La cri­sis no solo es una deba­cle eco­nó­mi­ca, polí­ti­ca, eco­ló­gi­ca, sani­ta­ria, etc., sino que afec­ta a la base de la acu­mu­la­ción amplia­da²³, con la soga al cue­llo de la deu­da mun­dial que se aprie­ta día a día²⁴ has­ta el pun­to en el que ha sur­gi­do la inquie­tud por un posi­ble «colap­so cre­di­ti­cio»²⁵ que pudie­ra empeo­rar dra­má­ti­ca­men­te las muy incier­tas²⁶ pers­pec­ti­vas de futu­ro, incer­ti­dum­bre asu­mi­da por muchos auto­res²⁷. Hie­la la san­gre saber que la deu­da supo­ne el 365% del PIB mun­dial²⁸ y va al alza, aun­que «la vacu­na» y un neo­kei­ne­sia­nis­mo con­ser­va­dor pro­me­tan el paraí­so. De entre las inter­pre­ta­cio­nes que se deba­ten sobre sus cau­sas y pers­pec­ti­vas, van adqui­rien­do fuer­za las que sos­tie­nen de un modo u otro que «el Covid-19 ha reu­ni­do en todos los nive­les de la socie­dad capi­ta­lis­ta, de la for­ma más cla­ra, el impac­to de la des­com­po­si­ción —a nivel eco­nó­mi­co, impe­ria­lis­ta, polí­ti­co, ideo­ló­gi­co y social — »²⁹, o sea, que la diná­mi­ca que va del estan­ca­mien­to a la des­com­po­si­ción no es solo eco­nó­mi­ca sino del modo de pro­duc­ción capi­ta­lis­ta en cuan­to tal.

No pode­mos desa­rro­llar aquí las con­se­cuen­cias teó­ri­cas, polí­ti­cas y estra­té­gi­cas del deba­te sobre esta ten­den­cia fuer­te del capi­ta­lis­mo ya enun­cia­da en lo bási­co en la déca­da de 1840 y con­fir­ma­da pos­te­rior­men­te en cada cri­sis mun­dial. En cuan­to que ten­den­cia, pue­de ser retra­sa­da, para­li­za­da e inclu­so rever­ti­da un cier­to tiem­po: todo depen­de de la inter­ac­ción de los múl­ti­ples fac­to­res que actúan en la lucha de cla­ses mun­dial. Sin embar­go, el desa­rro­llo his­tó­ri­co del naci­mien­to, expan­sión, estan­ca­mien­to y des­com­po­si­ción del capi­ta­lis­mo anu­la el idea­lis­mo refor­mis­ta que cree que es posi­ble esta­bi­li­zar­lo el tiem­po sufi­cien­te para que la «demo­cra­cia par­la­men­ta­ria» des­pla­ce pací­fi­ca­men­te al capi­tal has­ta que éste deci­da por su pro­pia volun­tad disol­ver­se ale­gre­men­te como cla­se devol­vien­do su inmen­sa pro­pie­dad a la huma­ni­dad trabajadora.

Suce­de todo lo con­tra­rio: el trán­si­to del estan­ca­mien­to a la des­com­po­si­ción hace que se ten­sio­nen al máxi­mo las cos­tu­ras que man­tie­nen por aho­ra cier­ta «paz» fic­ti­cia en el impe­ria­lis­mo. Por ejem­plo, y para cen­trar­nos en el mar­co fran­co-espa­ñol, la alian­za de hie­rro entre Esta­dos Uni­dos, Marrue­cos e Israel para aplas­tar a la nación saha­raui³⁰ y ame­na­zar a Arge­lia, enca­de­na aún más a Cana­rias, Anda­lu­cía y Por­tu­gal, y for­ta­le­ce al eje geo­es­tra­té­gi­co Esta­dos Uni­dos-Orien­te Medio. El «gobierno pro­gre­sis­ta» calla y otor­ga impu­ni­dad a ese férreo pac­to mien­tras que por boca de su «minis­tro comu­nis­ta»³¹ jus­ti­fi­ca las bases yan­quis en el Esta­do —¿y el polí­gono de tiro de la OTAN en las Bar­de­nas, en Eus­kal Herria? — , tam­bién nece­sa­rias para pro­te­ger las empre­sas espa­ño­las que saquean el Saha­ra³². Y Macron, feliz, defien­de al colo­nia­lis­mo³³ fran­cés en el área.

La gue­rra de libe­ra­ción saha­raui con­fir­ma que las con­tra­dic­cio­nes de fon­do son mun­dia­les, que no exis­ten con­flic­tos ais­la­dos, que el anta­go­nis­mo capital/​trabajo expli­ca las ten­sio­nes entre blo­ques impe­ria­lis­tas, subim­pe­ria­lis­tas³⁴, poten­cias regio­na­les, etc. El apa­ren­te caos que rei­na sir­ve entre otras muchas cosas tam­bién para des­pis­tar a la cas­ta inte­lec­tual que siem­pre nece­si­ta negar que el mar­xis­mo es la matriz teó­ri­ca insus­ti­tui­ble para saber lo que ocu­rre, por qué y cómo derro­tar­lo: por ejem­plo, Marrue­cos e Israel³⁵ rea­li­za­ban des­de 2007 reunio­nes secre­tas bajo la super­vi­sión yan­qui, antes de que Oba­ma lle­ga­ra a la Casa Blan­ca. La depen­den­cia espa­ño­la hacia estas estra­te­gias sos­te­ni­das en el tiem­po es mucho mayor que la fran­ce­sa por razo­nes obvias.

En este con­tex­to inter­na­cio­nal y en la dis­yun­ti­va que pre­sen­ta al blo­que de cla­ses domi­nan­te en el Esta­do, el «caso Bate­ra­gu­ne» pue­de ser vis­to tam­bién como un arma de las fac­cio­nes más reac­cio­na­rias de la bur­gue­sía en su lucha con­tra el Gobierno, para ganar posi­cio­nes en la inter­na­cio­nal trum­pis­ta de cara a las ten­sio­nes inter­im­pe­ria­lis­tas y a las luchas socia­les que ya se agu­di­zan en todo el mun­do con efec­tos nega­ti­vos sobre las ganan­cias del capi­tal. Por ejem­plo, un gru­po de mili­ta­res espa­ño­les pidió a Trump³⁶ que faci­li­ta­se derri­bar al «Gobierno ile­gí­ti­mo» del PSOE-UP. Es sabi­do que el grue­so de las dere­chas espa­ño­las asu­me, al menos has­ta aho­ra, la ideo­lo­gía de fon­do del trum­pis­mo. Tales sec­to­res defien­den polí­ti­cas inter­nas y exter­nas más duras que las del Gobierno para orien­tar la tenue recu­pe­ra­ción de 2021 hacia un subim­pe­ria­lis­mo más sal­va­je, inser­to en la con­cep­ción trumpista.

La eco­no­mía espa­ño­la es la más des­tro­za­da por la cri­sis socio-sani­ta­ria en el con­jun­to de la Unión Euro­pea. Hay quie­nes des­de el por­ta­voz ofi­cio­so del social-libe­ra­lis­mo se esfuer­zan en dar algu­na espe­ran­za³⁷ para 2021, reco­no­cien­do por lo bajo la enor­mi­dad de los obs­tácu­los a supe­rar. Este es el con­tex­to en el que la Unión Euro­pea³⁸ aumen­ta sus pre­sio­nes al Esta­do para que sobre todo mul­ti­pli­que el cen­tra­lis­mo, reduz­ca las pen­sio­nes y man­ten­ga los recor­tes socia­les y dere­chos labo­ra­les refor­za­dos des­de 2010. El «gobierno pro­gre­sis­ta» ya está obe­de­cien­do. Ade­más, mul­ti­pli­ca las ayu­das a las gran­des empre­sas³⁹ y al IBEX 35, a la muy poco sol­ven­te⁴⁰ ban­ca espa­ño­la que pese a echar al des­em­pleo al 40% de sus tra­ba­ja­do­res⁴¹ más pare­ce una cue­va de usu­re­ros⁴² del medie­vo ate­rra­dos por las gran­des deu­das de las empre­sas, al Ejér­ci­to con un gas­to injus­ti­fi­ca­ble que en el I+D+i tri­pli­ca al dedi­ca­do a la sani­dad⁴³ y a la Igle­sia ante la que cie­rra los ojos para no ver su latro­ci­nio sis­te­má­ti­co, uno de cuyos méto­dos es el robo o la inma­tri­cu­la­ción⁴⁴ de bie­nes comu­nes y públicos.

El «caso Bate­ra­gu­ne» es un cuchi­llo con dos filos: el que le bene­fi­cia al «gobierno pro­gre­sis­ta» para aca­llar los ata­ques de las dere­chas, para unir al PSOE de nue­vo con el «anti-terro­ris­mo» y recor­dar a UP quién man­da, y poner en un bre­te al fiel PNV y a EH Bil­du. Y el filo de las dere­chas para ata­car al gobierno uti­li­zan­do su abru­ma­dor con­trol de la buro­cra­cia esta­tal, del poder reli­gio­so-mili­tar y de la indus­tria polí­ti­co-mediá­ti­ca y cul­tu­ral. Pero es el mis­mo cuchi­llo. Gobierno y dere­chas saben que EH Bil­du no va a variar su «nue­va estra­te­gia» y que res­pon­de­rá con actos den­tro de la ley espa­ño­la, al igual que ERC, BNG, Com­pro­mís, etc. Sobre el futu­ro del actual Tri­bu­nal Supre­mo y de otras ins­tan­cias, las dere­chas saben que el Gobierno solo quie­re una «refor­ma blan­da», no quie­re una «jus­ti­cia demo­crá­ti­ca», impo­si­ble ade­más en una monar­quía mili­tar, quie­re más sillo­nes y togas, ¿Enton­ces? Al menos exis­ten cin­co posi­bles razo­nes inme­dia­tas y media­tas, y una sex­ta sub­te­rrá­nea, que expli­can el «caso Bate­ra­gu­ne» y el cre­cien­te envi­le­ci­mien­to de la San­ta España.

Una, recor­dar al pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co quien man­da real­men­te al mar­gen de las dife­ren­cias entre PSOE-UP y las dere­chas, y rever­tir la ten­den­cia al alza hacia un Esta­do vas­co desea­do ya por el 42,5% de la pobla­ción de Eus­kal Herria si se apli­ca­se la vía esco­ce­sa⁴⁵; lo mis­mo con Cata­lun­ya y los pre­sos del pro­cés, en Gali­za con la Ope­ra­ción Jaro y en todas par­tes con la peda­go­gía del miedo.

Dos, tor­pe­dear al «gobierno pro­gre­sis­ta» apro­ve­chan­do sus ten­sio­nes inter­nas, advir­tien­do a sus alia­dos que pue­den ser gol­pea­dos legal­men­te si per­sis­ten en su apoyo.

Tres, mien­tras tan­to recom­po­ner las dere­chas bajo un nue­vo cau­di­llo, sea Casa­do, Abas­cal o Isa­bel Ayu­so que dice que la civi­li­za­ción comen­zó con un tal Cris­to y que Juan Car­los I tie­ne dere­chos nega­dos a cual­quier otro mor­tal, con­ven­cien­do al Ejér­ci­to de que sus ame­na­zas son más efec­ti­vas den­tro de un plan cohe­ren­te, en vez de ir cada cual, por su lado, apren­dien­do del «fra­ca­so» de los tres auto­gol­pes de 1981.

Cua­tro, mos­trar a la Unión Euro­pea, al IBEX 35, al capi­tal trans­na­cio­nal, a Esta­dos Uni­dos, etc., que las dere­chas están deci­di­das a todo para cum­plir sus órde­nes aho­ra que la tri­ple alian­za Esta­dos Uni­dos-Israel-Marrue­cos reavi­va la memo­ria de la cri­mi­nal «foto de las Azores».

Y cin­co, ir cons­tru­yen­do el anda­mia­je legal que en su momen­to per­mi­tie­ra esta­ble­cer una dic­ta­du­ra cons­ti­tu­cio­nal en la que nadie estu­vie­se segu­ro por­que podría ser juz­ga­do las veces que hicie­se fal­ta por el mis­mo caso: ya no sería el terri­ble dere­cho penal del enemi­go, sino algo peor, algo pare­ci­do al cli­ma de terror nazi con su repre­sión alea­to­ria, pero con el ampa­ro de «leyes democráticas».

Has­ta aquí nos hemos movi­do en el plano de lo inme­dia­to y de lo media­to, pero hay otra razón, la sex­ta, que debe­mos sacar a la luz por­que su fuer­za des­truc­to­ra se expan­de en el sub­sue­lo de la vida públi­ca duran­te gene­ra­cio­nes. La plan­tea­mos con estas pre­gun­tas: es inne­ga­ble la rela­ción entre peda­go­gía del mie­do y atmós­fe­ra de villa­nía, pero ¿qué rela­ción pue­de exis­tir entre la per­se­cu­ción polí­ti­ca, artís­ti­ca y cul­tu­ral, el retro­ce­so en la com­pren­sión lec­to­ra⁴⁶ y el des­plo­me en Cien­cias y Mate­má­ti­cas —«los alum­nos espa­ño­les se hun­den en cien­cias»⁴⁷— has­ta el pun­to de que el por­ta­voz del social-libe­ra­lis­mo reco­noz­ca la exis­ten­cia de una «bre­cha insos­te­ni­ble»⁴⁸ con­fir­ma­da por el TIMMS⁴⁹ con estu­dian­tes de 10 años? Más aún: ¿pue­de exis­tir algu­na cone­xión entre el incre­men­to del anal­fa­be­tis­mo fun­cio­nal, la fuer­za de las dere­chas y el récord de audien­cia del show tele­vi­so del rey en la noche del sols­ti­cio de invierno?

¿Tie­ne todo ello algo que ver con el terror al pen­sa­mien­to libre ino­cu­la­do a gol­pes por la peda­go­gía nacio­nal-cató­li­ca fran­quis­ta que pur­gó a 564.269 maes­tros y maes­tras de los cua­les 485.000 en con­se­jos de gue­rra suma­rí­si­mos⁵⁰, páni­co sos­te­ni­do por el temor de la «demo­cra­cia» a lan­zar una pro­fun­da refor­ma edu­ca­ti­va, que no ya una impres­cin­di­ble revo­lu­ción cul­tu­ral? ¿Qué cul­pa tie­ne la his­tó­ri­ca obe­dien­cia perru­na hacia la Igle­sia y la monar­quía mili­tar que impu­sie­ron el ambi­guo y «alta­men­te con­tra­dic­to­rio»⁵¹ artícu­lo 27 en su Cons­ti­tu­ción de 1978, ¿qué cas­tra toda peda­go­gía libre? Fren­te a esto, el «gobierno pro­gre­sis­ta» inten­ta mag­ni­fi­car la refor­ma-Celaá que en reali­dad son «peque­ñas medi­das para gran­des pro­ble­mas»⁵².

Pero si real­men­te quie­re ser efec­ti­va la muy tími­da ley-Celaá para cua­li­fi­car a la fuer­za de tra­ba­jo de cara a los ful­gu­ran­tes desa­rro­llos tec­no­cien­tí­fi­cos, úni­ca for­ma de dete­ner el retro­ce­so rela­ti­vo de la pro­duc­ti­vi­dad del tra­ba­jo en la incon­te­ni­ble com­pe­ten­cia mun­dial, debe­ría intro­du­cir pro­fun­dos y sos­te­ni­dos cam­bios en la rela­ción entre inver­sión indus­trial tra­di­cio­nal y una nue­va edu­ca­ción. En la últi­ma déca­da y medi­do en uni­dad per capi­ta, la indus­tria auto­mo­triz ha reci­bo 3.750 euros y la edu­ca­ción 200 euros, con la sal­ve­dad de que la auto­mo­ción man­tie­ne a 1 millón de per­so­nas, y la edu­ca­ción a 10 millo­nes, de los cua­les más de 8 millo­nes son alum­nas y niños de infan­til, pri­ma­ria o secun­da­ria⁵³.

Es inne­ga­ble que exis­te una des­pro­por­ción cuan­ti­ta­ti­va insul­tan­te a favor del capi­tal y en detri­men­to de la edu­ca­ción, la cul­tu­ra, el arte y la cien­cia, cuyas actua­les con­di­cio­nes de I+D+i son peo­res⁵⁴ que las de 2010. En cuan­to a la cali­dad de la edu­ca­ción bás­te­nos saber que en los últi­mos diez años la inver­sión en la escue­la con­cer­ta­da⁵⁵ ha subi­do un 7% pero en la públi­ca ha caí­do un 5%. La infan­cia y juven­tud obre­ra y de la vie­ja peque­ña bur­gue­sía es mal-edu­ca­da en la limi­ta­da escue­la públi­ca a pesar de los esfuer­zos pro­gre­sis­tas de algu­nos cen­tros, en la con­cer­ta­da, entre las altas sub­ven­cio­nes del Esta­do y la indus­tria edu­ca­ti­va de la Igle­sia se adoc­tri­na a la media­na y alta bur­gue­sía en la «liber­tad»⁵⁶ de explo­ta­ción. Pero la cla­se domi­nan­te no se fía solo de la mala y alie­nan­te edu­ca­ción que reci­be el pue­blo obre­ro para man­te­ner su poder. Ade­más de otros sis­te­mas de domi­nio, recu­rre a su jus­ti­cia para repri­mir la cul­tu­ra y el arte críticos.

La atmós­fe­ra de villa­nía se apre­cia cla­ra­men­te en el tex­to de Este­fa­nía Rode­ro en el que nos recuer­da que el colec­ti­vo Artists at Risk Con­nec­tion defi­ne como «cul­tu­ra del silen­cia­mien­to artís­ti­co» el sis­te­ma repre­si­vo espa­ñol en esta face­ta con­cre­ta, pero rela­cio­na­da direc­ta o indi­rec­ta­men­te con la tota­li­dad de la vida social. La auto­ra resu­me así el grue­so del informe:

Par­tien­do del dato de que, de 71 artis­tas con penas de pri­sión en 16 paí­ses a lo lar­go del 2019, 14 están en Espa­ña, es impor­tan­te com­pro­bar cómo se están repi­tien­do pau­tas de silen­cia­mien­to artís­ti­co en base a idén­ti­cas pre­mi­sas en todo el glo­bo: bana­li­za­ción e ins­tru­men­ta­li­za­ción de leyes anti-terro­ris­tas con fines de silen­cia­mien­to artís­ti­co; denun­cias por inci­ta­ción al liber­ti­na­je o insul­to a lo sagra­do, así como acu­sa­cio­nes de sedi­ción e inci­ta­ción a la sub­ver­sión del poder del Esta­do. En un aná­li­sis de la cen­su­ra artís­ti­ca glo­bal vivi­da a lo lar­go del 2018, por ejem­plo, no sor­pren­de que el 82% de ella se haya ejer­ci­do en base a cri­te­rios de «inde­cen­cia» segui­da de cer­ca por «herir sen­ti­mien­tos reli­gio­sos»⁵⁷.

Según este infor­me, y limi­tán­do­nos a lo cuan­ti­ta­ti­vo, sin las dife­ren­cias cua­li­ta­ti­vas entre los sis­te­mas polí­ti­cos, jurí­di­cos y reli­gio­sos, vemos que los cua­tro Esta­dos con más artis­tas en pri­sión son: el espa­ñol con 14 artis­tas y 47 millo­nes de habi­tan­tes. Irán con 13 y 82 millo­nes. Tur­quía con 9 y 82 millo­nes, y Rusia con 4 y casi 145 millo­nes. La des­pro­por­ción es enor­me en detri­men­to de la «demo­cra­cia» espa­ño­la. Ade­más de esto, vemos que hay tres gran­des blo­ques repre­si­vos: la mani­pu­la­ción de las leyes para silen­ciar el arte y la cul­tu­ra crí­ti­ca; las acu­sa­cio­nes de emplear estas cua­li­da­des huma­nas como medio de ata­que al Esta­do; y la defen­sa del patriar­ca­do y de la reli­gión. Por ejem­plo y con res­pec­to a este ter­cer blo­que: «La aso­cia­ción ultra­ca­tó­li­ca ha abier­to este año una vein­te­na de nue­vos fren­tes en los tri­bu­na­les con­tra todo aque­llo que con­si­de­ra ofen­si­vo para su con­cep­to de fami­lia, su reli­gión y en con­tra de la euta­na­sia y el abor­to»⁵⁸.

Los tres son direc­ta­men­te apli­ca­bles con­tra los ele­men­ta­les dere­chos socio­po­lí­ti­cos si apli­ca­mos otros con­cep­tos de cul­tu­ra, arte, crea­ti­vi­dad, libre­pen­sa­mien­to… Los tres ata­can con espe­cial fero­ci­dad a las nacio­nes opri­mi­das. Si a esto le aña­di­mos los pro­fun­dos efec­tos para­li­zan­tes de la pasi­vi­dad, obe­dien­cia e ideo­lo­gía reac­cio­na­ria intro­yec­ta­dos en amplios sec­to­res socia­les, com­pren­de­mos la extre­ma impor­tan­cia que tie­ne la cul­tu­ra crí­ti­ca en la eman­ci­pa­ción huma­na, impor­tan­cia acre­cen­ta­da por el poder de des­na­tu­ra­li­za­ción del poten­cial crí­ti­co del arte que está desa­rro­llan­do el capi­ta­lis­mo, efec­ti­vi­dad que lle­ga al pun­to de lograr que, según algu­nas tesis, el «post­ca­pi­ta­lis­mo»⁵⁹ ape­nas pres­te aten­ción a la cul­tu­ra y al arte como armas de libe­ra­ción. ¿Qué debe­mos hacer para derro­tar a la villa­nía tenien­do en cuan­ta que en el capi­ta­lis­mo actual se expan­de, ade­más de por el terror y la peda­go­gía del mie­do con­tra el arte y la cul­tu­ra libe­ra­do­ra, tam­bién por la indus­tria de la alie­na­ción de masas? La res­pues­ta empie­za por prac­ti­car las liber­ta­des, y entre ellas, la de otra cul­tu­ra y arte. ¿Cuál? Lo vere­mos en el siguien­te artículo.

Iña­ki Gil de San Vicente

Eus­kal Herria, 29 de diciem­bre de 2020