Desde siempre hemos mantenido que es muy fácil hablar sobre violaciones de libertades y derechos humanos en otros países mientras que, cobardemente, se mira para otro lado cuando se producen en el Estado español.
Sólo hay que fijarse en las actitudes de los intelectuales y artistas (con honrosas excepciones por todos conocidas), que guardan un silencio cómplice frente a las tropelías que se comenten con los presos políticos y la represión generalizada de los movimientos antifascistas.
Aquellos que por las circunstancias que sean, alcanzan, de manera honesta, una posición privilegiada que les permite blindarse contra represalias imprevistas, si son conscientes y tienen inquietudes, deben mojarse denunciando el carácter reaccionario y antidemocrático del régimen juancarlista.
Eso es, precisamente, lo que ha hecho Santiago Sierra, artista reconocido internacionalmente renunciando al Premio Nacional de Artes Plásticas 2010, un tremendo bofetón en plena cara del pretendido “Estado de Derecho” español.
Sierra afirma que su sentido común le obliga a renunciar al galardón porque «instrumentaliza en beneficio del Estado el prestigio del premiado», y que no quiere nada de un país que participa en criminales guerras imperialistas y expolia a los obreros en beneficio de la Banca. Para terminar ha manifestado que “el Estado no somos todos. El Estado son ustedes y sus amigos». La ministra, de lo que llaman cultura, tendrá que buscarse un artista servil para colocar su premio.
Bienvenido al club de los represaliados (y constantemente vigilados), Santiago Sierra. http://jmalvarezblog.blogspot.com/