Siria y Líbano, hacer que Jor­da­nia y Egip­to depen­dan total­men­te de Israel, doble­gar a Irán, depor­tar masi­va­men­te a la pobla­ción pales­ti­na y reco­no­cer con­trac­tual­men­te la supre­ma­cía regio­nal de Israel.

Ele­men­tos para esta­ble­cer el balan­ce de una gue­rra genocida

Un año y medio des­pués de una gue­rra geno­ci­da, que se anun­ció como una gue­rra que no debía durar más que «unos meses», no se ha cum­pli­do nin­guno de los obje­ti­vos de gue­rra. No solo no se ha erra­di­ca­do a Hamas ni a Hez­bo­llah, sino que Tel Aviv se ha vis­to obli­ga­do a nego­ciar altos el fue­go con ambas orga­ni­za­cio­nes. No obs­tan­te, este fra­ca­so estra­té­gi­co no debe lle­var­nos a sub­es­ti­mar la mag­ni­tud de las vic­to­rias tác­ti­cas obte­ni­das por medio de un des­plie­gue iné­di­to de fuer­zas mili­ta­res en la región, de gas­tos mili­ta­res tam­bién sin pre­ce­den­tes y de una per­sis­ten­te vio­len­cia geno­ci­da sin lími­te. Son gra­ves los gol­pes infli­gi­dos tan­to a las fuer­zas de la resis­ten­cia pales­ti­na como a la prin­ci­pal de ellas, Hamas, y debi­li­tan con­si­de­ra­ble y per­ma­nen­te­men­te la capa­ci­dad de acción mili­tar de dichas fuer­zas. Lo mis­mo ocu­rre en Líbano con Hezbollah.

Des­de el 7 de octu­bre Netan­yahu ha reafir­ma­do la posi­ción de Israel como pri­me­ra poten­cia mili­tar de la región. No se pue­de com­pren­der esta demos­tra­ción de fuer­za, total­men­te des­pro­por­cio­na­da en rela­ción a a las fuer­zas con­tra­rias, sin tener en cuen­ta la mag­ni­tud de los efec­tos del 7 de octu­bre sobre la socie­dad israe­lí, sobre el pue­blo pales­tino y, más amplia­men­te, sobre el con­jun­to de los pue­blos de la región. Se tra­ta­ba de inten­tar res­ta­ble­cer el mito de que el ejér­ci­to israe­lí es inven­ci­ble, inclu­so a cos­ta de un geno­ci­dio. La ima­gen inter­na­cio­nal de Israel, la vida de las y los rehe­nes, los equi­li­brios inter­nos de la socie­dad polí­ti­ca israe­lí, etc., todo ello se sacri­fi­có en aras de esta preo­cu­pa­ción fun­da­men­tal a cor­to pla­zo. El pre­cio paga­do es inmen­so. Israel nun­ca ha esta­do tan des­acre­di­ta­do a ojos de la opi­nión públi­ca mun­dial. Quin­ce paí­ses apo­ya­ron rápi­da­men­te la denun­cia por geno­ci­dio que pre­sen­tó Sudá­fri­ca en la Cor­te Penal Inter­na­cio­nal. Se mul­ti­pli­can los paí­ses que, a ima­gen de Espa­ña, Irlan­da, Norue­ga, Eslo­ve­nia y Arme­nia, reco­no­ce el Esta­do pales­tino. La Cor­te Penal Inter­na­cio­nal emi­tió una orden de deten­ción con­tra Netan­yahu y su minis­tro de Defen­sa en noviem­bre de 2024 a raíz de su inves­ti­ga­ción sobre crí­me­nes de gue­rra. Estos hechos ponen de relie­ve que la vic­to­ria mili­tar se rea­li­za a cos­ta de una derro­ta moral aplas­tan­te, la cual es, ella sí, a lar­go plazo.

La vic­to­ria mili­tar tác­ti­ca no va acom­pa­ña­da de vic­to­ria polí­ti­ca algu­na. No se ha esta­ble­ci­do nin­gún dis­tan­cia­mien­to entre el pue­blo pales­tino y sus orga­ni­za­cio­nes de resis­ten­cia ni entre Hez­bo­llah y las per­so­nas que viven en el Sur de Líbano. Una de las fun­cio­nes de la vio­len­cia total del ejér­ci­to israe­lí era, pre­ci­sa­men­te, pro­vo­car esa frac­tu­ra. La ima­gen de per­so­nas refu­gia­das que vol­vían duran­te el alto el fue­go tan­to en Gaza como en Líbano da tes­ti­mo­nio de un fra­ca­so total en este domi­nio. Las per­so­nas refu­gia­das retor­nan a sus hoga­res y se vuel­ven a ins­ta­lar entre las rui­nas ondean­do ban­de­ras de Hamas y de Hez­bo­llah. Aho­ra bien, la his­to­ria de las luchas de libe­ra­ción nacio­nal ates­ti­gua que las vic­to­rias mili­ta­res sin una vic­to­ria polí­ti­ca pue­den, sin duda, debi­li­tar al adver­sa­rio, pero no pue­den ven­cer­lo y, menos aún, erra­di­car­lo, como cla­ma Netanyahu.

Por ejem­plo, des­pués de las masa­cres de Sétif, Guel­ma y Khe­rra­ta en Arge­lia en 1945 que cau­sa­ron la muer­te de dece­nas de miles de per­so­nas, el gene­ral Duval, res­pon­sa­ble de este cri­men, resu­mía así la situa­ción: «Os he dado la paz para diez años; si Fran­cia no hace nada, todo vol­ve­rá a empe­zar, peor y pro­ba­ble­men­te de for­ma irre­me­dia­ble»16. El ado­les­cen­te Kateb Yaci­ne, que fue tes­ti­go de esta vio­len­cia, expli­ca el efec­to que este maca­bro espec­tácu­lo tuvo sobre sobre su tra­yec­to­ria: «Fue en 1945 cuan­do mi huma­ni­ta­ris­mo se enfren­tó por pri­me­ra vez al más atroz de los espec­tácu­los. Yo tenía vein­te años. Nun­ca he olvi­da­do la con­mo­ción que sen­tí ante la des­pia­da­da car­ni­ce­ría que pro­vo­có la muer­te de varios miles de per­so­nas musul­ma­nas. Eso cimen­tó mi nacio­na­lis­mo»17. Las y los niños y ado­les­cen­tes que aho­ra son la «gene­ra­ción del geno­ci­dio» expe­ri­men­ta­rán lógi­ca­men­te unos efec­tos simi­la­res. El secre­ta­rio de Esta­do esta­dou­ni­den­se Anthony Blin­ken lo cons­ta­ta­ba ya en enero de 2025: «Sin […] un hori­zon­te polí­ti­co creí­ble para la pobla­ción pales­ti­na, Hamas (o cual­quier otra cosa igual de abyec­ta y peli­gro­sa) vol­ve­rá a sur­gir, […], cal­cu­la­mos que Hamas ha reclu­ta­do a casi tan­tos nue­vos mili­tan­tes como los que ha per­di­do»18. Por supues­to, la situa­ción en Líbano res­pec­to a Hez­bo­llah es similar.

El momen­to cru­cial de 2025

La caí­da de Bachar Al-Assad y más tar­de la lle­ga­da al poder de Trump son dos acon­te­ci­mien­tos que modi­fi­can con­si­de­ra­ble­men­te la rela­ción de fuer­zas. La nue­va con­fi­gu­ra­ción supri­me una base de reta­guar­dia de las resis­ten­cias pales­ti­na y liba­ne­sa, aís­la toda­vía más a Irán y supri­me todos los lími­tes, inclui­dos los for­ma­les, a los pla­nes de ciru­gía polí­ti­ca y terri­to­rial de Netan­yahu. Este últi­mo, que con razón con­si­de­ra que está en una situa­ción his­tó­ri­ca iné­di­ta des­de la Nak­ba, pien­sa poder asu­mir aho­ra sus obje­ti­vos de gue­rra reales. Ya no se tra­ta de «erra­di­car a Hamas«, sino de trans­for­mar Gaza y Cis­jor­da­nia en espa­cios en los que no se pue­de vivir para pro­vo­car un éxo­do masi­vo. El obje­ti­vo ya no es ins­ta­lar una admi­nis­tra­ción pales­ti­na total­men­te depen­dien­te de Tel Aviv, sino de ace­le­rar con­si­de­ra­ble­men­te la colo­ni­za­ción. El obje­ti­vo ya no es hacer segu­ras las fron­te­ras del Sur de Líbano, sino impo­ner, como míni­mo, el desar­me de Hez­bo­llah y, en el mejor de los casos, la trans­for­ma­ción de las fron­te­ras. La mis­ma lógi­ca pre­va­le­ce en Siria, don­de se afir­ma el obje­ti­vo de una pre­sen­cia per­ma­nen­te con el pre­tex­to de esta­ble­cer una «zona de seguridad».

El dis­cur­so de Donald Trump sobre la «Rivie­ra de Gaza» del pasa­do 4 de febre­ro no es un sim­ple deli­rio de mega­ló­mano. Su obje­ti­vo es escan­da­li­zar por su maxi­ma­lis­mo para hacer acep­ta­bles unas «solu­cio­nes» inter­me­dias igual de inacep­ta­bles. Per­mi­te bana­li­zar la idea de una depor­ta­ción masi­va orien­tan­do el deba­te hacia las con­di­cio­nes de la depor­ta­ción. Las vio­la­cio­nes del alto el fue­go tan­to en Pales­ti­na como en Líbano y la ins­ta­la­ción per­ma­nen­te de tro­pas israe­líes en Siria inau­gu­ran una nue­va estra­te­gia mili­tar para lograr­lo. Vea­mos, sin ser exhaus­ti­vo, algu­nos de estos ejes estratégicos.

El pri­me­ro es una pre­sión polí­ti­ca y diplo­má­ti­ca del gobierno de Esta­dos Uni­dos sobre Líbano, aso­cia­da a con­ti­nuar con los bom­bar­deos israe­líes para con­se­guir el desar­me de Hez­bo­llah. Tenien­do en cuen­ta el esta­do en que se encuen­tra el ejér­ci­to liba­nés, dicho desar­me sig­ni­fi­ca­ría un Líbano sin nin­gu­na capa­ci­dad de defen­sa. El segun­do eje es la des­truc­ción del con­jun­to de las capa­ci­da­des mili­ta­res sirias, a pesar de un nue­vo gobierno que es, cuan­do menos, con­ci­lia­dor con Tel Aviv. Se esgri­me al mis­mo tiem­po el argu­men­to de la segu­ri­dad para jus­ti­fi­car una zona de segu­ri­dad per­ma­nen­te. El ter­cer eje es, por supues­to, Irán, al que hay que pre­sio­nar con fir­me­za para que Tehe­rán se replie­gue a una pos­tu­ra úni­ca­men­te defen­si­va y deje de apo­yar a la resis­ten­cia liba­ne­sa y palestina.

Por lo que se refie­re a Pales­ti­na, tan­to en Gaza como en Cis­jor­da­nia, el cam­bio mili­tar que comen­zó con la reanu­da­ción de la gue­rra el 18 de mar­zo adop­ta la for­ma del dis­cur­so sobre las «zonas tapón», que no son sino ane­xio­nes. Los bom­bar­deos y ase­si­na­tos de per­so­na­li­da­des de la resis­ten­cia, que habían sido las prin­ci­pa­les for­mas de inter­ven­ción mili­tar des­de el 8 de octu­bre, dan paso a la ocu­pa­ción pura y sim­ple. Simul­tá­nea­men­te con­ti­núa la des­truc­ción metó­di­ca de todas las con­di­cio­nes de exis­ten­cia y, en par­ti­cu­lar, de las infra­es­truc­tu­ras (esco­la­res, médi­cas, reli­gio­sas, etc) de las zonas no ane­xio­na­das. El obje­ti­vo es, por supues­to, crear un sen­ti­mien­to de impo­ten­cia, lograr des­ar­mar moral­men­te, pro­vo­car una lógi­ca de renun­cia y lograr que se con­sien­ta el exi­lio. Lejos de ser cie­gas, las ope­ra­cio­nes mili­ta­res israe­líes se basan, por el con­tra­rio, en estos obje­ti­vos de des­mo­ra­li­za­ción colectiva.

En el momen­to en que ter­mi­na­mos este artícu­lo no se obser­van sig­nos de que esté tenien­do éxi­to la nue­va estra­te­gia, a pesar de que la vida coti­dia­na en Pales­ti­na se ha vuel­to una pesa­di­lla. La pro­pia pru­den­cia con la que el ejér­ci­to israe­lí evi­ta todo con­tac­to mili­tar direc­to con las ciu­da­des pales­ti­nas indi­ca que Hamas está lejos de ser «erra­di­ca­do». No ha teni­do lugar la espe­ra­da revuel­ta gene­ra­li­za­da de la pobla­ción pales­ti­na con­tra las orga­ni­za­cio­nes de resis­ten­cia. Se han ente­rra­do los sue­ños de lle­gar a un acuer­do con los paí­ses veci­nos para que aco­jan a pobla­ción pales­ti­na, pues­to que los gobier­nos de estos paí­ses no pue­den asu­mir ante sus pue­blos ser cóm­pli­ces de seme­jan­te depor­ta­ción. En Líbano, Hez­bo­llah, que está muy debi­li­ta­do, pero sigue sien­do la prin­ci­pal fuer­za mili­tar del país, ha recha­za­do total­men­te la idea mis­ma de un desar­me. Los inten­tos por par­te de Esta­dos Uni­dos de con­se­guir que Ara­bia Sau­dí y los Emi­ra­tos reanu­den la gue­rra con­tra los hutis han reci­bi­do una nega­ti­va cate­gó­ri­ca por la mis­ma razón. En Irán, a pesar de las ame­na­zas y ulti­má­tums de Trump, este últi­mo ha abier­to nego­cia­cio­nes con Tehe­rán, lo que arrui­na los sue­ños de Netan­yahu de una gue­rra rápi­da y total. La reac­ción popu­lar ha sido tan fuer­te que inclu­so el nue­vo régi­men sirio se ha vis­to obli­ga­do a recu­lar ofi­cial­men­te res­pec­to a su anun­cio de que en 2026 iba a fir­mar los Acuer­dos de Abraham con Tel Aviv.

El pano­ra­ma actual dis­ta mucho de ser el de un éxi­to estra­té­gi­co israe­lí. Más bien hay que pen­sar en una lógi­ca de ato­lla­de­ro y estancamiento.

Saïd Boua­ma­ma

Fuen­te: https://​boua​ma​mas​.word​press​.com/​2​0​2​5​/​0​5​/​1​2​/​p​a​l​e​s​t​i​n​e​-​e​t​-​m​o​y​e​n​-​o​r​i​e​n​t​-​b​u​t​s​-​o​f​f​i​c​i​e​l​s​-​d​e​-​g​u​e​r​r​e​-​e​t​-​b​u​t​s​-​r​e​e​ls/

Cogie­do de https://​rebe​lion​.org/​p​a​l​e​s​t​i​n​a​-​y​-​a​s​i​a​-​o​c​c​i​d​e​n​t​a​l​-​o​b​j​e​t​i​v​o​s​-​d​e​-​g​u​e​r​r​a​-​o​f​i​c​i​a​l​e​s​-​y​-​r​e​a​l​es/

  1. Hicham Alaoui, «Les accords d’Abraham, expres­sion d’une allian­ce reli­gieu­se fon­da­men­ta­lis­te», Orient XXI, 12 de octu­bre de 2023 (el autor pre­ci­sa que escri­bió un aná­li­sis antes del 7 de octubre).
  2. Solo otra región, el Sudes­te Asiá­ti­co, tie­ne tam­bién esta dimen­sión de nodo estra­té­gi­co mun­dial al repre­sen­tar el 40% del comer­cio trans­oceá­ni­co mun­dial. No es de extra­ñar que sea tam­bién un ámbi­to de per­ma­nen­te con­fron­ta­ción, espe­cial­men­te entre Esta­dos Uni­dos y China.
  3. https://​orientx​xi​.info/​m​a​g​a​z​i​n​e​/​m​a​r​o​c​-​l​e​-​s​a​h​a​r​a​-​o​c​c​i​d​e​n​t​a​l​-​c​o​n​t​r​e​-​l​a​-​p​a​l​e​s​t​i​n​e​,​4​366
  4. «Under Pres­su­re: Houthis Tar­get Yeme­ni Govern­ment with Eco­no­mic War­fa­re», Midd­le East Ins­ti­tu­te, 27 de febre­ro de 2023
  5. «Yémen: pire catas­trophe huma­ni­tai­re au mon­de, la sor­tie de cri­se exi­ge un dia­lo­gue poli­ti­que entre les par­ties, selon de hauts res­pon­sa­bles onusiens».
  6. Noti­cia de AFP del 15 de diciem­bre de 2023.
  7. Uni­cef, «Israël-Terri­toi­res pales­ti­niens: après le ces­sez-le-feu, l’incertitude», se pue­de con­sul­tar en la pági­na web de UNICEF» (https://​www​.uni​cef​.fr).
  8. Vin­cent Lemi­re, «Le 7 octo­bre est un tour­nant radi­cal», La Chro­ni­que, revis­ta de Amnis­tía Inter­na­cio­nal, 7 de octu­bre de 2024.
  9. Isa­be­lle Man­draud: «En Israël, une émi­gra­tion sans pré­cé­dent», Le Mon­de, 28 de enero de 2025.
  10. «En Israël, une “fui­te des cer­veaux” mas­si­ve en 2024», Courrier Inter­na­tio­nal, 2 de enero de 2025.
  11. Rue­da de pren­sa de Ben­ja­min Netan­yahou, noti­cia de AFP, 7 de febre­ro de 2024.
  12. Noti­cia de AFP, 19 de junio de 2024.
  13. «Le retour des habi­tants du nord d’Israël, nou­veau but de gue­rre pour Netan­yahou», Comu­ni­ca­do de la ofi­ci­na del pri­mer minis­tro, AFP, 17 de septiembre.
  14. Gha­zal Golshi­ri y Hélè­ne Sallon, «L’embarras de l’Iran face à l’offensive israé­lien­ne con­tre le Hez­bo­llah», Le Mon­de, 25 de sep­tiem­bre de 2024.
  15. «Israël rêve d’un “nou­veau Moyen-Orient”, mais à que­lle réa­li­té se heur­te­ra-t-il?», The Con­ver­sa­tion, 29 de octu­bre de 2024.
  16. Car­ta del gene­ral Duval al gobierno fran­cés, 16 de mayo de 1945, cita­do en Guy Per­vi­llé: La gue­rre d’Algérie, PUF, París, 2021, p. 34.
  17. Bou­cif Mekha­led: «Entre­tien avec Kateb Yaci­ne du 21 jui­llet 1984», en Chro­ni­que d’un mas­sa­cre, 8 mai 1945, París, Édi­tion Syros, 1995.
  18. Le Mon­de, 14 de enero de 2025.
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