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La gue­rra impe­ria­lis­ta con­tra la salud de los pueblos

Tabla de contenidos

Que la salud de los pue­blos es incom­pa­ti­ble con las gue­rras injus­tas y agre­si­vas de la bur­gue­sía es una reali­dad aplas­tan­te que no nece­si­ta expli­ca­ción. Pero ya en esta pre­mi­sa nos encon­tra­mos con la nece­si­dad de espe­ci­fi­car la salud de qué cla­ses socia­les: ¿la salud para quién? ¿La gue­rra de quien y con­tra quién? Refle­xio­nes que deben intro­du­cir­se inelu­di­ble­men­te si no que­re­mos eva­dir el quid de la cues­tión, la esen­cia de todo con­flic­to, y aún más de todas las guerras.

¿Son lo mis­mo con­flic­tos y gue­rras? La res­pues­ta a la pre­gun­ta es impor­tan­te por­que indi­ca cómo la salud huma­na va estre­chan­do su depen­den­cia e inter­ac­ción social con las vio­len­cias, con los con­flic­tos y con las gue­rras, con­for­me la pro­pie­dad capi­ta­lis­ta domi­na el mun­do. Antes de la pro­pie­dad pri­va­da había agre­sio­nes, vio­len­cias y con­flic­tos que daña­ban la salud y mata­ban de per­so­nas, pero no esta­lla­ban para impo­ner la pro­pie­dad pri­va­da des­tru­yen­do la pro­pie­dad comu­nal, sino que se man­te­nían den­tro de esta. En aque­llas con­di­cio­nes no hacía fal­ta orga­ni­zar buro­cra­cias espe­cia­li­za­das para la vio­len­cia, sos­te­ni­das por el esfuer­zo del grue­so de la socie­dad, por­que los colec­ti­vos huma­nos eran peque­ños y prio­ri­za­ban la vida sobre la muer­te: per­der varios hom­bres y sobre todo muje­res e infan­tes en un con­flic­to podía ser una catás­tro­fe para la per­vi­ven­cia gru­pal, por eso bus­ca­ban los acuer­dos y las alianzas.

Las vio­len­cias y con­flic­tos se incre­men­ta­ron bajo la pro­pie­dad pri­va­da, dañan­do aún más la salud de las muje­res, pue­blos explo­ta­dos y cla­ses tra­ba­ja­do­ras, por­que la usa­ban los pro­pie­ta­rios para aumen­tar sus rique­zas, la comi­da, el gana­do, la lana, etc., qui­tán­do­se­lo a la mayo­ría empo­bre­ci­da. La for­ma de la vio­len­cia pese a su aumen­to cuan­ti­ta­ti­vo era la mis­ma: dolor, gol­pes, ham­bre, frío, etc., pero su esen­cia, su con­te­ni­do interno dio un sal­to en cali­dad des­truc­ti­va: aho­ra se apli­ca­ba en bene­fi­cio de la mino­ría, lo que quie­re decir que la salud de esa mino­ría mejo­ra­ba por­que empeo­ra­ba la salud de la mayo­ría. Esto hizo que duran­te los pri­me­ros mile­nios de la pro­pie­dad pri­va­da la salud huma­na empeo­ró mucho, espe­cial­men­te en las muje­res y en la ter­ce­ra edad por­que la mino­ría enri­que­ci­da se que­da­ba con casi todo, entre otras cosas para man­te­ner hom­bres arma­dos con los que defen­der­se y saquear y escla­vi­zar a otros pueblos.

El Esta­do sur­gió para eso: para faci­li­tar la acu­mu­la­ción de rique­za en la mino­ría y sos­te­ner los pri­me­ros ejér­ci­tos para hacer las pri­me­ras gue­rras que no exis­tían ante­rior­men­te. La gue­rra, que requie­re un apa­ra­to espe­cia­li­za­do que exi­ge mucho gas­to, sur­ge his­tó­ri­ca­men­te a la vez que se rom­pe la salud colec­ti­va mejo­ran­do la salud de la mino­ría explo­ta­do­ra y empeo­ran­do la de la mayo­ría explo­ta­da. Des­de ento­nes y sobre todo en el capi­ta­lis­mo se agu­di­za el anta­go­nis­mo entre gue­rra injus­ta y salud de la mino­ría, por un lado y por otro lado, gue­rra jus­ta y salud de la mayo­ría. La uni­dad y lucha de con­tra­rio tam­bién está den­tro de la salud huma­na: mejo­ran­do la de los opre­so­res y empeo­ran­do la de las oprimidas.

Bre­ve con­tex­to histórico

Como hemos dicho, lo que actual­men­te lla­ma­mos gue­rra tie­ne una his­to­ria muy recien­te ya que empe­zó a sur­gir en pocas zonas del pla­ne­ta hace alre­de­dor de 6.000 años, jun­to a la apa­ri­ción de los pri­me­ros pro­to-Esta­dos y de la pro­pie­dad pri­va­da mas­cu­li­na que des­truía las for­mas comu­na­les de pro­pie­dad colec­ti­va en las que la mujer tenía una auto­ri­dad social incon­ce­bi­ble bajo el capi­ta­lis­mo. Si las vio­len­cias y con­flic­tos en el Paleo­lí­ti­co, o socie­da­des caza­do­ras-reco­lec­to­ras tenían su cau­sa direc­ta o indi­rec­ta en la pre­ca­rie­dad ener­gé­ti­ca, cuan­do se empe­za­ron a impo­ner las pri­me­ras for­mas de pro­pie­dad pri­va­da, esos con­flic­tos adqui­rie­ron un nue­vo con­te­ni­do, su esen­cia cam­bió al sur­gir la inci­pien­te lucha de cla­ses entre la mino­ría pro­pie­ta­ria y la mayo­ría explo­ta­da, al sur­gir el pro­to-Esta­do y sus buro­cra­cias, sobre todo la mili­tar, espe­cia­li­za­da en la gue­rra. Estos cam­bios glo­ba­les impac­ta­rán pro­fun­da­men­te en la salud de las cla­ses y pue­blos explo­ta­dos, y bene­fi­cia­rán a la salud de las mino­rías domi­nan­tes. Vamos a ver en tres gran­des perio­dos cómo impac­ta en la salud el rear­me y la gue­rra, 1) en el escla­vis­mo, 2) en la Edad Media y 3) en el capitalismo.

  1. En el escla­vis­mo la esca­sez de recur­sos exi­gía que se dedi­ca­ra a los ejér­ci­tos una can­ti­dad de bie­nes que limi­ta­ba enor­me­men­te la salud de la pobla­ción no com­ba­tien­te, espe­cial­men­te los meno­res, las muje­res y la pobla­ción ancia­na de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Las ham­bru­nas y las enfer­me­da­des gol­pea­ban a las cla­ses tra­ba­ja­do­ras libres. Las dife­ren­cias entre ricos y pobres eran casi abis­ma­les. Fre­cuen­te­men­te, la pobla­ción civil de las ciu­da­des cer­ca­das se sui­ci­da­ba para no ser escla­vi­za­da. La vida de las y los escla­vos era cor­ta y dura, siem­pre con mie­do al cas­ti­go, a la tor­tu­ra o la muer­te. La fuga indi­vi­dual era su for­ma de resis­ten­cia más común. La vio­la­ción de escla­vas por los amos era nor­ma. En cri­sis excep­cio­na­les, los amos con­ce­dían la liber­tad a algu­nos escla­vos que lucha­ban con ellos. Las tres suble­va­cio­nes escla­vas en la Roma de −135÷−132, −104÷−100 y −73÷−71 aplas­ta­das en san­gre mues­tran que la vida escla­va ape­nas tenía valor en la Antigüedad.

  2. En la Edad Media la salud de las cla­ses explo­ta­das depen­día fun­da­men­tal­men­te de las cose­chas, de las enfer­me­da­des y de los bie­nes que debían entre­gar a los amos. El cam­pe­si­na­do defen­día a la deses­pe­ra­da los bie­nes comu­na­les como bos­ques, ríos, pra­dos o cos­tas, por­que obte­nía una par­te sus­tan­cial de lo que nece­si­ta­ba, pero la Igle­sia y la noble­za los expro­pia­ba para ellas mis­mas. Las pre­sio­nes, ame­na­zas y luchas eran las úni­cas armas para mejo­rar su salud, para inten­tar redu­cir la ren­ta que debía entre­gar al señor feu­dal y a la Igle­sia y mejo­rar la pro­duc­ti­vi­dad del tra­ba­jo. Mien­tras hubo tie­rras vír­ge­nes que talar y cul­ti­var, los cam­pe­si­nos se refu­gia­ban en ellas para vivir libre­men­te, has­ta que lle­ga­ban las tro­pas de la noble­za y de la Igle­sia. La salud del arte­sa­na­do podía ser algo mejor, excep­to en las cri­sis de sub­sis­ten­cia, duran­te las cua­les muchos arte­sa­nos se suma­ban a las rei­vin­di­ca­cio­nes y luchas campesinas.

  3. Con el capi­ta­lis­mo la dia­léc­ti­ca entre salud y gue­rra da un sal­to cua­li­ta­ti­vo por la inter­ac­ción de varios fac­to­res bajo la pre­sión de las nece­si­da­des del colo­nia­lis­mo y del impe­ria­lis­mo. Por un lado, la bur­gue­sía tenía que ali­men­tar y cui­dar la salud de ejér­ci­tos cada vez más nume­ro­sos y com­ple­jos que, ade­más, inva­dían con­ti­nen­tes que alber­ga­ban enfer­me­da­des des­co­no­ci­das para los occi­den­ta­les. Por otro lado, la bur­gue­sía debía cui­dar la salud popu­lar lo sufi­cien­te como para aumen­tar la pro­duc­ción y des­ac­ti­var las luchas socia­les por una mejor sani­dad obre­ra. Ade­más, el avan­ce de la cien­cia en manos de la bur­gue­sía con­si­gue inno­va­cio­nes deci­si­vas en todos los sen­ti­dos, tam­bién para la gue­rra. Una cien­cia, inclui­da la sani­ta­ria, que se indus­tria­li­za aumen­tan­do su pro­duc­ción y bene­fi­cios bajo las leyes de la plus­va­lía y de la com­pe­ten­cia, bene­fi­cios que se mul­ti­pli­can gra­cias al aumen­to impa­ra­ble de la deman­da del ser­vi­cio médi­co militar.

En este perio­do del capi­ta­lis­mo, pode­mos con­si­de­rar tres momen­tos his­tó­ri­cos con sus sal­tos cua­li­ta­ti­vos en rela­ción con la dia­léc­ti­ca guerra/​salud. El pri­mer momen­to se pro­du­ce alre­de­dor de la gue­rra de Sece­sión nor­te­ame­ri­ca­na de 1861 – 1865 en la que toda la capa­ci­dad indus­trial del nor­te de Esta­dos Uni­dos se pla­ni­fi­ca para la gue­rra. Es en estos años cuan­do, en base a sus estu­dios sobre el capi­tal, al cono­ci­mien­to de la gue­rra y a las san­grien­tas lec­cio­nes nor­te­ame­ri­ca­nas, Marx y Engels hablan de la «indus­tria de la matan­za de hom­bres» como ele­men­to fun­da­men­tal del capi­ta­lis­mo: una indus­tria que se enri­que­cía matan­do seres huma­nos uti­li­zan­do avan­ces cien­tí­fi­cos deci­si­vos, como ali­men­tos enla­ta­dos, qui­ni­na y otras medi­ci­nas, con­ver­ti­dor Bes­se­mer, nue­vos ace­ros y explo­si­vos como la dina­mi­ta, uni­for­mes más efi­ca­ces, bar­cos y tre­nes de vapor, Cruz Roja y equi­pos médi­cos, etc.

El segun­do momen­to es el de la «gue­rra total» entre 1914 y 1945 que inven­ta máqui­nas, armas y doc­tri­nas des­co­no­ci­das has­ta enton­ces como gases, tan­ques, rada­res, cohe­tes de lar­go alcan­ce, bom­ba ató­mi­ca, etc., mejo­ra la peni­ci­li­na des­cu­bier­ta en 1928 y la indus­tria­li­za en 1943 ante los millo­nes de per­so­nas sacri­fi­ca­das en el altar impe­ria­lis­ta, por citar algu­nos ejem­plos. En la «gue­rra total» los Esta­dos impe­ria­lis­tas movi­li­zan de mane­ra pla­ni­fi­ca­da todos los recur­sos mate­ria­les y mora­les de la «indus­tria de la matan­za de hom­bres» ele­van­do su leta­li­dad más allá de lo ima­gi­na­ble, como por ejem­plo los cam­pos de exter­mi­nio nazis cien­tí­fi­ca­men­te dise­ña­dos. La salud de los pue­blos ata­ca­dos por el nazi­fas­cis­mo y el mika­do japo­nés fue some­ti­da a atro­ces sal­va­jis­mos como el saqueo de casi todas sus reser­vas ali­men­ta­rias, con­de­nan­do a dece­nas de miles de per­so­nas a la muer­te por ina­ni­ción, o por repre­sa­lias ase­si­nas y tor­tu­ras espe­luz­nan­tes o por expe­ri­men­tos inhu­ma­nos con per­so­nas en aras de la «cien­cia racial» o por el terror de la pros­ti­tu­ción for­za­da de dece­nas de miles de muje­res para solaz de las tro­pas invasoras.

El ter­cer momen­to es recien­te pero irre­ver­si­ble, sur­ge defi­ni­ti­va­men­te con las gue­rras inme­dia­ta­men­te pos­te­rio­res a la implo­sión de la URSS a par­tir de la cual se incre­men­tan las gue­rras injus­tas pro­vo­ca­das por Esta­dos Uni­dos, aun­que este sal­to se anun­cia­ba en par­te en los cam­bios del ejér­ci­to yan­qui tras su derro­ta en Viet­nam en 1975 y en la lla­ma­da «gue­rra de las gala­xias» de la mitad de la déca­da de 1980. Varias son las carac­te­rís­ti­cas de esta ter­ce­ra «gue­rra total»: ade­más de las más recien­tes y mor­tí­fe­ras tec­no­lo­gías del exter­mi­nio masi­vo, en las que aho­ra no nos exten­de­mos. Ade­más, la «indus­tria de la matan­za de hom­bres» ha rein­dus­tria­li­za­do en las con­di­cio­nes del siglo XXI la ori­gi­na­ria «gue­rra psi­co­ló­gi­ca» ya prac­ti­ca­da en los pri­me­ros Esta­dos de Meso­po­ta­mia, por ejem­plo la «gue­rra cog­ni­ti­va» des­ti­na­da a des­tro­zar lo esen­cial de la salud huma­na como es la capa­ci­dad de cono­cer y cam­biar la reali­dad y luchar con­tra la injus­ti­cia, acep­tan­do como pro­pio del pen­sa­mien­to del opre­sor. La «gue­rra cog­ni­ti­va» es la actua­li­za­ción de las tesis de vie­jos teó­ri­cos reac­cio­na­rios de la gue­rra injus­ta como Sun Tzu y otros: pudrir y domi­nar la men­te huma­na, escla­vi­zán­do­la des­de dentro.

Pero hay otras dos carac­te­rís­ti­cas aún más impor­tan­tes en lo que ata­ñe a la dia­léc­ti­ca salud/​guerra en este ter­cer momen­to o sal­to cua­li­ta­ti­vo: no solo la indus­tria de la matan­za de la con­cien­cia huma­na libre, que es uno de los obje­ti­vos de la «gue­rra cog­ni­ti­va» sino, sobre todo y en pri­mer lugar, la des­truc­ción pla­ni­fi­ca­da de las con­di­cio­nes de vida y salud de los pue­blos a inva­dir antes de que se haya ini­cia­do la for­ma estric­ta­men­te béli­ca de la gue­rra actual: san­cio­nes y cas­ti­gos eco­nó­mi­cos y finan­cie­ros, blo­queos comer­cia­les injus­tos que res­trin­ge todo tipo de bie­nes bási­cos, inclui­do medi­ca­men­tos y ali­men­tos, que des­tro­zan los dere­chos de los pue­blos hun­dien­do su eco­no­mía y su salud, y, en segun­do lugar, la tota­li­za­ción social de las gue­rras impe­ria­lis­tas que cubre el pro­ce­so ente­ro que va des­de la alie­na­ción reac­cio­na­ria en la pri­me­ra infan­cia has­ta el nego­cio mor­tuo­rio, pasan­do por las cien­cias pro­duc­ti­vas y por ejér­ci­tos pri­va­dos capi­ta­lis­tas, sin olvi­dar­nos del per­ma­nen­te dilu­vio pro­pa­gan­dís­ti­co. Quie­re esto decir que la mili­ta­ri­za­ción social tam­bién es mili­ta­ri­za­ción de las con­cien­cias, de la psi­co­lo­gía, de los nego­cios, de la indus­tria, de la cien­cia y de la prensa.

Dia­léc­ti­ca de la guerra/​salud en la actualidad

Tras este bre­ve aná­li­sis his­tó­ri­co de la dia­léc­ti­ca entre la gue­rra y la salud, pode­mos enten­der mejor lo que está ocu­rrien­do en la actua­li­dad don­de los acon­te­ci­mien­tos polí­ti­cos se pre­ci­pi­tan de tal modo, pro­vo­can cam­bios y movi­mien­tos tan rápi­dos, que nos obli­gan a mirar­lo en su movi­mien­to interno con­tra­dic­to­rio y en su inter­ac­ción his­tó­ri­ca. Cuan­do nos toca vivir momen­tos extra­or­di­na­rios, como vivió Lenin antes de la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial, el mar­xis­mo y el aná­li­sis dia­léc­ti­co resul­ta de gran ayu­da para pene­trar en la esen­cia de sus con­tra­dic­cio­nes, de sus luchas de cla­ses y posi­cio­nar­nos con la amplia cla­se tra­ba­ja­do­ra, explo­ta­da, en su jus­ta lucha con­tra las gue­rras impe­ria­lis­tas. Por­que la dia­léc­ti­ca nos obli­ga a seña­lar los dos polos anta­gó­ni­cos, como nos pre­gun­tá­ba­mos al comien­zo, ¿la salud para quién?, ¿la gue­rra de quien y con­tra quién? y, aña­di­mos, ¿son gue­rras jus­tas o injus­tas? Quie­nes las comien­zan, ¿son agre­si­vas o defen­si­vas? Insis­tien­do que las gue­rras con­tra la salud, la vida huma­na y la natu­ra­le­za no solo se libran entre Esta­dos, sino tam­bién en el inte­rior de los Esta­dos cuan­do se enfren­tan las cla­ses explo­ta­das a una mino­ría explotadora.

Mao, que tuvo que enfren­tar­se a una titá­ni­ca lucha revo­lu­cio­na­ria con­tra los inva­so­res japo­ne­ses y con­tra las fac­cio­nes terra­te­nien­tes y bur­gue­sas alia­das del impe­ria­lis­mo, decía con su sen­ci­llez y pro­fun­di­dad características:

La his­to­ria cono­ce solo dos tipos de gue­rras: las jus­tas y las injus­tas. Apo­ya­mos las gue­rras jus­tas y no apo­ya­mos las gue­rras injus­tas. Todas las gue­rras con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rias son injus­tas; todas las gue­rras revo­lu­cio­na­rias son jus­tas. Con nues­tras pro­pias manos pon­dre­mos fin a la épo­ca de las gue­rras en la his­to­ria de la huma­ni­dad, y la gue­rra que aho­ra hace­mos es indu­da­ble­men­te par­te de la gue­rra final1.

Con­si­de­ran­do otro ele­men­to dia­léc­ti­co fun­da­men­tal, la rela­ción entre las par­tes y el todo, don­de el todo debe con­si­de­rar­se como esen­cial en los aná­li­sis y los obje­ti­vos de la lucha revo­lu­cio­na­ria, por la salud de los pue­blos y con­tra la gue­rra. La impor­tan­cia de prac­ti­car el inter­na­cio­na­lis­mo en apo­yo de las luchas revo­lu­cio­na­rias y anti­im­pe­ria­lis­tas en los dife­ren­tes paí­ses, por­que si no la gran mayo­ría de la huma­ni­dad será devas­ta­da. La lucha heroi­ca de los pue­blos en resis­ten­cia al blo­que impe­ria­lis­ta, como el pales­tino, saha­raui, yeme­ní, vene­zo­lano o cubano son par­tes rela­cio­na­das de la gue­rra defen­si­va con­tra el impe­ria­lis­mo agre­sor y su domi­na­ción neo­co­lo­nial en el mun­do, es el paso impres­cin­di­ble para que la socie­dad huma­na pro­gre­se hacia la extin­ción de las cla­ses, hacia el comunismo.

Como hemos vis­to, la gue­rra cog­ni­ti­va y polí­ti­co cul­tu­ral es un con­ti­nuo en la his­to­ria de las socie­da­des de cla­ses y aún más duran­te el capi­ta­lis­mo has­ta la actua­li­dad. Así, vemos en todos los medios ofi­cia­les de comu­ni­ca­ción el mis­mo pro­ble­ma de elu­dir la lucha de cla­ses en los aná­li­sis más allá de su super­fi­cia­li­dad. A par­tir de ahí se sacan con­clu­sio­nes absur­das y enga­ño­sas para jus­ti­fi­car sus intere­ses béli­cos y arma­men­tís­ti­cos, crean­do un enemi­go fic­ti­cio, la ame­na­za rusa, para ocul­tar por qué aho­ra la Unión Euro­pea se arma has­ta los dien­tes, siguien­do los dic­ta­dos del amo, Esta­dos Uni­dos y la OTAN. A pesar de sus apa­ren­tes dife­ren­cias, el hecho es que las estruc­tu­ras eco­nó­mi­co-finan­cie­ras que pene­tran estos Esta­dos impe­ria­lis­tas y su poder polí­ti­co cul­tu­ral están en una pro­fun­da cri­sis global.

Sin embar­go, la salud de la cla­se obre­ra tam­bién se des­tru­ye en tiem­po de «paz», la «paz» es la tre­gua entre gue­rras, sobre todo es el perío­do en el que la gue­rra social, la lucha de cla­ses siem­pre acti­va, aun­que lar­va­da, pare­ce que ha des­apa­re­ci­do. La salud, el bien­es­tar físi­co, psí­qui­co y social, lle­va siem­pre en su inte­rior lo con­tra­rio, la fal­ta de salud, pero esta uni­dad de con­tra­rios es tem­po­ral y rela­ti­va, pue­de cam­biar para bien o para mal jun­to a los cam­bios socia­les y la lucha de cla­ses. Hemos comen­ta­do en más de una oca­sión la incom­pa­ti­bi­li­dad de la salud, de la vida huma­na y de la natu­ra­le­za con el sis­te­ma capi­ta­lis­ta e impe­ria­lis­ta. Nun­ca pode­mos estar real­men­te sanos en una socie­dad enfer­ma con un entorno de vio­len­cia, injus­ti­cia y con­ta­mi­na­ción. Son en esos polos con­tra­rios y movi­bles don­de nos situa­mos para afir­mar que la salud se pier­de ante la bar­ba­rie impe­ria­lis­ta y se gana en la cons­truc­ción socialista.

Una pér­di­da de salud que esta­mos pre­sen­cian­do de for­ma aplas­tan­te en el geno­ci­dio con­tra el pue­blo pales­tino. En medio de la muer­te y la des­truc­ción de los terri­to­rios ocu­pa­dos en Pales­ti­na, tam­bién en el Líbano, la resis­ten­cia y heroi­ci­dad orga­ni­za­da del pue­blo pales­tino y el res­to del Eje de la Resis­ten­cia de la región, son bro­tes de salud que vis­lum­bra un futu­ro de libe­ra­ción. En el otro polo de la bar­ba­rie impe­ria­lis­ta, tene­mos la salud socia­lis­ta, las medi­das para la salud obre­ra en los paí­ses socia­lis­tas o en trán­si­to al socia­lis­mo, pero tam­bién en los paí­ses anti­im­pe­ria­lis­tas. La revo­lu­ción rusa ini­ció el camino, le siguie­ron Chi­na, Cuba y Viet­nam. Más de una vez hemos seña­la­do los gran­des pro­gre­sos para la salud en Cuba y en Vene­zue­la2, pero hay muchos más y recien­tes, como los avan­ces en las con­di­cio­nes de vida y salud de la pobla­ción de Bur­ki­na Faso tras solo dos años des­pués del nue­vo gobierno3.

En los paí­ses capi­ta­lis­tas impe­ria­lis­tas, el Esta­do es un ins­tru­men­to de poder al ser­vi­cio de la bur­gue­sía, una mino­ría que se sos­tie­ne por la explo­ta­ción labo­ral y social de una amplia cla­se tra­ba­ja­do­ra, pero tam­bién por el expo­lio y explo­ta­ción de la natu­ra­le­za. En esta estruc­tu­ra des­igual de cla­ses, la cla­se domi­nan­te solo bus­ca el nego­cio y el bene­fi­cio eco­nó­mi­co, la acu­mu­la­ción de capi­tal para sobre­vi­vir y con­ti­nuar per­pe­tuán­do­se. Solo en este con­tex­to se pue­de enten­der que la salud del pue­blo no es un obje­ti­vo de estas socie­da­des, por­que todas las con­di­cio­nes socio­eco­nó­mi­cas, ambien­ta­les y cul­tu­ra­les reman en sen­ti­do opues­to de la salud.

No es solo que los ser­vi­cios sani­ta­rios, cuan­do se con­si­gue que sean para toda la pobla­ción, ter­mi­nan inva­di­dos por con­ti­nuas pri­va­ti­za­cio­nes, es que las vivien­das acce­si­bles, la ali­men­ta­ción salu­da­ble, los empleos dig­nos y segu­ros o la con­ci­lia­ción para la crian­za de los más peque­ños, bri­llan por su ausen­cia. La bur­gue­sía en el poder sí nece­si­ta un míni­mo de salud de su pobla­ción tra­ba­ja­do­ra para seguir explo­tán­do­la y obte­ner plus­va­lía de su tra­ba­jo, para ello no tuvie­ron más reme­dio que desa­rro­llar los sis­te­mas de segu­ri­dad social que tra­ta de repa­rar, mal que bien, la fuer­za de tra­ba­jo y que vuel­va a pro­du­cir ade­cua­da­men­te para el empre­sa­rio, las mutuas labo­ra­les tie­nen esa fina­li­dad. La salud popu­lar está enca­de­na­da y supe­di­ta­da a la ganan­cia del capi­tal que siem­pre que pue­de redu­ce o supri­me el gas­to públi­co en salud, pri­va­ti­zán­do­la e indus­tria­li­zán­do­la, tal vez dejan­do abier­tos algu­nos «cen­tros vete­ri­na­rios» que tra­tan al pue­blo obre­ro como una recua de mulas de car­ga. Solo la lucha de cla­ses pue­de impe­dir la des­truc­ción de la sani­dad pública.

¿Por qué el impe­ria­lis­mo pro­vo­ca fal­ta de salud, gue­rra y barbarie?

Por­que su modo de pro­duc­ción capi­ta­lis­ta, espe­cial­men­te en esta fase avan­za­da, tie­ne en su inte­rior con­tra­dic­cio­nes insal­va­bles, la prin­ci­pal, como demos­tró con deta­lle Karl Marx, se da entre el carác­ter social de la pro­duc­ción y el carác­ter pri­va­do de la pro­pie­dad4. De esta for­ma, mien­tras las empre­sas capi­ta­lis­tas a nivel indi­vi­dual sue­len estar rela­ti­va­men­te bien orga­ni­za­das para pro­du­cir las mer­can­cías que le dan bene­fi­cios, se vuel­ven anár­qui­cas y des­or­de­na­das en la pro­duc­ción social para las nece­si­da­des del con­jun­to de la pobla­ción. No es solo que no haya orga­ni­za­ción glo­bal que atien­da y esté al ser­vi­cio de esas nece­si­da­des, es que la anar­quía de la liber­tad de empre­sa y de la pro­pie­dad pri­va­da hace que gran­des cor­po­ra­cio­nes pue­dan com­prar cachos de ciu­da­des o gran­des pro­pie­da­des de tie­rras y la pobla­ción local se que­da sin vivien­das y sin tie­rras para cultivar.

De esta mane­ra vemos, que Esta­dos capi­ta­lis­tas, como el espa­ñol, sir­ven a estas cor­po­ra­cio­nes con leyes que ampa­ran su pro­pie­dad pri­va­da. Son muchas las sen­ten­cias judi­cia­les en este sen­ti­do, don­de el dere­cho de la pro­pie­dad pri­va­da empre­sa­rial pre­va­le­ce sobre las nece­si­da­des bási­cas de la pobla­ción local. Así, se per­mi­ten los desahu­cios, las mul­tas a huel­guis­tas (Ace­ri­nox), la repre­sión a la ocu­pa­ción de tie­rras bal­días, la pues­ta a la ven­ta del humo­so a un pre­cio que solo los fon­dos bui­tres pue­den com­prar, unos terre­nos que de for­ma coope­ra­ti­va atien­de a toda una pobla­ción como Mari­na­le­da. La lis­ta es inter­mi­na­ble, en la Comu­ni­dad de Madrid, por ejem­plo, la com­pra de vivien­das socia­les por fon­dos bui­tres o la des­aten­ción mor­tal a miles de mayo­res resi­den­tes que murie­ron en cruel sole­dad fami­liar y social5. La com­pra al mejor pos­tor de patri­mo­nio, indus­trias y tie­rras se extien­de por todo el Esta­do6, no impor­tan las con­di­cio­nes de explo­ta­ción de la cla­se tra­ba­ja­do­ra, el des­em­pleo en el cam­po y la ciu­dad, la fal­ta de vivien­das, la salud de las per­so­nas, pre­va­le­ce la sacro­san­ta pro­pie­dad privada.

En tér­mi­nos de rela­cio­nes de cla­se, esta con­tra­dic­ción se mani­fies­ta en la que exis­te entre la bur­gue­sía y el pro­le­ta­ria­do, entre la cla­se explo­ta­do­ra y explo­ta­da. Marx tam­bién mos­tró el carác­ter uni­ver­sal de la con­tra­dic­ción entre las fuer­zas pro­duc­ti­vas y las rela­cio­nes de pro­duc­ción en las socie­da­des de cla­ses. La inten­si­fi­ca­ción de la pro­duc­ción, con la pro­pie­dad en unos pocos bur­gue­ses, mien­tras que la amplia cla­se tra­ba­ja­do­ra, mano de obra de la pro­duc­ción, viven en pre­ca­rias con­di­cio­nes socio­eco­nó­mi­cas. Estas rela­cio­nes de pro­duc­ción injus­tas y con­tra­dic­to­rias es otro ele­men­to motor de la lucha de cla­ses. Todos estos ele­men­tos expli­can que las cri­sis cícli­cas, des­de la segun­da mitad del siglo XIX, tras el desa­rro­llo indus­trial de Euro­pa occi­den­tal, son cri­sis de superproducción.

En estas cri­sis, la ofer­ta de pro­duc­tos es mayor que su com­pra o deman­da ya que la amplia mayo­ría de la pobla­ción vive en unas con­di­cio­nes que les impi­de com­prar bie­nes bási­cos como una vivien­da o una ali­men­ta­ción equi­li­bra­da para sus peque­ños. Para aumen­tar el con­su­mo las empre­sas com­pi­ten entre ellas y bajan los pre­cios, en este pro­ce­so solo las empre­sas más gran­des sobre­vi­ven, mien­tras que las media­nas y peque­ñas tie­nen que cerrar, con los des­pi­dos con­si­guien­tes. El aumen­to del des­em­pleo dis­mi­nu­ye aún más la deman­da, los dere­chos labo­ra­les se endu­re­cen, aumen­ta la reac­ción y la expan­sión impe­ria­lis­ta por nue­vos terri­to­rios que explo­tar. A la mayor con­cen­tra­ción del capi­tal finan­cie­ro, indus­trial y agrí­co­la se inclu­ye otro meca­nis­mo para sol­ven­tar sus cri­sis, el desa­rro­llo del capi­tal fic­ti­cio, sal­va­vi­das pro­vi­sio­nal por­que más tem­prano que tar­de requie­re cer­te­zas pro­duc­ti­vas. Todo ello bajo el «para­guas» del dólar, pero este cada vez se topan con el pro­gre­so de las mone­das del blo­que de los BRICS+ (Bra­sil Rusia, India, Chi­na y Sudá­fri­ca, entre otros), que hacen la mayo­ría de sus tran­sac­cio­nes en sus mone­das ante los blo­queos y san­cio­nes injus­tas que sufren por par­te del blo­que imperialista.

La expan­sión impe­ria­lis­ta en bus­ca de nue­vos terri­to­rios para obte­ner mate­rias pri­mas y mano de obra bara­ta, tam­bién mer­ca­dos para los pro­duc­tos y luga­res don­de inver­tir capi­ta­les, es una vía impres­cin­di­ble para sal­var­se de sus cri­sis. Una expan­sión que des­de el colo­nia­lis­mo les ha sido nece­sa­ria y desa­rro­lló una indus­tria mili­tar que le ha per­mi­ti­do inva­dir terri­to­rios o impo­ner su hege­mo­nía. Cuan­do la cri­sis del capi­ta­lis­mo impe­ria­lis­ta se des­bor­da y todos estos meca­nis­mos de con­ten­ción no sir­ven se ace­le­ra la maqui­na­ria de la gue­rra a un nivel que, como en las ante­rio­res gue­rras mun­dia­les, pro­du­ce gran­des bene­fi­cios a las cor­po­ra­cio­nes del sec­tor. La prio­ri­dad será inver­tir más en arma­men­to y todo lo nece­sa­rio para man­te­ner a los ejér­ci­tos, las nece­si­da­des bási­cas de la pobla­ción civil para su salud y bien­es­tar se deja­rán aún más de lado. Las gue­rras impe­ria­lis­tas en dis­tin­tas par­tes del mun­do empie­zan a con­fluir y a afec­tar al mis­mo cora­zón del impe­ria­lis­mo y a sus pro­pios intere­ses internos.

Pero la pobla­ción de los paí­ses impe­ria­lis­tas no está acos­tum­bra­da a morir para sus eli­tes, los ejér­ci­tos esta­ta­les y pri­va­dos no son sufi­cien­tes, nece­si­tan más «car­ne de cañón» y más dine­ro para la gue­rra. Por eso es tan nece­sa­rio no solo el rear­me mili­tar sino el psi­co­ló­gi­co, pro­mo­ver el mie­do hacia un enemi­go fic­ti­cio, fic­ti­cio para el pue­blo pero muy real para las eli­tes. El racis­mo se agu­di­za, des­de la isla­mo­fo­bia en las últi­mas déca­das que se acom­pa­ña­ron de inva­sio­nes y agre­sio­nes en Libia, Siria, Irak, Afga­nis­tán, Pales­ti­na o Yemen, has­ta la ruso­fo­bia actual para que la pobla­ción recha­ce a un pue­blo ami­go como el ruso y lo vean como un posi­ble agre­sor. No solo, tam­bién con­tra Cuba y Vene­zue­la, o con­tra China.

Los Esta­dos impe­ria­lis­tas, como cen­tra­li­za­do­res del poder de sus cor­po­ra­cio­nes, serán los encar­ga­dos de pro­mo­ver la mili­ta­ri­za­ción, el rear­me y la gue­rra a tra­vés de la cul­tu­ra del mie­do y la repre­sión sobre las cla­ses explo­ta­das al inte­rior y exte­rior de sus paí­ses. No solo mili­tar, tam­bién polí­ti­co-cul­tu­ral, poten­ciar la homo­ge­ni­za­ción bur­gue­sa, alie­na­da, su cul­tu­ra mer­can­ti­lis­ta y feti­chis­ta de la mer­can­cía que impi­de y des­tru­ye la diver­si­dad cul­tu­ral de los pue­blos7. Esta gue­rra polí­ti­co cul­tu­ral tam­bién se inten­si­fi­ca a tra­vés de la pro­pa­gan­da de mani­pu­la­ción psi­co­ló­gi­ca, don­de el enemi­go a batir son otros pue­blos de cul­tu­ras dife­ren­tes a la supues­ta supe­rio­ri­dad cul­tu­ra occi­den­tal, el jar­dín fren­te a la selva.

Vol­vien­do a las cau­sas de las gue­rras y a la pér­di­da de la salud popu­lar, la his­to­ria nos mues­tra cómo las cri­sis inhe­ren­tes al capi­ta­lis­mo mono­po­lis­ta con­du­cen a gran­des gue­rras impe­ria­lis­tas. Cada una de ellas en su con­tex­to his­tó­ri­co, no es lo mis­mo la cri­sis de 1929, pre­lu­dio de la Segun­da Gue­rra Mun­dial, que la cri­sis de 2007 – 2008 pre­lu­dio del gol­pe de esta­do en Ucra­nia para su entra­da en el OTAN o de la inter­ven­ción de esta orga­ni­za­ción en Libia, Siria y Afga­nis­tán, ade­más de las gue­rras comer­cia­les con­tra Irán y Chi­na has­ta lle­gar a la actual situa­ción pre­bé­li­ca mun­dial. Cri­sis y sus con­se­cuen­cias que adquie­ren for­mas dife­ren­tes en cada épo­ca ana­li­za­da. Pero no solo son las con­tra­dic­cio­nes inter­nas que hemos tra­ta­do de expo­ner muy bre­ve­men­te lo que con­du­cen a las gran­des gue­rras, tam­bién debe­mos con­si­de­rar su inter­re­la­ción con ele­men­tos exter­nos que con­di­cio­nan su desarrollo.

Actual­men­te, el blo­que impe­ria­lis­ta encuen­tra muros infran­quea­bles a sus ansias de expan­sión terri­to­rial, como lo están inten­tan­do con Rusia a tra­vés de Ucra­nia. La emer­gen­cia de poten­cias eco­nó­mi­cas, como la pro­pia Rusia y, sobre todo, Chi­na; el que sus anti­guas colo­nias se des­mar­can de sus anti­guas metró­po­lis como ocu­rre en los paí­ses del Sahel; la for­ta­le­za que repre­sen­tan paí­ses que se libe­ran y resis­ten al impe­ria­lis­mo, como Cuba, Nica­ra­gua y Vene­zue­la en Nues­tra­mé­ri­ca, o Irán, Yemen, Corea del Nor­te y Viet­nam; la alian­za de los BRICS+, espe­cial­men­te la alian­za mili­tar de Chi­na, Rusia e Irán, a lo que segu­ra­men­te se uni­rán otros paí­ses. Todo ello supo­ne un freno incues­tio­na­ble a la expan­sión del blo­que impe­ria­lis­ta y sabe que su ten­den­cia al retro­ce­so en el mer­ca­do y en la com­pe­ten­cia mun­dial se ve agra­va­da por la ten­den­cia al avan­ce de Eurasia.

La dis­tan­cia entre los dos polos enfren­ta­dos se agran­da y lo que se lla­ma Occi­den­te, inclu­yen­do Ocea­nía, no tie­ne más reme­dio que acor­tar de algún modo esas dis­tan­cias para, lle­ga­do el momen­to, exten­der la gue­rra al cora­zón de Eura­sia. Es su úni­ca sali­da, la mili­ta­ri­za­ción y la gue­rra, que se acom­pa­ña de un pro­tec­cio­nis­mo eco­nó­mi­co y comer­cial para poten­ciar una maqui­na­ria de gue­rra pro­pia. Una mili­ta­ri­za­ción que es más peli­gro­sa que nun­ca por el mayor nivel tec­no­ló­gi­co alcan­za­do en armas mor­tí­fe­ras y des­truc­to­ras. La salud de la huma­ni­dad es, como siem­pre, la pri­me­ra y la últi­ma víc­ti­ma de esta lógi­ca irra­cio­nal hacia la des­truc­ción de las fuer­zas productivo/​reproductivas.

Como con­clu­sión

Hemos vis­to muy bre­ve­men­te en gran­des fases his­tó­ri­cas la dia­léc­ti­ca guerra/​salud, no solo de la vida huma­na, tam­bién del pla­ne­ta. Esta pers­pec­ti­va his­tó­ri­ca de la for­ma­ción de las socie­da­des de cla­ses y su inter­ac­ción con las gue­rras y la per­di­da de salud, nos ha per­mi­ti­do ana­li­zar des­de el mar­xis­mo y la dia­léc­ti­ca las cau­sas de las gue­rras injus­tas, impe­ria­lis­tas, por­que nece­si­ta gran­des gue­rras des­truc­ti­vas. Por­que en ple­na cri­sis de super­pro­duc­ción la inver­sión en la gue­rra y la muer­te supo­nen lucra­ti­vos bene­fi­cios a las cor­po­ra­cio­nes del sec­tor que solo con la gue­rra y la vio­len­cia pue­de inten­tar expan­dir­se a gran­des terri­to­rios de enor­mes rique­zas, como Rusia y Chi­na. La posi­bi­li­dad de una vez arra­sa­do todo, y si ganan, supo­nen lucra­ti­vos nego­cios de la recons­truc­ción, esto lo esta­mos vien­do en Valèn­cia don­de las gran­des empre­sas inmo­bi­lia­rias, algu­nas denun­cia­das por corrup­ción, harán nego­cios en la recons­truc­ción de la zona arra­sa­da por la Dana. La des­truc­ción de fuer­zas productivas/​reproductivas, exce­den­tes de pobla­ción para el impe­ria­lis­mo. De hecho es lo que hacen siem­pre median­te el des­em­pleo y el paro, el terro­ris­mo labo­ral y la pri­va­ti­za­ción de la salud, median­te el empeo­ra­mien­to de las con­di­cio­nes de vida de la cla­se obre­ra, median­te los ase­si­na­tos par­cia­les o masi­vos de seres huma­nos, etc.

La salud es, por ello mis­mo, el obje­ti­vo esen­cial y defi­ni­ti­vo del capi­tal para salir de sus cri­sis, y cuan­to mayo­res y más gra­ves sean estas, más fero­ces serán los ata­ques a la salud y a la vida. Por eso, en cada nación y pue­blo, la lucha con­tra las gue­rras impe­ria­lis­tas y por la salud for­man las dos caras de la mis­ma mone­da. Que en esta lucha con­tra sus gue­rras debe­mos con­si­de­rar la situa­ción inter­na­cio­nal de agre­sio­nes y gue­rras del blo­que impe­ria­lis­ta (Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos) al blo­que anti­im­pe­ria­lis­ta con­for­ma­do por los BRICS+. Recal­ca­mos la natu­ra­le­za injus­ta y agre­so­ra de un blo­que y la jus­ta y defen­si­va del otro, aun­que sien­do cons­cien­tes de sus dife­ren­cias inter­nas, supo­nen la con­tra­dic­ción prin­ci­pal en el ámbi­to mun­dial. Que den­tro de cada país la lucha de cla­ses debe­rá deli­mi­tar las cla­ses anta­gó­ni­cas, la bur­gue­sía y el pue­blo tra­ba­ja­dor, y sus posi­bles alian­zas, y que den­tro de cada uno de estos blo­ques hay con­tra­dic­cio­nes, opo­si­cio­nes y dife­ren­cias que, en esa movi­li­dad de con­tra­rios opues­tos, algún país de un blo­que pue­de lle­gar a pasar al otro o que se de la posi­bi­li­dad de alian­zas cruzadas.

La inten­si­fi­ca­ción expo­nen­cial del gas­to mili­tar actual de una par­te impor­tan­te de este blo­que agre­sor, la Unión Euro­pea, siguien­do las exi­gen­cias del amo, Trump, se acom­pa­ña de mayor pre­ca­rie­dad de la cla­se tra­ba­ja­do­ra y refuer­zo de la repre­sión, más allá de una posi­ble gue­rra mun­dial. Esta situa­ción béli­ca y repre­si­va nos exi­ge orga­ni­za­ción para defen­der­nos de los envi­tes, no hay otra for­ma. «Solo el pue­blo orga­ni­za­do sal­va al pue­blo», ayu­dar­nos en colec­ti­vo y enfren­tar sus gue­rras con nues­tra cul­tu­ra comu­nal. La lucha con­tra las gue­rras impe­ria­lis­tas resul­ta esen­cial para el man­te­ni­mien­to de la paz y la salud de los pue­blos, de la vida en el pla­ne­ta, como un pri­mer paso nece­sa­rio para acer­car­nos al socia­lis­mo y que el impe­ria­lis­mo y su bar­ba­rie, solo sea recor­da­do como un mal sue­ño. Pero se tra­ta del pri­mer paso, ya que de inme­dia­to, mejor decir des­de aho­ra mis­mo, debe­mos empe­zar la lucha por la salud socia­lis­ta, para mos­trar que exis­te otra con­cep­ción de la salud, la socialista.

Con­cep­cion Cruz Rojo

Iña­ki Gil de San Vicente

Anda­lu­cía-Eus­kal Herria, 15 de abril de 2025

  1. Mao Tse-tung: Obras esco­gi­das, tomo I, Edi­to­rial Fun­da­men­tos, Cara­cas – Madrid, 1974. p. 197.
  2. C. Cruz Rojo e I. Gil de San Vicen­te: Lenin y la dia­léc­ti­ca, más vigen­tes que nun­ca. La dia­léc­ti­ca de la natu­ra­le­za, Boltxe, Bil­bo 2024, pp. 291 – 295.
  3. J.K. Sid­wa­ya: Bur­ki­na Faso. Hacia una nue­va polí­ti­ca eco­nó­mi­ca, 2 de abril de 2025 (https://​www​.resu​men​la​ti​no​ame​ri​cano​.org/​2​0​2​5​/​0​4​/​0​2​/​b​u​r​k​i​n​a​-​f​a​s​o​-​h​a​c​i​a​-​u​n​a​-​n​u​e​v​a​-​p​o​l​i​t​i​c​a​-​e​c​o​n​o​m​i​ca/).
  4. K. Marx: Pró­lo­go a la Con­tri­bu­ción a la crí­ti­ca de la eco­no­mía polí­ti­ca, 1859 (https://www.marxists.org/espanol/m‑e/1850s/criteconpol.htm).
  5. Alber­to Pozas: «Sie­te fami­lias de ancia­nos muer­tos en resi­den­cias de Madrid vuel­ven al juz­ga­do que inves­ti­ga los pro­to­co­los de Ayu­so», 5 de mayo de 2024 (https://​www​.eldia​rio​.es/​m​a​d​r​i​d​/​s​i​e​t​e​-​f​a​m​i​l​i​a​s​-​a​n​c​i​a​n​o​s​-​m​u​e​r​t​o​s​-​r​e​s​i​d​e​n​c​i​a​s​-​m​a​d​r​i​d​-​v​u​e​l​v​e​n​-​j​u​z​g​a​d​o​-​i​n​v​e​s​t​i​g​a​-​p​r​o​t​o​c​o​l​o​s​-​a​y​u​s​o_1).
  6. M. Gue­rra: «Los ricos extran­je­ros ponen sus ojos en el nor­te de Espa­ña», 31 de mar­zo de 2025 (https://​elpais​.com/​e​c​o​n​o​m​i​a​/​2​025 – 03-31/los-ricos-extranjeros-ponen-sus-ojos-en-el-norte-de-espana.html).
  7. I. Gil de San Vicen­te: La repre­sión en la gue­rra polí­ti­co-cul­tu­ral, 12 de mar­zo de 2024 (https://​boltxe​.eus/​2​0​2​5​/​0​3​/​l​a​-​r​e​p​r​e​s​i​o​n​-​e​n​-​l​a​-​g​u​e​r​r​a​-​p​o​l​i​t​i​c​o​-​c​u​l​t​u​r​al/).
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